Ya tenía yo ganas de quitarme las mangas largas y los zapatos cerrados; y no es que aquí haga demasiado frío (reconozco que es un placer no tener que llevar nunca el abrigo), pero ¡es que soy tan feliz en sandalias! Sí, ya sé que me conformo con poco, pero de verdad que me encanta la sensación de llevar los pies al aire y ropa ligera y de colores alegres. ¿Os podéis creer que de adolescente me daba vergüenza enseñar los pies? ¡Como lo oís! Vaya, como lo leéis. Recuerdo que una amiga me convenció, tendría yo 15 años, para comprarnos las mismas sandalias, y accedí a comprarme unas que eran como enrejadas pero cubrían todo el pie ¿Sabéis lo que pensé cuando me las puse? ¡Seré imbécil, lo que me estaba perdiendo! ¡Jajaja! Bueno, ¿y qué me decís de la sensación de llevar ropa ligera como lino o algodón fresquito? Dar un paseo por la orilla del mar cuando cae el sol, la brisita marina acariciándote el pelo... ¡pero qué peliculera soy! ¡Que alguien me pareeeeee! ¿Aquí no habíamos venido a recetear? Pues venga, ¡la receta! Pero que conste que me encanta la primavera . . .
Hoy os traigo una receta muy solicitada; y no es para menos, desde que la hice me enamoré de ella, de su aspecto, de su sabor, de su textura... Sin duda, una tarta increíble. Reconozco que es algo laboriosa, pero no es difícil, de verdad. ¡Si yo la hice, tú la puedes hacer igual! Lo único que tiene algo de complicado es la forma de cocción, al baño maría pero en horno, y he de decir que suena más difícil de lo que es en realidad: un molde desmontable dentro de un recipiente mayor con agua hasta la mitad Sencillo, ¿no? ¡Pues vamos con la receta!
TARTA DE QUESO CON CHOCOLATE, BASE DE OREO Y SALSA DE CARAMELO Y GANACHE
Para la base:
300 gr de galletas oreo
100 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
Para la tarta:
600 gr de crema de queso para untar
1 lata de leche condensada (397gr)
3 y ½ tbsp de azúcar
4-5 tbsp zumo de limón
2 tsp esencia de vainilla
3 huevos XL
100 gr de choco al 70%
Para el caramelo (yo se lo puse, pero reconozco que sin él también me gustaría):
250 ml de nata para montar (35% M.G.)
200 gr de azúcar
30 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
Precalentar el horno a 160ºC. Preparar un molde desmontable de 18-24 cm (podemos usar uno de diámetro mayor, entonces quedará más bajo pero igualmente delicioso) y otro más grande o una fuente apta para el horno (el desmontable debe caber dentro). Calentar agua para Baño María.
Pulverizar las galletas oreo enteras y mezclar con la mantequilla ablandada. Forrar el molde desmontable por la base y hasta la mitad de los lados, de manera uniforme, prensando bien la mezcla. Enfriar en nevera.
Batir el queso hasta que esté cremoso y suave; añadir el azúcar y mezclar bien. Añadir el limón y los huevos y batir, y al final la vainilla y volver a batir todo junto.
Derretir aparte el chocolate en microondas o al baño maría y, una vez tibio, mezclarlo con 1/3 de la crema preparada.
Sacar el molde con la base de oreos de la nevera y echar la mezcla de crema y chocolate con cuidado y alisar. Verter encima y con mucho cuidado (mejor sobre una cuchara grande a modo de fuente, como en la tarta tres chocolates) la mezcla de queso restante.
Poner el molde dentro de la fuente mayor y llenar con el agua caliente hasta la mitad del molde. Meterlo en el horno y hornear durante 1 hora y cuarto aproximadamente, a 160ºC. Cuando esté listo los bordes deben estar firmes.
Sacarlo del horno y enfriar. Refrigerar durante al menos 6 horas.
Preparación de la crema de caramelo: calentar el azúcar sin remover; cuando empiece a burbujear mezclar un poco con espátula de madera para unificarlo y esperar a que se disuelva. Apartar del fuego y remover bien; reservar.
En un cazo aparte, calentar la nata sin que hierva.
Añadir la mantequilla al azúcar y mezclar bien. Volver a poner el azúcar al fuego; añadir la nata caliente poco a poco y con cuidado porque salpica mucho, removiendo bien para que se unifique todo. Dejar hervir unos minutos y enfriar. Cuando vaya enfriando se irá espesando. Poner en tarro de vidrio y guardar en nevera.
También tenéis la opción de hacer la crema de toffee de Biscayenne, absolutamente deliciosa y muy recomendable. Dejadla algo líquida (al enfriar espesa) para poder derramarla a gusto sobre la tarta acabada . . . ¡estoy babeandooooooo!
Preparación de la ganache de chocolate: calentar la nata sin que llegue a hervir; apartar del fuego y añadir el chocolate troceado y reservar 30 segundos. Remover bien hasta que se disuelva el chocolate y añadir la mantequilla, revolviendo de nuevo para integrarla. Enfriar y conservar en nevera.
Cuando la tarta esté bien fría, sacarla de la nevera y pasarle la punta de un cuchillo por los bordes (yo tengo uno de plástico que guardo para estas cosas, así no rayo el molde), desmoldar con cuidado y poner sobre la fuente, plato o bandeja donde la vayamos a servir. Cubrirla (o decorarla al gusto) con la ganache de chocolate y luego derramar por encima la crema de caramelo, dejando que caiga por los lados. Reposar quince minutos y servir fría.
El resultado del montaje de mi tarta fue éste:
Os aseguro que es una de las mejores tartas que he probado en mi vida. ¡Y no exagero! El aspecto es delicioso como veis, pero es que el sabor es una explosión en el paladar. La mezcla de texturas (crujiente de la base, suave del queso con chocolate, cremosa de la ganache . . . ¡acabo de manchar el teclado de babas otra vez, ya verás como hoy me lo cargo, jajaja!) No os la podéis perder. Si queréis dejar a vuestros invitados con la boca abierta y quedar como auténticos profesionales, esta es vuestra tarta. Si os han invitado a una comida o una cena y queréis llevar el postre, esta es vuestra tarta. ¡En serio, vais a ser la comidilla entre vuestros amigos y familiares por mucho tiempo!
Me encantaría que me mandárais fotografías de vuestras tartas, porque de verdad espero que os animéis a hacerla. Os deseo todo lo mejor, ¡sed felices y a disfrutar de la vida! (. . . y de las tartas de queso y chocolate, yujuuuuuuu!!!!)