Sin duda es la secundaria la etapa que más se ve afectada por la LOMCE, con itinerarios y pruebas, pero el bachillerato también sufre cambios, y como de costumbre no siempre a mejor
a) Llegarán menos alumnos a bachillerato en virtud de la no oferta en algunos centros "especializados", de pruebas de selección (hay que tener la ESO por la vía académica para acceder a él) y de la no contemplación de determinadas necesidades educativas especiales. Además, como se permite a los centros ajustar su oferta y se les anima a especializarse, habrá menos colegios con todas las vías, lo que sin duda favorecerá al social en detrimento de los demás
b ) Hay un caos y cambio en las materias, que se reforman y cambian de nombre, se ponen en vías no siempre claras y que van cambiando en cada nuevo redactado del proyecto (es el punto con más modificaciones)
c) Los alumnos deberán pasar dos exámenes para cursar carreras con mucha demanda, la prueba final e bachillerato (no es cierto que desaparezca la selectividad, cambia de nombre) y la que determinen las facultades. Más selección, más nervios, menos becas = menos universitarios. Además se reduce la opción que había ahora de cursar una carrera diferente a la modalidad elegida si el alumno veía que se había equivocado
d) Se sigue pasando con dos materias de primero a segundo pero no se podrán cursar determinadas asignaturas de segundo sin haber aprobado las de primero, lo cual facilita el abandono, que ya es el más alto de todos los cursos, después de primero
e) Aumentan los conciertos en esta etapa (hasta ahora la más reacia) incluso en detrimento de los centros públicos, "siempre que haya demanda social". Se incentiva más que en la ESO la especialización curricular en unas determinadas vías y tipos de alumnado
La etapa final, por tanto, prueba una vez más el carácter segregador de toda la ley: un bachillerato muy especializado, con vías no del todo claras, con barreras de entrada y de salida (hablamos de menores de edad y no de educación superior) y en el que hay que tener muy decidido qué hacer desde edades más tempranas
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
domingo, 23 de junio de 2013
miércoles, 12 de junio de 2013
La LOMCE y las diferencias entre centros
La LOMCE favorece las diferencias entre centros que agraven la brecha socioeconómica y cultural: habrá colegios de primera, más académicos, y de segunda, los demás. Y no entro en titularidades porque es obvia la proporción de privados en cada grupo. Por supuesto se acogerán a las excepciones para justificar que la división no es tal, pero el artículado me parece inequívoco. ¿Por qué el proyecto de ley favorece esa diferenciación?
1) Se establecen itinerarios en la ESO, uno dirigido a Bachillerato y otro a la FP. Los colegios pequeños o con poca demanda de una vía, ofertarán una de ellas. Imaginemos un centro donde solamente ofrezcan la vía "aplicada", ¿es ahí más probable que alumnos que duden sigan haciendo bachillerato? ¿Qué entorno predominará en esos centros?
2) Se introduce la FP básica, ¿qué centros la impartirán y con qué perfiles? ¿Curiosamente ligados al punto anterior? Lógicamente un instituto apostará por tener todas las enseñanzas relacionadas, y más si su alumnado es más complicado, pues este nuevo ciclo surge como alternativa ala ESO, donde se concentran los problemas, como ocurre con los actuales PCPI y medidas de diversificación varias
3) El centro puede escoger "especializarse" en alumnos excelentes o de mejora del rendimiento, incluso en NEE. ¿Dónde habrá más bachilleratos? Encima los recursos recibidos se supeditarán a esos proyectos. Los directores podrán seleccionar a parte del profesorado para fomentar esa especialización
4) Se pueden reservar plazas según rendimiento académico si el centro está especializado, es decir, se puede seleccionar al tipo de alumnos y rechazar a los que vayan peor en los "buenos" colegios, que quedarán aparcados en los otros, probablemente con unos itinerarios ya predefinidos y guetizadores. Si a eso se le suma que la matrícula viva (expulsados e inmigrantes) se suele centrar en unos determinados institutos, aumenta la diferencia en el perfil de entrada, ya muy marcado por la zona de residencia y una pésima ley de admisión de alumnos
Creo que la diferenciación es obvia: centro de zona "chunga" = ciclos de FP básica, itinerario de aplicadas, especialización en bajo rendimiento y obligación de acoger a todo el mundo. Centro de zona ya privilegiada = alumnos "excelentes", profesores que comulgan con el proyecto ligado al bachillerato, más recursos económicos. Y para compensar y camuflar, algún centro diferente, islas de calidad en el gueto donde se concentrarán las familias más motivadas.
1) Se establecen itinerarios en la ESO, uno dirigido a Bachillerato y otro a la FP. Los colegios pequeños o con poca demanda de una vía, ofertarán una de ellas. Imaginemos un centro donde solamente ofrezcan la vía "aplicada", ¿es ahí más probable que alumnos que duden sigan haciendo bachillerato? ¿Qué entorno predominará en esos centros?
2) Se introduce la FP básica, ¿qué centros la impartirán y con qué perfiles? ¿Curiosamente ligados al punto anterior? Lógicamente un instituto apostará por tener todas las enseñanzas relacionadas, y más si su alumnado es más complicado, pues este nuevo ciclo surge como alternativa ala ESO, donde se concentran los problemas, como ocurre con los actuales PCPI y medidas de diversificación varias
3) El centro puede escoger "especializarse" en alumnos excelentes o de mejora del rendimiento, incluso en NEE. ¿Dónde habrá más bachilleratos? Encima los recursos recibidos se supeditarán a esos proyectos. Los directores podrán seleccionar a parte del profesorado para fomentar esa especialización
4) Se pueden reservar plazas según rendimiento académico si el centro está especializado, es decir, se puede seleccionar al tipo de alumnos y rechazar a los que vayan peor en los "buenos" colegios, que quedarán aparcados en los otros, probablemente con unos itinerarios ya predefinidos y guetizadores. Si a eso se le suma que la matrícula viva (expulsados e inmigrantes) se suele centrar en unos determinados institutos, aumenta la diferencia en el perfil de entrada, ya muy marcado por la zona de residencia y una pésima ley de admisión de alumnos
Creo que la diferenciación es obvia: centro de zona "chunga" = ciclos de FP básica, itinerario de aplicadas, especialización en bajo rendimiento y obligación de acoger a todo el mundo. Centro de zona ya privilegiada = alumnos "excelentes", profesores que comulgan con el proyecto ligado al bachillerato, más recursos económicos. Y para compensar y camuflar, algún centro diferente, islas de calidad en el gueto donde se concentrarán las familias más motivadas.
domingo, 2 de junio de 2013
La LOMCE en primaria
Quería esperar a ver el redactado definitivo, dado que en cada proyecto o reforma del proyecto aparecen nuevas sorpresas, y siempre para peor, en la ya nefasta antes de naces LOMCE. Animo a leer los diferentes análisis que proliferan por la red, esta vez no será por desconocimiento que algunos profesores podrán intentar su deber de posicionarse en contra de una norma que perjudica a las claras el sistema educativo. Y además tienen diferentes niveles de análisis, con más o menos extensión, para poder ir más allá del titular de periódico sobre la religión o la lengua (ya en sí mismos aberrantes). Por eso solamente quiero añadir algunas notas al debate y esperar que esta ley dure tan poco como los intentos de reforma anteriores, aunque suponga un nuevo empezar de cero (y llevamos ya no sé cuántos).
Comenzaré por primaria. Desaparecen los ciclos, que ya habían sido amenazados anteriormente y que en secundaria se habían diluido. No entiendo por qué no les gustan, pero sin duda empeora: más fragmentación, más cambio de profesores y materias, menos hilo conductor, cuando la línea debe ser la contraria: equipos docentes que suben con los alumnos a lo largo de los años sin grandes sobresaltos, especialmente en tutoría (término que apenas aparece en la ley como ya comenté).
En primaria ya comienza la segregación y "señalización" (sic) de los logros académicos. En efecto, los alumnos realizarán dos pruebas o reválidas, una al acabar tercero y otra al final de la etapa. De ellas se puede desprender una repetición de curso y "orientación" para secundaria, es decir, comenzar ya a entrar en programas de refuerzo que alejen del curso principal. Los contenidos de esos exámenes serán fijados en gran parte por el Estado. Los efectos negativos de estas medidas son
1) grandes dificultades para decidir adaptar el propio currículum al grupo, dado que hay que pasar un examen externo de contenido cerrado
2) injerencias ideológicas estatales, conflicto con la línea propia del centro
3) evaluar a alumnos muy pequeños con exámenes, dejando de lado el proceso, la actitud, muchas de las competencias....
4) aumentar la repetición de curso
5) marcar ya de entrada la escolarización futura a través de etiquetas negativas
6) desaparición de matices e informes individualizados en las pruebas oficiales: solamente se indica nivel bajo, medio, alto
Vuelve a separarse conocimiento del medio en dos materias, cuando la tendencia es la contraria, agrupar cada vez más áreas en primaria para trabajar por proyectos. La religión pasa a ser totalmente evaluable (a pesar de estar impartida por profesores que han accedido por un sistema diferente al resto a la docencia) y se puede elegir no dar o reducir la enseñanza artística.
A la práctica por tanto la primaria queda dividida en seis cursos agrupados en dos bloques de tres, al final de los cuales hay una prueba externa que decide qué sucede con el alumno, pues se puede repetir una sola vez y se insta a hacerlo atendiendo a los resultados de esos exámenes (externos y descontextualizados). Las materias se tornan más academicistas (habrá que esperar con horror a los decretos de desarrrollo) y aunque aparecen, será más difícil hacer proyectos conjuntos o innovadores. Se adelantan por tanto algunas medidas que se encontraban los alumnos en secundaria, y que perjudicaban su avance.
Y todo ello sin atender a las carencias de los grados de magisterio o a las demandas de los centros. Y todo ello con más recortes, menos personal y más presión.
Comenzaré por primaria. Desaparecen los ciclos, que ya habían sido amenazados anteriormente y que en secundaria se habían diluido. No entiendo por qué no les gustan, pero sin duda empeora: más fragmentación, más cambio de profesores y materias, menos hilo conductor, cuando la línea debe ser la contraria: equipos docentes que suben con los alumnos a lo largo de los años sin grandes sobresaltos, especialmente en tutoría (término que apenas aparece en la ley como ya comenté).
En primaria ya comienza la segregación y "señalización" (sic) de los logros académicos. En efecto, los alumnos realizarán dos pruebas o reválidas, una al acabar tercero y otra al final de la etapa. De ellas se puede desprender una repetición de curso y "orientación" para secundaria, es decir, comenzar ya a entrar en programas de refuerzo que alejen del curso principal. Los contenidos de esos exámenes serán fijados en gran parte por el Estado. Los efectos negativos de estas medidas son
1) grandes dificultades para decidir adaptar el propio currículum al grupo, dado que hay que pasar un examen externo de contenido cerrado
2) injerencias ideológicas estatales, conflicto con la línea propia del centro
3) evaluar a alumnos muy pequeños con exámenes, dejando de lado el proceso, la actitud, muchas de las competencias....
4) aumentar la repetición de curso
5) marcar ya de entrada la escolarización futura a través de etiquetas negativas
6) desaparición de matices e informes individualizados en las pruebas oficiales: solamente se indica nivel bajo, medio, alto
Vuelve a separarse conocimiento del medio en dos materias, cuando la tendencia es la contraria, agrupar cada vez más áreas en primaria para trabajar por proyectos. La religión pasa a ser totalmente evaluable (a pesar de estar impartida por profesores que han accedido por un sistema diferente al resto a la docencia) y se puede elegir no dar o reducir la enseñanza artística.
A la práctica por tanto la primaria queda dividida en seis cursos agrupados en dos bloques de tres, al final de los cuales hay una prueba externa que decide qué sucede con el alumno, pues se puede repetir una sola vez y se insta a hacerlo atendiendo a los resultados de esos exámenes (externos y descontextualizados). Las materias se tornan más academicistas (habrá que esperar con horror a los decretos de desarrrollo) y aunque aparecen, será más difícil hacer proyectos conjuntos o innovadores. Se adelantan por tanto algunas medidas que se encontraban los alumnos en secundaria, y que perjudicaban su avance.
Y todo ello sin atender a las carencias de los grados de magisterio o a las demandas de los centros. Y todo ello con más recortes, menos personal y más presión.
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