Maquiavélicas penumbras ocultas detrás
del árbol. No intentes verlas, los que trataron verlas jamás lo lograron. Los
que dicen haberlas visto no contaron a nadie de su experiencia visual, ya que
ni ellos pudieron sobrevivir a su espanto; Penumbras rojas dicen rumores. Rumores de los cuales se cuida la gente.
Cuando las hojas secas caen y el
tronco cruje al golpeo de la brisa celestial, el sol deja reflejado detrás de el, las
penumbras; Penumbras que destellan, se cree, color rojizo, tan rojo como
sangre.
Un joven se acerca al árbol; se
acerca más y observa la leyenda de las penumbras. Aquella leyenda que se
perderá para siempre y no será investigada para evitar traer de nuevo sobre los
demás seres, sombras de luto que golpean con más fuerza el corazón de los que -si llegaron a hacerlo- las observaron.