El titular de la noticia dice así: Breda prohibe a un cocinero dar comida gratis a los hambrientos.
Y el artículo dice lo siguiente:
"El ayuntamiento de Breda, regido por una coalición de VVD (Partido Liberal), CDA (partido demócrata cristiano), D66 (centroizquierda) y GroenLinks (Izquierda Verde), ya había prohibido con anterioridad al chef Rahal Lamlih dar comida a los vagabundos. Esta vez, Rahal Lamlih ha recibido una multa por reincidir en este comportamiento. El ayuntamiento considera que los vagabundos solo pueden recibir comida si pagan por ella. El chef Lamlih dice al respecto que espera recibir ayuda de los partidos políticos o de los habitantes de Breda, "porque no tengo intención de parar".
Algunos ciudadanos de Breda tienen hambre. Un banco de alimentos de Breda dice en su website que "ofrece gratis todos los alimentos porque no tienen valor económico". Es decir, que cuando los alimentos tienen valor económico, las personas que tienen hambre no pueden recibirlos gratis sino que tienen que pagarlos. Y las autoridades sancionan a quienes entregan alimentos con valor económico a quienes los necesitan pero no pueden pagarlos".
¿Por qué?
Pues llego a la conclusión de que es porque la entrega de un activo está gravada por impuestos, por ejemplo, el impuesto sobre el valor añadido. Si entregas gratis algo a alguien, estás escamoteando el IVA y, por lo tanto, eres un delincuente económico. Y eso no lo pueden apoyar los políticos, claro.
Ningún partido político del ayuntamiento de Breda apoyará a Lamlih en su ayuda incondicional a los hambrientos de Breda. Que el partido liberal (equivalente a la sección del PP que representa, por ejemplo, la expresidente de la Comunidad de Madrid) no lo haga, no ha de sorprender a nadie. Al fin y al cabo, es coherente con su ideología. Que Democracia66 o el Partido de los Trabajadores, o Izquierda Verde, todos partidos de izquierda, tampoco lo apoyen, es verdaderamente sorprendente. Pero a mí, lo que personalmente me chirría es que no lo apoye la Alianza Demócrata Cristiana.
Es mi modesta opinión, todo lo modesta que puede ser una de mis opiniones, que el problema aquí no es que los partidos de derecha hagan políticas de derecha y los de izquierda hagan políticas de izquierda y que ambas sean incompatibles. El problema es que no hay un solo político que actúe en coherencia con las ideas que proclama. Los liberales no actúan para hacer a la gente más independiente sino que apesebran a los empresarios. Los socialistas no defienden a los trabajadores sino que apesebran a los sindicatos, los verdes no defienden la naturaleza sino las subvenciones a las asociaciones ecologistas y los demócratacristianos... se olvidan de las obras de misericordia.
Y a mí, personalmente, esto último es lo que más me enoja.