-Doctor, noto un cosquilleo en la garganta. A veces, hiperventilo. Últimamente se imponen la angustia y los ahogos en vinagre...
-Abra la boca y diga ¡ah! Muy bien, veamos.
Tiene usted unas palabras atascadas en la laringe. Tendré que hacerle una laringoestroboscopia. No le dolerá.
Muy bien, veamos.
Las palabras más tercas forman un micronódulo en el tercio anterior de la cuerda vocal derecha. Hay predominio de pronombres y verbos. Podríamos recurrir a la cirugía, pero la mucosa que recubre las cuerdas sería más delgada, y dejaría las cuerdas más vulnerables a nuevas palabras enquistadas.
No necesitaremos extirparlas si sigue fielmente el tratamiento: Lo primero, hidratación. Lo segundo, musculación. Las palabras están enquistadas, si fortalecemos las cuerdas y conseguimos lubricar las articulaciones de bilabiales e interdentales, tendremos mucho ganado. El resto corre de su cuenta. Trate de pronunciarlas. Busque la primera oportunidad en que sean inteligibles y dígalas.
-¿Y no será más fácil tragármelas?
-Seré sincero. Están en un estado deplorable. Los lexemas están en descomposición . Por ingesta podrían provocar úlceras, espasmos, o algo peor. Se le podría encajar la mandíbula. En algunos casos se han observado alopecia y protuberancias en la vesícula biliar.
-¿Y si las dejamos estar?
-El nódulo crecerá. Al principio, no le importará hablar sin artículos. Incluso notará agilidad cuando se deshaga de adjetivos y adverbios. Pero hablar sin sustantivos y verbos le abocará a las interjecciones. Después, sólo la onomatopeya de una sirena de ambulancia. Lo he visto muchas veces.
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