Lo reconocí al instante.
Se alimentaba de aire
y lo dejé crecer por imposible.
Pensé que moriría de frío.
Te acercaste en invierno y no murió.
Vive en mí desde entonces.
Tan grande y tan callado.
Tan cobarde.
Crece y me duele que aún no lo conozcas.
Crece mucho y a veces, me hace daño.
Crece y crece y no acaba de nacer.
Temo parirlo muerto.
Temo también que se ahogue en mis entrañas.
Temo que haya dejado de latir.
Que no pueda respirar aquí afuera.
Pero no puedo más.
Voy a parirlo hoy.
Voy a parirlo ya.
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Hace 2 días