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24 de enero de 2016

Senegal Grindcore Mafia "Hay Daño en Casa" (2015)

Me acuerdo cuando hice la reseña de su primer single, el año pasado, antes de la salida de esta otra bestialidad que me tuvo a mal traer durante bastante tiempo.
Parece cierto que hay "más formato" canción, si ello se puede aplicar a la locura que destilan estas canciones.
Es cierto, el grado de violencia y vértigo es claro desde el arranque con "Toda la grela", pero no hay solo violencia, ya que con el tiempo, eso que parecía un caos ruidoso y extremo, va dejando paso a toneladas de información y capas y más capas de violas que se superponen y van regalando incluso melodías y estructuras gancheras que-resta decirlo-no había en la banda anterior de Posse y Bianchi (guitarra y bajo respectivamente), los conocidos Random (hay ya disueltos según parece).
Pero no todo pasa por estos dos músicos, ya que la otra parte de la sección rítmica de la Senegal, Germán Gómez, hace un laburo de relojero, sosteniendo con precisión el esqueleto de los temas, y agregando un toque de groove increíble, sin dejar de sonar pesado y denso cuando hace falta.
También hay que destacar que lo que se dejaba escuchar en aquel single respecto de la mayor libertad en las violas, aquí se confirma, resultando una química maravillosa entre Posse y Gaspar Rojas, el otro violero.
¿Puede una banda extrema sonar funky? Escuchen el inicio de esa gema titulada "Queme Oren" y después charlamos, donde también aparece una veta más lenta y ambient como para dar lugar al respiro necesario para continuar.
Cada uno de los temas se destacan y se diferencian del resto, lo cual también ya es raro para una música tan extrema, logrando a mi entender, uno de los mejores discos nacionales pesados editados en muchísimos años.
Ojalá haya muchísima más Mafia, vale la pena aturdirse con semejante muestra de versatilidad.

Uroboros "Deiphagomega" (2015)

Otra bestialidad que no paré de escuchar desde que apareció, el año pasado.
Otra bestialidad escupida/vomitada por el glorioso under argento, que ya a esta altura demuestra una envidiable salud y productividad, así como una seriedad de los músicos para encarar sus proyectos que no hace sino repercutir en la música que podemos escuchar.
Así como había señalado la presencia de la rusticidad y el sonido low fi de su e.p., aquí si bien sigue presente, pero todo es más. Porque suenan más rústicos y violentos, muchísimo más enojados, pero también muchísimo más enfocados en cada uno de los temas, y con letras que destilan sangre, odio, violencia...pero no solo eso.
Es increíble como los riffs se fueron clavando en la mente, y todo fue tomando forma amalgamándose perfectamente música y letras como un amasijo único que permite vivir en este tiempo de bestias.
No puedo dejar de sorprenderme por la veta doom que explota el dúo en varias canciones, logrando que se articule a la experimentación con violines y sonidos varios, que le dan a la música de Uroboros un estilo muchísimo más maligno e hijo de puta que aquel e.p. reseñado en nuestro blog, mostrando incluso -oh, término pedorro y berreta que detesto- una evolución descomunal en la composición.
¿Evolución dije?
Sí, también hay arranques blackers y gritos desesperantes que remiten a lo más suicida que te puedas imaginar, y algún que otro toquecito jazzero/incidental, obsequio del saxofón de otro loquillo amante de la experimentación, Manuel Platino.
Palabras parte para la portada del disco, obra de Andrés Córdoba, generando un cuadro tan perturbador y mítico como perfectamente conjugado con la poderosa música, que está allí, cerca de nuestros oídos y lista para servirnos como compañía perfecta en estos tiempos que corren.
Otro de los grandes discos que parió la escena. Otro de esos que se necesitan escuchar y escuchar, para darse cuenta que pasaron meses y uno se perdió en el tiempo y omitió hacer la reseña correspondiente.
Espero saldarla deuda con este conjunto de canciones que aún me acompañan.
P.D.: el sello no podía ser otro que Zann's Music, recomendándoles que se acerquen a su bandcamp

23 de enero de 2016

Psicosfera "Alpha" (2015)

Un poco desmotivado para hacer reseñas como se podía ver en el historial del blog, pero no por no haber estado escuchando música, sino todo lo contrario. Toneladas descomunales de música para digerir y sorprenderse, en general gratamente.
Y mejor todavía, muchos de los grandes discos que estuve escuchando son de mi país.
En este caso tenemos el debut de Psicósfera, que no necesariamente es un debut en el blog de uno de sus músicos, ya que don Gabriel, violero, es el encargado de llevar adelante esa deformidad blacker/doomer llamada Hellige.
La cosa acá va por otro lado, y tiene más “formato canción”, lo cual no significa que la cosa sea amigable, por supuesto.
Podríamos hablar de una banda que tiene influencias múltiples, pero que por suerte (y gracias a la capacidad de los músicos, obviamente) no son evidentes, y resultan secundarias al disfrute de la música. ¿Cuáles son esas influencias? Hay cosas de Neurosis y Mastodon, sobre todo en la intensidad que adquiere la música cuando baja de revoluciones...
También hay cosillas dando vuelta de gente que se dedica a hacer el black más hijo de puta, como Deathspell Omega o Blut Aus Nord, pero no en la veta industrial que se podría suponer, sino en esos arranques de guitarras violentos y disonantes que te pone los pelos de punta.
También escuché, como escondido entre las estructuras de los temas, una leve llamada drone, evocando pasajes oscuros de Sunn O))) o Earth, para ser más preciso.
Y lo mejor de todo, es que todo suena tan orgánico que te enganchás rápido con la propuesta que no es pop para divertirse precisamente.
Los responsables de este viajecito psíquico instrumental, son aparte de Luque (guitarras), Juan Facundo Brinville (batería, también vocalista de Morte), Gabriel Sabatini (guitarras, también  de los extremos brutales Abolition of Impediment y de Inexistence), y el invitado y compañero de Sabatini en Abolition, Juan Martín Venezia en bajo.
Una experiencia densa y, paradójicamente refrescante.
A seguirle la pista a esta gran banda argentina.

14 de octubre de 2015

Lucifer "Lucifer I" (2015)

maestro
Seguimos con los debuts, y seguimos con mujeres frente al micrófono de discos repletos de onda y buenas canciones.
Y si, encima, hay loas al Maestro, mejor todavía. Vamos, más allá de que ya seamos grandes y hayamos perdido la inocencia hace años, no se puede dejar de dibujar una sardónica sonrisa cuando escuchamos "Abracadabra", que nos dice "...alguien podrá decir que adoro al Diablo, él ha estado golpeando a mi puerta, y lo dejé entrar...".
Siempre me llama la atención la sensualidad que tienen las mujeres dentro de las bandas de metal, sobre todo en esta veta que lleva un tiempo dando que hablar, y que muchos llaman Occult Rock, y no es otra cosa que doom rock bien clásico, centrado en los riffs. Y eso es algo que sobra en este debut, riffs...¿quién es el guacho que desgrana esos dolorosos e implacables sonidos? No es otro que un viejo conocido para los amantes del Doom más clásico, el bueno de Gaz Jennings, violero de Cathedral y de Death Penalty, encargado junto con esa belleza alemana llamada Johanna Sadonis (encargada de teclados, samplers, voces y las letras) le dan forma a este hermoso viaje por tierras de brujas, demonios y pactos con el mismo diablo, todo bajo las pálidas y tenues luces que proporciona nuestra única compañía nocturna, la luna.
Porque nada mejor para acompañarnos por la noche que estas melodías y climas oscuros pero irresistibles, herederos directos de Black Sabbath y todas aquellas bandas que remitían al ocultismo de fines de los '60 y principios de los '70.
Imposible dejar de escuchar Lucifer...que no se acabe nunca el mal señores, siempre que tenga la mejor banda de sonido.

13 de julio de 2015

Paradise Lost "The Plague Within" (2015)

Puedo empezar...así...LA PUTA MADRE QUE LOS PARIÓ A LOS INGLESES!!
Que disco impresionante, por dios.
Para aquellos despistados, hay que decirles que la banda viene editando grandes discos, luego de que se hubieran sacado de encima la necesidad de copiar y emular tanto a Depeche Mode como a The Sister of Mercy, perdiendo en el camino la tan ansiada personalidad. Eso duró 10 añitos, hasta que apareció el disco autotitulado, y empezó un nuevo período de "vacas gordas" en cuanto a lo compositivo, con una seguidilla de discos más que interesantes, que tomaban justamente las influencias, y las procesaban dando lugar a canciones increíbles, con la cuota exacta de tristeza y oscuridad gótica (sin llegar al melodrama y al patetismo emo), y con melodías agradables.
En el 2012 editaron el descomunal y maravilloso "Tragic Idol" tal vez el mejor disco de la segunda etapa de la banda, con canciones perfectas y climas increíbles....hasta este monstruo nuevo que nos aplasta con casi 51 minutos de pura historia.
Porque eso es este disco. Historia. La historia misma de Paradise Lost resumida en 10 temas descomunales que toman influencias de la banda misma y los diversos estilos por los que nos pasearon y crearon (vamos el Gothic doom apareció justamente con "Gothic").
Escuchando cada una de las canciones, podemos viajar en el tiempo a cada uno de los discos clásicos de la banda, y deleitarnos como pendejo con juguete nuevo sin que las composiciones suenen a afano (autoafano). Así podemos encontrar sonidos, golpes o pulsaciones que ya estaban presentes en "Icon", en "Shades of God", en el descomunal "Draconian Times"...y en los inicios de su carrera, como "Lost Paradise" o "Gothic"; ¿si no, qué es esa gema pesada y oscura titulada "Beneath broken earth"?
Pero eso no es todo, porque ahí estamos a mitad de camino del disco. Las guitarras suenan melancólicas, o potentes o podridas, siempre punzantes, dependiendo lo que necesite el tema, y la base rítmica sostiene de forma precisa permitiendo el juego melódico de esos dos bestias que son Gregor Mackintosh y Aaron Aedy, creadores de algunos de los mejores riffs de los últimos 20 años...y de seguro que alguno de los mejores de este año. Vamos...cuando una parte de tu cuerpo (el pie o la cabeza en este caso) se mueven casi sin tener en cuenta lo que la voluntad manda, estamos ante algo por lo menos serio.
Algo me dice que la experiencia de Vallenfyre de Gregor tuvo algo que ver en esto de un retorno a ciertos toques más oscuros y asociados al Death Doom.
Y si de experiencias hablamos, también tendrá algo que ver la participación de Nick en Bloodbath, para que retorne no solo el gruñido aguardentoso a la "Shades of..", sino la podredumbre verdaderamente deathmetalera en esa gema ya señalada más arriba, y que nos deposita calmadamente en los brazos del Doom más opresivo y embarrado.
Palabras aparte merecen los invitados en esta ocasión que le dan una cuota de romanticismo y tragedia a los track en donde intervienen: Daniel Quill (violín) y Liam Byrne (viola da gamba) en los tracks 6 y 7, y las voces femeninas de Heather Thompson, una conocida ya de discos anteriores.
Un disco que -me atrevo a decir-, es uno de los mejores del año (en un año descomunal con grandes lanzamientos, y recién vamos en la mitad).
Y uno de los mejores en la extensa discografía de los de Halifax, que condensa todas las virtudes de estos músicos que están juntos, con excepción del baterista Adrian Erlandsson, desde el año 1988

28 de enero de 2015

Yob "Clearing the Path to Ascend" (2014)

La reputamadre que lo parió!. Este fue uno de los discos que me acompañaron en las vacaciones recientes, en un mix casi perfecto con los 3 primeros tomos de los Cuentos Completos de uno de los autores de referencia para quien escribe, Philip K. Dick.
Y la sensación de estar en otro mundo es similar tanto en la música de este trío como en la literatura del maestro.
Es cierto que ya tienen una historia detrás y que esta es la primera reseña en el blog de la banda que tiene una seguidilla de discos verdaderamente impresionantes.
Si mal no recuerdo, la primera vez que los escuché fue "Elaborations of Carbon (2002), cuando recién salía el "The Illusion of Motion" (2004), y me pareció sencillamente perfecto.
Después los dejé de lado, a pesar de haber escuchado los dos anteriores a este nuevo lanzamiento, es como que no estaba con el ánimo necesario para dejarme llevar.
Pero este disco...repito: la reputamadre que lo parió!
Denso, por momentos opresivo, melódico, colgado y bien trippy, ideal para escuchar por ejemplo mientras caminaba por la playa al atardecer.
El viaje no deja de ser desesperante y bastante místico, sobre todo en los breves momentos introspectivos que nos regalan para poder respirar en cada uno de los 4 extensos temas, que nos pasean por la incertidumbre y el pesimismo, y que paradójicamente, a medida que pasan los minutos se torna más y más introspectivo.
Un disco para los iniciados, difícil pero indispensable. Esto es la evolución de la música pesada, y no la berretada actual de Metallica, Megadeath e In Flames.

23 de enero de 2015

Triptykon "Melana Chasmata" (2014)

El 2014 se fue y nos dejó una serie de discos preciosos, ya sea que amemos lo extremo o lo más relajado.
En el primer caso tenemos un nuevo mazazo en los dientes de los herederos de Celtic Frost, logrando un nivel de opresión y oscuridad acaso superior a su debut del año 2010.
Arrancando con un martillazo en las bolas llamado "Tree of Suffocating souls", un thrash/death/ con espíritu black que inyecta adrenalina suficiente para un rinoceronte...pero que, sin aviso previo, baja las revoluciones y mete un doom más denso que el carajo ("Boleskine House"), con bajo gordísimo y unas violas increíbles, acaso la lectura floydeana de Thomas, alma mater de la banda, acompañado de las sugerentes y melancólicas voces de Simone Vollenweider, vieja conocida de la época de "Monotheist").
El disco se pasea por climas que van de lo extremo y cáustico a lo violento -y lento- del doom más opaco, sin dejar de sonar agresivo en ningún momento.
"Altar of deceit" es la combinación perfecta de oscuridad, black metal abrasivo y clima doom, resaltando la percusión que induce a un trance hipnótico que con -al parecer- poco, se te clava en la cabeza y hace que apretés los dientes, mientras el cuerpo se va moviendo solo como si estuvieses poseído por algún ente que extrae su vitalidad de la maldad del mundo...algo muy parecido a lo que hace Triptykon con su música.
El metal cabeza también parece decir presente con "Breathing", en donde las sutilezas de las tres composiciones dicen chau, y aparece un maníaco de 200 kilos con un bate repartiendo golpes para todos lados, y groove en cuentagotas, a modo de cura para los que añoran esa vertiente menos sutil, siendo este el tema más corto del disco.
"Aurorae" es no solo una de las gemas del disco, sino una de las mejores composiciones en la historia del grupo, con jugueteos entre las violas limpias, los riffs densos y lentos y unas voces torturadas y oscuras como solo Thomas sabe hacerlas, repletas de hijaputez y mala onda, y un sentimiento apocalíptico en las letras que pone los pelos de punta, feeling también presente en "Demon Pact", este último con unos toques industriales que lo tornan si es posible, más opresivo.
¿Hay lugar para el amor, aunque sea retorcido y perdido, entregado a la muerte? También hay lugar pa
Es esa sensación de desesperación, de estar siempre en el límite de la cordura lo que transmite este disco en cada una de sus composiciones, siendo imposible no pensar en ya un proyecto firme y constituído que releve y haga olvidar aquellos feos discos de Celtic Frost.
Para variar, Triptykon otra vez nos regala un arte de tapa digno, que será recordado por años, de las manos del artista ya fallecido H.R.Giger y su serie Mordor, que es casi la esencia visual del disco y la música.
Uno de los grandes discos que nos dejó el 2014.

2 de diciembre de 2014

Mount Salem "Endless" e.p.(2013) / "Endless" L.P. (2014)

end less
Entrada triunfal de esta gente de Chicago, Illinois, con su debut inicial, algo cercano al cielo si nos adentramos en esos sonidos vintage que venía comentando en el post anterior.
Absolutamente adictivo, oscuro, hipnótico y etéreo al mismo tiempo. Es más, desde hace por lo menos 9 meses (o más) que no puedo dejar de escuchar esta pieza de Rock/Doom/Psicodelia, con algunos de los climas mejores logrados en años.
No, no hace falta pintura en la cara, ni pose de haber fumado pastafrola en escabeche o declaraciones públicas de cuanto desea el apocalipsis ni la muerte de la cultura judeocristiana (teléfono al débil mental de Varg Vikernes).
Lo que importa acá es la canción, y el cuarteto demuestra una capacidad maravillosa para construirlas, y una sensibilidad fuera de lo común, para, sin hacer nada nuevo estrictamente hablando, tocar la fibra íntima de los que amamos esos sonidos oscuros y psicodélicos al mismo tiempo. Las referencias son similares a las que tienen las bandas de esta movida retro: Black Sabbath, Blue Cheer etc., más una cuota importante del blues más arrastrado, todo aderezado en una producción bien orgánica y low-fi que resalta los orígenes del querido doom.
Y algo que resalta es también en este caso la potencia y la ambivalencia que posee Emily Kopplin (voces y órgano) en sus cuerdas vocales para transportarte a tiempos pasados, al tiempo que parece ser una tierna niña inocente...lo cual es obviamente mentira. La formación se completa con Cody Davidson (batería), Mark Hewett (bajo) y Kyle Morrison (guitarras).
Sueños lúcidos, lunas llenas y 6 canciones de la puta madre para rememorar los buenos viejos tiempos, de la mano de un debut más que auspicioso.
P.D.: según su bandcamp oficial, su larga duración oficial ya está a la venta de la mano de Metal Blade, constando de estas canciones, con un agregado de dos más, que le agregan más doom y pesadez a la banda, pero con el mismo críptico arte de tapa.
Les dejo ambos, escuchen y comenten.

25 de noviembre de 2014

Blood Ceremony "The Eldritch Dark" (2013)

ceremonya
Y hoy estamos retro a full. Hay una movida que emergió hace no mucho tiempo que rescata sonidos vintage de fines de la década de los '60 y mediados de los '70, para centrarse en canciones prácticamente perfectas, sin que la novedad del estilo sea algo que importe verdaderamente.
Entre ellas, los canadienses Blood Ceremony se destacan como uno de los pioneros de la movida retro, siendo este ya su tercer disco, repleto de canciones deudoras de aquellas joyas ocultas que nos arrastran más de medio siglo hacia atrás, y por qué no, a otros mundos, en donde la magia (negra) aún flotaba en el aire.
Y la propuesta de la banda es justamente esa, llevarnos a ese mundo extraño donde los sueños se confunden con la realidad y solo importa no perderse en bosques encantados...o mejor aún, perderse para encontrar antiguos dioses de los bosques, que nos conducirán a cambio de algo.
Sonidos antiguos, canciones breves y sumamente simples e hipnóticas, construidas artesanalmente por: Lucas Gadke (bajo, voces -en "Lord Summerisle"-); Alia O'Brien (flauta, órgano, voces); Sean Kennedy (guitarras y letras) y Michael Carrillo (batería), siendo este último el puesto de mayor inestabilidad en la banda.
Referencias para hacerse la idea de frente a que nos enfrentamos cuando pulsamos play: Jethro Tull, Black Sabbath, Lez Zeppelin, Blue Öyster Cult y Uriah Heep....sonidos mágicos señores para los amantes de la música.

10 de septiembre de 2014

Asilo "Comunion" (2014)

La puta madre, vuelvo otra vez a sorprenderme con bandas de mi país, esta vez con el debut larga duración de estos enfermos del orto de Asilo, cuarteto de Buenos Aires que adolece de guitarras y las suple con alguna de las voces más enfermas de la escena, y dos -sí, dos- bajos ultradistorsionados que no te dejan respirar.
Música  muy hija de puta y mala onda, en la vena de esos otros deformes rotos del cráneo de Khanate, pero con una cuota de oscurísima melodía de fondo (ruiditos, teclas etc) que vuelve más sórdido y exasperante el clima que logran en cada una de las 10 canciones, teñidas a su vez de un noise aplastante y una rapidez que por momentos contrasta con una lentitud viscosa y horrenda.
Lo interesante es que, al igual que Dead Rooster y Wolves Winter, se despegan de la escena cabeza para formar parte de otra, under como la puta que los parió, pero con una identidad apabullante que no hace más que alegrarme, ya que no dependemos de las leyendas para disfrutar de música que nos conmueva...y nos perturbe.
Porque, seamos claros, creo que la música tiene que tener esa cuota de molestia, de joder no al que tenés al lado, sino a vos mismo, al punto que te ves obligado a escuchar una y otra vez a ver si no te equivocaste al escuchar lo que escuchaste.
Fascinante, ya que es un disco homogéneo pero no monótono, cada composición tiene su personalidad, y hay momentos ya sea por la música, por las letras o por su conjunción junto con los sampler que son altamente adictivos. ¿Quieren ejemplos? "Arquitectura del Silencio" es como si a Godflesh se uniera un adicto al paco. En el polo opuesto e inmediatamente después de semejante descarga industrial/noise/loquesea, aparece "(Anti voz)", solo con un teclado relajado, que te permite respirar y sorprenderte por la luminosidad y tranquilidad que se te clava en la mente, con este mantra: "El gran silencio ante el ruido inútil".
¿¡Y lo que aparece en "Dinámica del cambio", la puta madre?! Hasta los sampler -como decía- están impresionantes, con esos teclados que van apareciendo en fade in y que provienen del genial Hieronymus Bosch y su "Jardin de las Delicias"
Temas extensos, densos en la mayoría de los casos, logran un disco de casi una hora que se pasa tan rápido que hace falta escucharlo otra vez, y otra vez, y otra vez.
Palabras aparte merece el arte de tapa (no tengo el físico, pero ya lo voy a conseguir), que logra transmitir toda la desesperanza, miseria y podredumbre de una vida gris.
Hace días que no lo saco del reproductor mp3, y cada vez que estoy en casa, lo escucho en mi equipo, a un gran volumen, como se DEBE escuchar esto.
Les dejo para que deleiten sus oídos, y de paso los perviertan su bandcamp.
Saludos Asilo, gracias por semejante martillazo en la cabeza.

23 de febrero de 2013

Electrozombies "He Visto" (2008)

La puta madre a Chile carajo.....como hacen para tener bandas tan buenas en tantos subestilos dentro del metal?! Si buscás Black Metal, vas a encontrarlo, doom, ni hablar (de las mejores escenas del continente, y con material de exportación)...y Sludge súper podrido y cáustico, acá están los Electrozombies con su segundo larga duración.
Acá, aparte de la podredumbre sludge/doom, hay una cuota tan alta de Crust y Thrash que mete miedo, sobre todo teniendo en cuenta que la sección rítmica son... dos mujeres!
Hay una distancia importante respecto de su anterior lanzamiento (reseñado en esta página), y la violencia es bastante más frontal y politizada, lo que le da un toque mucho más juvenil y casi adolescente al disco.
Pero no se engañen, Electrozombies no es una banda en joda, su profesionalismo y seriedad te va a dejar con la boca abierta y los oídos sangrando...en buena hora.
Las canciones son más cortos y por lo tanto menos embarrados, pero el vértigo es mayúsculo.
Adictivo.

27 de septiembre de 2012

The 3rd and The Mortal "Tears Laid in Earth" (1994)

mortal
Primer disco que escuché de los noruegos, y primer disco de ellos (el otro es un bello e.p.), y no se puede creer los sonidos que regalan a quienes se atreven a meterse en ese caudaloso y relajado torrente de sensaciones.
Y si de sensaciones se trata, el relax y la calma son los fundamentales a la hora de describir lo que va aflorando a medida que entramos en el mundo de este sexteto impresionante. Y si encima nos encontramos con la descomunal y única voz de Kari, el deleite se puede triplicar o llegar a picos casi dolorosos.
Por momentos cercanos al progresivo, siempre emparentados al Dark y a la vertiente más atmosférica del Doom, sin llegar a excesos y extremismos rústicos, sólo pulsaciones sutiles de las cuerdas de los instrumentos que repercuten en esas cuerdas cósmicas que nos atraviesan el cuerpo desde tiempo inmemorables, y nos hacen percibir eso que no podemos decir: somos mortales...pero con discos como éstos, vale la pena disfrutar el camino hacia el inevitable final.
Es tan complejo describir un álbum tan simple y fácil de disfrutar, que voy a ponerlo a consideración de uds. para que se sorprendan y se emocionen.
Nada más por ahora.

22 de septiembre de 2012

While Heaven Wept "Vast Oceans Lachrymose" (2009)

lagrimas
Luego del descomunal "Of Empires Forlorn" (2003), 6 añitos después, escupen los americanos al mundo su tercer larga duración, con una colección de canciones impresionantes.
Si me pongo a tomar nota de los sentimientos que van aflorando a medida que transcurre el disco, no hay nada nuevo, y la melancolía y tristeza por lugares inexistentes y nunca visitados sigue apareciendo rápidamente, y la desolación está escondida detrás de un velo un poquito más agresivo.
Esa agresión viene sobre todo del vértigo que transmiten ahora los riffs, apenas un poco más acelerados que los discos anteriores, y un toquecito de Power, pero el gusto que te deja en la boca es tremendo e incita a la repetición continua de este bocado único proveniente del norte.
A contramano de muchas bandas del estilo, que dejan una suite extensa para el medio o el final del disco, While Haeven Wept arranca con una de casi 16 minutos, que ataca de movida con un riff descomunal, pero los matices y distintos colores que van poniendo a lo largo del tema son variados, y como siempre ocurre, aparece lo mejor de las sutilezas al momento de bajar las revoluciones. Ni hablar de los juegos vocales entre los tres responsables, que van desde lo épico a lo nostálgico sin solución de continuidad.
La canción que da título al disco da muestra, como si hiciese falta, que el sentimiento no se perdió, y que la tristeza es su mayor musa inspiradora a la hora de componer con sencillez y honestidad. Confirmado por el luminoso final, que deja esa sensación de despedida eterna tan triste al mismo tiempo que emotiva.
Pero que su música sea fácilmente disfrutable (y sufrible, je!), no significa que sea sencilla como antaño, en ese primer esfuerzo llamado "Sorrow of the Angels" (1998), ya reseñado en el blog. Acá la música suena más seria, mejor entrelazadas las distintas capas de sonidos, dando por resultado un disco más "compacto" y mejor producido.
Los músicos responsables de este viaje son Tom Phillips (en guitarra, teclados y voces); Jim Hunter (bajo); Trevor Schrotz (batería); Scott Loose (guitarra); Rain Irving (voz principal) y Michelle Schrotz (teclados y voces).
No pueden dejar pasar esta joya de la música contemporánea, sino son unos ñoños que escuchan a Selena Gómez.

23 de julio de 2012

Kauan "Lumikuuro" (2007)

Tremendo debut de esta banda rusa, que te deja con la boca abierta, los ojos llenos de lágrimas y los oídos abiertos pidiendo más.
No se puede creer cuan dolorosos y bellos pueden ser los momentos más tristes que se te crucen por la cabeza, siempre y cuando estén acompañados por música tan sutil como las que nos ofrece Kauan.
Hace mucho alguien, comentando y recomendando en el blog, había dejado la inquietud por los rusos. Recordé no hace mucho, la agradable impresión que me había provocado escuchar esta banda por primera vez, y ahora trato de hacer memoria acerca de cual sería la referencia para aquellos que no los escucharon nunca.
Lo primero que viene a los oídos son bandas anteriores a Kauan que también utilizan recursos acústicos que le dan a su arte un tinte muy melancólico, maridándolos con la agresión propia del metal más extremo: Ulver (en el pasado), Empyrium, October Falls, sin dejar de tener en cuenta por supuesto a los dioses americanos Agalloch, asiduos visitantes de nuestro blog.
También hay cosas folkies de bandas como Tenhi, de Finlandia, de uno de cuyos discos extrajeron el nombre. Y cuando aparecen las dos cosas juntas, la tristeza invade el ambiente con sus tonos grises, lluviosos tal vez, que se oponen y contradicen rotundamente esa portada colorida de acuarelas aparentemente luminosa.
Y digo aparentemente porque una vez que empieza a sonar el disco, llega el atardecer que todo lo cubre, tornando la mañana aburrida y merecidamente eclipsada por esta hermosura.
En su primer lanzamiento la banda era un trío compuesto por: Anton Belov (guitarras, voces, teclados, flautas, programación); Alexander Borovih (guitarras, coros, programación), quien actualmente no está en la banda, y Lubov Mushnikova (violín).
Uno de los mejores discos del año 2007.

18 de julio de 2012

Ahab "The Divinity of Oceans" (2009)

ballena
Segundo disco de estos alemanes que nada tienen que ver con Scorpions ni con Rammstein.
Lo de ellos son los temas lentos, muy lentos y súperextensos, además de densos y opresivos.
Pero lo interesante es que no es ese tipo de Funeral doom que se torna aburrido con el correr de los temas y uno termina suplicando que el disco llegue el final. Hay muchos matices y una dosis de psicodelia muy de fondo, que hace que las canciones ganen en dinamismo y pierdan en densidad.
Aparte, si bien los trabajos en las guitarras son pesados, cuando meten el rebaje aparece una tensa calma, que no solo te dan respiro, sino que te preparan para la bocanada de piedra que le continúa. Lo mismo ocurre con las voces, que no se encuentran atadas solamente a esos susurros de ultratumba por lo general tan enterrados en la mezcla y tan distorsionados al mismo tiempo que no sorprenden, ya que el responsable de las cuerdas vocales puede aportar diversos matices, cuanto más lejanos y calmos, más desesperantes.
Una particularidad que tiene la banda, y en donde encuentro sentido en los profundos sonidos que arrastran es la inspiración de sus historias, sacadas hasta ahora de los océanos y las travesías ocurridas en sus inmensas e inexploradas profundidades.
El primero de sus discos, "The Call of the Wretched Sea" se inspiro en la historia de "Moby Dick" de Herman Melville, mientras que este navega en la historia real del ballenero Essex, capitaneado por George Pollard Jr., y que fuera hundido por una ballena al sur del Océano Pacífico, en el año 1820. Historia, por otro lado, en la cual se inspiró Melville para escribir su "Moby Dick".
¿Por qué resulta relevante estos datos? Porque la banda puede transmitir en su música la inmensidad y lo aplastante que puede ser esa enorme masa inmanejable para quien se adentra en ella, así como los peligros desconocidos e insondables que seguramente habitan en sus oscuras profundidades.
Los responsables de semejante travesía son Daniel Droste (guitarras, voces), Chris Hector (guitarras), Cornelius Althammer (batería) y Stephan Wandernoth (bajo).
La portada pertenece a una obra del gran pintor francés Théodore Géricault, titulada "La Balsa de La Medusa" (1819), y representa un momento del naufragio de la fragata de la Marina Francesa Medusa, en las costas de Mauritania, en Julio de 1816, en donde sólo sobrevivieron 15 personas, teniendo que recurrir entre otras cosas al canibalismo (en el relato de esta tragedia se inspiró Menlville para su obra Moby Dick).
Una verdadera joya dentro del género, que ningún amante del mismo debería dejar pasar...y un principiante tampoco.

10 de julio de 2012

Pantheist "Pantheist" (2011)

panth
Todavía recuerdo la impresión que me había causado aquel genial "Amartia" (2005), con sus climas funerarios, desesperanzadores y opresivos, de la mano de Andy Semmens (voces y batería), Kostas Panagiotou (teclados y voces), Nicolas Tambuyser (guitarras) y Mark Bodossian (bajo y voces), formación que rápidamente cambió para dar forma a "Journey Through Lands Unkbown" (2008).
Luego de un corto pero efectivo lanzamiento en el 2010, sale a la luz este hermoso disco con una vuelta de tuerca sonando, si se relativiza esta afirmación, mucho más luminoso y no tan opresivo como sus discos anteriores.
Me imagino que para una banda con estas características debe ser un esfuerzo tratar de despegar de los límites del género, y en función de ello, se podría explicar los continuos cambios de integrantes. Tampoco es que el nuevo sonido o los nuevos matices aparecen  la primera oída, sino que hay que dejar que el álbum madure.
Si nos dejamos impresionar con ese primer instrumental "One of these Funerals", nada cambió. La banda en su esplendor oscuro nos aplasta con climas y riffs extraídos desde el fondo de la desolación por la muerte de alguien muy querido.
Con "Broken Statue" aparece la primera sorpresa para mi, con unas voces lejanas y algunos recitados, que no solo le quitan oscuridad a la canción, sino que le brinda unos matices esperanzadores que van muy bien con el nombre de la banda. Ni hablar de "The Storm", uno de los extensos temas del disco (casi 12'), donde la vertiente más funeraria se cruza con colores cálidos y melancólicos, pasando rápidamente esos minutos, y pareciendo incluso un tema más corto. Es tremendo como esos teclados simplemente se te clavan en la cabeza y se vuelven más agresivos que un riff black, generando más tensión  opresión que ese estilo.
Una de las perlitas del disco, y la que me hizo pensar en los diferentes matices que ahora tiene Pantheist (la banda) es "Be Here". Con un comienzo aparentemente oscuro y bebiendo del My Dying Bride menos denso, no van a poder creer cuando lleguen al estribillo, y se pronuncien esas palabras esperanzadoras y realmente luminosas: "...I want you to be here, just be here...", verdaderamente emocionante incluso en la instrumentación que acompaña, dando la sensación, por lo menos a mi, de una persona que canta emocionada y al borde de las lágrimas.
La pieza final "live Trough me" tiene un aire inicial en el piano que me llevó automáticamente a una vieja canción, muy melancólica, del genial y único Elton John, con una base tranquila que apenas explota cerca de los 4', y los teclados despegan hacia la inmensidad espacial, dándole un novedoso toque progresivo.
Un disco descomunal, y uno de los mejores de la banda. La progresión perfecta, la conjunción entre lo opresivo y lo luminoso...un discazo equilibrado.

15 de diciembre de 2011

Lacrimas Profundere "Burning: a Wish" (2001)

Parafraseando a Sui Generis, "hubo un tiempo que fu(i)e hermoso y fu(i)e doomy(libre) de verdad, guardaba todos mis sueños (pesadillas) en canciones(castillos) de cristal..." (jejeje)
Y sí, en una época estos alemanes construían canciones enormes, como castillos, con una fragilidad propia del elemento vítreo indicado.
Y no hablo de antiguos lanzamientos, ya que algunos de los editados en la década del '00 son cachetazos darkies repletos de melancolía y tristeza popy, con canciones gancheras difíciles de olvidar. Claro, alejados ya del Doom que los viera nacer, ese de claras influencias inglesas (My Dying Bride, Anathema). Por supuesto que no incluyo entre sus grandes discos al último editado en el año 2010, que tiene menos fuerza que esas bandas neogóticas y neotristes yankees tan de moda, y a las que actualmente les afana hasta la imagen Lacrimas Profundere.
Este disco es uno de los más logrados, en donde todavía mantienen elementos del metal oscuro y opresivo de antaño, pero ya empiezan a aparecer el gancho y refinamiento de otros géneros (el pop y el Dark a la cabeza), que permiten mover el pie y la cabeza casi instintivamente.
También hay más matices vocales, realzando incluso las voces podridas cuando aparecen para darle una contundencia inesperada a las composiciones.
Justamente, y creo no equivocarme, este es el último lanzamiento en contar con la podredumbre vocal como guía principal en los caminos de la oscuridad alemana. También son las últimas influencias inglesas (metálicas), donde aparece como una negra gema esa maravilla que fusiona lo mejor de Paradise Lost, Anathema y My Dying Bride, titulada "Morning...grey"....
Después ´quedaría todo en manos de Finlandia (H.I.M.) Suecia (Katatonia), para desbarrancar estrepitosamente el año pasado.
Pero, repito, este es un hermoso disco, para acompañar momentos lluviosos y grises, en un atardecer/amanecer de domingo, cuando las lágrimas se resisten a secarse.

29 de mayo de 2011

The Gathering "Nightime Birds" (1997)

arbol
No falta mucho para que llegue Anathema a Argentina (en realidad, a Buenos Aires, como si eso solo fuese el país-una lástima la verdad). Y viene acompañada por la única y maravillosa Anneke, quien actualmente tiene su banda Agua de Annique, ya reseñada en estas páginas.
Luego del experimental y clásico "Mandylion" (1995), bucearon un poco más en las aristas Pop y progresivas que se dejaban escuchar allí, y tras lanzar algún single  y/o e.p., parieron este hermoso disco, repleto igualmente de clásicos imperecederos.
Ya Radiohead empezaba a meter la cola en los holandeses, sino escuchen "The May Song", y me cuentan.
Y Anneke ya dejaba de ser una revelación para estar en el firmamento como una estrella más, y de esas más relucientes y hermosas.
No voy a decir más nada, solo escuchen y disfruten, que con el frío que hace no pueden dejar de combinarlo con la calidez holandesa.

9 de mayo de 2011

P.H.O.B.O.S. "Tectonics" (2005)

PLACAS
Estuve en cama por tres días seguidos, sintiéndome bastante mal como hace bastante no me sentía.
Casi ni ganas de escuchar música tenía gracias a mi estado corporal/mental y el desgano generalizado que me había inundado.
Pero siempre hay cosas peores. Miren Japón, por ejemplo.
O estos franceses locos de mierda que se les ocurrió grabar este disco para descomprimir su aletargado cerebro de la hidrocefalia que lo consumía y ahogaba.
Las influencias según ellos son bandas como Neurosis (pero con mucho más paco encima), Voivod y Godflesh, más otras cosas seguramente teñidas del negro más impenetrable.
Recuerdo que cuando los escuché por primera vez me parecieron más dañinos y agresivos que un trago de ácido muriático.
Pero ahora, años después, y en el patético estado en el que me encuentro rectifico: hay que estar en un estado de alegría permanente, casi bordeando la imbecilidad clínica, para buscar como antídoto de emergencia estos pedazos de magma incandecente y tirarlos sin previo aviso dentro de tu cabeza.
Cuando vuelvas a tu estado natural, odies un poco más al mundo y detestes la estupidez humana...entonces escondé este disco para otro caso de emergencia subjetiva.
Hasta tanto, no lo toques de nuevo, puede producir un aburrido acostumbramiento.

7 de enero de 2011

Forgotten Tomb "Love's Burial Ground" (2004)

tumba
Otra gran banda que lleva el odio y la desesperanza en la sangre, y que pudieron mutar desde un sonido Black Death a este horrendo malestar con tintes doom y pretensiones ambient, de la mano del colaborador de turno, el líder de la banda de ambient sueca MZ412, (Mr. Nordvargr) quien se encargó de las composiciones ambientales "Malus Vivendi", que no solo son el descanso entre tanta violencia, sino lo que nos mantiene cuerdos en este oscuro trance suicida.
El suicidio, el acto logrado por excelencia, es uno de los temas centrales en el disco. El dolor de existir y la miseria imposible de evitar y poner en palabras encuentran aquí la vía de escape perfecta, en el formato de banda de sonido de los últimos minutos de tu vida.
El semejante como fuente del dolor, y su eliminación como redención no exenta de consecuencias, hacen de este disco (el último con Adipocere Records) un bocado delicado pero peligroso, solo apto para quienes disfrutan con la desesperanza y la misantropía...o para quienes ven en los otros un obstáculo para alcanzar la eternidad.
Entren al cementerio del amor...y no salgan nunca más.