Lo que fue, lo que será
paseando entre lamentos
se destrozan mutuamente
con espúreos errores
y momentos que eternizan
la agonía de los instantes.
Entre las manos, el aire
corriendo infinito hacia la nada
como el polvo de dónde viene,
como el polvo a dónde va.
A veces derrota el silencio un instante,
el vago cemento de una falsa escultura,
la certera huida de la noche perenne...
Pero los ventanales solo son espejos
y las puertas ni se entrecortan ni se entretienen
a golpes como las calles olvidadas.
Y ya que amanece cada vez más temprano,
y el ansia ya no camina, qué duro es entregarse
al sueño irreparable de los tiempos
donde navegar y romperse desde nunca.
Estrellas que alcanzar
Hace 5 años