Día mundial de la filosofía 2021
¿Estudiar filosofía?
Charla informal sobre la posibilidad de matricularse en la licenciatura de Filosofía
Eras Cervantes Méndez
DTI Filosofía, Plantel Carmen Serdán, IEMS
Muy buenos días. Estamos en el año dos de la pandemia de Covid-19. Hoy tenemos la posibilidad de conectarnos a distancia y tener eventos como este. El próximo jueves estaremos celebrando el día internacional de la filosofía, según la calendarización de la UNESCO. Esta charla está motivada por dicha celebración. La Filosofía es un producto humano que se plantea como una hazaña de la autoconsciencia y del máximo desarrollo del pensamiento de nuestra especie. Quizás una de las pretensiones más importantes es que la filosofía no ha hecho más humanos, demasiado humanos. Cuando Aristóteles definió a los seres de nuestra especie lo hizo bajo la premisa de que somos animales racionales. Este filósofo nunca desligó la humanidad de la animalidad. Somos entes naturales, dotados de un alma, pero la característica principal de aquello que nos mueve es el pensamiento racional. Para su época, unos dos mil quinientos años en el pasado, los filósofos ya habían hablado del asombro como el punto de partida del filosofar. Nos maravillamos frente a la naturaleza y frente a los productos de la cultura y nos preguntamos el porqué de las cosas. Ese Thauma, como lo designaban los griegos, nos dirige hacia la búsqueda de la verdad, desligada de los mitos y de las explicaciones religiosas. Queremos saber qué hay detrás del velo que cubre las cosas. Sin embargo, la filosofía, aunque surge en Grecia y es pilar de la civilización occidental, este tipo de reflexión surgió en cada lugar de la tierra habitado por humanos. El Lejano Oriente, tiene sus propios pensadores y su estructura de pensamiento reflexivo. La sabiduría (su búsqueda) no sólo se da en China o en India, también en las tierras precolombinas, se habla de una serie de conceptos que reflexionan sobre el ser de las personas y sobre el destino de todo lo que es. Flor y Canto es la muy peculiar manera en la que los nahuas resolvieron esas preguntas que conocemos como filosofía. Eso me recuerda que desde muy joven, tuve muchas dudas sobre cuestiones que no parecían hallar respuestas en el tipo de conocimientos que me ofrecía la escuela. ¿Por qué las cosas tienen un nombre? ¿Cuál es el origen de la justicia? ¿Por qué la maldad en el mundo no es prevenida por un poder superior? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Por qué las cosas no son eternas? Todas esas dudas siguieron por mucho tiempo hasta que tuve acceso a la clase de filosofía en la preparatoria. Pude ver que esas eran unas cuantas preguntas de muchas más que planteaba el mundo de la reflexión filosófica. Supe que quería estudiar filosofía para responder un par de preguntas imposibles. La filosofía es un saber que raya en lo imposible, saben. Sus preguntas son absolutas y las respuestas que pretenden, deberían ser iguales. Han existido muchos filósofos con respuestas ensayadas que se acercan mucho al absoluto, pero la multiplicidad de ideas trabajadas en la historia de la humanidad es una prueba de la prometéica tarea de los filósofos. Estudiar filosofía es acercarse más a los misterios de la razón que intentamos resolver. Los filósofos encontraron ciertos secretos. Los quisieron compartir. Se formaron escuelas. Se formaron filósofos que continuaron investigando. Se criticó la realidad, el saber aceptado y las ideas diferentes a lo que se ha pensado. Se vuelve tradición, se vuelve dogma, se instituye, se profesa y se vuelve un monolito incuestionable. Nosotros, los filósofos no podemos quedarnos con una verdad inmóvil, estamos obligados por el pensamiento a cuestionar, a debatir, a discutir a ejercer un pensamiento crítico y una vigilancia epistemológica radical. Estamos en medio de una batalla entre la filosofía y una forma superficial de entender la vida en la que no se requiere del pensar. Es imperativo seguir filosofando y promoviendo el pensamiento, el análisis, la reflexión, la crítica y la búsqueda de juicios verdaderos sobre la vida, la realidad y uno mismo. Estudiar filosofía no es sólo estudiar la historia de la filosofía, cosa que es muy importante para saber qué es lo que se ha pensado y no creer que descubrimos el hilo negro. Estudiar filosofía es adentrarse en una búsqueda interminable. Es centrarse y concentrarse. Es situarse en su aquí y ahora para explicarse a sí mismo y la realidad. Es buscar los porqués y los a dónde. Es seguir con la duda como principio, la crítica como herramienta y un método que nos lleve cerca de las respuestas. Un sueño de juventud era ser escritor. La filosofía me proveería de las temáticas para poder escribir. Lo he hecho de maneras extrañas. La música y los comics. El camino por el que me llevó la filosofía fue en un primer momento hacia la política. Pero después me fui acercando a la reflexión sobre la cultura y de esta hacia las cuestiones de la estética y el arte. Estudié Filosofía en la entonces ENEP Acatlán de la UNAM, hoy Facultad de Estudios Profesionales. Fueron 8 semestres de uno de los mejores momentos de mi vida. En aquel momento éramos sólo un grupo matutino de filosofía por generación. Entramos unos 45 estudiantes, terminamos unos 10. ¿Qué impide el avance de los estudiantes? Tengo algunas ideas, pero hace no mucho platiqué con uno de mis antiguos profesores y me contó que ya eran dos salones en el turno matutino y uno en el vespertino por generación. A pesar de la continua campaña por desaparecerla, cada vez más personas se aventuran a estudiarla. Acatlán tiene un alto número de profesores con posgrado. Cuatro áreas de especialización Filosofía Política, Filosofía de la Ciencia, Filosofía de la Cultura y Teoría Filosóficas. Yo estudié dos de las preespecialidades, e hice mi servicio social en el área de docencia. Estuve estudiando cuestiones pedagógicas aún antes de salir de la licenciatura. Participé como adjunto de uno de los profesores del campus. Ingresé a un par de seminarios de investigación como becario. Ahí fue donde aprendí ese doble camino de la práctica filosofía que radica en la Docencia y la Investigación. Desde esos tiempos sabía que quería ser docente y que el valor del conocimiento está en la posibilidad de compartirlo. Estudié con ahínco a Platón a Descartes a Kant a Marx a Nietzsche a Heidegger a Bataille a Camus a Gadamer y eso me llevó a la literatura. Leer tragedias, poesía, gestas y sagas para comprender lo que éstas tienen que enseñarnos bajo el método filosófico de la hermenéutica. Agradezco infinitamente a mis maestras y profesores que apoyaron mi formación. Cada uno de ellos ocupa un lugar muy especial en mi mente, mi corazón y mi espíritu. Me he situado en la época que me tocó vivir. La Posmodernidad. Me doy cuenta que no es fácil la filosofía en esta época. Parece una literatura demasiado aburrida. Un pasatiempo para quien no necesita de los objetos de consumo. Pero estoy seguro que la filosofía es una razón suficiente para vivir. Estos tiempos, de cualquier manera te exigen dedicarte a más de una cosa. Y a expandir tu propio horizonte. Cada filosofía es un camino diferente. Cada filósofo la entiende de una forma. Cada filosofar es personal.
Carpe Diem, Sapere Aude, memento mori, panta rei kai ouden menei, gnothi seautón y In cuicatl in yolotl.
Paz.
México CDMX, 16 de noviembre de 2021
* presentado en el auditorio del Plantel en la muestra profesiográfica organizada por el colega Víctor Coronel.