09h/13h
Pues ese ha sido el resultado final del amigo Antonio contra Alejandro y el que suscribe. Hemos comenzado Antonio y yo en el pesquero con marea de dos horas ya para abajo, un ligero viento que ha ido en aumento y un mar que dejaremos en crispadillo.
Delante nuestra una zona mixta de piedra y arena donde predomina la piedra, algo de espuma y agua cristalina, al menos las dos primeras horas de lances. A los pocos lances Antonio comienza su cuenta particular con pequeño Pejerrey de los de dos cuartas escasas y que cuando les da por estar en la zona salen a montones, pero está vez ha sido el único.
No ha tardado mucho en dar con la primera de sus Bailas
Y hecha la sesión de fotos comienza de nuevo con sus lances y a sido una Lubina la que le ha venido a saludar con el Blues Code de Maria en la boca.
En unos quince minutos me ha metido un tres a cero. Continuamos por el pesquero en dirección sur donde cambiamos el tipo de fondo, ahora predomina la arena. Por el norte vemos la figura de Alejandro que ha llegado al pesquero, llega a nuestra altura y continuamos un poco más hacia el sur. Un par de avistamientos de Baila es todo lo reseñable y volvemos hacia el norte.
Ya hace más de una hora que el viento se ha puesto muy molesto y el mar está más crispado, al menos no tenemos olas altas, lo justo para esperar la serie de dos o tres y poder lanzar sobre la espuma que queda detrás de ellas.
La marea ya está a más de media abajo y ahora quedan pozas entre las rocas donde nos dedicamos a lanzar pequeños minnows y el peppy. Antonio tiene munición especial, un TD Minnow SP de Daiwa de unos 10g que encontró hace un par de meses tirado en la playa, con él se ha marcado en cosa de veinte minutos cuatro Bailas y una Lubina, amén de algunos ataques fallidos. Son peques, pero estamos con las Ilicium y los Stradic 2500FI cargados con 10lb, así que se disfrutan algo.
Aprovechando que Antonio está soltando su última captura vuelvo a lanzar mi Aile Magnet DB de 10g viendo como una Baila le sigue y ralentizando la recogida por fin toma muestra y me salva el orgullo, bastante machacado de ver como Antonio conseguía una tras otra justo en la misma poza en la que yo lanzo también.
Alejandro desde lejos no puede si no quedar sorprendido de ver la caña de Antonio doblada cada vez que mira para nosotros y no tarda en acudir a ver si consigue salvar también su orgullo de pescador, pero perdió su oportunidad en un ataque allá de donde venía.
Al final a sido una mañana entretenida, nada espectacular, pero nos hemos divertido, sobre todo Antonio.
Al llegar a casa por fin me han llegado las anillas ovaladas para el spinning, ya no tengo que romper giratorios ni escachar nada, ahora las tengo hechas a mi gusto.
Aunque a mi no me salían tan mal :)
Seguimos en el intento…