Un año después de perder al amor de su vida, Quinn Sullivan no consigue pasar página. Como parte del duelo, escribe a todas aquellas personas que se salvaron gracias a los órganos donados por su novio Trent. Consigue contactar con todos ellos, excepto aquel que recibe su corazón.
Aunque Quinn sabe que no debería, descubre quién es el receptor, un chico de diecinueve años llamado Colton Thomas. Cree que si logra ver a Colton, podrá superar el dolor de su pérdida. Pero su atracción es innegable, y entre ellos nace rápidamente una relación.
Colton cree que se trata de una casualidad, y aunque este nuevo amor ayude a Quinn a sobreponerse, no puede vivir ocultándole el secreto a su nuevo amor. La única salida es explicar la verdad, pero ¿y si eso conlleva perderlo?
Un corazón para dos es la novela bonita que parece, pero me ha faltado algo. No me ha emocionado como esperaba.
Quinn ha perdido al amor de su vida y tener contacto con las personas que recibieron sus órganos representa un consuelo. No resulta difícil empatizar con ella y con su intento de aferrarse a la más mínima cosa para sentir a Trent cerca. La forma en que la autora maneja los sentimientos de la joven en cuanto a la pena y la culpa me parece creíble y realista, y hace que la veamos como a un personaje cercano; con sus motivos, sus inseguridades y dudas, su vacilación y miedo, pero también con esa cabezonería y sensibilidad que posee.
Colton me ha gustado por la vitalidad y alegría que transmite. A pesar de que su existencia no es fácil, se muestra optimista y amable, carismático y gentil.
La relación entre ambos me parece especial, bonita e incluso tierna, pero he echado de menos más declaraciones, más romanticismo… más de ellos. La relación va paso a paso a pesar de esa atracción inmediata que sienten el uno por el otro, y agradezco que se tomen su tiempo, pero para mí el paso decisivo en esta historia ocurre cuando el libro está demasiado avanzado, lo que provoca que, en mi opinión, disfrutemos poco de su romance y haya demasiadas páginas en las que apenas pasa nada.
Tampoco me convenció la forma de resolverse todo. Hay menos explicaciones, conversaciones y detalles de los que debería dadas las circunstancias. No entiendo que él no pregunte más y que ella tampoco asegure con palabras ciertas cosas.
Como personajes tengo que destacar a la hermana y la abuela de Quinn; me agradó mucho su personalidad, su forma de ver la vida y de afrontarla y su peculiar manera de fijarse objetivos y cumplirlos.
La narración es muy buena, y un punto a favor del libro es que al principio de cada capítulo hay interesantes citas, informes, datos o reflexiones sobre el corazón.
El ritmo, en cambio, aunque no me ha resultado extremadamente pesado, sí lo he sentido algo lento en ciertas partes. Creo que sobran páginas o, mejor dicho, pienso que dichas hojas deberían haberse empleado en dar más agilidad a la historia en lugar de centrarse en el mismo esquema una y otra vez. La trama avanza muy despacio.
Un corazón para dos es una obra que habla sobre el amor, la pérdida, la esperanza y el seguir adelante.
Un libro bonito pero al que creo que le falta profundidad y emoción.
Leyna