Un pèl tard, recupero aquest article d'en Quim Monzó, genial, com sempre. I fidel a la veritat.
¿Y de mí no se acuerda nadie o qué?
Suenan nombres para la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. Que si Albert Sáez, que si David Madí... Cuando oí que CiU presentaba al imparcial David Madí, me dio un ataque de risa. Parecía una de esas noticias que se inventan en The Onion. Aún no me había recuperado del impacto cuando van los del PSC y presentan a la igualmente imparcial Anna Balletbò. A partir de ahí los nombres se suceden: Berraondo, Del Pozo, Xavier Guitart, Armand Querol, Fernández Déu... imparciales todos. Al PSC, por cierto, un reproche: a la carta de CiU de prestar a Madí yo hubiese jugado directamente la de José Zaragoza. Pero, vaya, presentar a Anna Balletbò también ha sido divertido.
Y digo yo: ¿por qué nadie piensa en mí? ¿Por qué no me ofrecen ningún puesto? Durante décadas, tanto cuando mandaban los convergentes como ahora que mandan estos, veo que hay escritores que chupan un cargo aquí y luego otro allá... ¿Por qué yo no? Yo sería el candidato perfecto para dirigir incluso la Corporació. De entrada fíjense que digo Corporació y no corpo, en plan coleguilla. Eso significa que tengo un respeto por el organismo. Pero al baza en la que deposito mis esperanzas es que me dan lo mismo unos que otros: no me creo a ninguno, ni tan sólo a aquellos que a veces voto si el exceso de bebida me hace bajar la guardia alguna jornada electoral. Yo sería un director chupi. Aún conservo la corbata que me puse en octubre para leer el discurso de la Feria del Libro de Frankfurt. Y tengo más corbatas, no crean que sólo esa.
Diré algo más a favor de mi propuesta. Cuando el tripartito formó su primer gobierno tardaron muchísimo en nombrar a los directores de la Corporació, de TV3 y de Catalunya Ràdio. Estuvieron mareando la perdiz durante meses. En aquel entonces yo colaboraba en el programa de Antoni Bassas, y una y otra vez presentaba en antena mi candidatura a director de la Corporació. Y nada. No me hacían caso. Supongo que creían que era broma. Me pasa a menudo. A veces la gente no cree que lo que digo lo diga de verdad. Y pasó lo que pasó. Maragall telefoneaba a Montserrat Minobis para que hiciese de mensajera entre él y una periodista catalana (de corazón socialista y con carrera en Madrid) y, cuando esta dijo que no, viendo que no conseguía nombrar a nadie, a Maragall se le ocurrió preguntar a quien tenía al teléfono (Minobis) si le apetecía el cargo. El resto es de sobras sabido: ella dijo que sí, para desgracia de Catalunya Ràdio y alegría de RAC1.
Y digo yo: ¿no hubiese sido mejor que me nombrasen a mí? Ahora mismo, ¿no saldríamos todos ganando si me nombrasen ya? Si no lo hacen, luego no se quejen. Y recuerden que el hecho que sea imparcial no quiere decir que sea idiota. Como no tengo fidelidades de partido –como soy realmente ecuánime–, a partir de una cifre interesante puedo negociar con cualquiera; o con todos a la vez.
Quim Monzó (La Vanguardia - 21.12.2007)