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jueves, 27 de marzo de 2014
Multitudinaria intimidad
Escritor autobiográfico, soy preguntado a veces por la cosa de mi intimidad expuesta. Ése no es el problema, sino que la intimidad de uno no es solitaria, sino la de otros, casi una muchedumbre. La intimidad de todos es lo que justifica la escritura de la intimidad de cada cual, pero hay que andarse con cuidado de no quedar a mitad del camino, con la intimidad de un puñado de íntimos expuesta. He ahí el problema, que como mínima nos deja la alegría palpable de saber que la soledad no existe, que estamos extremadamente entrelazados.
jueves, 17 de enero de 2013
C. R. al rescate
Es Claudio Rodríguez el que acude, como hizo otras veces. En el libro que recoge poemas laterales, borradores, textos rechazados e inéditos, me encuentro unos versos, en el poema "Peso de lo humano", que calman casi del todo mi miedo a no encuentrar nunca jamás otro hilo argumental, como en El pábilo vacilante, que le dé espesor narrativo a estas notas al paso del blogg. Canta C. R., y me reconforta:
Mirando el tiempo y el monte
y la alondra en el tapial
y el trigo alto (los ojos
que sienten la libertad).
Situando en cada sitio
las cosas, con ese azar
que no se inventa, que nace
de la esperanza total.Amén.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
La Nueva es recomenzar
Ayer, en la Misa de Navidad, lo vi claro. No tenía que esperar al Año Nuevo para la vida nueva ni a mi cumpleaños del 13 de enero, que es otra tentación estratégicamente puesta en el calendario, sino ya mismo, ayer, quiero decir, que es el día perfecto. Yo me paso la vida recomenzando, tanto que mi ex libris es un molino, que siempre está dando de nuevo una nueva vuelta, aunque, ay, sobre sí mismo. Pero si muele...
El de Leonor es un barco, porque ella el rumbo lo tiene bien fijado y sí que va de aquí para allá:
Pero en ambos el viento, que es lo que nos une, tiene el papel protagonista. Dicho lo cual, un propósito es no descuidar el blogg a base de trampolines (que, por cierto y a propósito). Si estoy menos bloguero, no es, como me ha excusado algún amigo misericordioso, porque tengo muchos artículos que escribir. Son cosas distintas, como ha remarcado en Wikipedia un desconocido a quien le estoy electrificantemente agradecido, auténtico amigo invisible. Cuando han confundido blogg y articulismo, yo me dicho: "En los artículos, va mi visión de la vida y en el dietario mi vivencia del tiempo; si los confunden es porque estoy dando demasiado protagonismo al "mi", ay".
Si no escribo tanto en el blogg ahora es porque le estoy haciendo el barbecho tras El pábilo vacilante. Por ejemplo, desde Con el tiempo, no he escrito poesía apenas, y ya empieza a tocarme, como tantas otras cosas. Lo honesto sería cerrar Rayos y truenos un año, para volver con ganas y una voz (relativamente) nueva en unos meses. Pero no sería capaz, lo reconozco, de pasarme sin vosotros ni una semana. No queda más remedio, pues, que coger impulso a la rueda del molino y volver, volver a bloguear a toda vela.
El de Leonor es un barco, porque ella el rumbo lo tiene bien fijado y sí que va de aquí para allá:
Pero en ambos el viento, que es lo que nos une, tiene el papel protagonista. Dicho lo cual, un propósito es no descuidar el blogg a base de trampolines (que, por cierto y a propósito). Si estoy menos bloguero, no es, como me ha excusado algún amigo misericordioso, porque tengo muchos artículos que escribir. Son cosas distintas, como ha remarcado en Wikipedia un desconocido a quien le estoy electrificantemente agradecido, auténtico amigo invisible. Cuando han confundido blogg y articulismo, yo me dicho: "En los artículos, va mi visión de la vida y en el dietario mi vivencia del tiempo; si los confunden es porque estoy dando demasiado protagonismo al "mi", ay".
Si no escribo tanto en el blogg ahora es porque le estoy haciendo el barbecho tras El pábilo vacilante. Por ejemplo, desde Con el tiempo, no he escrito poesía apenas, y ya empieza a tocarme, como tantas otras cosas. Lo honesto sería cerrar Rayos y truenos un año, para volver con ganas y una voz (relativamente) nueva en unos meses. Pero no sería capaz, lo reconozco, de pasarme sin vosotros ni una semana. No queda más remedio, pues, que coger impulso a la rueda del molino y volver, volver a bloguear a toda vela.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
jueves, 5 de julio de 2012
Nomen omen
Llamándose Rayos y truenos es natural que, acabada la primavera, y aquí, que las tormentas de verano brillan por su ausencia, se cierre este blogg, y se abra la temporada de piscina con sus saltos de trampolínk. Ha pasado otros años, casi todos, pero cada cual con su peculiaridad: esta vez no lo tenía planeado, se me ha impuesto (RyT cada vez trampolineaba más) y no lo dejo por ningún proyecto en concreto. Me vencen las ganas de leer, leer, leer en (relativo) silencio.
Nos vemos —D. m.— el 3 de septiembre.
domingo, 1 de julio de 2012
Un problema sin remedio
El problema del escritor confesional no es, desde luego, éste. El verdadero problema del escritor confesional es la confesión, pero la sacramental. Con El pábilo vacilante ya me ha ocurrido tres o cuatro veces que se me destaca la bondad antinatural de la voz cantante o del personaje. Y yo, que no fui consciente de ello mientras lo escribía, no puedo estar más que de acuerdo, y más aún teniendo tan cerca el modelo, al otro lado del espejo. Ocurre que mis maldades —aunque para no ser pretencioso, mejor decir mis ruindades— y mis malos humores e intenciones los vuelco sobre el confesionario. Y allí los olvido y se hacen nada, inexistentes, ni escoria. Eso hace que al blogg llegue un Enrique García-Máiquez ligero, alado, divertido, feliz, con una mirada limpia. Un Enrique García-Máiquez, concedo sin problema a mis inquisitivos interlocutores, algo falso. Pero sin remedio, porque, como algunos de ustedes comprenderán, no voy a dejar de confesarme para salvar al blogg.
Se me ocurren dos soluciones. La primera, ir dejando caer o sugiriendo algunos de mis pecados o errores o debilidades o mezquindades. Pero, paradójicamente, sería un hipócrita si lo hiciese, porque, tras confesármelos, veo que son nada y aquí estaría usándolos de ingredientes, qué asco. La otra solución, consistiría en ir informando periódicamente: "Hoy confesión, u hoy, agujero negro, u hoy, reciclaje, y hoy, coche escoba, u hoy desintegrador de partículas, o repitiendo como una letanía aquella cita de Chesterton de que la confesión se salía como un niño recién nacido, un bebé con diez minutos". El problema de esto es que alentaría a las imaginaciones más calenturientas, y tampoco es eso.
Se me ocurren dos soluciones. La primera, ir dejando caer o sugiriendo algunos de mis pecados o errores o debilidades o mezquindades. Pero, paradójicamente, sería un hipócrita si lo hiciese, porque, tras confesármelos, veo que son nada y aquí estaría usándolos de ingredientes, qué asco. La otra solución, consistiría en ir informando periódicamente: "Hoy confesión, u hoy, agujero negro, u hoy, reciclaje, y hoy, coche escoba, u hoy desintegrador de partículas, o repitiendo como una letanía aquella cita de Chesterton de que la confesión se salía como un niño recién nacido, un bebé con diez minutos". El problema de esto es que alentaría a las imaginaciones más calenturientas, y tampoco es eso.
Lo mejor es dejarlo como está. Puestos a tener límites, el de la bondad no está mal. Y si uno no alcanza a ser santo, bueno, a ver si lo consigue su personaje.
domingo, 17 de junio de 2012
Equilibrio
Un buen amigo y tan buen lector me decía por correo privado, o sea, me cuchicheaba, que el blogg había bajado de intensidad con tanto trampolínk a las tantas cosas que tengo que escribir. Me temo que tenía razón, ¡con la ternura que me despierta el blogg y lo que me fastidia decepcionar a los que venís aquí a visitarme...! Así, que para compensar, el artículo de hoy en el periódico es talmente una entrada de Rayos y truenos. Sí, Mahoma y la montaña, pero aplicado, humildemente y con todo respeto, a lo mío de aquí y de allá, de ida y vuelta.
lunes, 21 de mayo de 2012
Dejándome caer de espaldas
Uno de los problemas que me ha dado este blogg desde que, a principios del verano pasado me puse a reunir, seleccionar, rechazar y corregir las entradas de El pábilo vacilante, ha sido el de seguir escribiéndolo. Me lo perturba la seguridad de que el hilo —tenue, pero hilo: los hilos suelen ser finos, que si no son cables— narrativo del libro ya no lo volveré a conseguir jamás, ni su densidad de sucesos ni la condición casi cervantina (con perdón) de maravillas y encantamientos, aunque cotidianos y casi secretos. A cambio, me consolaba y divertía pensar que, mientras que Lo que ha llovido salió publicado en unos cuadernos de poesía, El pábilo vacilante lo haría en una colección de narrativa. Qué a propósito.
Y sin embargo aquí sigo, como puede comprobar el amable lector. Ya veremos qué sale esta vez y dónde acabo. Se vive hacia adelante, pero se comprende hacia atrás, como dijo Joseph Joubert o Soren Kierkegaard, tanto monta. Se escribe hacia adelante, pero se publica hacia atrás, podría ser una variante ad hoc. Aunque no, porque aquí escribo dejándome caer de espaldas. Se trata de un ejercicio práctico de confianza. Alguien me recogerá.
domingo, 6 de mayo de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
Pabilaciones
Con El pábilo vacilante me consume un miedo cerval a un círculo vicioso: creo —como dejo caer en el prólogo— que es un libro para los que no visitan Rayos y truenos, lo que no restringe demasiado el número de potenciales lectores, pero me temo que la inmensa mayoría de ellos saldrá de aquí y que no podréis evitar, ay, la sensación de relectura por mucho que yo os preavise que aquello de ayer fue prelectura. Qué agradecimiento, por tanto, a la honda recensión de la Laguna, cayendo incluso en la centralidad de la entrada sobre la amenidad y en el detalle de la camiseta del Madrid, cuando la mía es la de la Selección Nacional —al principio me extrañó, pero luego lo entendí—. Y es bonito, además, porque me pone a prueba. Si me tomo en serio mis palabras, ya no me podré quejar ni mucho menos: Casado da Rocha para mí es cien mil. Y si os las tomáis en serio, no tendréis que acudir a la presentación, que será un mano a mano, ¡er mano a mano!, que diría un flamenco, o (her)mano a (her)mano, para un ultraísta.
viernes, 30 de marzo de 2012
Agradecimiento a BB, y al resto
"Pode ser difícil encontrar agulha em palheiro, mas não descalço", que traducido por mí, aquí y ahora, quedaría: "Puede ser difícil encontrar una joya en la Aldea Global, pero no con un amigo". Ayer no más, BB nos informaba de que en Lisboa andaban tristes (más aún) por la muerte de Millôr Fernandes y, para que no lo diésemos por amortizado, nos ponía unos cuantos aforismos de carná. Me he pasado doce horas —más o menos y descontando la cena, dormir, ir al IES, recoger a Carmen, cambiar a Enrique, etc.— leyéndole y me he reído y he pensado y he traducido y he escrito esto. Es una lectura de urgencia, es un pensamiento de urgencia, es una traducción de urgencia y es una urgente escritura, pero la risa, ah, la risa es inmortal.
Y me alegra debérselo a un comentario en el blogg, porque a veces me preguntan para qué sirve esto —y a veces, me lo pregunto, que es peor—, pero luego, de golpe, viene uno u otro, y me da la respuesta. Gracias.
jueves, 15 de marzo de 2012
viernes, 9 de marzo de 2012
V V V en WWW (ventana vs. vidriera)
Una crítica muy repetida contra
los blogs literarios que se construyen sobre el modelo del género de los diarios íntimos
es su descarada falta de pudor. La privacidad de los autores queda expuesta a
los ojos del mundo, nos advierten con gesto adusto. Pero la intimidad es un
valor paradójico porque depende de las palabras y los signos que permiten
atisbarla o presentirla y que en literatura son, en buena medida, el resultado de un
delicado proceso de creación. Eso ha defendido uno desde siempre y Benítez
Ariza desde mucho antes en su blog Columna de
humo. El otro día me encontré con una defensa más sencilla todavía.
Decía un ilustre profesor que la Red ha caído sobre todos y que allí se pescan
con facilidad nuestros datos, nuestros currícula, nuestras fotos y nuestra
vida. Teniendo la dirección postal, puede verse incluso nuestra casa.
De modo que vivimos en un escaparate como ésos de Amsterdam, concluía no muy
líricamente. Y todos, no sólo los blogueros. O, me atreví sugerir, los blogueros quizá
un poco menos . El blog, que es lo primero que sale
de su autor en cualquier búsqueda, es una oportunidad de manejar y colorear,
subjetivizándola y matizándola, nuestra intimidad. En el blog, eres tú el dueño de
tus palabras y silencios, de tus enlaces y de tus desentendimientos. La regla de oro de cualquier política de comunicación es que la principal fuente de información sobre sí mismo ha de ser uno. Si hemos de vivir
irremediablemente en una ventana, ¿por qué no procurar que sea una hermosa y
brillante y pudorosa vidriera?
***
PS. O aprovechando la hermosa imagen de Jilguero: la literatura permite que la vidriera se vea desde dentro de uno, que es donde brilla, no desde fuera, tan plomiza y con las redes esas --forcemos un poco la cosas-- que se ponen sobre las catedrales por motivos de seguridad o restauración.
***
PS. O aprovechando la hermosa imagen de Jilguero: la literatura permite que la vidriera se vea desde dentro de uno, que es donde brilla, no desde fuera, tan plomiza y con las redes esas --forcemos un poco la cosas-- que se ponen sobre las catedrales por motivos de seguridad o restauración.
jueves, 8 de marzo de 2012
viernes, 17 de febrero de 2012
La oferta y la demanda
Llama mi padre. Cojo el teléfono. "Hombre, qué alegría, qué me cuentas, cómo estás". Me sorprende tanta efusividad, pero enseguida se aclara el malentendido. Confundió el número y creía que estaba llamando a mi hermano Jaime, que tiene una relación bastante distante no con mi padre, ni hablar, sino con el móvil y que además vive en Madrid y no a tres manzanas. Por suerte, el Evangelio viene a salvarme, como siempre. No me molesto como el hermano mayor de su hermano pródigo por las fiestas que mi padre le hace a mi hermano pequeño, y no a mí, que descuelgo el teléfono siempre al primer timbrazo. Yo estoy siempre con él, siempre al habla. Y si a alguno de mis lectores no le va el paralelismo parabólico, pues también vale la ley de la oferta y la demanda, tan en boga en estos tiempos de neoliberalismo liberado: la oferta escasa dispara la demanda. O volviendo, boomerang, al Evangelio, sería ver la mota en el ojo ajeno y no la viga en el mío. Anoche conseguí hablar por teléfono con Jaime después de no sé cuántas conversaciones con su contestador, y lo celebré por todo lo alto, paseando bajo un frío vivificante y unas estrellas como un castillo de fuegos artificiales nada efímeros, etc.
***
Lo cual, haciendo ahora un pequeño ejercicio de metabloguismo, también se aplica a la alegría que nos da ver que los viejos blogueros siempre vuelven: véase Beades o Julio Martínez Mesanza o Llir entre cards. Hay que matar un cabrito cebado para celebrarlo, tres, y los más diarios (o más) nos apuntamos encantados, ¿verdad, Ángel?
miércoles, 4 de enero de 2012
Que no se me olvide
Que no se me olvide que uno de los propósitos de este blogg a partir de verano fue darle un aire nuevo a base de dejar de contar lo primero que se me ocurriese e imponerme la disciplina de extraerle al día su perla o, siendo menos pretencioso, su pepita o, siendo menos pretencioso, su pipa. Me hacía, de paso, gracia que el lema de la renovación fuese "El cuento de la buena pipa".
Para hacer honor al lema, voy a volver a hablar de Carmen y sus pronombres. Y me he llevado el artículo con su mala pepita de mi mala uva al trampolínk, para que desde allí salte.
Cuando llegué a casa, L. me informó que C. había pintado la pared. "¿Le has reñido?" "Oh, sí, mucho". Pero en cuanto me vio, C. dijo: "Hamos" y me dio la mano y me llevó hasta la pared. Se planta allí, señala su garabato y luego se señala a ella, en mitad del pecho y firma: "Tú". Se vuelve a señalar: "Tú", y al garabato, para que quede bien clara la autoría. Ya veo yo la intensidad con que su madre le ha reñido. Pero a mí tampoco me sale ponerme serio, porque, aunque el dibujo aún deja mucho que desear, el orgullo es talmente ya el de toda una artista. "Dichosa la rama que al tronco sale", la bendigo, reconociéndome.
Para hacer honor al lema, voy a volver a hablar de Carmen y sus pronombres. Y me he llevado el artículo con su mala pepita de mi mala uva al trampolínk, para que desde allí salte.
Cuando llegué a casa, L. me informó que C. había pintado la pared. "¿Le has reñido?" "Oh, sí, mucho". Pero en cuanto me vio, C. dijo: "Hamos" y me dio la mano y me llevó hasta la pared. Se planta allí, señala su garabato y luego se señala a ella, en mitad del pecho y firma: "Tú". Se vuelve a señalar: "Tú", y al garabato, para que quede bien clara la autoría. Ya veo yo la intensidad con que su madre le ha reñido. Pero a mí tampoco me sale ponerme serio, porque, aunque el dibujo aún deja mucho que desear, el orgullo es talmente ya el de toda una artista. "Dichosa la rama que al tronco sale", la bendigo, reconociéndome.
martes, 6 de septiembre de 2011
martes, 28 de junio de 2011
Luces, cámara, ¡acción!
Ya han acabado las evaluaciones y, por tanto, la de este blogg. Contagiado por el espíritu de hermanita de la Caridad que me ha embargado durante las primeras, he sido muy misericordioso con Rayos y truenos también. Pero como necesitaba un cambio --eso era evidente-- he decidido (véase el subtítulo) cambiarme las reglas del juego.
Mis antepasados, los paganos, echaban una piedra blanca o una piedra negra a una bolsa cada noche, según el día hubiese sido bueno o malo. Admira su capacidad de síntesis. Yo tendría que echar cada día a un saco una mina, un aluvión, una cantera de piedrecillas y pedruscos y pedradas multicolores. Algo dije ya.
Trataré de recoger aquí de cada día sólo su pepita de oro, o sea, su momento de hermosura, de emoción, de dulce melancolía o de humor, ese instante que lo justifique. Creo que hay un poema de JRJ que me vendría muy bien de cita inicial, que hablaba de no dejar escapar el día sin arrancarle su tesoro. ¿O era de Rabindranah Tagore? Bueno, eso, no dejarlo escapar. El tesoro por excelencia es, lo tendría que haber dicho el día del Corpus, para guardar el paso con la liturgia, la comunión diaria, piedra blanca por excelencia, que es la piedra angular, pero como eso no lo voy a repetir todos los días (lo voy a repetir todos los días, D. m., pero no lo voy a contar aquí), me dedicaré a una pipa más humilde.
La cosa tiene su riesgo. Mirarme las manos por la noche, y hallármelas vacías, como en la adolescencia, pero heladas de decepción, hundidas en las sombras, y asumir que el día se fue con sus cáscaras, huero. Bueno: el riesgo es lo que le dará emoción a la cosa. También lo mejor de un día puede ser un recuerdo. O un sueño. O una lectura. Apuesto que no hay un día (lo dijo Borges) que se nos disuelva sin que hayamos estado al menos una vez en el paraíso.
¿Paraíso, oh, o pipa, eh?, podríais decirme con una sonrisa zumbona. Sí, suenan contradictorios. Aunque se trate del paraíso, prefiero pipa, porque suena más humilde y porque me permite ponerme la venda antes de la herida. Cabe la posibilidad de que el resultado (un buen momento por día cada día) resulte un tanto monótono, monocolor. Como el dichoso cuento de la buena pipa, precisamente. Pero debo intentarlo. Si procuro hacer de mi poesía una comedia, ¿por qué no hacer de mi blogg una película de acción, de acción de gracias?
martes, 31 de mayo de 2011
CERRADO POR EVALUACIONES
Que nadie piense, después del chiste de ayer (de hace cincuenta años), que cierro el blog durante una temporada porque tengo que dedicarme a las tareas del hogar. Tengo, pero sería una percepción errónea. He de echar el resto en el instituto; y además plantearme una cuestión metodológica. En el blogg, hasta ahora hablaba de mi intimidad, pero mi intimidad se ahonda y se ensancha y es cada vez menos mía. Su sujeto ha pasado del yo al nosotros. ¡Y he de evaluar ahora cómo se articula y conjuga eso…! El trampolínk, que tiene un mecanismo mucho más básico, no me plantea grandes problemas, en cambio.
miércoles, 18 de mayo de 2011
Regalo
A veces algún lector me pondera del blogg que tanto trabajo mío lo ofrezca for free, como si no fuese suficiente pago el lector mismo, y encima agradecido. Además, muy a menudo, me hacéis regalos estupendos, aunque ninguno como éste. Dice el anónimo benefactor que el poema quedaría mejor con mi voz, pero no lo creo: así es la rosa, y su lectura resulta insuperable.
(No sabía que había colgado yo ya tantas fotos, y lamento que ninguna de Leonor, aunque no sé si tengo su permiso, y su presencia así se hace más absoluta, como una sombra de luz.)
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