lunes, 27 de agosto de 2007

Gestación de diez meses

Lo reconocí al instante.
Se alimentaba de aire
y lo dejé crecer por imposible.
Pensé que moriría de frío.

Te acercaste en invierno y no murió.
Vive en mí desde entonces.

Tan grande y tan callado.
Tan cobarde.

Crece y me duele que aún no lo conozcas.
Crece mucho y a veces, me hace daño.
Crece y crece y no acaba de nacer.

Temo parirlo muerto.
Temo también que se ahogue en mis entrañas.
Temo que haya dejado de latir.
Que no pueda respirar aquí afuera.

Pero no puedo más.

Voy a parirlo hoy.
Voy a parirlo ya.

viernes, 10 de agosto de 2007

Envenenada

Incluso cuando hay luna
algunas noches de venas desbocadas
la sangre avanza negra.
Lenta, invade
el cuerpo envenenado.
Lo vuelve sombra.
Los besos de humo atraviesan
la lona endeble que lleva al precipicio.
Y no se ve el final, se intuye sólo.
Y duele con mirarlo.

A mi lado, de pie
una pareja gris entorpece el camino.
Nace un sudor frío y ceniza
en cada frente. Tiemblan
las piernas. Seguridad,
reza el letrero en sus camisas.
Seguridad, miente.

Me agarro a mis dedos
para no caer al tropezar
con noche tan amarga.