* En los grados universitarios se elimina progresivamente septiembre por Bolonia (algo que sucedía en algunas facultades como las técnicas) y en cambio se pide su reintroducción en la secundaria.
* Se recortan los planes de atención a la diversidad y se aumentan las ratios pero se afirma que la prioridad es la lucha contra el fracaso escolar
* Se debate sobre un bachillerato de excelencia pero se quiere desvirtuar la ESO con pseudoitinerarios de asignaturas rocambolescas (justo cuando además se pide reforzar las instrumentales)
*En ese bachillerato se prestigia el latín mientras caen en picado los matriculados en el bachillerato de humanidades
* Se exige un aumento en el nivel de los universitarios pero se mantiene un sistema con notas de corte irrisorias para la mitad de las carreras
* Se trata de compensar el descalabro del año anterior introduciendo una selectividad para FP a medio curso y sin haberles impartido esas materias de las que se examinan
*Aumentan los alumnos y las exigencias del aula sin embargo se reducen las plantillas docentes y se impugnan oposiciones por suponer demasiado gasto
Blog destinado a compartir ideas y recursos para las clases, reflexiones sobre educación y algunas cosillas más
martes, 24 de mayo de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
Niños de clases particulares
Ahora que se acerca el final de curso los profesores particulares hacen su agosto. Dejando al margen que no deberíamos recomendar particulares desde el sistema (si nosotros no llegamos, no debería depender de otro profesional) y obviando que muchos de esos profesores no tienen la preparación necesaria, me gustaría resaltar un efecto negativo que no se suele tratar en los centros: las malas costumbres que cogen esos "niños de particulares". Hay alumnos que se acostumbran a que se lo reexpliquen todo antes del examen, que les hagan parcialmente los deberes y por tanto en el colegio no prestan la máxima atención ni hacen un esfuerzo por pensar, porque prefieren que se lo dé el profesor particular con el que hay buena sintonía. Lo contrario de la famosa competencia en autonomía e iniciativa, vamos.
Y sin embargo un refuerzo extraescolar es la salvación en muchos casos, porque en las horas lectivas no es bastante y muchos alumnos necesitan una atención individual que unas clases masificadas no permiten, además de unos hábitos con un horario fijo que las familias no pueden imponer sin ese control del profesor. Los fallos del sistema se suplen pagano generosamente una figura que siga, simplifique y detecte problemas o que continúe en verano el trabajo que interrumpen unas vacaciones demasiado largas. Sé que en países más competitivos como Japón las particulares aún proliferan más, pero no me parece la solución adecuada.
Y sin embargo un refuerzo extraescolar es la salvación en muchos casos, porque en las horas lectivas no es bastante y muchos alumnos necesitan una atención individual que unas clases masificadas no permiten, además de unos hábitos con un horario fijo que las familias no pueden imponer sin ese control del profesor. Los fallos del sistema se suplen pagano generosamente una figura que siga, simplifique y detecte problemas o que continúe en verano el trabajo que interrumpen unas vacaciones demasiado largas. Sé que en países más competitivos como Japón las particulares aún proliferan más, pero no me parece la solución adecuada.
martes, 10 de mayo de 2011
El horario de clases II
Siguen las polémicas sobre la jornada de clases, que creo que deberían enmarcarse dentro de una revisión general del horario de clase y su confección, que suele depender más de las exigencias de los profesores que de las necesidades de los alumnos.
Los defensores de la jornada continya argumentan que por la tarde los alumnos no rinden igual, que en verano hace un calor insportable y que se hacen demasiado largas las jornadas en la escuela. Los que apuestan por mantener las clases de tarde aseguran que los profesores solamente quieren marcharse antes a casa, que se necesitan más horas lectivas y repartidas y que tener todas las tardes libres perjudica a las clases que no pueden pagar extraescolares dada la complicada conciliación laboral.
Pienso que si se apuesta por seguir con la jornada partida, habría que limitar el descanso de la comida, de hora y media o más. Esta larga pausa provoca que muchos alumnos que van a comer a casa no vuelvan por la tarde, porque se saltan las clases, les "da palo" o bien se quedan dormidos en la siesta. Si comieran en el colegio - con más becas si es necesario - en un tiempo menor, no ocurriría este absentismo vespertino y además la jornada general finalizaría antes, con lo cual habría tiempo para realizar deberes, jugar, extraescolares, convivencia familiar y todo lo demás. Con media hora ya se ganaría bastante. Los profesores que también se quedasen a comer en la escuela o sus alrededores podrían aprovechar este espacio para coordinarse y comentar el día a día, algo fundamental y que surge muchas veces en el café de la mañana.
Si se opta por suprimir las clases por la tarde, que sea por criterios pedagógicos, no simplemente por exigencia sindical. Y el tema del verano, clama al cielo: a finales de junio no se puede estar en algunas aulas y eso debería tenerse en cuenta en las programaciones, so pena de que en esos días no se haga nada productivo
Los defensores de la jornada continya argumentan que por la tarde los alumnos no rinden igual, que en verano hace un calor insportable y que se hacen demasiado largas las jornadas en la escuela. Los que apuestan por mantener las clases de tarde aseguran que los profesores solamente quieren marcharse antes a casa, que se necesitan más horas lectivas y repartidas y que tener todas las tardes libres perjudica a las clases que no pueden pagar extraescolares dada la complicada conciliación laboral.
Pienso que si se apuesta por seguir con la jornada partida, habría que limitar el descanso de la comida, de hora y media o más. Esta larga pausa provoca que muchos alumnos que van a comer a casa no vuelvan por la tarde, porque se saltan las clases, les "da palo" o bien se quedan dormidos en la siesta. Si comieran en el colegio - con más becas si es necesario - en un tiempo menor, no ocurriría este absentismo vespertino y además la jornada general finalizaría antes, con lo cual habría tiempo para realizar deberes, jugar, extraescolares, convivencia familiar y todo lo demás. Con media hora ya se ganaría bastante. Los profesores que también se quedasen a comer en la escuela o sus alrededores podrían aprovechar este espacio para coordinarse y comentar el día a día, algo fundamental y que surge muchas veces en el café de la mañana.
Si se opta por suprimir las clases por la tarde, que sea por criterios pedagógicos, no simplemente por exigencia sindical. Y el tema del verano, clama al cielo: a finales de junio no se puede estar en algunas aulas y eso debería tenerse en cuenta en las programaciones, so pena de que en esos días no se haga nada productivo
martes, 3 de mayo de 2011
Bin Laden, políticos y ¿pena de muerte?
Las noticias del día se centran alrededor de la muerte de Bin Laden. Al mismo tiempo surgen los escépticos, porque no hay imágenes, las preguntas sobre el papel de Pakistan, las contradicciones sobre la operación militar... Pero no quiero entrar en ese debate, sino en señalar dos afirmaciones muy repetidas que me han asustado, sobre todo porque estaban en boca de los principales dirigentes del país: "Nos alegramos de la muerte de Bin Laden // El mundo es hoy un lugar más seguro".
La segunda es directamente falsa porque la organización puede estar liderada por un hombre pero no depende solamente de él: hay más terroristas dispuestos a sucederle y no han cambiado las condiciones que favorecieron el terror, comose ha visto en otros procesos como el palestino o el vasco (sin que sean comparables).
La primera, sim embargo, es la que me ha llevado a escribir esta entrada: nuestros líderes declaran en público que les alegra la muerte violenta de una persona. Sea quien sea el fallecido, por muy execrable que sean sus acciones, me asusta que se alegren de una muerte sin juicio, de una muerte en abstracto cuando en principio nunca es una buena noticia. Las imágenes de la gente saltando en NY se pueden entender por la euforia de la masa, por las víctimas, pero no esas declaraciones en frío de los políticos: ¿apoyan la pena de muerte? ¿están diciendo que en casos de terrorismo hay que actuar ejecutando al culpable? ¿es positivo que se mate a alguien, si ese alguien ha hecho daño? Demasiadas preguntas, pero siguen afirmándolo delante de las cámaras sin rubor. Gran ejemplo
La segunda es directamente falsa porque la organización puede estar liderada por un hombre pero no depende solamente de él: hay más terroristas dispuestos a sucederle y no han cambiado las condiciones que favorecieron el terror, comose ha visto en otros procesos como el palestino o el vasco (sin que sean comparables).
La primera, sim embargo, es la que me ha llevado a escribir esta entrada: nuestros líderes declaran en público que les alegra la muerte violenta de una persona. Sea quien sea el fallecido, por muy execrable que sean sus acciones, me asusta que se alegren de una muerte sin juicio, de una muerte en abstracto cuando en principio nunca es una buena noticia. Las imágenes de la gente saltando en NY se pueden entender por la euforia de la masa, por las víctimas, pero no esas declaraciones en frío de los políticos: ¿apoyan la pena de muerte? ¿están diciendo que en casos de terrorismo hay que actuar ejecutando al culpable? ¿es positivo que se mate a alguien, si ese alguien ha hecho daño? Demasiadas preguntas, pero siguen afirmándolo delante de las cámaras sin rubor. Gran ejemplo
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