Por España, una foto mas (y te reviento la cabeza)
Días como el de ayer son jodios de recordar y difíciles de vivir para un fotoperiodista. Dejando al margen que me libre por los pelos de una paliza -el policía municipal que estaba a punto de descargarme su defensa en mi cabeza por fotografiar a un compañero en plena carga se detuvo cuando me reconoció como compañero de (otro) uniforme hace unos años-, la noche no estuvo mal. Aunque a mi no me gusta mucho el fútbol, irte rodeado de 15000 almas animando a un equipo contagia a cualquiera, y es una putada tener que estar trabajando -aunque sea un poco sui géneris- mientas los demás saltan, cantan y vibran con su equipo.
El ramillete de emociones cambia en cuestión de noventa minutos: primero ilusión, luego alegría, después temor, luego rabia y termina con desesperación (y botellas contra la prensa y, sobre todo, la policia).
No voy a hacer otra crónica de esas que empiezan diciendo lo buenos que somos y acaban con un ‘yo ya lo dije’ que tanto le gusta a algunos redactores. Hoy quiero que veáis lo difícil que es ser fotografo en estos momentos, y no por las lluvias de botellas -que las hubo- o las amenazas de los policías municipales -que las hubo-. Se trata de cómo definir con una imagen -la que se publicará después- 15000 historias y 15000 sentimientos. ¿Qué elegir? Por suerte para mi la criba es sutil, elimino las fotos ‘malas’ y que otro decida una entre cincuenta.
Y para eso, entre otras cosas, cree este blog, para que esas otras 49 no se pierdan en el olvido. Algunas son malas, otras menos buenas, pero todas tienen una historia detrás.
Unas cuantas conclusiones:
-Las chicas se prodigan mucho más en prensa que los chicos.
-A la gente le gusta hacerse fotos más que a un tonto un lápiz.
-Todos preguntan donde va a salir, dando por sentado que en efecto ellos ‘son’ la mejor foto.
-En el próximo me voy con casco.
Galeria Española:
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