Desde que escribo en el blog he tenido muchos interrogantes.
He aquí algunas conclusiones:
Producir y publicar un texto en la Web es algo diferente a lo que me ha sucedido en ocasiones de presentar algún trabajo para la universidad o en un congreso. En esas instancias el escrito tenía que ver con las consignas institucionales. Del mismo modo, hacer un curso, un seminario, es en cierta forma semejante a esa imagen de eterno estudiante que, pasivamente, escucha y aprende textos establecidos. No es que me opongo al aprendizaje, sino a esa modalidad continua, sin grietas, de estar sujeto a una “autoridad” académica.
Escribir en el blog es distinto, porque de algún modo, es como“dejar de ir al colegio”. En esta tarea el blogger “ex_pone”, haciendo su ponencia, se expone. Deja de lado la pasividad de estar sujeto a la confirmación de la autoridad de un profesor o maestro.
Escribir en un blog, al menos para mí, está más cerca del placer que de obtener cierta autoridad, más cerca del encanto y del enamoramiento que de la tarea de transmitir en cada ponencia una enseñanza; es más, prefiero un”jardín colgante” de sentido abierto a todos los sentidos.
Quizás los bloggers somos como laberintos escritos que transgreden la repetición de discursos instituidos. Transmisores en la Web que nos relaciona uno a uno, nos originaliza en la escritura, irrumpe en la repetición de lo establecido. Una ventana desde la soledad del monitor que nos relaciona más allá y más cerca de la diferencias.
