TU AMULETO
Me gustaría ser tu amuleto y viajar en tu bolsillo, para esos días en los que necesites una ráfaga de suerte, sin importarte ni mi forma, ni mi tamaño.
Imagíname: en ocasiones, seré tan esponjosa como un pedazo de algodón, para que me acaricies, sin prisas, cuando te falte una pizca de ternura. O también… delicada y fría como una piedra preciosa, solo para que disfrutes con los destellos de mi belleza superficial.
Seré de tu color preferido, o mejor… ¡de tantos tonos distintos como tú decidas!.
Y es que no quiero para ti ese sentimiento tan poderoso como acuciante, ni tan celoso como egoista que no te dejaba ni respirar. Si me dejas volver, esta vez…solo quiero quererte.
Fíjate bien: si pudiera transformarme en tu amuleto, pasaría desapercibida en tu bolsillo o invisible en la palma de tu mano. Te acompañaría en un proyecto nuevo, o cuando jugases a la lotería.
Sería capaz de tener formas redondeadas, suaves… o más de cuatro aristas puntiagudas, incluso me volvería simétrica o irregular. Seguro que te sonríes al leer esto.
En serio, te prometo ser tan versátil como tú quieras.
Si de nuevo me aceptas como compañera de viaje, permaneceré tan ligera como la brisa que acaricia tu rostro en primavera. O tan densa como el vaho que escapa de tu boca, en una mañana fría de invierno.
Me convertiré en tu estación preferida, o… por qué no, ¡en todas al mismo tiempo!.
Y también puedo multiplicarme en varios amuletos de un solo día o cuando decidas, en uno solo para siempre.
No quiero que vuelvas a notar esa sensación de ahogo en tu garganta, ni que me digas que te asfixio, que lo que necesitas es encontrar tu espacio…o darnos un tiempo.
Buscarás mi presencia en los momentos difíciles, y yo te proporcionaré toda mi serenidad, o podrás apretar fuerte mi mano, cuando tengas que despedirte de esa persona tan especial que un día entró en tu vida.
Te arroparé en silencio, cuando estés cansado y me alejaré de puntillas, sin hacer ningún ruido.
Voy a susurrarte al oído estas y otras palabras cuando la nostalgia se apodere de ti, o cuando una nube de dudas amenace acabar con tus certezas, con nuestras certezas, para que todo este montón de letras resbalen entre tus dedos, arrastrando cualquier pensamiento gris.
Ya nunca más vigilaré tu sueño, ni buscaré mensajes en tu portátil o en el buzón de voz. Tampoco te esperaré cada día a la salida de tu oficina, ni tomaré pastillas cuando salgas por la noche con los amigos. Y solo te acompañaré cuando tú me lo pidas.
Ya no me repetirás aquellos versos de Neruda, simplemente “te gustaré cuando calle porque estaré como ausente”.
Porque aunque no me veas, siempre estaré a tu lado, porque seré cada día como un regalo.
Yo seré para siempre…tu amuleto.