El principal objetivo de todo viaje de pesca no es otro que el pez, el animal y a él van destinados todos nuestros sueños por semanas hasta que por fin estamos sentados en el avión rumbo al destino.
No puedo hablar de esos viajes a los que asistes como si de un charter turístico se tratase, con tu guía, tu lodge y tu casi coto de pesca privado, ojalá, pero no.
Hablo del viaje entre amigos a una zona en la que tienes referencias de que el animal lo ronda y a la vez tienes las de aquellos que se han topado con el otro animal, el animal bolo, un impresentable del carajo.
Pues en esas estuve, estuvimos. El animal nos visitó y se llevó nuestras muestras sin tan siquiera dar la cara, uno tan solo quiso salir o tuvo la mala suerte de no conseguir salirse con la suya, lo que él no sabe, es que fue así por la pericia y experiencia del pescador con el que tuvo por su desgracia enfrentarse. Chapeau M., por mil veces que vea el vídeo, mil veces me quitaré la gorrilla.
Pero el animal suele venir en menor proporción que el resto de animalitos y estos hacen que un viaje sea entretenido, divertido, merezca la pena, cogimos, algo se sacó..... y todo eso.
A estas alturas podría decirles aquello de; “que bonito es ver amanecer en el pesquero, no tiene precio...”, pero eso está bien cuando es a pocos kilómetros de casa y el coste de combustible lo asumes sin mayor problema, vuelves a casa, tu salón, tu cocina, tu cama y sobretodo tu WC.
¿Qué se dice cuando has pagado avión, hotel, coche, comidas?, ¿qué se dice cuando ni el WC es el tuyo, no hay salón, ni cocina y tu cama está a escasos centímetros de un tío con tantos pelos en las piernas como tú?.
Gracias compañeros.
Seguimos en el intento...