jueves, 28 de abril de 2016

Luz de ángel

Hace tiempo que el blog cría telarañas, y aunque tengo ganas de abrir ventanas y sanar, la pereza siempre gana. Hoy me aprovecho, y dejo que limpien por mí, y por eso os dejo con esta historia de Sara. 

Os quiero. 

Luz de ángel 

En tus ojos brilla un sol frío de invierno, como el mes en que naciste. Sé que en ti vive un alma ansiosa de calor a cada instante. Tu besos buscan mi piel para absorber el amor que necesitas para respirar y aunque a menudo tus brazos estén vacíos, como yertos, yo sé que siempre esperan, que siempre están dispuestos al abrazo de la madre que no juzga, de la madre que simplemente ama. 

Hija, así te llamé nada más nacer. Así te llamo cada día y cada día mi alma estalla en mil pedazos cada vez que pronuncio esa palabra. Tan simple y a la vez tan complicada. Eres mi luz de ángel porque a veces siento que no eres de este mundo. Que eres un regalo que nunca sabré apreciar en toda su magnitud. Libre como el aire, así eres tú. Una pieza imposible de encajar en ningún sitio. Y sin embargo, tan suave, tan dulce ...y tan pura. 

 A veces protestas porque no entiendes el mundo. El mundo es así, yo te digo, tienes que asumirlo. Pero ¿sabes una cosa? No tengo razón. No lo asumas. Lucha, no te rindas nunca. Porque llevas en ti una luz que pocos pueden ver con claridad. Pero si alguien se detiene a observar, será tocado por el milagro de un destello de sabiduría.


sábado, 13 de junio de 2015

Visitas no deseadas


Desde que el tío Jero, el patriarca, ha ingresado en el hospital, el desfile no cesa. Hijos, sobrinos, nietos, y conocidos del barrio abarrotan la sala de espera. En su habitación está Luis, un anciano que hoy, tras un mes operado, ha recibido la segunda visita de su familia. Esta vez tampoco han estado mucho tiempo porque no soportaban el jaleo de los vecinos. Antes de marcharse han puesto una queja en atención al paciente alegando que esas no son condiciones idóneas para recuperarse un enfermo. Luis sigue rezando cada noche para que las molestias de Jero no remitan.

miércoles, 27 de mayo de 2015

La llamada de las nueve


Desde que Dolores se fue, su única compañía era el trabajo. Hace medio año tuvo que jubilarse y el miedo a morir solo comenzó a angustiarle. Entonces convenció a Antonio, un antiguo compañero, para que le telefoneara a diario; siempre a las nueve. Dejaba que sonara, descolgaba y volvía a colgar. Con eso era suficiente.

Anoche no sonó. Al comprobar que había línea los temblores y la asfixia le impidieron dormir. Hoy ha sabido que Antonio había fallecido. Un dolor agudo en el pecho le ha paralizado cuando, a las nueve en punto, el teléfono ha vuelto a sonar. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Mi madre se llamaba Carmen


Mi madre era la única del barrio que tenía todos los nombres imaginables: Tatiana, Olga, Anastasia… lo que me convertía en la envidia del colegio. Por eso no acallaba los rumores que la tachaban de ser una espía enviada por los rusos para salvarnos de Franco. Los padres de mis amigos la devoraban con los ojos, mientras que las madres sabían que aunque era alta, de piel clara, y pómulos prominentes, sus secretos no eran políticos. Jamás olvidaré sus besos al estilo ruso. Esos que me daba cada noche, antes de marcharse a trabajar, diciendo que eran solo míos.


Los otros caminos

Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda  #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...