somos una suma de prácticas
le decía,
mientras él se perdía en el movimiento
de sus labios
prácticas que confluyen en algo y ese
algo venimos a ser nosotros
él tendía su mano hacia ella en una gesto vago
somos en nuestra cotidianidad,
le acariciaba el hombro, el brazo, una teta
y ella seguía diciendo:
no hay esencias, sólo cuerpos atravesados por vectores de fuerzas,
cuerpos
que se mueven
él le dijo
mientras se acercaba despacio:
somos lo que comemos.
Sebastian Bruzzeze