Ojalá fijáramos la brisa, o quedara grabada la emoción, o hubiéramos podido sujetar la luz a la palabra; pero luz, emoción, brisa se acurrucan apenas a los pies del poema, besan su frente y enseguida rompen sus lazos, libres. Quedan las huellas que la poesía nos lega cuando camina sobre la disímil materialidad del lenguaje. Nosotros, apalabrados, seguiremos en un viaje vital dentro de la certidumbre de aquello que nos elude. El tiempo se encargará de lo que quede

domingo, 8 de octubre de 2017

Teriyaki

La carne asada en salsa dulce reluce aún bajo la sombra.
Este rayo de sol te enciende por un momento
aquél en que te mata la mirada.
Rota hacia la reiteración de la isla volcánica
o al continente rendido después de la fritura.
Ahí se prueba
la diferencia.

martes, 12 de septiembre de 2017

s/t

llevo tu dragón de acero
anidado en el pecho.
Otro recuerdo del incendio
-como si pudiera olvidarlo-

viernes, 14 de julio de 2017

Una señal en el aire del pecho

Sentí amainar un cuerpo
alrededor de un corazón enajenado.

Descubrí el sabor del fuego
tras secar la boca insaciable de la ciénaga.

También vi morir atragantados
a quienes mordieron el desgarro.

viernes, 9 de junio de 2017

Romanza de la Niña Rota

Que no hay verde
amor, que no
aunque las ramas estiren sus cogollos
como unas armas en plegaria.

Que no hay rojo
que no, amor
ése frenesí con que se pintan
los labios y las uñas las muchachas.

Que el conglomerado
de violetas y de azules
-amor, que no-
recorre los cauces soñolientos
dónde antes gozaban las cascadas
y cae dentro del seco arco de palabras.

Que ni ante el deslumbrante empujón del mediodía
brillan las entintadas plumas de las flechas
que no, amor, que no:
que no brillan
que no vuelan
que no hay risa.

Que postergar ese acto hasta la tarde
amor, hasta la noche
es simplemente la barbarie.

miércoles, 7 de junio de 2017

cálida casita desvencijada



Estoy en la vereda, el perro gime
a través de la reja
me lame las manos.
En la cálida casita desvencijada
la carne al horno con papas
dorándose en el horno
me recibe desde la entrada.
Peleamos con cariño antiguo.
Frost de entrada, mas risas, un cuarteto
de Beethoven -una fuga- hace el postre.
Hemos comido.
En la cálida casita desvencijada
evado el invierno.

lunes, 29 de mayo de 2017

Después

En la ciudad que no caminaremos
en los rascacielos
(vos eras el centro, mi centro, dijiste: mi centro)
tampoco estarán nuestros cuerpos.

Lo que nos acongoja es el conocimiento
de haber sido tan perfectamente bellos
en aquella mirada,
hoy fantasmática.

martes, 31 de enero de 2017

Opacidad y transparencia.

Agua, pedí; trajiste la jarra
semillena y otro vaso
transparente.
Sobre la mesita de la abuela,
la charla crecía
con la intensidad del afecto.
Lezama, Mairal, la avenida
poblada de autos como siempre
cada mate de poleo y burro
el intercambio
esa alegría renovada
por que el encuentro
en la mugre de un portico
estimula la búsqueda
de lo que revela lo opaco.

Me diste el Cernuda azul
quedó flotando un libro rojo
me traje el cactus que me regalaste alguna vez.

Regué mis plantas antes de partir.


sábado, 21 de enero de 2017

Mundo Nuevo



Es de noche, hay pocos autos.
Grisín sale.
Al rato, golpea la reja con las patas.
Su alegría al verme es infinita
sacude cola y espalda
salta hacia adentro y me lame
en cuanto abro la puerta.
Voy aprendiendo.
Dejo que el animal elija.

sábado, 7 de enero de 2017

Carabás

 In memorian

Mi hocico surcado por las cicatrices del Alfa 
-a quien duplico en peso y en potencia- 
da cuenta de su dominio. 
Me desgarra la cara aún, ahora,
cuando su mera existencia basta 
para que baje la mirada. 

Nací entre cinco y estoy solo 
- mis hermanos 
apretados por el vértigo 
de cruzar la ruta antes de tiempo 
regaron las entrañas por el piso-. 
Yo, al amparo de las rejas,
duermo entre las hojas de verano 
como lo que resta el Alfa.


No ladro, ni muerdo 
aprendí el bordeo del camino
alejado del amor desconozco las caricias
sobreviví por cobarde.

viernes, 6 de enero de 2017