Si tu beso
fue manantial
imagínate mi
miedo a tus lágrimas:
yo que a
penas sé nadar,
tú que a alegrías
condenas.
En tu
diluvio de hojas secas
importa más
el viento que la edad.
Lo aprendí
de la primavera.
Mientras el
luego de este ahora reduce a nuncas tus antes
y yo bostezo
eternidades
por cada
siempre con que me siembras.
A veces me
siento paréntesis que no nombras
intentando abastecer
tu refugio de flores duras.
Yo no quiero
el oficio de la sombra
que acecha
cuando el
regazo es techo y no lumbre.
Para ti el
sol que te ilumine al desnudo,
que nadie
ose cubrir de sentido tu belleza.
Para ti la
hierba fetichista que te besa los pies
y sacude los
párpados,
para ti el
campo sin asfaltar de que seas
con toda tu
libertad como única atadura.
Para ti la
lucha del hallazgo en cada día
con tu
música abrazándote
con tu
música
y la mía
escuchándote convertir el milagro en una risa
mirándote
sonreír
como si la
vida
cómo, si la
vida…
es tan fácil
como amarte en ese entonces de ti.
Seguimos en carretera!!