El principio de esta reseña nunca debió de ser éste pero por desgracia para una filóloga, como soy, considero bastante grave la situación en la que me he encontrado este libro y me ha sido imposible pasarlo por alto. A lo que me refiero es que el libro está plagado de faltas de ortografías de principio a fin, desde puntos que no existen a acentos que han desaparecido por arte de magia. Es lamentable que se publique un libro en este estado, al precio que sea, sin pasar obviamente por un corrector.
Y después de dejar constancia de mi cólera, poco me queda decir para animar a los lectores a disfrutar de su lectura aunque intentaré ser objetiva y analizar algunos puntos.
Lo más destacable radica en el argumento; un intrigante cruce temporal entre el siglo XVI y el XXI, algo que da mucho juego a la autora para coquetear con el humor y los malos entendidos que hacen de Salaal un libro entretenido y fácil de leer.
La intriga se perfila desde el principio ya que desconocemos el motivo del viaje en el tiempo. Este aspecto se mantiene durante todo el libro desembocando en un final sorprendente, lo mejor de la novela a mi parecer.
Además del cruce temporal también tienen lugar otros dos cruces, uno espacial, entre España e Italia, y otro entre los propios personajes.
El lenguaje es actual y sencillo, quizá demasiado para creernos realmente el salto histórico que sufre la joven protagonista.
Salaal resulta en definitiva una novela de entretenimiento sin más pretensiones, con un desarrollo narrativo bastante mejorable debido quizás a la gran carga de tópicos que aparecen, dirigido a mi opinión a un target adolescente.
Y por supuesto, aún me sigo preguntando porqué se titula Salaal, si algún seguidor sabe la respuesta me gustaría que calmara mi curiosidad.