31 mayo, 2011

Escribir según George Orwell

George ORWELL


Dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos:

1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que le despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta. Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.

2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte. en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.

3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.

4. Propósito político, y empleo la palabra "político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.

Puede verse ahora cómo estos varios impulsos luchan unos contra otros y cómo fluctúan de una persona a otra y de una a otra época. Por naturaleza -tomando "naturaleza" como el estado al que se llega cuando se empieza a ser adulto- soy una persona en la que los tres primeros motivos pesan más que el cuarto. En una época pacífica podría haber escrito libros ornamentales o simplemente descriptivos v casi no habría tenido en cuenta mis lealtades políticas. Pero me he visto obligado a convertirme en una especie de panfletista.

George Orwell, Por qué escribo. Traducción de Rafael Vázquez Zamora. Texto incluido en A mi manera (editorial Destino, 1976)


29 mayo, 2011

Causas y hombres

Ralph Waldo EMERSON

De los dos grandes partidos que en estos momentos se reparten prácticamente entre ellos el país, debo decir que uno aboga por la buena causa y el otro tiene a los mejores hombres. El filósofo, el poeta o el hombre de religión desean, por supuesto, dar su voto al partido demócrata: por el libre comercio, por el sufragio universal, por la abolición de las crueldades legales que figuran en el código penal y para facilitar, de cualquier modo posible, el acceso de los jóvenes y de los pobres a las fuentes de riqueza y poder. Pero no aceptan a esas personas a las que el llamado partido popular propone como representantes de estas liberalidades.

Ralph Waldo Emerson a mediados de los años 1840.

27 mayo, 2011

Gente, no ideas

William FAULKNER

A mi entender, el Nuevo Testamento está lleno de ideas y yo no sé mucho acerca de ideas. El Antiguo Testamento está lleno de gente, totalmente común, héroes normales y canallas como los que hay hoy por todas partes, y a mí... a mí me gusta leer el Antiguo Testamento porque está lleno de gente, no de ideas.


To me, the New Testament is full of ideas, and I don't know much about ideas. The Old Testament is full of people, perfectly ordinary, normal heroes and blackguards just like everybody else nowadays, and I—I like to read the Old Testament because it's full of people, not ideas.

William Faulkner, 16 de mayo de 1957 en Virginia, Estados Unidos.

La grabación de la charla, de unos 18 minutos de duración y en la que Faulkner responde a las preguntas del público, puede oírse completa en: http://faulkner.lib.virginia.edu/display/wfaudio15 (y en la misma página está la desgrabación textual).

25 mayo, 2011

Van Vechten


Man Ray, París 1934


Billie Holiday, 1949



Truman Capote, 1948


Fotos de Carl Van Vechten (1880 -1964) escritor y fotógrafo estadounidense, albacea literario de Gertrude Stein y patrocinador de varios escritores y artistas negros del llamado Renacimiento de Harlem.


Más fotos: http://beinecke.library.yale.edu/cvvpw/


Vida de Van Vechten: http://memory.loc.gov/ammem/collections/vanvechten/vvtime.html


24 mayo, 2011

Verdades


Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y ya no son consideradas como monedas, sino como metal.

Friedrich Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral


23 mayo, 2011

Fantasía y delicadeza


Patricia Esteban Erlés publica en su blog Toditos los días unos apuntes de lectura sobre Fantasmas de la China, de Lafcadio Hearn, libro de cuentos que La Compañía acaba de publicar en España:

Desde su sugerente título, Fantasmas de la China se presentaba, desde el principio, un bocado muy apetecible. Tras su lectura puedo decir que no ha defraudado las expectativas creadas, antes bien, las ha superado con creces. Lafcadio Hearn, un occidental que echó raíces en Japón tras una azarosa vida de viajes y huidas hacia delante, encontró en el delicado y misterioso Oriente la materia narrativa idónea para dar rienda suelta a su desbocada imaginación. Tal y como apunta Pablo de Santis en su jugoso posfacio (tan literario y cautivador como el resto del libro), Hearn contrajo matrimonio con una japonesa que seguramente le surtió de historias tradicionales de fantasmas, pero ni él ni su exótica esposa dominaban la lengua del otro, por lo que podemos suponer que hay mucho de fabulación y reconstrucción creativa de la narración original en todos estos relatos. No importa: de verdad que cualquier lector que se sienta atraído por las historias de fantasmas y las culturas orientales disfrutara de esta media docena de cuentos. Muy preciosistas desde el punto de vista formal, ricos en metáforas y descripciones, cada uno de ellos transmite la noción de un más allá de la vida apacible, gratificante.

Alejados por completo del atormentado fantasma gótico occidental, que vuelve una y otra vez para aterrorizar a los seres humanos que ocupan lo que fueron sus dominios en vida, el fantasma del Lejano Oriente es, en algunos casos, una criatura premiada con la inmortalidad, bien por una cualidad de la que hizo gala durante su existencia terrenal, bien porque los hombres necesitan de su auxilio. La leal hija del campanero imperial que no duda en arrojarse al fuego para ayudar a su padre, el soldado que vuelve de la muerte en el campo de batalla para despedirse de su señor y sus criados o el espíritu de una bella cortesana que se convierte en amante de un virtuoso muchacho para enseñarle todos los misterios de la música y la poesía, son algunos de los personajes protagonistas de estas historias a veces muy cercanas al cuento o leyenda tradicional, pero que en ocasiones alcanzan una dimensión independiente, puramente literaria.

Así sucede en La historia de Ming-Y, mi favorito indiscutible por la suntuosidad y el equilibrio con los que Hearn narra el amor imposible entre una mujer sobrenatural y un joven preceptor de música. Es mucha la belleza de cada párrafo, mucha la delicadeza con que se describe ese romance perfecto, de dos seres inteligentes y sensibles, que pertenecen a dimensiones distintas. La hermosa dama recuerda a las hadas benefactoras de caballeros perdidos que surcan las páginas de los Lais medievales de María de Francia, por su naturaleza generosa y desinhibida, si bien la cortesana oriental es todavía más mundana y hedonista, una mujer venida del Otro Lado que todavía sabe disfrutar de cada sorbo de vino o de los placeres de una velada musical y que arrastra a su existencia fantasmática todos los bienes materiales de los que disfrutó como humana. Un lujoso palacio de tejado azul en medio del bosque, un séquito de criados, vestidos exquisitos, manjares y joyas: la espectral criatura no olvida ni una sola pieza de su ajuar y agasaja a su amante con regalos valiosos que le permitan conservar una prueba irrefutable de que todo sucedió realmente y recordarla siempre, cuando ya no estén juntos.

En suma, un librito lleno de fantasía y delicadeza que merecía ser recuperado y que disfrutará cualquier amante de la narrativa breve y de esas elegantes criaturas, siempre enigmáticas, que son los fantasmas.

Enlace a "Toditos los días", aquí.

20 mayo, 2011

Largo


–Uf, es muy largo -resopló Misia un día, en Beirut, mientras escuchábamos Parsifal.

Un alemán, que era su vecino de asiento, le respondió ofendido:

–¿No será acaso, señora, que usted es muy corta?

Paul Morand, "L'allure de Chanel"

19 mayo, 2011

La disputa


Una antigua disputa, que llevaba mil y quinientos años reinando en Babilonia, dividía al imperio en dos irreconciliables sectas: una afirmaba que debía entrarse en el templo de Mitras con el pie izquierdo; la otra contemplaba con abominación semejante idea y siempre daba el primer paso con el pie derecho. Todo el mundo esperaba con ansiedad el día de la fiesta del fuego sagrado, para saber a favor de qué secta se pronunciaría Zadig: todos tenían puestos los ojos en sus pies; toda la ciudad estaba en suspenso.

Zadig entró en el templo saltando con ambos pies a la vez y luego, en un elocuente discurso, demostró que al Dios del cielo y la tierra, que no mira con privilegio a nadie, lo mismo le da el pie izquierdo que el derecho.


Voltaire, "Zadig"


17 mayo, 2011

Abecedario macabro



El norteamericano Edward Gorey (1923-2000) fue uno de los ilustradores más originales y secretamente populares de los últimos años y su influencia resulta palpable en artistas como Tim Burton. Así lo describe Álvaro Vélez en un artículo más extenso (esto es sólo un fragmento) que publicó en su momento la Revista de la Universidad de Antioquia, Colombia:
En un principio, durante la década de los cuarenta, Gorey trabaja como ilustrador y diseñador de portadas de libros (algunas de las cuales eran para obras de Kierkegaard y Kafka), sin embargo en 1953 comienza a elaborar sus propios libros y ante la negativa de varios editores decide iniciar un proceso de auto publicación creando su propia editorial: Fantod Press. Por ser un autor inclasificable, sus obras no han encontrado el estante adecuado para ser exhibidas en las librerías –como en el caso de su libro The Loathsome Couple (La pareja repugnante), que narra e ilustra, en tono jocoso, la historia real de una descuidada pareja de infanticidas que dejan caer, en un autobús abarrotado de gente, fotos de sus delitos–. Es que la obra de Gorey raya con lo grotesco sin ser prohibido, con lo prohibido sin ser asqueante, con el asco sin causar repugnancia; no es un Mike Diana regocijándose con sucias blasfemias pornográficas, o un Robert Crumb sacando sus propios “trapitos al sol” acerca de sus perversiones sexuales. Gorey está más cerca de un sentido decimonónico de la vida, de una cierta melancolía por la existencia y es por eso que se presenta mucho más interesante. Sus ilustraciones, en su gran mayoría acompañadas de versos –las clásicas composiciones infantiles, tan comunes en autores como Lewis Carroll, como el limerick y el spell o el antiguo irlandés, el oed–, son piezas creadas en plumilla, en parte deudoras de los grabados románticos clásicos (como los de Gustave Doré), de las narraciones gráficas de principios de siglo XIX, como las aucas iberas y de las ilustraciones de la prensa y los folletines de la era victoriana y de la Inglaterra eduardiana. De esta forma Gorey compone las más inclasificables historias, dibujos y versos que nos hablan, por ejemplo, de The Gashlycrumb Tinies (Los pequeñines macabros), una pieza pedagógica y musical en donde Amy, Basil, Clara y otros niños esperan inconscientes un final funesto descrito en feroces versos: " A is for Ami who fell down the stairs ", " B is for Basil assauted by bears ".
Este es el "Abecedario macabro" de Gorey:



Otra versión (esta vez animada) del alfabeto en:
http://www.freewebs.com/goreyfan/

16 mayo, 2011

L'Inoubliable

Esta es la cubierta de L'Inoubliable, la versión francesa de Lo inolvidable, editada por Actes Sud (Francia) con traducción (espléndida, como siempre) de Jean-Marie Saint-Lu.


El inicio del cuento final (Fantasmas) en su versión francesa:

J'avais lu que vers les XVIIe et XVIIIe siècles, les Japonais s'adonnaient à un jeu appelé Hyakumonogatari Kaidankai. On allumait cent bougies dans une pièce, de préférence au coucher du soleil, et on racontait cent histoires de fantômes. Après chaque histoire, on devait éteindre une bougie. Ainsi, histoire après histoire, l'atmosphère devenait de plus en plus ténébreuse et inquiétante.

Quand je racontai ça à Francisca, elle proposa d’organiser chez nous une modeste séance. Nous invitâmes deux couples très proches. Nous achetâmes six bougies rouges d'environ trente centimètres — comme si nous prévoyions que l'un de nous s'étendrait dans sa narration — et nous pûmes à emprunter, je ne me souviens pas grâce à qui, six de ces énormes candélabres qui ne se posent pas sur une table mais directement sur le sol, comme un lampadaire.

Más en el sitio de Actes Sud: aquí.

15 mayo, 2011

Desproporción

Manuel MOYANO


Vació el bidón de arsénico en la planta potabilizadora que abastecía a toda la ciudad. Sabía que su mujer siempre bebía agua del grifo.

Microrrelato incluido en "Teatro de ceniza", de Manuel Moyano, flamante publicación de Menoscuarto Ediciones.

14 mayo, 2011

Creer en Dios


La idea de Dios me parece fascinante y Dios, el personaje más extraordinario inventado por nuestra imaginación; creo que la religión ocupa un lugar de primer orden dentro de la literatura fantástica. Para mí eso es una cualidad, no una razón para dejarla de lado. Me fascinan los argumentos teológicos. Tengo una biblioteca bastante importante de libros de teología. Lo que me gusta de los argumentos teológicos es un poco el equivalente del uso que se le daba al latín en mi colegio secundario. No era para aprender el idioma –y me da pena que no haya sido así–, sino para adquirir la base para el estudio de la gramática; en consecuencia, la manera de pensar y una preparación para el razonamiento y la lógica. A mí me pasa lo mismo con la teología. Poco me importa que el punto de partida sea cómo justificar la idea de la Trinidad o cómo explicar el sacrificio de Abraham. Lo que me interesa es la manera en que se desarrollan esos argumentos. Los argumentos teológicos tienen una belleza poética que me atrae muchísimo. Pero me puedo sentir atraído sin sentir la necesidad de decir al mismo tiempo: «Creo en la existencia de Caperucita Roja». Asimismo me sorprenden –y esto desde que soy muy chico– las lecturas que no diferencian entre la realidad imaginaria de una historia y la realidad supersticiosa. Es decir, la necesidad que puede tener el lector de creer que, porque una historia tiene la fuerza de reflejar su propia vida, de explicarle el mundo –como puede ser un episodio en un texto religioso–, los elementos que la constituyen, los personajes creados para contarla deben tener necesariamente una realidad objetiva. Lo que me impresiona mucho de todo eso es que esa gente que necesita creer en un dios (¡un dios de carne y hueso!) no sea capaz de imaginar un dios más allá de esa necesidad de creencia. Qué divinidad mezquina esa que nos exigiría a nosotros, pequeñas hormigas, granos de polvo, la obligación de creer en ella... ¡Ni el más mezquino de los gobernadores de provincias exige que los ciudadanos crean en él! ¡Da sus órdenes y basta! Pero en el caso de la religión se trata de nuestra relación con el gobernador supremo y nos parece que se va a enojar si no se le dirige la palabra.

Alberto Manguel, "Conversaciones con un amigo"

10 mayo, 2011

Blue Moon


No he podido averiguar mucho acerca de Kendal Johansson, quien interpreta esta hechizante canción llamada "Blue Moon". Solamente que sus trabajos son editados que un sello independiente sueco llamado Sincerely Yours y que el tema es un cover de una banda norteamericana de los años setenta, llamada Big Star (ver aquí). ¿Kendal es hombre o mujer? Ni siquiera de eso estoy muy seguro ya que circulan muy pocos datos en Internet. Tal vez sea parte de la estrategia... En la Era de Información, no es fácil ser un enigma.

pd: He encontrado una foto, tal parece que Kendal es varón... Y que quien canta es cierta Heidi Nilausen.

09 mayo, 2011

Conversaciones con un amigo

Ya está en las librerías argentinas el nuevo libro que hemos editado con La Compañía: Alberto Manguel, "Conversaciones con un amigo" (introducción de Claude Rouquet y traducción de Pedro B. Rey).


En 1948, cuando se anunció la proclamación del Estado de Israel, Perón quiso que Argentina nombrase a un embajador antes que ningún otro país. Alberto Manguel acababa de nacer y eligieron para el cargo a su padre, que viajó a Tel Aviv con toda la familia. Quizá haya sido un signo de lo que vendría después, una vida llena de prodigios.

Manguel no aprendió castellano hasta que volvió a Buenos Aires, a los siete años; antes, casi no tenía forma de comunicarse con sus padres. A los quince, consiguió trabajo en una librería de la que era cliente Borges, para quien se desempeñó como lector (“estaba allí para prestarle mis ojos”). En sus primeros viajes por el mundo, conoció a Roland Barthes y Severo Sarduy y hasta le vendió un cinturón a Mick Jagger. En 1971, ganó el Premio La Nación, volvió otra vez a Argentina y fue testigo de un juicio a “subversivos” durante la dictadura de Lanusse. Luego de vivir en Italia, Francia, Inglaterra y Tahití, pasó diez años en Canadá, donde se nacionalizó. Ya había cumplido cuarenta años cuando publicó su primera novela, Noticias del extranjero, que Marcello Mastroianni fantaseó con llevar al cine. Hoy vive en Francia, en un antiguo presbiterio que encontró a la venta por casualidad.

Éstas son sólo algunas de las experiencias que Manguel, con la encantadora gracia y la aguda erudición que lo caracterizan, le cuenta al editor Claude Rouquet en Conversaciones con un amigo, libro publicado en francés y nunca traducido hasta ahora al castellano. Casi podría definirse como una autobiografía en la que el autor da sus opiniones sobre la infancia, la política, el racismo, la religión, la muerte, el arte contemporáneo. La literatura aparece en todo momento y se confunde con la propia vida. Así van mezclándose los nombres de San Agustín, Borges, Condoleezza Rice, Umberto Eco, Videla, Sophie Calle, Katherine Mansfield y Sarkozy.

“En realidad, la literatura es un lugar tan concreto como la pieza en la que estamos”, dice. No por nada George Steiner lo presentó como “un don Juan de las bibliotecas” y Bernard Pívot aseguró que “Alberto Manguel es un hombre-libro”.

08 mayo, 2011

Cinco libros: Patrícia Melo

(foto tomada del blog de Patrícia Melo: cadernosdoticino.wordpress.com)

Estoy pidiéndole a diversos escritores y artistas que recomienden cinco libros de ficción a los lectores de este blog y por qué no, de paso, al autor del mismo. No se trata, para nada, de un ránking ni mucho menos de una lista canónica. Se trata, más bien, de cinco libros que repentinamente ellos quieran proponer y compartir con los demás.

El voto de Patrícia Melo:


Cinco leituras de Patrícia Melo


La sombra del Púgil de Eduardo Berti

Acabei de le “A sombra del Púgil” – de Eduardo Berti, que conheci no festival de literatura de Marseille e que gentilmente me convidou para participar de seu blog, com indicação de leitura de cinco títulos. O romance é uma saga familiar tipicamente portenha, que relata a dissolução de um núcleo familiar composto por três irmãos, seus pais, tias e agregados, dos anos sessenta até o início do século XXI. A linguagem simbólica de Berti está firmemente fundada na tradição literária hispano americana, seu virtuosismo lírico me lembra Julio Cortazar, Ernesto Sabato, Borges e Garcia Marquez, mas há na sua literatura uma dicção própria, original, muito singular e irônica.

O que gostei no romance, e meu marido está tendo o mesmo feeling, é que a nostalgia argentina da qual é tecida o tango aparece no livro renovada: é deliciosa a descrição que Berti faz de um tempo emperrado, que se recusa a avançar da mesma forma que o “relógio catedral” que ocupa um lugar de destaque na família e se recusa a funcionar.

A ideia de imobilismo da sociedade argentina está presente o tempo todo, e a sua desagregação é um constante perigo, como num castelo de cartas, onde basta um deslocamento para que a estrutura desabe.

A habilidade com que Berti usa a figura do boxer, outra paixa argentina, para criar uma dança com o leitor, com volteios e arremetidas é digna de um grande escritor. Há um limite propositalmente pouco definido entre a realidade e a fantasia, entre a memória e a ação, a ponto da própria identidade do narrador ser indefinida, podendo ele ser qualquer um dos irmãos. E tudo isso vem enegrecido pela sombra da ditadura, com sua esterilidade, sem que isso tenha uma conotação panfletária, mas altamente literária, amarga, como se fosse uma chaga de vergonha, escondida por trás de veneziana fechadas. Não entendo como ele ainda não foi editado no Brasil e espero que em breve os leitores brasileiros possam conhecê-lo.


Mecanismos internos – Ensaios sobre literatura, de J.M.Coetzee

Estou no meio da leitura deste magnífico livro de Coetzee, de quem sou absolutamente fã.

Coetzee talvez seja o único escritor contemporâneo que admiro profundamente (não são poucos: Amoz Óz, Philip Roth, Sebald entre outros) cuja a obra é inteiramente regular. E natural que um escritor tenha alguns livros melhores que outros, ou temas em que se saia melhor. Coetzee mantém seu nível de excelência em tudo que faz, na prosa, na biografia-ficção e nos ensaios.

A maior parte dos ensaios publicados neste volume que estou devorando foi publicada na New York Review of books, e são pérolas sobre autores singulares como Robert Musil, Robert Walser, Bruno Schulz entre outros.

O que impressiona é sua postura tradicional e irretocável de “crítico literário”. Conhece com profundidade toda a obra e vida do escritor sobre o qual escreve, conhece as línguas originais em que foram escritas e comenta as diferentes traduções, como um crítico literário que se preze deveria fazer. Vai mais longe: discute a função da arte, e “as responsabilidades do escritor e o potencial ético da ficção” como coloca Deker Attrige na introdução.




The Pale king, de David Foster Wallace

Este último, acabei de encomendar pela Amazon, depois de ler a resenha de Jonathan Raban, no New York Review of books.

Wallace se formou em inglês e filosofia numa das grandes universidades americanas,em Massachusetts, e sua imensa bagagem intelectual, com suas pesquisa e teses acadêmicas, acabou sendo incorporada a sua ficção.

O livro, que já nasceu cult e ficou “inacabado”, devido a morte prematura de Wallace, que se matou aos 46 anos de depois de uma longa luta contra a depressão que sofria há anos, nasceu como um projeto ambicioso. Raban nos conta que nas notas deixadas sobre o livro, ele esclarece que sua ideia era mostrar uma das mais tediosas profissões do mundo – como a dos contadores de um departamento fiscal do governo – poderia ser usada como uma trilha para a redenção e salvação.

Sua leitura, adverte Raban, é uma empreitada. Estou me preparando para ela.


El sendero frugal – Antologia poética 1963-2000, de Jacques Dupin. Tradução de Ivan Salinas

Foi o tradutor Ivan Salinas, que também conheci no Festival de literatura em Marseille, que me apresentou esse fenomenal poeta francês. Mais que me apresentar o poeta, contou-me histórias deleciosas sobre a grandiosa figura deste artista, que durante anos foi presidente da Fundação Maeght e amigo íntimos de figuras como Picasso, Tal-Coat, Gauguin e muitos dos protagonistas dos modernistas.

Paul Auster assina a introdução. A poesia de Dupin não é fácil, e a sofisticação é imensa. Curioso é que se sente na sua obra algo muito euclidiano nos temas, e ao mesmo tempo, uma realidade telúrica, com esses dois opostos se chocando o tempo todo e criando uma tensão constante. Vê-se a natureza hostil e o homem que testa seus limites. Uma de suas pérolas para deixar os leitores tentados a embarcar no mundo de Dupin”: “ Escrever sobre a ponta do pé, escrever caminhando sobre a água, quando o rio é mais amplo e mais comunicativo, por estar seco...”



Descanse em Paz – de Joyce Carol Oartes

O romance intertextual de Carol Oates traz cinco histórias sobre cinco autores: Edgar Allan Poe, Emily Dickinson, Mark Twain, Henry James e Hemingway. A estatura dos autores escolhidos mostra o desafio do projeto, que Oates realiza com a maestria de quem escreveu alguns dos melhores romances da atualidade, como Blonde, e A filha do coveiro. Mais que recriar a voz desses autores-personagens, em seus últimos momentos de vida, Oates imprime sua marca em cada um deles, de maneira respeitosa e apaixonada. Muitos dos contos surgiram a partir do material dos próprios autores, como no caso de Poe Póstumo, baseado num dos papéis que Poe deixou, depois de sua morte.

A temática excêntrica tem um pararelo na dicção singular e elegante de Carol Oates. Eu a conheci muito jovem, quando estava lançando meu primeiro livro, num festival de literatura em Toronto. Na ocasião, ela estava atordoada por ter tido seu passaporte roubado no hotel. Ainda hoje lamento não ter, naquela época, o conhecimento e interesse que tenho hoje por sua obra para poder entrevistá-la e fazer tantas perguntas sobra sua maravilhosa literatura.


Patrícia Melo, escritora brasileña, es una de las voces más singulares y más influyentes de las últimas décadas de literatura en portugués. Entre sus novelas se destacan Matador (1995), Elogio de la mentira (1998), Infierno (2001), Valsa negra (2003), Mundo perdido (2006) y Ladrón de cadáveres (2010). Ha escrito también obras para teatro y su novela Matador fue adaptada al cine por Rubem Fonseca y estrenada como O Homen do Ano (2003), película dirigida por José Henrique Fonseca.

Enlace a su blog "
cadernosdoticino":
http://cadernosdoticino.wordpress.com/





06 mayo, 2011

Otro canal


Gracias al blog de Libélula Libros (ver aquí) me he enterado de la existencia del canal chileno "Otro Canal" y, sobre todo, de su programa "Una belleza nueva".

Vale la pena, por ejemplo, esta entrevista a Claudio Magris:

http://www.otrocanal.cl/?video=327

05 mayo, 2011

Hacer ver

Joseph CONRAD

En su prólogo a El negro del Narciso, Joseph Conrad dice que su intención fundamental como escritor es "hacer ver":

Fiction -- if it at all aspires to be art -- appeals to temperament. And in truth it must be, like painting, like music, like all art, the appeal of one temperament to all the other innumerable temperaments whose subtle and resistless power endows passing events with their true meaning, and creates the moral, the emotional atmosphere of the place and time. Such an appeal, to be effective, must be an impression conveyed through the senses; and, in fact, it cannot be made in any other way, because temperament, whether individual or collective, is not amenable to persuasion. All art, therefore, appeals primarily to the senses, and the artistic aim when expressing itself in written words must also make its appeal through the senses, if its high desire is to reach the secret spring of responsive emotions. It must strenuously aspire to the plasticity of sculpture, to the colour of painting, and to the magic suggestiveness of music -- which is the art of arts. And it is only through complete, unswerving devotion to the perfect blending of form and substance; it is only through an unremitting, never-discouraged care for the shape and ring of sentences that an approach can be made to plasticity, to colour; and the light of magic suggestiveness may be brought to play for an evanescent instant over the commonplace surface of words: of the old, old words, worn thin, defaced by ages of careless usage.

The sincere endeavour to accomplish that creative task, to go as far on that road as his strength will carry him, to go undeterred by faltering, weariness or reproach, is the only valid justification for the worker in prose. And if his conscience is clear, his answer to those who, in the fulness of a wisdom which looks for immediate profit, demand specifically to be edified, consoled, amused; who demand to be promptly improved, or encouraged, or frightened, or shocked, or charmed, must run thus: -- My task which I am trying to achieve is, by the power of the written word, to make you hear, to make you feel -- it is, before all, to make you see. That -- and no more, and it is everything. If I succeed, you shall find there according to your deserts: encouragement, consolation, fear, charm -- all you demand; and, perhaps, also that glimpse of truth for which you have forgotten to ask.


Es verdad que pocas obras literarias tienen el vigor y la capacidad para plasmar imágenes certeras, imborrables, como ocurre en el caso de Conrad. Un gran ejemplo es la siguiente descripción que hace en Juventud del hundimiento de un barco. Toda una joya:

Una llama alta y clara, una llama inmensa y solitaria ascendió del océano, y desde su cima el negro humo fluyó constantemete hacia el cielo. Ardía con furia, lúgubre e impotente como una pira funeraria encendida en la noche, rodeado del mar, contemplado por las estrellas. Una muerte magnífica otorgada como una gracia, como un don, como una recompensa para aquel viejo barco al término de sus laboriosos días. La entrega de su fatigado espíritu a la tutela de las estrellas y del mar fue tan emocionante como la visión de un glorioso triunfo. Los palos cayeron justo antes del amanecer, y por un momento hubo un estallido y un alboroto de chispas que parecieron llenar los fuegos voladores de la noche paciente y vigilante, la vasta noche que yacía en silencio sobre el mar. A la luz de día, el barco era solo un cascarón carbonizado, flotando tranquilo bajo una nube de humo y con una resplandeciente masa de carbón en su seno.

(Traducción de este fragmento de Juventud: Vicente Muñoz Puelles; Anaya, Madrid, 2003)

03 mayo, 2011

Actualidad

"Lloraré la pérdida de miles de vidas preciosas, pero no me regocijaré con la muerte de nadie, ni siquiera de un enemigo. Dando odio por odio se multiplica el odio, añadiendo una oscuridad más profunda a una noche ya carente de estrellas. La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio, solo el amor puede hacer eso."

Martin Luther King, Jr.

02 mayo, 2011

La profecía


El río Fuji desciende a saltos desde la cúspide del monte sagrado. Un hombrecillo del lugar nos obsequió esta historia:

–En cierta ocasión se me envió a hacer un recado. Era un día muy caluroso y me eché a descansar junto a un arroyo cuando, de pronto, divisé algo amarillo que flotaba río Fuji abajo. Lo cogí y descubrí que se trataba de un pedazo de papel amarillo con unas palabras escritas elegantemente con cinabrio. Lo leí lleno de asombro. Era una profecía relativa a quienes iban a ser nombrados gobernadores de la provincia al año siguiente. Más asombrado aún, sequé aquel trozo de papel y lo guardé. Cuando llegó el día que se publicaban los nombramientos, comprobé que el papel no se había equivocado. El hombre nombrado en primer lugar falleció a los tres meses y le sucedió el otro que aparecía en el papel. Por extraño que parezca, tales cosas ocurren. Parece que los dioses se reúnen en la cima de esta montaña para decidir los asuntos del año siguiente.

Diario de Sarashina (anónimo japonés del siglo del siglo XI)


La traducción no corresponde a la edición de Atalanta ("Sueños y ensoñaciones de una dama de Heian"), sino a los "Diarios de damas de la corte Heian" (Destino, 2007), versión y notas de Xavier Roca-Ferrer.

01 mayo, 2011

Microconcurso


El Comité Editorial de La Internacional Microcuentista Revista de microrrelatos y otras brevedades, con el apoyo de Macedonia Ediciones, convoca al I CERTAMEN MUNDIAL DE MICRORRELATOS.

Bases:
1. Podrán participar personas de cualquier nacionalidad mayores de 18 años.
2. No podrá participar ningún miembro del Comité Editorial de La Internacional
Microcuentista, ningún miembro de Macedonia Ediciones y tampoco los parientes en primer grado (padre, hermano, hijo) de los miembros del comité editorial de La Internacional ni de Macedonia Ediciones.
3. El tema del concurso será libre.
4. El microrrelato deberá estar escrito en castellano y ser inédito: no puede haber sido
publicado con anterioridad en ningún espacio físico (libros, revistas, prensa, etc.) ni virtual (blogs, revistas digitales, portales web, etc.). Tampoco podrá estar participando en otro concurso ni esperando fallo de un concurso de la actualidad.
5. El microrrelato no podrá superar las cien (100) palabras, título incluido.
6. Cada concursante deberá enviar su texto al correo mundialdemicrorrelatos@gmail.com. El asunto del correo deberá ser I CERTAMEN MUNDIAL DE MICRORRELATOS. Un correo con otro asunto no entrará a participar en el concurso.
7. El microrrelato deberá ser enviado como cuerpo de texto con la firma del autor al final, o el seudónimo si lo prefiere. Los textos que se envíen con archivo adjunto no entrarán a participar en el concurso.
8. Cada concursante podrá enviar un (1) solo microrrelato.
9. Se seleccionarán diez (10) microrrelatos semifinalistas, tres (3) finalistas y un (1)
ganador. El concurso podrá declararse desierto. De acuerdo con el nivel literario de los
microrrelatos, La Internacional podrá armar una antología digital con una selección de
microrrelatos, si así lo llegara a considerar.
10. Los finalistas y el ganador serán elegidos por un jurado de especialistas conformado por renombrados escritores, cultores y estudiosos del microrrelato. Raúl Brasca, reconocido antólogo, cultor y escritor argentino de microrrelatos desde hace más de 20 años; Eduardo Berti, traductor, periodista y prolífico escritor argentino que ha sido traducido a más de cinco idiomas y Francisca ‘Paqui’ Noguerol, doctora en filolología hispánica y profesora de Literatura en la Universidad de Salmanca, en España.
11. Cortesía de Macedonia Ediciones, el ganador recibirá como premio un lote de libros de microficción. Los otros dos finalistas, recibirán un libro cada uno.
12. Si un microrrelato no cumple con alguna de estas bases, el concursante será descalificado.
13. El concursante podrá enviar su microrrelato hasta el 30 de junio de 2011. Si un microrrelato llega después de esta fecha, no entrará a participar.
14. Durante el mes de julio se anunciarán los finalistas y el ganador del concurso.
15. El envío de trabajos implica la aceptación total de estas bases.