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sábado, 7 de julio de 2018

Escaneo




Iba a escoger algunos de los aforismos que Felipe Benítez Reyes publica en "Pliegos sueltos de la Academia", pero no fui capaz. Menos mal que siempre nos quedará el escaneo:




Y, por otra parte, ahora que el barbero se ha mudado (oficio obliga) a Nueva Revista, tampoco está mal que el pobre blogg, mi retaguardia, se reserve para selecciones íntegras.



domingo, 21 de mayo de 2017

Basallote


Entre mis múltiples prejuicios, desconfiar del poeta que no me llega de la mano de un poeta o de un crítico, sino de su familia o de un compañero de trabajo. Los prejuicios tienen de bueno que es mucho más fácil curarse de ellos que de nuestros juicios y uno lo hace incluso con un prurito de orgullo.

He leído los haikus de Francisco Basallote (Vejer de la Frontera, 1941-2015) porque su sobrina Caridad, que se merece que nos desprendamos de cualquier prejuicio como quien se quita el sombrero para saludarla, me prestó En los senderos del bosque, publicado en 2008 por la Sociedad Vejeriega de Amigos del País. Y me he alegrado muchísimo.

Mi selección:
 No dará más naranjas. 
De un solo tajo 
dos leños secos.
*

El cielo azul 
ha descendido al seto 
de las lavándulas.
*

Ensimismado, 
el cisne sólo existe 
en su reflejo.
*

Un haijun lava 
su túnica en el río 
y sus recuerdos. 



viernes, 28 de abril de 2017

San Juan de Dios


He recibido un folleto precioso con un poema de Mario Míguez aún mejor. Tiene un arranque extraordinario: "Todo hospital es un lugar en llamas" y un cierre inolvidable: "alegre como sólo / puede en el mundo estar alegre un niño". En medio, mantiene la tensión en brazos de tres llamas: la de la fiebre, la del amor de Dios, la del incendio. Y hace una defensa más que oportuna del derecho a la vida hasta el último aliento. Pero lo más admirable es que un contemporáneo se atreve con un poema narrativo y hagiográfico y sale con bien del intento. Mejor que bien. Para que lo leáis con vuestros propios ojos:


jueves, 26 de enero de 2017

Inéditos de ida y vuelta


Lo bueno de tener un día muy malo es que uno se atreve a decir su verdad. Así que ayer, a alguien que me pedía mi dirección de e-mail para mandarme unos inéditos, le dije, con toda sinceridad: "Tengo una relación fatal con la lectura de inéditos, cuando el autor espera un juicio. Pierdo el placer de la lectura, que se me profesionaliza, y me agobia muchísimo equivocarme en el dictamen. Seguro que no te hace falta mi opinión, que será pobre y alicorta. Un abrazo muy grande". Pero también es verdad que a la lectura de inéditos y manuscritos de amigos y conocidos debo algunos descubrimientos deslumbrantes, aliñados con el placer de la primicia. Acabo de leer parte del próximo libro de Ander Mayora que por ahora se titulará En el páramo, y le ha dado permiso al Barbero del Rey de Suecia para seleccionar sus fragmentos: 


Palabra esencial es aquella cuya ausencia nos destruye. 
La contradicción nos hace verdaderos. La nocontradicción, tan solo coherentes. 
Ser fiel a uno mismo es ser fiel a lo que se hereda. 
Las novedades son el alimento del que se nutre el olvido. 
Querer ser alguien es querer ser los demás. 
Hay lecturas que arman de argumentos y otras que despojan de ellos. 
La filiación divina del hombre ha sido sustituida por su filiación al concepto materia. Siempre, en todo caso, a la busca de un padre. 
Las alusiones al yo se justifican por ser uno mismo el que escribe. Si el yo le resulta odioso, usted no tiene más que soltar la pluma (o el libro). 
La única ley que existe es la ley no escrita. 
La aceptación es un rasgo aristocrático; y la sempiterna llamada a cambiarlo todo no es sino la cantinela recurrente de lo plebeyo. 
A los que denuestan la gracia divina concedida a reyes y gobernantes es preciso recordarles que campesinos y artesanos lo eran también por esa misma gracia. 
La búsqueda de Dios es resuelta por muchos mediante la proclamación de su ausencia. Pero es ésta la que, precisamente, señala el lugar. 
La evaporación de la metafísica ha dejado a la vista la cal sulfúrica de la economía.  
* 
TEATRO. DE SENECTUTE. 
Acto único. Escena única. 
JOVEN: ¡Viejo! 
ANCIANO: ¡Ignorante! 
JOVEN: ¿Ah, sí? ¿Y qué sabe? 
ANCIANO: ¡Bastante menos que usted! 
Telón

El fin del pensamiento llega cuando el pensar se abandona por la psicoterapia. 
La enferma pretensión del progresista consiste en querer cambiar el curso del río sin conocer el sabor de su agua. 
El apunte es una perla para el perezoso, y un latigazo para el impaciente. 
Corregir la realidad mediante la razón es como pedirle a la rama que corrija el tronco.



viernes, 15 de enero de 2016

Eureka




Qué espléndido regalo. La edición de Villegas Editores de Nicolás Gómez Dávila. Yo la busqué como un loco en su momento, pero fracasé. No me importaba tanto la calidad de la edición como el mito y la obra completa, pero cuando la tuve en las manos descubrí que el estuche es el de una joya.

Y, de pronto, una inquietud. Yo leo subrayando y casi no me hallo sin un lápiz, pero quién pone sus sucias manos sobre estas páginas, quién. Y así andaba, desazonado. Sin querer meter el libro en una vitrina, sin querer pintarrajearlo, sin querer, queriendo, sin querer...

Hasta que de pronto, ¡eureka! Abro la primera página y me doy cuenta de que todos los escolios tendría que subrayarlos. Fíjense, fíjense. Y entonces, dándolos todos por destacados, el guión de cada uno me vale de llamada de atención.


domingo, 10 de enero de 2016

Desventuras y venturas


Por mi entrada de ida, me escribe mi buen amigo Suso Ares Fondevila:

Querido amigo: 

Es sorprendente tu capacidad para, como los gatos, caer siempre de pie. Empiezas una entrada hablando de un mal que te acontece y, oh magia, al final de la entrada acaba convertido en un bien. La tristeza se convierte en alegría, la pesadumbre en ligereza, la debilidad en fortaleza... ¿Gracia natural, gracia sobrenatural, optimismo indomable, un inquebrantable non omnis moriar? 
Un fuerte abrazo.
Y no sabe que el verdadero final feliz de mi entrada es su carta. Es en su alegría, en su sorpresa, en su amistad (los tres pies del gato) donde sí que caigo de pie.

Por si fuera poco, recibo este tuit:


 Que hace referencia a esta entrada. Y que me hace el mejor regalo.

Luego dicen que escribir un blog no está pagado.


miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un gran monociclo


Qué preciosidad el poemario no venal de Lutgardo García, Cuaderno de las Teresas, de forma y fondo. El libro se abre con "el nebuloso / tic-tac del incensario", como avisando que va a hablar de otro tiempo, transido de eternidades. Y quien avisa no es traidor. 

Me ilumina la "Sinfonía 'Le Matin'"

Poco a poco la máquina del día,
 
con su crescendo añil en los violines, 
va ensamblándolo todo mientras duermen 
los hijos en sus camas. Los oigo respirar 
a la vez que los cuernos y las flautas 
del primer movimiento de la sexta de Haydn 
va excavándome dentro la luz de la mañana. 
Sobre el cristal del mundo, 
Dios afina el perfil de las torres antiguas, 
equilibra las rosas con los verdes profundos 
del pincel de los cedros, 
y echa a rodar al sol, generoso y quemante, 
como un gran monociclo por la cuesta del cielo.


Pero lo álgido es la segunda mitad, con la sorpresa del cuarto verso del tercer cuarteto, del poema final "Stat Crux dum volvitur orbis", que doy entero porque es irrompible:

Así pasan las nubes y los surcos 
de espuma —sobre azul— de los aviones, 
y así pasan la lluvia, la semilla, 
y el sol que se suicida cada tarde... 

Todo sobre esta cruz que nunca es otra. 
Siempre es la misma cruz, la del Calvario, 
caminos que coinciden en el punto 
de Jesús, llaga abierta al infinito. 

Cruz trazada de piel sobre mi carne 
el día que otras manos me llevaban, 
con crismas, con velones, al naufragio 
de lo mortal en aguas del bautismo. 

Todo pasa, Señor, mas tu cruz sigue 
apuntalando el mundo cada tarde. 
Y eres faro marcando mi destino... 
Cruz, descanso sabroso de mi vida. 

lunes, 7 de diciembre de 2015

El punto de mira y otros aforismos leridanos


Mi hermano Jaime nos mandaba al chat familiar de Whatsapp sus impresiones de Lérida. Me parece una pena que se queden en la intimidad del círculo familiar. Van:









jueves, 29 de octubre de 2015

La vida de los otros


A veces, cuando uno está gris, porque le han puesto negro o le ponen verde, viene un amigo y te alegra el día, contándote algo que tú no has visto, pero que disfrutas el doble porque lo ves a través de sus ojos. La vida de los otros puede ser lo mejor de la nuestra. Y el amigo no sólo te alegra la tarde, sino que al día siguiente te escribe el blogg:


Hoy, un parado de larga duración ha montado un escándalo en la biblioteca pública del Puerto porque se le ha caído internet de uno de los ordenadores de la sala. 
Ante las tímidas insinuaciones del bibliotecario de que quizás el ordenador se ha bloqueado porque el parado no sabía utilizarlo bien, éste ha pretextado varios cursos de formación y, más maravilloso aún, lo siguiente: "¡Oiga, que estaba mandando un email aquí, a Cádiz, no a Francia o a Japón!".


martes, 20 de octubre de 2015

Cómo lo diría




...............Mirad, cayó la tarde
...............y se van pronunciando las estrellas.
....................Eloy Sánchez Rosillo, "Quién lo diría", pág. 148, Quién lo diría [Tusquets, Barcelona, 2015]. 


Hoy toca que mis hijos acaben sus trabajos.
Así que si pretendo leer los nuevos versos
de Eloy Sánchez Rosillo, 
he de traer su libro al mismo borde
de esta mesa caótica 
del comedor, donde se afanan ellos.
No se callan. No paran. No trabajan 
y tengo que reñirles, que ayudarles 
como me ayuda a mí 
esta poesía transparente y buena
que, compasiva, suple mi falta de atención. 
Así, ¿podría uno leer a ningún otro?
Me lleva de la mano como yo 
empujo las pequeñas de mis hijos 
que esparcen purpurina, 
que colorean y recortan. 
..........................................Luego, 
leo otro trozo, 
........................casi nunca tanto 
como un poema entero. 
.........................................Sin embargo, a empujones 
van avanzando ellos y avanzo yo también, 
a veces, envidiando 
la vida de poeta del poeta 
—silencio, paz, paseos indolentes 
bajo una luna cómplice 
o junto a un mar inmenso, atento, íntimo—. 
Aunque enseguida la emoción me llama 
y regreso —hijo pródigo— al agradecimiento 
con el solo dolor de haber leído mal, 
con prisas, distraído, enfadado, nervioso... 
Tendría que ir cerrando el libro ya,
pero lo abro otra vez, repasándolo, y veo 
que cayó purpurina entre sus páginas...
Fuegos artificiales, de golpe, me parecen.
O no. Muy quieta y silenciosa es
—la purpurina—
una noche estrellada.



miércoles, 2 de septiembre de 2015

Un poema de Sara A. Palicio



POEMA DE SOFÍA SURCANDO LOS AÑOS

Y siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti como ahora pienso. 
 ---------Jose Agustín Goytisolo


A través del tiempo me esperas, 
Sofía, 
cuando todo lo que tienes por cuerpo 
es ese nombre que tantas veces oirás 
de tantas bocas y yo pienso en ti 
y en lo que aún no somos 
capaces de imaginarnos porque estás 
surcando los años. Pero es preciso 
que sepas que escribimos la historia 
del tiempo que viviste sin saberlo 
para que seas la primera 
en llegar antes a su propio mundo. 
Aquí casi todas las mañanas amanece 
-aprenderás pronto a encontrar lo cotidiano- 
y debajo de los años se dejan ver algunos días. 
La luz va creando poco a poco las cosas 
para después deshacerlas. Mientras, 
del balanceo de las horas nace el tiempo. 
Fuera de tus ojos el mundo se multiplica: 
muchos infinitos hacen un universo. 
O algo así me han contado. 
Nunca se puede ser más pequeño 
que cuando aún no se ha nacido. 
Son cosas que sabemos con el tiempo. 
Olvidaba decirte que la vida 
a partir de ahora dispone: 
nunca podrás ser más pequeña que en este poema.

 Las costumbres vacías (Trabe, 2015)

lunes, 22 de junio de 2015

De Julia a Julia





Un amigo me confiesa su enamoramiento de Julia Mottram a la altura de la tormenta en el barco. Como bienvenida al club, le cuento mi sorpresa cuando descubrí la relación entre nuestra Julia y la Julia Reis del poema de José Mateos. Le expongo las coincidencias, que fueron, en todo caso, subconscientes, porque, como me confesó Mateos, no lo había escrito pensando en Brideshead, pero había estado viendo por entonces la serie de la BBC, que le impresionó mucho. Están los nombres, los apellidos monosílabos, la perdición, el abandono, la seducción, las copas, la noche, los barcos perdidos y el secreto anhelo (un hilo) de salvación...

No le convenzo. Y, como buen enamorado, me riñe. ¿A quién se le ocurre comparar a Lady Julia con una chica a la que se ve en un asiento trasero de algún coche...? Hago pública mi respuesta, por continuar el debate y porque en este blogg hemos sido siempre muy de Waugh:
Naturalmente Julia Reis no inspiró a Julia Flyte. Es al revés y algo más serio: Julia Reis no hubiese existido sin la liberación de los 20-30 de las Julia Mottram y las Diana Mosley. Como yo lo veo, Reis sería una hija o una nieta de Flyte, más bien, pero con una relación de consanguinidad directa
Y que el glamour no te engañe, querido amigo. No hay diferencia moral alguna entre el asiento trasero de algún coche abandonado y el camarote abandonado de un trasatlántico de lujo en la tormenta. Tampoco entre lo que sabe media universidad y lo que sabe el todo Londres, por no hablar de las aventuras ocasionales que Lady Julia dice en la escena final que vivirá y que no serán nada comparadas al amor que sacrifica.  
Si dejamos que el lujo y la elegancia salven nada, que no lo salvan, nos olvidamos que sólo redime la Gracia, el amor y la Gracia. 


miércoles, 6 de agosto de 2014

Montiel por Szymborska


En la solapa de Placer adámico (Universidad Complutense, Madrid, 2012), el poeta Jesús Montiel (Granada, 1984), al que hay que seguir la pista, se reconoce discípulo de Miguel d'Ors. Bravo. Pero en el primer poema, la sombra tutelar es Wislawa Szymborska. Lo interesante es que no es sólo la sombra, también es su luz lo que tiene este poema. Podía pasar (y creo que no exagero) por uno de la premio Nobel, y no por uno cualquiera, por uno de sus mejores. ¿O me equivoco?

VISITA AL MUSEO 

Niños terrícolas del siglo treinta:
  

mirad lo que llamaban los antiguos un bosque. 
Entonces las especies vegetales 
brotaban a su antojo de la tierra, 
se hermanaban formando laberintos 
rebosantes de vida. 
Los árboles crecían, se estiraban 
como sueños borrachos de tormenta 
y en sus copas el viento cantaba con el pájaro. 

—la extrañeza les abre la boca y la mirada—  

mirad lo azul que entonces era el cielo 
—se escuchan expresiones de sorpresa— 
la belleza del campo amanecido. 
Observad las estrellas coronando la noche, 
flotando como adornos navideños 
de un altísimo abeto. 

Mirad un hombre de hace nueve siglos 
absorto en la visión de unas montañas. 
—¿Qué fulge en su mirada? ¿Qué luz hay en sus ojos?- 

Es lo que los antiguos llamaban el Asombro

jueves, 13 de marzo de 2014

Ora bolas


¡Cómo estoy disfrutando el librito que nuestro amigo Joâo Filho tuvo el detallazo de mandarme desde Brasil! En Ora bolas se recogen anécdotas de Mario Quintana. Ya hablaré del libro, quizá en una reseña para cuando Ignacio Peyró eche a andar su próximo proyecto de revista cultural, que está al caer. 

Por ahora, lo leo y voy riéndome a mandíbula batiente, y mi mujer y mis hijos, que están viendo la tele, se vuelven, entre sorprendidos y envidiosos. Y eso es -pedagógicamente- buenísimo, supongo. Me encantó lo de "Primo Borges". Por lo visto, un poeta brasileño visitó al maestro argentino y se pusieron a hablar de Quintana. Cuando Borges se enteró de que su nombre completo era Mario de Miranda Quintana, dedujo que entonces eran parientes, pues Miranda era un apellido más de entre los muchos de Borges. Se lo contaron a Mario, que no comentó nada digno de mención. Mas cuando murió JLB, Mario Quintana suspiró: "Ha muerto feliz, pensando que era mi primo". 

La salida de Quintana es cándida como una paloma y astuta como una serpiente. No sé en otros sitios, pero como portuense, que en lo social no debe de ser muy distinto que ser porteño, si me perdonan esta megalomanía de dimensiones casi argentinas, sé que eso de regalar un lejano parentesco es detalle del que se siente superior, un gesto amablemente condescendiente. Borges, aunque dejándose llevar por el instinto de clase, lo haría con buena intención, claro, y así lo aceptó Quintana, pero echándole su grano de sal en el momento justo. 

La pena es no saber qué dijo de la poesía de Quintana su pariente (también un poco en lo poético, por cierto). 

viernes, 7 de marzo de 2014

... Y Sevilla


La inteligencia es mágica: hace aparecer ante nuestros ojos atónitos, de repente, la realidad. 
*
Tras ese aforismo, no me quedaba más remedio que abrir los ojos con desesperación tratando de ver la realidad. Por amor propio, aunque fuese
*

El día está espléndido y generoso. Tiene la delicadeza de resumírseme él solo en una imagen. En un paso de cebra de la Avenida de la Palmera, una chica con unos ojos azules de agua frágil miraba al sol de frente. 

Tantas ganas de sol teníamos. 
*

Al subir del aparcamiento subterráneo, una sensación intensísima ya conocida. Pensar que mis hijos disfrutarán de Sevilla. Es mi versión del "Pequeño testamento" de d'Ors.  Supongo que es un efecto colateral de lo de Villalón de que el mundo se divide en dos: Sevilla y Cádiz. Les quiero dejar el mundo y me sale Sevilla, me digo, dándome por irrecuperable para la causa del internacionalismo.
A cambio, doy mis primeros pasos por Sevilla leyendo en el móvil una carta escrita en Santiago de Compostela, y me siento mucho menos provinciano. No sé si este cosmopolitismo compostelano tiene mucho fundamento, pero como aliteración es imbatible. 
*
El día está precioso, con una luz que se resiste a dejarnos, y no me extraña. 
*
Qué dulces de recordar 
los amores olvidados.   
(Y a mayor olvido, más.)  
*
Pasa, por cierto, una chica impresionante, muy alta y  ceñida, explicando por su móvil: "No quiere quedar conmigo, porque..." Y uno, que supone que los ojos no le engañan, se pregunta si serán sus oídos los que han tenido una alucinación.
*
El móvil ha animado mucho los recorridos urbanos. Cierto que antes se podrían oír las conversaciones, pero no eran tan frecuentes, ni a un volumen tan alto, ni tan íntimas ni tan desapercibidas del mundo circundante. Los que escuchan en cualquier conversación miran, muy distraídos, alrededor, vigilantes. 
*
Mi iglesia de Sevilla es la Magdalena. Y, contra todo pronóstico, llego a misa. En la cola de comulgar me tengo que reprimir para no ir dando saltos de alegría.
Era la misa por los padres de Aquilino Duque. Para que luego pensemos que estas cosas sólo pasan en los pueblos. Saludo a todos los hermanos Duque muy sorprendido y contento de la casualidad. Y Aquilino se viene conmigo a la presentación del libro de Karmelo Iribarren. 
De camino, sobre las azoteas, aún prendida de la luz de la tarde, ¡joe, la Giralda! 
*
La presentación. 1) Karmelo explica cuánto le gusta Pla y pone como ejemplo la entrada de las habas y los guisantes, de Notas dispersas. Yo doy un respingo en mi silla, porque es también una de mis favoritas. Cualquiera mira a Karmelo, me mira a mí, y cómo va a sospechar tantas afinidades tan concretas. 2) Para que no se me suba a la cabeza, una diferencia sutil, pero muy significativa. Cuenta que conoció a un juez muy simpático pero que no se le iba de la cabeza que ese hombre podía meterle en la cárcel. A mí, que conozco a varios jueces, eso no se me ha pasado nunca por la cabeza, pero le entendía perfectamente, porque me pasa algo muy similar con los inspectores de Hacienda. Y 3) Había confesado Karmelo que no había leído su libro desde que corrigió pruebas. Ahora lo leía y era precioso ver cómo le iba gustando. Quizá alguien del público creyó que era impostada esa sorpresa positiva con sus propias prosas, porque unas adolescentes muy rendidas se reían mucho, pero era una sorpresa auténtica y conmovedora. 
En la cena, desatiendo a Karmelo (muy bien atendido, por otra parte) y me dedico a las hijas de mis amigos poetas. Con B., de Abel Feu, y su amiga, que son adolescentes, hago por fin la buena obra del día y les pongo tarea. Tienen que ver los seis capítulos, seis, de Orgullo y prejuicio: 1, 2, 3, 4 (incompleto), 5 y 6. Pocas cosas más oportunas y necesarias para unas adolescentes postmodernas. Les aseguro muy severamente (el nuevo puesto del IES me ha dado otro empaque) que la próxima vez que las vea les pediré cuentas. 
*
T., una de las hijas monjas de Aquilino, es una inteligencia privilegiada. Estudió Filosofía con entusiasmo y no sé cuántas cosas más. Ahora es la ecónoma de su comunidad. Le pregunto si le da tiempo a leer y me dice: "Tengo muy poco tiempo, pero aprovecho la gripe". Y hay tal cara de ilusión, de alegría inmensa, de pequeña travesura, de delectación intelectual en esa gripe aprovechada, que me emociono. Ha hecho conmigo la obra buena del día. Nada más que por esa gripe tan agradecida y tan feliz ya merecía la pena el viaje a Sevilla. 
*
Me monto muy tarde en el coche de vuelta. No importa. Me imagino que tengo insomnio… y qué suerte entonces tener algo que hacer, en vez de estar dando vueltas en la cama, molestando a Leonor. 

*
En la autopista, se me cruza una rata...

*
Ya en Jerez, enfilando el Puerto, aparece por el horizonte una luna creciente roja. Casi me salgo de la carretera volviendo el cuello para verla. Hubiese entonces resultado exactisímo aquello de "Y su epitafio la sangrienta luna".

Presa del síndrome de Stendhal, me echo a la cuneta y saco una fotografía.



Es mala, lo sé, pero me pasaban rozando otros coches y no se me iba de la cabeza lo del dichoso epitafio. Encima, por el horizonte, a mi espalda veía las luces azules de un coche de policía y, aunque no son inspectores de Hacienda, tampoco quería dar lugar a incómodas preguntas de los agentes de la autoridad ni a mis incomprensibles respuestas stendhalianas. Si me acerco con el ordenador, se ve mejor. Las luces de la derecha son el penal de Puerto 3, lo que también tiene su lirismo. ¿Cómo verían los presos esa luna alucinadamente roja? 



Y acercándome aún más, un cuajarón de luna, que impresiona. ¿O no?

*

Llego a casa tarde (qué silencio cuajado de respiraciones claras y latidos diminutos, por cierto) y mañana me tengo que levantar muy temprano; pero me ha ido tan bien lo de la mentalización del insomnio, que lo intento de nuevo. Me espera una siesta, um, muy larga, me sugiero. Hacía tiempo que no podía darme una siesta así. Qué suerte. 


jueves, 19 de diciembre de 2013

Regalos


Recibo desde las Indias Occidentales este correo que me alegra la madrugada: 
Caro Enrique, 
em outubro estivemos, minha esposa e eu, na Feira Internacional de Frankfurt; foi uma viagem rápida. E de lá consegui trazer alguns livros de autores espanhóis. Agradeço a você a existência do seu blog, pois, através dele, pude conhecer poetas como José Jiménez Lozano, por quem estou deveras apaixonado, de quem eu trouxe Elegías menores, Editorial Pre-Textos, e li que no seu blog vc é o organizador da antologia El precio. Vc fez uma seleção de todos os livros de poemas dele publicados?Trouxe também a Obra completa de Ramón Gaya. Que esplêndido! Textos dele como "El silencio del arte" é magnífico, entre tantos outros. Também por indicação sua trouxe Aluvial Estuario de Tomás Segovia; e a Poesía completa, de José Antonio Muños Rojas. Vê-se que fiz uma boa feira, ou melhor, uma bela colheita.Vou tentando divulgar esses poetas maravilhosos. Traduzindo...
También los alumnos se despiden durante estos días y dan las gracias, y me sabe dulce. No sólo, por tanto, es el dinero ganado con la literatura, sino también los alumnos agradecidos y también ver que unos libros estupendos (y no otros) cruzan la Mar Océana. 


domingo, 29 de enero de 2012

Donde la hoguera verde



Inma Moreno ha ganado el premio "Antonio Machado en Baeza", que le ha dado, además de 6.000 € que quién los pillara, la publicación de Donde la hoguera verde en Hip- hip- Hiperión. ¡Hurra! Y a nosotros nos ha dado —y ahí es nada— la posibilidad de leer sus versos. 

El miércoles fui a la presentación del libro a Cádiz-Cádiz, o sea, a Cádiz capital, como decimos los de Cádiz provincia. Yo iba, más que nada, para arropar a mi amiga. Cree el ladrón que todos son de su condición, y abrigo pocas esperanzas cuando voy a la presentación de un libro. Esta vez no se cumplieron mis desesperanzas. Estuvo muy bien. El agudo presentador preguntó por los títulos de los poemarios de Inma, y ella hizo una reflexión muy sabrosa. Son siempre frases inacabadas: Son los ríos, Como lava oscura, y este Donde la hoguera verde; y eso, aunque no lo ha hecho nunca a propósito, debe de indicar, suponía ella y a mí me convenció, su idea de que la poesía es sobre todo señalar un misterio, un misterio al que ha de llegar solo el lector. Egotista, me puse a pensar que quizá mis títulos, frases coloquiales que transparentan un significado más alto, funcionan de un modo análogo, dentro de las diferencias de cada cual. 

Hubo coloquio posterior muy interesante, lo que fue otra cosa insólita. Apuntó Ana-Sofía Pérez-Bustamente [que no lee mi blogg y yo le dije muy en serio que mejor, porque con los amigos que venís tengo suficiente y prefiero que las autoridades lean luego los libros en que selecciono mucho y corrijo más estas entradas, eso le dije, pero a lo mejor, cae en la trampa de Google y viene a ver qué digo de ella], muy bien apuntó, digo, que veía en este libro que sucede en Inglaterra, la huella de una escuela sevillana (Jacobo Cortines, Fernando Ortiz, Juan Lamillar) con cierta contención muy british, que remite —eso ya lo tercié yo— a reivindicación del T. S. Eliot crítico que hiciera Cernuda y, entre nosotros, Ortiz y al tamizado mito de la Andalucía inglesa que tanto glosara Pemán. 

Unos y otros fueron destacando poemas favoritos y me llamó poderosamente la atención la falta de coincidencia. Nadie señaló el que yo colgué ya aquí. Ni tampoco éste: 

FÍSICA CUÁNTICA

La misma luz filtrada en blanco,
el mismo mar de plomo huidizo,
el mismo viento casi sólido,
las mismas gentes,
el mismo suelo,
la misma estricta geografía
y, sin embargo, en mi conciencia,
dos universos separados.

Con su presencia cotidiana,
desde que vine hace unos meses
hasta este instante en que lo miro
¿en qué momento este paseo,
este que hoy vivo y que me vive,
se avino a ser este paseo?

Donde la hoguera verde nace de un viaje a Inglaterra que se transforma en un viaje al interior del alma. Justamente de la transformación nos habla este poema, de cómo un parque anodino (aunque perfectamente descrito: "luz filtrada en blanco", "viento casi sólido", "mar de plomo huidizo") se convierte de pronto en parte de una vida, la nuestra, y ésta hace a su vez nuestro el parque. Las nociones de la física cuántica se aproximan a estas transformaciones sentimentales de la realidad, aunque sin llegar a su hondura.  

sábado, 22 de octubre de 2011

El corazón de Dios, de Carlos Pujol

Pocas cosas me gustan más de la poesía que la arquitectura. Por ejemplo, qué construcción  extraordinaria (¿o debería decir 'envidiable'?) la de este poema ideal. Pero también pueden conseguirse maravillas con una sencillez extrema. Es el caso de El corazón de Dios, el último libro de Carlos Pujol, publicado por Cálamo. Cada poema un fragmento de oración dirigido a Dios. Y nosotros haciendo de oyentes detrás de la puerta. Fragmentos de fragmentos: 
No te voy a contar  
nada nuevo: vivimos 
[…]
*
Yo, tiznado de mí, por más que digan
*
[de una iglesia] 
unos toques ramplones no están mal
*
Si nos miras, sabemos lo que somos
*
Si te acercas y el ruido lo permite, 
te cuento mi versión.
*
Ya me conoces, ¿no? 
[…] 
y, lo peor de todo, la apariencia 
de no haber roto nunca ningún plato. 
Como suele decirse, ¡yo no he sido!
*
Los demonios se visten de etiqueta, 
dominan como nadie el Basic English, 
entran y salen de la gente, van 
contentos a su modo por la marcha 
general de las cosas. 
Son en sus ratos libres hombres públicos, 
miembros de una oenegé, 
adoctrinan acerca de lo humano 
según ellos. Son príncipes. 
¿Tú qué opinas de todo este trajín? 
¿Hay que tomarse en serio 
lo de darnos un susto irremediable? 
Ya sé que estás en contra, 
pero desasosiegan esos tipos 
con su complicidad, 
parecen bondadosos. 
Siempre echan una mano no se sabe 
para qué conveniencias. 
Y les dejas hacercon un respeto que nos maravilla. 
Creen a pesar de todo que son algo.
*
Si es que puede saberse, ¿dónde estás?
*
sólo entonces, brevísimo, intervienes.
*
(la discreción es marca de la casa) 
[…] 
y entonces tu sonrisa acaba siendo 
la dulce explicación de lo que somos.
*
Una cotorra anuncia el carpe diem
*
¡Si pudiéramos ser como soñamos! 
Afortunadamente, no nos dejas.
*
La esperanza, qué escándalo, es alegre
*
Claro que un día resucitaremos, 
pero ahora, esta noche, ¿no es posible?

viernes, 30 de septiembre de 2011

Dos momentos de anoche


El presentador de Historias de un Dios menguante, Cristóbal Serna Donaire, nos contó con todo lujo de detalles sus inquietudes, desazones, vicisitudes y desvelos desde que el autor le pidió que interviniese en el acto. Fue desternillante; y aún así dejó caer una clave de lectura esencial: hay que seguir el hilo no narrativo que une a estos cuentos en principio completamente independientes. Estoy de acuerdo: una omnipresencia ausente —que se va haciendo obsesiva relato tras relato— es lo que marca la diferencia entre estos relatos y otros cualquiera. Dicho lo cual y dicho como de pasada, Cristóbal Serna retomó la minuciosa descripción de sus zozobras y soliloquios. Nos sentimos muy identificados cuando contó que una madrugada se despertó y se desveló del todo ante la duda de si llamar al autor José Mateos o Pepín durante la presentación.
José Mateos (o Pepín) también dejó caer algo fundamental en sus palabras. A sus años, después de haber leído tantos libros maravillosos, viajado algo, contemplado paisajes preciosos, oído músicas magistrales, visto cuadros supremos, ha llegado al convencimiento de que nada es más hermoso que una persona que se entrega por otra desvalida. El relato donde encarna esa tesis se titula “La piedad”, pero podría haberse titulado “La plenitud”.