Hace ya rato que nos ha despertado el tintineo constante de ferreteria que fluye camino de la Sur del Picu. Despacio, sin ninguna prisa vamos venciendo la pereza. No abandonamos el saco hasta que los primeros rayos de sol bañan las crestas cercanas. A estas alturas de la temporada, las mañanas ya son frescas y levantarse requiere gran determinación je, je.
Eclipsadas por la fama del Naranjo, alrededor de la Vega se elevan ignoradas, majestuosas paredes. En estas es posible escalar rutas recogidas en la soledad y el silencio, alejadas de la masificación y el ruido que inunda las paredes del Picu.
Como los lagartos, cuando el sol nos reactiva el organismo cruzamos la Corona del Raso y descendemos a buscar la vertiente noreste del Neverón del Albo. Alli se alza un esbelto espolón de roca sumido en un halo de misterio desde que Tito y Biafra lo recorrieran por primera vez en la decada de los ochenta. Cansado de Preguntar por él a compañeros y amigos, con negativa respuesta en todas las ocasiones, decidimos intentar desvelar su secreto.
Cotejando los croquis sobre dibujo que tenemos, el de los aperturistas, el de Adrados y el de los Cholos, llegamos a la conclusión que solo coinciden en el recorrido en su primera mitad. En la segunda parte de la vía solo coinciden en la referencia de los "dos bloques", que por cierto no adivinamos a vislumbrar. Al final siguiendo la lógica del aperturista, buscamos en esta segunda parte el itinerario más evidente, creyendo haber seguido el recorrido ilustrado por los Cholos.
En el arranque ya nos surgen las primeras dudas. Después de algún devaneo, siguiendo las indicaciones del libro rojo de Adrados comenzamos a ascender por una fisura-diedro herbosa (IIIº+) y continuamos enlazando diedros por el margen izquierdo del espolón buscando los paños de roca más compactos (IVº).
Ya por el filo el terreno es más llevadero (IIIº), aunque es necesario prestar un poco de atención a lo que nos agarramos, pues la roca en esta primera tirada esta bastante descompuesta. Tiramos a tope de cuerda y necesitamos salir unos metros en ensamble para alcanzar una repisa en la parte alta de la gran lastra adosada por la que transitamos. Tras buscar infructuosamente el clavo en el que se monta el relevo, lo montamos un par de metros más abajo en un nicho lazando un bloque.
Nuestro segundo largo (IIIº+) transcurre por una placa más compacta, en la que navegamos a derecha e izquierda buscando el itinerario más fácil.
Cuando se acaba la cuerda montamos la reunión sobre empotradores entre dos repisas.
Más tarde nos daremos cuenta que la reunión se monta en 2 clavos muy juntos que se encuentran en una fisura vertical sobre la repisa de la derecha,
Salimos en el tercer largo (Vº-) por una marcada chorrera de agua, similar a las que son tan características de Fresnidiello, en la que encontramos dos puentes de roca lazados en su primera mitad.
Más arriba, continuamos con tendencia a la derecha enlazando canalizos hasta alcanzar un diedro. Pudiendo subir por este en fácil bavaresa o bien por los canalizos de su margen izquierda hasta alcanzar la gran vira que secciona la pared.
Donde montamos el relevo triangulando un buen cuerno de roca del borde de la sima que aquí se encuentra con un camalot del nº1 y que después bloqueamos por debajo en un puente de roca.
En la cuarta tirada salimos en vertical de la reunión por una compacto muro a buscar un clavo señalizado con un cordino. Desde este, navegamos primero hacia la izquierda, para volver de nuevo a la derecha a buscar una vira herbosa situada en la vertical de la reunión. En esta encontraremos varios puentes de roca y sin duda seria un emplazamiento cómodo para llevar a cabo el relevo.
Decidimos continuar con tendencia a la izquierda hasta agotar la cuerda. Montando al final una incomoda reunión sobre aliens en el margen izquierdo de una gran lastra adosada en el cambio de inclinación de la pared.
En la quinta tirada (Vº) salimos por la izquierda de la reunión hasta una pequeña terraza inclinada. De esta giramos hacia la derecha y continuamos en vertical dejando a nuestra derecha unos desplomes hasta alcanzar un muro con una marcada fisura off-width.
Por esta (2 puentes de roca), alcanzamos unos metros más arriba la entrada de una marcada sima.
En su margen derecha, un clavo nos marca el emplazamiento del relevo. Sin duda no somos los primeros en pasar por aquí.
En el último largo (IVº+), partimos por el espolón que delimita la sima por su lado izquierdo.
Hasta alcanzar una vira. Continuamos en travesía unos metros por esta hacia la izquierda hasta que una corta canaleta nos deposita en la cresta. donde lazando un bloque llevaremos a cabo nuestra última reunión.
Desde este punto hay dos opciones para regresar al suelo, recorrer el largo cresterio hasta enlazar con la vía normal de Pico o bien mediante dos rapeles por la vertiente contraria a la subida.
Si optamos por rapelar, la opción más rápida, debemos destrepar unos 25 metros por una vira herbosa (IIº+).
En la roca del margen izquierdo segun bajamos de cara al valle hallaremos una primera instalación formada por tres clavos. Unos 50/55 metros más abajo en una terraza se encuentra una segunda instalación sobre 2 parabolts. Este último rapel es de unos 65 metros, por lo que deberemos ir pendientes y detenernos unos metros antes de alcanzar el suelo y acabar la cuerda, en una repisa con un puente de roca lazado. desde esta, podremos destrepar comodamente (IIIº)
Al final paseamos clavos y maza, arriba y abajo, sin hacer uso de ellos. Aunque aconsejo llevarlos, especialmente planos, si nos encontramos incomodos con los distanciados. Pues aunque el grado del recorrido no ahoga, hay que convivir en algunos tramos con el aire entre seguros.
Y mañana, como los borregos, de vuelta con el rebaño. Donde no terminamos de decidirnos entre "Treparriscos " y "Why. Al final, la decisión la tomaron unos problemas intestinales, de los que es mejor no relizar comentarios je, je. La escalada sera rápida y por terreno conocido, "El vuelo del Dragón".