PASADOMAÑANA
–Tengo una mata de aspirinas. Me ha echado de pastillas… ¿Quieres un esqueje?
–No tengo sitio, wapa, mi botiquinero está repleto. Con lo de mi marido, tengo mediplantas por toda la casa. Hasta he llevado los últimos libros a la laboriteca para reciclar. Al fin y al cabo, ¿para qué sirven? La lecturilampa te lee en voz alta cualquier cosa que pidas por cable.
–Pues, yo he liquidado la mía, porque cada vez que ponía el intercambiador de aire, cogía unas ronqueras que no se le entendía. Además tenía voz de eunuco, no me gustaba.
Pssssssssss…
–¿Qué ha sido eso? ¿Has vuelto a traer una de tus robobispas?
–Claro que no, como el otro día te pusiste tan histérica por un pequeño calambre… Son palabralas. Las he visto salir zumbando por la chimenea de la laboriteca. El vigilapantallas de allí me regaló hace poco una fregona parlante. Por eso sé que han cruzado crónicas de guerra con relatos de miedo y les han salido unos lingüiyectiles incontrolables.
–¡Cuánto peligro tienen los libros! Y nosotros conviviendo con ellos durante años y años…
–A veces es mejor no saber qué hay tras las puertas de un armario.
–¡Para el bipatín! Me quedo aquí. Hay un ofertón de cereales congelados, con casileche y prelavado de cuenco.
–Vale. Pásate un día de esos a primera hora y nos hacemos unos análisis juntas.
Lazos de acá, raíces de allá, en medio el intento de fijar con palabras, pinturas y arcilla, impresiones y momentos para recordar y compartir.
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viernes, 3 de abril de 2009
jueves, 19 de marzo de 2009
NADA
¿NADA?... Ehem… ¿Ya estamos en el aire? Buenos días. Nos complace… Tenemos que… Ehem…
Resulta que hoy abrimos el Telediario con una noticia insólita que se resiste al vocabulario habitual de este informativo hablado e ilustrado. NADA, no ha pasado NADA. Y no lo valoren como sinónimo de poco o de apenas NADA porque se trata de la carencia absoluta de todo ser que es como nuestra Real Academia define la NADA. Diríamos que ha ocurrido la ausencia de los acontecimientos si una ausencia puede ocurrir ya que queremos decir que no ha ocurrido NADA. Para que comprendan la magnitud de la noticia, les daremos algunos ejemplos: No han nacido novillizos, ningún asteroide se ha arrimado a la tierra, no hubo actualización de la cifra de parados, no se han registrado bajas en las contiendas actualmente activas ni hay ningún caso nuevo de nepotismo municipal, y completaremos esta ronda comentando que desde ayer ni siquiera NADAL ha ganado NADA.
Para los que prefieren una imagen a cien palabras, pondremos durante veinte segundos un fondo de pantalla de color carboNADA. …
[20 segundos]...
¿Convencidos? No se pueden ni imaginar la papeleta que nos ha caído aquí en el programa de “Noticias”: NADA más enterarse de la situación, la directora de contenidos, EncarNA DAvídez, ha sufrido una crisis de ansiedad acompaÑADA de bocaNADAs, y los jefazos están reunidos desde esta mañana en un lugar desconocido de GraNADA para hablar de la gran NADA. Si en los próximos 24 horas no se reaNADA la normalidad, es posible que contraten a un grupo de geos retirados para que animen la fiesta en algún lugar. Nosotros, los bustos parlantes, no podemos hacer NADA, lógicamente, y en el doble sentido de la palabra, si me entienden.
Y para termiNADA, permítanme que salude a mi apaÑADA cuÑADA SusaNA DAniela. Lo siento, Susi, finalmente has sido gaNADAdora del concurso de las empaNADAs –NADA por aquí, NADA por allá– pero si quieres, nos encontramos mañana en la playa de la enseNADA y nos vamos a NADAr.
lunes, 9 de marzo de 2009
ANUNCIO MUSICAL
Se busca piano de cola resistente a los tiempos que corren. Debe estar dispuesto a actuar a la intemperie, pernoctar bajo las estrellas y dar cobijo entre sus patas a un pianista en saco de dormir. La ubicación del instrumento –que podría resultar itinerante– todavía está por decidir ya que los tres metros cuadrados de acera adjudicados al pianista por ser oriundo del lugar están siendo disputados por un hindú encantador… de serpientes y una vendedora de ramitos de hierbas con denominación de origen. Para prevenir quejas y reclamaciones por parte del piano, se advierte de una fuerte predilección del músico por tocar en horas de trabajo piezas reconocibles por los transeúntes ya que eso estimula la entrega de donaciones al mismo. Se garantiza afinación al menos una vez al mes, limpieza impecable, un trato muy familiar y la oportunidad de viajar y ver mundo. Absténganse teclados electrónicos y manubrios, representantes de colecciones de discos y sopranos mayores de treinta y cinco años.
viernes, 6 de marzo de 2009
ME ACUERDO...
Me acuerdo de una edad sin recuerdos cuando todo era presente o futuro, futuro inmediato más que nada. Los días eran burbujas de jabón que explotaban sin apenas dejar rastro cuando el calendario decidía que habían pasado. El año se construía con el andamio de la rutina del colegio, cogía carrerilla hacia las fiestas de Navidad, se eternizaba en la espera de las vacaciones de verano que incomprensiblemente siempre acababan aunque en la primera semana parecieran eternas. No sé a partir de qué momento empecé a mirar en ambas direcciones, tener presente lo pasado para apreciar lo futuro que solía resultar más grato y satisfactorio que lo anterior. Soy consciente de que mucho más tarde este enfoque cambió radicalmente: los veranos pasados fueron más calurosos, los sabores más intensos y las miradas y risas de las personas que ya no están eclipsan lo que me rodea. Acabaré viviendo en el presente guiada por el pasado y de espaldas al futuro que volverá a ser inmediato o dejará de existir para mí.
viernes, 20 de febrero de 2009
GUSTOS Y DISGUSTOS
Los juegos de palabras;
las palabras que acompañan;
las compañías que enseñan;
las enseñanzas que sorprenden;
las sorpresas que llegan;
la llegada de los amigos;
la amistad que perdura;
la duración de los recuerdos;
recordar mi infancia;
la fantasía y los juegos...
Las películas truculentas;
los trucos y las trampas;
las rampas del aparcamiento;
el viento en invierno;
los goznes que chirrían;
que se rían de mis despistes;
los chistes sobre suegras;
los negros nubarrones;
¡ay!, y los macarrones,
en especial, los macarrones.
sábado, 24 de enero de 2009
UN LUGAR DE MI COCINA
En un lugar de la cocina que no aparece en ningún anuncio televisivo, habita un solitario ser descolorido y apocado que se formó en una fábrica como pasta de hélice con sabor a espinaca. Desde el principio tenía como toda su familia un espíritu algo retorcido -que todo hay que decirlo- pero su aventura propiamente dicha comenzó cuando hizo puenting sin goma, mientras sus hermanos, primos y compañeros se deslizaron por el tobogán del envase a un cazo de agua hirviente. Rebotó en el tirador de un armario y saltó por los aires; dado el efecto aerodinámico de sus surcos helicoidales podríamos decir que voló, pero fue en descenso, en picado casi, y tocó fondo estrellándose contra una baldosa. Fiel a su color verde de camuflaje, tuvo el reflejo de dar volteretas escapándose del campo abierto, de ese campo de batalla del suelo de la cocina patrullado incesantemente por dos zapatillas enormes de movimientos parejos y olor indefinible. La penumbra de los bajos de un mueble acogió al fugitivo que se acurrucó a la sombra de una columna corta pero maciza. Al rato apareció un ser hirsuto, rectangular y guiado por un instinto diabólico. Sus tentáculos, filas de cerdas fuertes y tiesas, registraron el claro delante y detrás de las zapatillas y luego se inclinaron metiéndose en la zona oscura, si bien ya con cierta indecisión. Sonó un timbre, el peludo se paró en una esquina y hubo una invasión del espacio horizontal por parejas de zapatos de varios tamaños que quedaron moviéndose a cierta distancia del suelo, en medio de una aglomeración de columnas de madera alrededor de un techo central, mientras elementos metálicos chocaron contra platos y ruidos indefinibles resonaron desde lo alto. Con un esfuerzo extremo, la pasta de hélice consiguió rodar en dirección contraria a la claridad y se ubicó en ese lugar entre pata de mueble y pared, de cuya existencia pocos saben y donde hasta la fecha permanece, si bien nunca ha superado del todo el trance de ser la única superviviente de un paquete de pasta Gallo de quinientos gramos.
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