Allí estaba Conchi, como todo este tiempo atrás desde que se marchó de su casa, tapada entre cartones y revolcada entre la basura que cada día la gente deposita en los contenedores. El olor que impregnaba el ambiente era muy fuerte y Vanexa tuvo que hacer un gran esfuerzo para no salir corriendo. Pero no. Aspiró fuerte y contuvo la respiración todo lo que pudo. Luego se acercó a su madre, a quien costaba reconocer detrás de aquel aspecto de mujer desaliñada. Muy escondido quedaba cualquier vestigio de meses anteriores en los que Conchi parecía ser un ama de casa ¿feliz? más.
Una vez a su lado, la paletuda hija cogió a su madre entre los brazos y la abrazó con fuerza. Le contó que la echaban de menos. Le suplicó que tenía que volver a casa. Que nada era lo mismo sin ella, el núcleo fundamental de la familia Rufianes. Le pidió perdón por el altercado inconsciente de su padre. Incluso le enseño la foto que consiguió retratar de Rufino llorando porque echaba de menos a su esposa y compañera.
Y a medida que Vanexa iba relatando todas sus penas, a Conchi se le escapaba una lagrimita hasta que, finalmente, abrazó a su hija con más fuerza y le plantó un auténtico beso maternal en los cachetes. Ese gesto significaba que iba a volver. Pero antes tenía que recuperarse de la mala vida que había llevado estos días atrás.
Su hija aceptó. Le dijo que se tomase el tiempo que quisiera en ponerse bien y que la esperarían con los brazos abiertos. Pero justo en el momento antes de despedirse no pudo contener más la respiración –estaba ya muy morada- y vomitó encima de Conchi.
P.D. Y como muchos ya saben Corte es uno de los finalistas del concurso Región de Murcia no typical. Esperemos que vengan muchos premios más...
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