Y por primera vez desde hacía años, la luna se tapó los ojos para no ver lo que había debajo.
Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.
¡Gracias Daniel!
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viernes, 24 de junio de 2011
viernes, 10 de junio de 2011
Limpieza matinal
Cada mañana, se frotaba los dientes una y otra vez con su machacado cepillo; los tenía brillantes, resplandecientes, pero las manchas de conciencia no se iban ni con lejía.
viernes, 27 de mayo de 2011
Cambio de planes
Mientras comía las uvas juró dejar de lado sus malos hábitos con la llegada del nuevo año; al día siguiente, frente al espejo, se dijo: Mejor empiezo el lunes.
viernes, 13 de mayo de 2011
viernes, 21 de enero de 2011
Rápido
Todo avanza. Regular, veloz, monótono. Intermitentes centellas que me rodean en estruendoso sonido. Mi cabeza gira enloquecida intentando captarlo todo pero no puede, nunca ha podido. Los gritos, inconmensurables. Yo, solo. Alrededor, mi silencio, eterno compañero. Todo avanza, no lo niego. Y mientras tanto, la canción triste sigue estando ahí.
Todo avanza. Y yo, vomito.
viernes, 24 de diciembre de 2010
Solo el viento sabe
Lanzo la vista hacia el infinito. Vacío. Un enorme abismo del que no puedo vislumbrar el final. No sé qué vendrá después. No sé si estarás conmigo. Nada sé ahora. No sé siquiera si, apurada, seguirás caminando por aquel camino irregular que decidiste tomar; si mi nombre susurrará en tu pequeña cabeza. Incertidumbre, duda. Es horrible, lo sé. Certezas, pocas. Claras solo una; cada día, al levantarme, sonreiré pensando que en algún lugar del mundo, antes de cerrar los ojos cada noche, dedicarás unos segundos de tu ajetreada vida en un intento de rememorar las palabras que nos regalamos aquel día pero que solo el viento puede recordar.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Títeres
De pronto el títere se dio cuenta de que estaba siendo manejado mediante hilos finísimos.
Preso del pánico empezó a revolverse y a luchar contra los tirones que le impedían mover libremente sus miembros. Desesperado, en un último intento, colocó sus dientes sobre la cuerda y mordió con todas sus fuerzas. Entonces, su inerte cuerpo de madera se desplomó contra el suelo para no volverse a levantar.
El hombre lo recogió y fue a buscar otro de los muñecos que había en un pequeño estante.
-Javier Domingo-
viernes, 26 de noviembre de 2010
Todo en una mirada
Y ahora no somos más que dos desconocidos. Nuestras vidas discurren por caminos diferentes y el pasado no es más que otra anécdota que anotar en nuestros diarios. Pero, algunas veces, nos cruzamos; Miramos al suelo, siempre,entre nerviosos y avergonzados.
Mas yo siempre estoy alerta para inmortalizar el breve instante en que nuestros ojos se observan directamente. Veo tristeza y eso me duele. Veo rencor y eso me duele también. ¿Por qué, entonces, busco ese fugaz momento? Porque, aún hoy, puedo ver restos de lo mucho que me querías.
-Javier Domingo-
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Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.