Agua, pedí; trajiste la jarra
semillena y otro vaso
transparente.
Sobre la mesita de la abuela,
la charla crecía
con la intensidad del afecto.
Lezama, Mairal, la avenida
poblada de autos como siempre
cada mate de poleo y burro
el intercambio
esa alegría renovada
por que el encuentro
en la mugre de un portico
estimula la búsqueda
de lo que revela lo opaco.
Me diste el Cernuda azul
quedó flotando un libro rojo
me traje el cactus que me regalaste alguna vez.
Regué mis plantas antes de partir.
Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede
martes, 31 de enero de 2017
sábado, 21 de enero de 2017
Mundo Nuevo
Es de noche, hay pocos autos.
Grisín sale.
Al rato, golpea la reja con las patas.
Su alegría al verme es infinita
sacude cola y espalda
salta hacia adentro y me lame
en cuanto abro la puerta.
Voy aprendiendo.
Dejo que el animal elija.
sábado, 7 de enero de 2017
Carabás
In memorian
Mi hocico surcado por las cicatrices del Alfa
-a quien duplico en peso y en potencia-
da cuenta de su dominio.
Me desgarra la cara aún, ahora,
cuando su mera existencia basta
para que baje la mirada.
Nací entre cinco y estoy solo
- mis hermanos
apretados por el vértigo
de cruzar la ruta antes de tiempo
regaron las entrañas por el piso-.
Yo, al amparo de las rejas,
duermo entre las hojas de verano
como lo que resta el Alfa.
No ladro, ni muerdo
aprendí el bordeo del camino
alejado del amor desconozco las caricias
sobreviví por cobarde.
viernes, 6 de enero de 2017
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