Acaba de pasar otro 8 de marzo, un día que suele trabajar y celebrar en las escuelas, donde, por desgracia, aún perviven muchas desigualdades de género:
- hay muchas más chicas en bachilleratos de letras y los varones escogen más la ciencia
- ellos tienen más tasa de fracaso escolar y copan la FP
- los chicos tienen más expedientes disciplinarios y ocupan más tiempo en los comentarios de las reuniones de profesores
- ellas abandonan antes cuando pertenecen a un colectivo desfavorecido
- mientras que los niños sufren más bullying, las niñas se enfrentan más a problemas relacionados con el aspecto físico
- se sanciona más una conducta disruptiva en una mujer
- ellos hablan más en clase pero ellas tienen mejores libretas, apuntes y dossiers
- en los libros de texto hay una gran hegemonía masculina; se suelen destacar los logros femeninos "por cuota"
- perviven actitudes machistas como se observa en los debates, redacciones...
- en los cursos medios, ellos dominan el terreno del juego del patio
Y aún hay muchas desigualdades más... Por todo ello, aún queda mucho trabajo por hacer en coeducación, pero la de verdad, no la que se hace únicamente porque es el día de la Mujer
6 comentarios:
Tienes mucha razón. Habría que trabajar esto a diario. Saludos.
Sí, quizá más que un día de la mujer tndría que ser un enfoque general, de eso va la coeducación, aunque muchas veces se quede en algo superficial
sin animo de ser exhaustivo, hace meses se hacia eco fernando lópez en su blog de que hay libros de texto donde puedes encontrar, por ejemplo, ejercicios sobre análisis sintáctico donde no se veía una mujer o una presencia femenina ni por asomo. Así resulta muy difícil ser visible, sinceramente.
Y dos cosas más: en una carta al director de la revista Letras Libres (nº 33, junio 2004), Pilar Anaya se quejaba de cómo las mujeres apenas estaban entre las encargadas de cursos entre los organizados por la UIMP en el verano de 2004, pese a ser quienes mejores notas obtienen, más carreras poseen, son mayoría en la enseñanza en todos los niveles y otras muchas cosas más (de lo que ya nos había alertado, si es que hacía falta, Miguel Ángel Santos en su artículo La falla sociológica, incluido en su libro La pedagogía contra Frankenstein;por cierto que un extracto de dicho artículo fue texto de la selectividad en Madrid hace tres años). De manera que Pilar Anaya animaba a no participar en cuantos cursos y actividades organizaran aquellas universidades para quienes las mujeres no existen.
Por otra parte, y ya no sé si lo he dicho también en este blog, hay un artículo revelador titulado Mujeres al cuadrado (5 de julio de 2006) aparecido en El País sobre una orquesta de mujeres que toca música compuesta sólo por mujeres, o lo que es lo mismo, partituras que son prefectamente desconocidas precisamente por ser obra de mujeres.
En fin, que tenemos mucho que reflexionar sobre todo esto todavía.y creo que no terminaremos nunca, la verdad.
Los libros de texto son un mundo: piden por ejemplo un canon de una autora en las lecturas de lengua pero luego frases y dibujos son totalmente sexistas; en historia se hacen monográficos sobre la situación de la mujer pero apenas salen en los hechos relevantes....
Y pongo un ejemplo más. La violencia en el idioma, un artículo de la lexicógrafa Eulalia lledó, publicado el 11 de julio de 2004 en El País, en el que se detiene en las definiciones que la RAE da sobre palabras o expresiones tales como "maltrato", "violencia de género" y otras más. Para variar, la sensibilidad de la docta Academia sobre estos asuntos, y sobre otros que tengan que ver con los masculino y los femeninos brilla por su ausencia.
Hace poco he leído en alguna parte cómo cuando los hombres se ponen a trabajar como azafatos, palabra que todo el mundo entendería, se saca la expresión "auxiliares de vuelo". Pero en cambio no hay manera de que se puedan emplear palabras tan normales y fáciles que todo el mundo puede crear como médica, jueza, cancillera y tantas otras.
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