¿Os habéis preguntado alguna vez de donde viene la ropa que compráis, quien la hace, y en qué condiciones? No os preocupéis,
este post no va de remover conciencias, bueno quizá un poco sí. Simplemente
quiero transmitiros la idea de que existe una forma de comprar más responsable.
El 23 de abril de 2013 se derrumbó la fábrica textil Rana
Plaza, en Banglades. Allí perecieron más de 1000 personas entre trabajadores y
familiares. Muchas de las operarias llevaban a sus hijos al trabajo. Esta
desgracia impactó tanto a la diseñadora y activista británica, Carry Somers que
la impulsó a crear el movimiento Global Fashion Revolution con un único fin, conseguir que la industria textil
fuera cada vez más transparente.
Hoy en día tienen representación en más de 100 países. Desde
2013 muchas marcas conocidas obtuvieron un 20% de transparencia, ninguna llego
al 50%. Encabezan la lista Adidas, Reebok, H&M, y a la cola se encuentra la
marca de lujo Dior, que no quiso revelar ninguna información.
Todos tenemos derecho a saber qué es exactamente a lo que
contribuimos y lo que no con nuestras compras, y conocer si existe explotación, abusos de los derechos
humanos y/o destrucción del medio ambiente. Como consumidores debemos dar un
paso más, exigir más información, tomar conciencia, y por tanto ser más
responsables.