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martes, agosto 02, 2005

Samba pra Vinicius

A modo de introducción, tratemos de dar algunos datos relevantes sobre la vida de Vinicius de Moraes, a poder ser sin caer en el topicazo de hacer una mini-biografía con cuatro datos sacados de google y wikipedia. Lo justo para saber algo sobre el personaje que nos ocupa. Vinicius de Moraes nació a principios del siglo XX en el seno de una de las familias mas acomodadas de Rio de Janeiro. Aficionado por herencia y entorno familiar a la música, la poesía y la literatura, estudió derecho en Europa, aunque no llegó a ejercerlo. Fue periodista mientras escribía sus primeros libros de poesía y cónsul del gobierno brasileño en París y Los Ángeles. Durante esa época, escribió y publicó varios poemas de temática existencialista y marcadamente cristiana.

A pesar de no haberse desligado nunca de la poesía, aparcó la música durante un par de décadas. Debió retomarla con muchas ganas cuando a princípios de la década de 1950 entabló amistad con Antonio Carlos Jobim. El propio Vinicius confiesa desligarse poco a poco de los hábitos, creencias y costumbres de su entorno social para comenzar a vivir la vida con mayor intensidad, lo cual se refleja en sus nuevas poesías y en las letras de sus nuevas canciones. En Brasil empieza a ser conocido como el poéta diplomático, el hombre que canta a las cosas sencillas, a la belleza de las situaciones cotidianas y a las mujeres bonitas.

Siempre me ha gustado imaginar el momento en el que él y Jobim escribieron la que probablemente sea una de las canciones mas bonitas de la historia y sin lugar a dudas el piropo mas bien dicho de todos los tiempos. Seguramente no fue así, pero -como en la historia de Newton con la manzana- se aprecia mejor si sugieres la situación. Vinicius está sentado en la playa de Ipanema, probablemente con su guitarra improvisando unos acordes, cuando la ve llegar desde lejos. Su imágen, su movimiento y su presencia le transmiten, o le inspiran, los versos.

Olha, que coisa mais linda,
Mais cheia de graça,
É ela, menina, que vem e que passa,
Num doce balanço, a caminho do mar.
Moça do corpo dourado,
Do sol de Ipanema,
O seu balançado
É mais que um poema
É a coisa mais linda
Que eu já vi passar.

La garota de Ipanema se aleja, camino al mar, y probablemente se sumergirá en él sin saber que acaba de ser inmortalizada como musa. Vinicius le regala un verso de despedida. Gracias por pasar por aqui y regalarnos tu presencia.

Ah, se ela soubesse
Que quando ela passa,
O mundo inteirinho
Se enche de graça
E fica mais lindo
Por causa do amor.

Ella camina por la playa y a su paso el mundo es un lugar algo mejor. En Que maravilha, ella camina hacia mí, vestida de blanco, completamente mojada y despeinada por la lluvia. Su sóla imágen ya es suficiente para ofrecerme una canción. Así eran -son- las letras de Vinicius: poesía sin excesos gratuitos. Sin ostenación ni abuso de metáforas, asequible a cualquiera que desee escucharla.

El resto es historia, claro. Las creaciones de Vinicius, Jobim, Joao Gilberto y posteriormente Toquinho terminaron dando la vuelta al mundo. Con Toquinho mantuvieron una fructífera carrera de casi 30 LPs y una relación de amistad maestro-discípulo que duró hasta la muerte de Vinicius. Como tributo en vida, simplemente por la amistad y admiración que sentía hacia el poeta diplomático, Toquinho escribió junto a Chico Buarque la Samba pra Vinicius.

Poeta, meu poeta camarada.
Poeta da pesada,
Do pagode e do perdão.
Perdoa essa canção improvisada
Em tua inspiração.
De todo o coração,
Da moça e do violão,
Do fundo.

Poeta, meu poeta vagabundo.
Quem dera todo mundo
Fosse assim feito você.
Que a vida não gosta de esperar,
A vida é pra valer,
A vida é pra levar,
Vinícius, velho, saravá.

La filosofía y la mentalidad de Vinicius quedan claramente transmitidas en A felicidade. La tristeza es infinita, la felicidad no. Apura al máximo tus momentos de felicidad, porque estarán contados. Cuídalos, porque la felicidad es algo frágil que puede romperse en cualquier momento.

A felicidade é como a pluma
Que o vento vai levando pelo ar
Voa tao leve Mas tem a vida breve
Precisa que haja vento sem parar...
Tristeza nao tem fim
Felicidade, sim...

De diplomático a poeta, de poeta a compositor y finalmente cantante y showman televisivo. Cantó el himno de la copa de Brasil en la sala La Fusa de Buenos Aires, a pesar de la eterna rivalidad entre estos dos paises. De Vinicius se cuenta que era un cachondo vividor que cautivaba a las personas con su pasión vital por apreciar los detalles positivos en la vida y en sus situaciones, por insignificantes que pudieran parecer a simple vista. Mas allá de la ambición, está el hecho de pararse a pensar si vale la pena dejarse la piel y la vida en algo, o si la vida se te concedió simplemente para vivirla como mas la disfrutes. A vida nao gosta de esperar, era su frase.

Saravá, Vinicius. Gracias por todo.

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