Imagen tuneada de la red |
Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenarlas. Las sobremesas con la tía Carmina siempre habían sido lo mejor de volver en verano. Sesiones repletas de picardía. De rencillas antiguas, amorosas y de otras. De líos, revelaciones y misterios. De comadreos del pueblo. A veces aparecían repentinos pellizcos de posguerra, de hambre, disparos y traiciones, que la fundían a negro. Pero pronto remontaba rescatando otras risas del pasado con las que salpicarnos a todos en el presente.
Era triste ahora verla así, sonriendo muda sin dientes, como un bebé vestido de oscuro. Dolía. Entonces, alguien dijo: lo bueno es que también se le habrá borrado la guerra.
Tercera y última llamada de Relatos en Cadena, en esta edición que el próximo lunes finaliza. Esta vez tampoco superé la semanal. La temporada que viene, ahí, con más ilusión.