6 de noviembre de 2012

A las puertas del verano de 2010 o "De como dos personas cambian una vida en cuestión de dos caídas de pestañas".


Bueno gentecilla, la última entrada que subí os hablaba de el Titiritero y de como el Hada de Hielo había jugado conmigo. Sin embargo, todo pasa; vaya que si todo pasa. Y, como todo pasa, el tiempo no iba a ser menos. 
Con el panorama de estar totalmente desahuciado del corazón del Hada de Hielo me planté en Mayo de 2010. Ese mes fue la transición. Fue la olla exprés en la que se coció todo. El Hada de Hielo me hizo cambiar de perspectiva. Siempre le dije que ella era diferente, que era capaz de romperme los esquemas que tenía previamente planteados sobre las relaciones con la gente. Y vaya que si me los rompió. Me explico: gracias a ella le cogí asco a las mujeres. Bueno, no asco, sino sed de venganza. Me sentía humillado, ninguneado, ofendido, insultado...en definitiva, maltratado. Y sentía una imperiosa necesidad de hacerle pagar al género femenino lo que no podía hacerle pagar al Hada de Hielo. Si, lo sé, una actitud totalmente infantiloide y desproporcionada. Pero, ¿qué queréis? Era mi primer desamor, prácticamente, y a mi en ese momento me parecía gravísimo e insoportable. Se me presentaría una oportunidad perfecta 2 años más tarde; pero eso, como ya imagináis, es harina de otra entrada.
Yo seguí viviendo con esa espina clavada en lo más profundo de mi alma, acumulando ponzoña y ganas de vengarme. Pero no permitía que me dominase, que vengarme fuese mi objetivo principal. Dejé que la vida fluyese y me llevase dondequiera que tuviese que ir. Y esto me llevo a conocer a dos chicas al mismo tiempo. Dos chicas totalmente opuestas. Dos chicas que, en su momento, fueron geniales y ahora no son más que sobras del recuerdo. Dos chicas trascendentales en mi vida y que me cambiarían mi forma de ser. Las dos primeras chicas más jóvenes que yo que conseguían interesarme. Una, del 6 de Enero del 96 y, la otra, del 10 del mismo mes y mismo año. Pero, por muy cercanos que fuesen sus cumpleaños, ellas dos no podían ser más distintas. Y más enemigas (aunque de eso, tuve parte de culpa yo). Os hablo de Stacy Malibu y de Lasti.
Desde el inicio de 2010 yo me había hecho bastante amigo de un chaval al que llamaré el Pingajos. Le llamo así porque el 90% de su ser eran pendientes, collares o pulseras. Respondía al estereotipo de gitanillo inofensivo, del que te pide 1€, le dices que no y se larga en vez de llamar a sus primos y pegarte una paliza. Pero bueno, él no es relevante (todavía). 
Una vez estaba con él por los pasillos, haciendo tiempo para no tener que ir a la siguiente clase, cuando nos encontramos con un grupo un curso mejor en el salón de actos. Decidimos entrar y quedarnos a ver qué tramaban. Resultó ser una actuación de inglés que estaban ensayando para los actos de fin de curso. Cuando terminaron de ensayar, nos dirigimos al backstage (si a 4 tablillas mal puestas se le puede llamar backstage) porque el Pingajos tenía varios amigos en ese curso. Y ahí fue donde, por primera vez, nuestras miradas se cruzaron. Me había pasado los 30 minutos fijándome en una chica, aunque no fuese en absoluto llamativa: bajita, delgadilla, melena negra lisa que le caía por la cara, una cara absolutamente común. Pero...tenía...algo. Chispa. Y no era por sus ojos, ya que yo venía de estar colgado por el Hada de Hielo, cuyos ojos trascendían lo normal y que, comparados con cualquier otro par de ojos, ganaban por goleada. Pero, repito,...tenía algo de...magia, algo totalmente inexplicable.
A partir de aquí, pasaron otros 30 minutos que, perfectamente, podrían haberse sacado de cualquier comedia romántica actual. Fueron 30 minutos de ficheo en ambas direcciones de forma totalmente continua. Pero, como siempre sucede en las películas americanas de adolescentes, las campanas de las clases suenan cuando menos se las necesita. Sin embargo, así fue como conocí a Lasti, una persona con quien me pasé todo ese verano hablando, aunque no trascendiese del ordenado la conversación. Pero ya hablaré de ella más adelante, cuando me toque hacerlo. Y, es que éste no era su momento; a la vez que conocía a ella, conocía a otra persona. Otra muchacha. Una que realmente me trastocaría. Alguien con quien, por primera vez, descubriría a qué saben los labios cuando se ama. Porque podía haber estado enamorado antes, podía haber tenido relaciones previas; pero nunca, nunca, había tenido la oportunidad de compaginar ambas sensaciones. ¿Su nombre? Stacy Malibu.
Me da pena decirlo...pero era tonta. Mucho. Tonta e inocente, que es lo peor que se puede ser en esta vida. Porque, puedes no saber nada de ningún tema, ser un absoluto ignorante y, sin embargo, tener la picardía de no mostrarlo constantemente. Pero, si eres ignorante y te regocijas en tu ignorancia, tienes un problema. Y Stacy Malibu tenía este problema. Es por esto por lo que la llamo así: podría tener el cuerpo de una muñequita de anuncio, pero también compartía el interior con ellas.
La conocí cuando, por fin, ese verano me decidí a salir por mi barrio y parar con la gente de por aquí, cosa que, como sabéis, no había hecho antes por mi asocialidad. Ella era un año menor, pero no me importó cuando lo supe. Yo seguía prendado de aquellos ojos. No eran preciosos, como los de el Hada de Hielo, pero eran enormes. Eran tan enormes que, si ella hubiese salido en la película SinCity, habrían conseguido que la luz que emitiesen fuese tan deslumbrante, tan redonda y tan grande, que pareciese ciega y, por ojos, no tuviese más que un par de linternas.
Sin embargo, era lo único que deslumbraba de su cuerpo. Era aún una niña y estaba desarrollándose físicamente (y mentalmente sigue en ello). Pero, sin duda, no me importó lo más mínimo.
Aquel verano empezó con el tonteo típico entre dos personas que, a las claras, se ve que tienen química. Sin embargo, su timidez podía más que el tiempo. Un mes nos tiramos con el tonteo y el roce tonto innecesario. Pero...era lo que había, y yo lo había aceptado. Y todo porque era la primera vez que me planteaba que una relación con alguien que realmente me gustaba pudiese ser factible (yo siempre pensé que el Hada de Hielo era inalcanzable; quizás eso tuviese que ver en mi estrepitoso fracaso).
Pero, sin duda alguna, hay un día que fue el punto de inflexión: 11 de Julio de 2010. ¿Cómo me acuerdo con tanta exactitud de la fecha? Bueno, para el que no lo sepa, ese día era la final del Mundial de Fútbol. Y recuerdo que me pasé la noche entera con ella. No es que le gustase el deporte, ni practicarlo ni verlo por la tele, pero ella quería estar conmigo. Y eso fue más de lo que nunca me pude soportar. Sin pararme tan siquiera a pensarlo, en cuanto Iniesta marcó aquel gol que quedó grabado para la posteridad, la besé. Y, con ese beso, sellamos un pacto de no volver a desperdiciar el tiempo como el mes que ya había pasado.
Sin embargo, los pactos están para romperse. La gente empezó a malmeter entre Stacy Malibu y yo. Qué queréis que os diga, siempre pensaré que la gente infeliz no soporta ver gente feliz a su alrededor. Es como que son intensificadores de su infelicidad y sienten la irrefrenable necesidad de destruir todo atisbo de alegría para poder seguir viviendo sumidos en sus tinieblas interiores. Consiguieron su propósito, y un 7 de Septiembre se despidió de mi con poco más que un "hasta otra". Siempre fue muy influenciable y siempre lo será. Pero es el precio que se ha de pagar cuando prefieres obedecer a la sociedad antes que escuchar a quien quiere tu felicidad.
Por suerte para mi, Happyphant siguió ahí. Y también se empezaba a formar una bonita amistad con Perezosa y con John Lennon, aunque ya os hablaré de ellos en próximas entradas, ¡lo prometo!
Sin embargo, su amistad no era lo mismo que el cariño que Stacy Malibu profesó por mi. Llenaba, pero no tanto. Siempre he creído que una persona es una tabla de madera en la que se clavan muchísimos clavos, que son las personas. Unas clavan más profundo, o de forma más intrincada. Pero, todas clavan. Y, como clavan diferente, unas cuesta más trabajo que otras arrancarlas. Otras, sin embargo, simplemente se caen por su propio peso. Otras, por el contrario, se oxidan y pudren esa parte de la madera que somos. Pero, de lo que no tengo duda alguna es que ningún clavo es como otro que ya se haya clavado y, por tanto, el hueco que pueda dejar una persona en nuestra tabla no lo puede rellenar otra. Puede hacer una función similar o, incluso, tratar de imitar, pero jamás será una copia fiel del clavo ya caído. Y Stacy Malibu dejó un clavo muy, muy retorcido, del que, al sacarlo, se quedaron pedazos dentro de la tabla que era a modo de metralla. Nunca se me dio bien adivinar lo que va a pasar, o tan siquiera vaticinarlo con escaso acierto. Pero, si tuviese que haber apostado por algo en aquel momento, habría dicho que Stacy Malibu aún no había encontrado la puerta que le sirviese para escapar de mi vida y que, posiblemente, fuese a cruzármela de nuevo en un futuro. ¿Quién sabe? Podía tanto acertar como fallar y, sólo el tiempo, sería capaz de decirme qué iba a suceder.
Pero, otro curso empezaba, y no me quedaba más remedio que resignarme e intentar tirar para adelante.
Ese curso estuvo mucho más presente en mi vida Lasti. Os prometí que hablaría de ella "más adelante", pero ese "más adelante" aún no ha llegado, así que me despido por hoy de vosotros. Ya sabéis lo que os digo siempre: comentad, difundid a la gente que conozcáis. Conseguir que este blog llegue a mucha gente es cuestión de vuestra ayuda...¿Quién sabe? Quizás alguno de vuestros amigos esté pasando una mala racha sentimental (o vosotros mismos) y queráis pedir consejos. No quiero autodenominarme Doctor Amor pero, si algo tengo claro, es que soy mejor dando consejos que siguiéndolos, aunque sean los míos.
Seguid andando con la cabeza bien alta, que es lo que les jode y cada día que leáis mi blog estáis más cerca de conocer el motivo de esta frase.
¡Besos a todos!

4 de noviembre de 2012

El Titiritero o "De cómo creerte las cosas que te quieres creer"


Bueno gentecilla, hoy os quiero contar una cosa de la que yo me enteré bastante más tarde, pero así sabéis cómo estaba la situación de verdad, al contrario de como estaba yo, que vivía en mi puto propio cuento de hadas, nunca mejor dicho...
Yo estaba loquito por el Hada de Hielo, qué duda cabe de eso. Y ella, en un principio, dejaba entrever que también por mi. Pero era sólo eso, dejar entrever. Dudo seriamente de que en algún momento yo le haya gustado lo más mínimo, pero en 2009-2010 yo me creía que si.
Realmente, el Hada de Hielo tenía su corazoncito. Pequeño y gélido pero, ¡oye!¡Que ahí estaba! Y el dueño de ese corazoncito va a llamarse el Titiritero. El Titiritero era un chaval de nuestra ciudad, un año mayor si no me equivoco. Siempre fue un bala perdida. O, al menos, siempre me lo pareció. 
Repetía curso y le tocó en mi clase. Nos hicimos amigos por conveniencia. Básicamente, porque las clases eran muy aburridas y teníamos que hablar el uno con el otro para no morir de aburrimiento. Es muy triste, pero es lo que pasó. Así nos pasamos todo el año lectivo 2009-2010, hablando durante las clases de temas banales. Siempre me pareció el Rey de las Máscaras, pues era capaz de mostrarle a cada persona lo que cada persona quería ver de él. En el fondo, me parecía un genio. Pero, a flor de piel, me parecía un capullo. Por desgracia, Doña Posturera le idolatraba, así que no sólo me lo tragaba cuando estaba en clase, sino que los recreos también danzaba por ahí, aunque siempre en menor medida. Era casi como si no estuviese, pues sólo hablaba con Doña Posturera, pero siempre pensé que atraía la mirada del Hada de Hielo. Sin embargo, no todo lo que el Titiritero podía aportar era malo, ya que gracias a él conocí a la Perezosa, pero eso ya os lo contaré en otra entrada...
El Titiritero se iba adentrando en el grupo y, cuando pasó todo lo que os conté en la entrada anterior, consiguió meterse de pleno en el grupo y pasé de ser yo el centro de atención, a serlo él. Así vi cómo era relegado a lameculos sin darme siquiera ni cuenta.
Junto con esta nueva incorporación, otro cambio tenía lugar. Ya era totalmente obvio que el Hada de Hielo le prefería a él. No podía hacerle más la pelota, no podía reírle más las gracias tontas, no podía idolatrarle más...Representaba todo lo que ella siempre había querido. Y yo seguía sin querer creerme que me habían sustituido. Me tiré casi 5 meses viendo como era segundo plato...quizás hasta tercer plato o ni siquiera entraba en menú.
Quiero contaros un par de casos particularmente conflictivos que tuvieron lugar entre el Hada de Hielo y yo.
EL PRIMERO tiene lugar el 5 de Enero de 2010. Había conseguido que Happyphant interviniese y convenciese al Hada de Hielo para que obviase nuestro gran-pequeño bache. Habíamos recuperado la amistad, pero como si no hubiésemos recuperado nada. Ese día, me lo pasé con todas ellas, incluida LabiosSellados. Ella seguía con su timidez característica y contagiosa, así que yo decidí obviarla. Yo ya había hablado con ella en Andorra, no veía por qué ella seguía sin hablarme a mí, así que opté por hacer como si ella no existiese. Si ella hacía eso conmigo, siendo ella quien iba por mí, ¿por qué tenía que forzar yo la conversación, si sólo la veía como un obstáculo en mi relación con el Hada de Hielo? Sin embargo, como casi todos mis planes, no funcionó. El Hada de Hielo no sólo no se lo tomó a bien, sino que se enfadó conmigo cuando se dió cuenta de que pasaba de LabiosSellados, cuando toda la tarde de antes la había pasado conmigo de risas. Para la hora de la Cabalgata de los Reyes, estaba de morros conmigo y no quería saber de mi ni que aún existía. Otra vez, gracias a Happyphant de nuevo, consiguieron hacerla entrar en razón y que se diese cuenta de que no era culpa mía que LabiosSellados no me hablase. Y con esto, consiguieron que se volviese a pegar a mi (si a eso se le puede entender como pegarse, dado que el contacto físico parecía seguir horrorizándola). Sin embargo, nada avanzó y cada vez era más visible que no sentía nada por mí, sólo que yo fui total testigo de que el amor es ciego y no ve más que lo que quiere ver. Ahí es donde debería haberme dado cuenta de que más que relación teníamos un parche del que sobresalían trocitos de relación. Sin embargo, seguí viendo una amistad que perfectamente podía desembocar en relación sentimental.
EL SEGUNDO tiene lugar a mediados de marzo. En esa época, el Titiritero le metía fichas a saco al Hada de Hielo, y eso me ponía de muy mala hostia. Yo pensaba en aquellas fechas que igual era posible que fuese cierto que al Hada de Hielo tal vez no le gustase yo y le gustase otro, pero no lo tenía claro en absoluto.
Un buen día, en nuestras conversaciones diarias, el Hada de Hielo me pidió un favor bastante...extraño. Aún es el día de hoy que sigo creyendo que todo esto fue una idea del Titiritero, pero en ese momento no lo quise ver. Ella se quejaba del ficheo constante y cansino de él y me pidió que actuase como si fuese su novio para ver si así él la dejaba en paz. Si, si, con esas palabras prácticamente. Con esa desfachatez. Que me hiciese pasar por su novio. En un primer momento pensé que era una idea pésima y no funcionaría y le dije que si ella sabía lo que hacían los novios cuando estaba uno delante del otro. Cuando me preguntó que a qué me refería y le dije que los novios, normalmente, así como algo habitual, se solían besar cuando estaban juntos, esperé una respuesta del estilo "aborta entonces". Pero todo lo que obtuve por respuesta fue un "claro que lo sé, ¿qué te crees, que soy tonta?". A mi, eso, me parece que es una indirecta bastante directa. Entonces, llegué a plantearme que quizás ese fuese un punto de inflexión en nuestra amistad, un paso adelante por su parte diciendo que yo le gustaba. Así que dejamos establecido que, al día siguiente, actuaríamos como si fuésemos novios, a ver si el Titiritero la dejaba en paz. 
Con esa ilusión me fui yo a la cama esa noche.
La mañana siguiente fue totalmente diferente: La vi. Me encaminé a ella. Le sonreí desde lejos. Me miró raro. Me sorprendió. Me preocupé. Estaba a menos de 5 metros. Se encogió. Me detuve. Iba a besarla. Me paró. Me miró no a los ojos, sino a los pies. Abrió la boca y dijo: "mejor olvídate de todo lo que hablamos ayer". Y se fue.
Tres horas después, en el recreo, la vi en un pasillo, hablando con el Titiritero como si el chanchullo para hacerse pasar por su novio hubiese sido con él. Estaba sobándole el pelo, acariciándoselo, algo que ella siempre ha odiado. Se me cayó el mundo a los pies. Desde ese momento me di cuenta (POR FIN) de que no teníamos futuro posible. Aunque el tiempo me quisiese quitar la razón después. Pero yo, casi en Abril de 2010, no podía saber qué pasaría en el futuro. Como tampoco sabía qué pasaría ese mismo Junio ni a quién conocería en ese mes. Pero, todo esto, pertenece a futuras entradas.
Lo dejo por hoy, gentecilla. Ya sabéis, comentad, difundid y si tenéis ideas, ¡sugeridlas!
Seguid con la cabeza bien alta, que es lo que les jode...

De como hipotecar tu vida por unos ojos bonitos (parte III)

Bueno gentecilla, ayer os dejé a medias y, en vista de mi para nada provechoso insomnio, voy a terminar esa historia. Mejor dicho, voy a terminar el año, porque la historia seguirá y seguirá y casi hasta sigue todavía a día de hoy...pero, eso, que me voy por las ramas.
Dejé la historia en el momento en el que me disponía a coger el autobús para chuparme casi 12 horas de carretera que me llevarían, con mi instituto, a Andorra. Primer fallo: había dos autobuses y al Hada de Hielo y a mi nos tocó ir separados. Primera oportunidad perdida. Las 12 horas me las chupé con la Ametralladora. Jamás entenderéis el por qué completo del mote hasta que tengáis que vivir eso...pero, fueron pasando más mal que bien. El Hada de Hielo y yo aprovechábamos las paradas para estar juntos, aunque el ambiente entre nosotros dos estaba...enrarecido, por así decirlo. Pero, a fin de cuentas, era achacable al viaje y a lo incomodo que era el autobús.
Paso a detallaros los puntos dónde yo pensaba atacar a saco:
-Habia una fiesta en plan “despedida de la semana” que sonaba como momento idóneo. ¿Qué pasó? Se anuló quién-sabrá-por-qué.
-Íbamos a ir a Caldea. Y fuimos. Por si no sabéis qué es, es un SPA en mitad de las montañas pirinaicas. Muy bonito, ciertamente...ya os contaré qué pasó ahí...
-Aprovechar cualquier momento de intimidad máxima como, por ejemplo, las subidas en el telesilla.
-"Secuestrarla" cuando estuviese con sus amigas, pero esto era lo menos plausible. Así que me limité a los dos puntos que ya tenía.
Pero, antes de hablaros de mis intentos de conquista, tengo que introducir a un nuevo personaje. Se llamará LabiosSellados. LabiosSellados era una chica de mi edad, de mi instituto, estaba en Andorra, llevaba como un año coladita por mi y...y era la mejor amiga de el Hada de Hielo. Lo de LabiosSellados viene por su extrema timidez. Tan extrema, que era contagiosa. Con esto quiero decir que ella no me hablaba a mi por vergüenza y yo, a ella, inexplicablemente, la correspondía de la misma forma. ¡Y lo mejor de todo es que por Internet hablábamos horas y horas! Total, un sinsentido. Pero bueno, sigo con lo mío.
Quizás fuese culpa de LabiosSellados, o que el Hada de Hielo me la quería jugar, o yo que sé qué. Lo que si sé es que esa semana, para mi, pasó a denominarse “El Desastre”. La cosa fue así: como yo no hablaba con LabiosSellados, el Hada de Hielo se enfadó conmigo y decidió no hablarme a mi tampoco. Claro, esto me forzó a tratar de hablar con LabiosSellados aunque fuese por volver a hablar con el Hada de Hielo. Sin embargo, ese hecho consiguió que LabiosSellados se enamorase más de mi y le comiese (entiendo yo) la cabeza más todavía al Hada de Hielo. Pero, al menos, el Hada de Hielo me volvía a hablar. Claro que...no volvió a ser lo mismo. Ella se sentía culpable, creía estar jugándosela a su amiga.
Recuerdo con bastante nitidez una conversación en la que lo más importante fueron los silencios. El Hada de Hielo siempre fue muy filosófica, muy trascendental, muy metafísica...siempre se dio esos aires. Y, claro, 5 minutos en un telesilla, helados de frío, hablando y callando, fueron larguísimos. Íbamos hablando de LabiosSellados, que si estaba muy bien que ya nos hablásemos, que si no-sé-qué-más...hasta que dijo que tenía frío. No se me ocurrió otra cosa que pasarle un brazo por los hombros y, como le sacaba una cabeza holgada, prácticamente la rodeé entera y la hundí en mi pecho. Bueno...No tiró el telesilla al suelo de milagro. ¡Qué rebote se cogió!¡Por darle un abrazo para darle calor! Desde ese momento supe que no terminaría bien todo el tema.
Sin embargo, y pese a su hostilidad hacia mi, seguí intentándolo, solo que sin tantas muestras físicas de cariño. Y, el siguiente asalto se libraría en Caldea. Aquello ya si que fue hasta esperpéntico.
Nos llevaron a ese SPA para pasar un par de horas y nos dejaron andar por todo el recinto. Veréis, 100 niños correteando por ahí no debe de ser muy usual y...bueno, aquello era una locura.
Pero, lo que importa para esta historia es lo que sucedió.
Veréis, Happyphant llevaba muy triste toda la semana y, la muy tozuda, se negaba a contármelo. Pero lo del día de Caldea ya fue excesivo: se echó a llorar de repente. Claro, sentí la necesidad de animarla, tratar de apoyarla y ayudarla. Así que así perdí otra oportunidad de conseguir al Hada de Hielo. Me pasé las dos horas tratando de encontrarla a la vez que animaba a Happyphant, pues no veía incompatible estar con las dos a la vez. Pero el Hada se había volatilizado. Sin embargo, esas dos horas con Happyphant fueron bastante productivas, porque acabó contándome qué le pasaba. Ella estaba pilladísima por un chico, pero él estaba enamorado de una de sus amigas y Happyphant no se consideraba suficientemente atractiva para conseguir que el chico olvidase a su amiga. Así que me pasé las dos horas tratando de hacerle olvidar a aquel tío.
Por la noche, de vuelta al hotel y tras la cena, una sorpresa me esperaba en mi habitación: estaba tan tranquilo viendo la tele cuando picaron a la puerta. Era normal, pues nos pasamos cada noche de esa semana de habitación en habitación. Pero lo que había al otro lado del dintel no podría haberlo esperado jamás.
Era Happyphant, pero ya no estaba triste.
Estaba enfadada.
Conmigo.
Lo primero que hizo fue soltarme una hostia en toda la cara.
Lo segundo, empezar a insultarme a gritos, haciendo que todos saliesen de sus habitaciones para ver el show que había montado en el pasillo.
Cuando conseguí reaccionar, la metí en mi habitación y cerré la puerta. Conseguí calmarla y que explicase qué pasaba.
Había discutido con el Hada de Hielo porque ésta estuvo borde con ella en todo el viaje en el autobús de vuelta al hotel. Se había enfadado con ella por haberse pasado todo el tiempo en Caldea conmigo. Realmente, yo le gustaba. Pero, no era a la única. Happyphant acabó confesándome que el chico que le gustaba era yo y que la amiga era el Hada de Hielo. Tras reponerme del golpe, no pude hacer más que pedirle que se fuese de mi habitación, lo que consiguió que se enfadase más conmigo, ya que era yo el objeto de su discusión con el Hada de Hielo.
El resto de semana, otros dos días más, me los pasé esquivando miradas asesinas del Hada de Hielo, de Happyphant, de Doña Posturera y de la Ametralladora. Habían hecho piña contra mi y les iba bien. Esos dos días sé que pasaron porque no puedes detener el tiempo, pero parecía que no avanzase nada. El viaje de vuelta al instituto fui bastante solo, aunque fuese sentado con más gente. Recuerdo calarme el gorro hasta los ojos, ponerme los cascos y desear dormir hasta estar en casa.
El resumen del viaje a Andorra era el haber perdido a las 4 únicas personas a quienes había considerado amigos en toda mi vida, además de haber visto como toda oportunidad de tener una relación con el Hada de Hielo se esfumaba...
Pero 2009 llegaba a su fin y sólo podía confiar en que 2010 supusiese un cambio de aires en mi vida. Y, como ya leeréis, así fue. Pero eso pertenece a entradas futuras.
Me despido por hoy, pero prometo subir un par de entradas nuevas este fin de semana de 4 días; seguir contandoos el desastre que se me avecinaba. Pero, como ya dije, eso pertenece a entradas futuras.
Besos a todos, gentecilla. Seguid comentando y visitando el blog, pero...¡habéis de difundirlo también!
Y, recordad, la cabeza alta, que es lo que les jode(aún os quedan casi 2 años para entender por qué digo esa frase jajajajajaja).

29 de octubre de 2012

De como hipotecar tu vida por unos ojos bonitos (parte II)

Veamos: había dejado esta historia a la mitad, muy muy a la mitad; es más, no la había ni empezado. Y también os he tenido abandonaditis todo el fin de semana pero, ¿qué queréis? Es lo que tiene 2º de Bachiller...
Pero bueno, al lío.
Me quedaba hablar de el Hada de Hielo, si no recuerdo mal... Bien, ella era todo aquello que sueñas sin haberlo soñado antes. Era esa persona que siempre te ha hecho falta aunque no supieses que te faltaba algo. Era ese tipo de gente que sabes que existe pero nunca has visto a nadie así y, mucho menos, conocido. Era, en una palabra, perfecta. O eso me creía yo.  Y me lo creí (o quise creer) hasta Diciembre de 2009. Pero, para esas navidades, quedaban dos meses aún.
Si tuviese que describirla físicamente en una sola palabra, la más adecuada sería "muñequita". Era igual que la última matrioska, la más chiquitita, de una muñeca rusa de las de pasarela, no las de mantón por los hombros y culo desproporcionado que suelen utilizarse para hacer estas figuritas. Cuando no se empeñaba en que su largo y liso pelo moreno le cayese por las mejillas, dejaba al descubierto unos ojos de un verde frío, tan frío que conseguía metértelo en los huesos. Era increíble lo que podía producir en ti apenas metro y medio de persona. Pero, a fin de cuentas, era posible.
Los días pasaron, y cada vez tenía mejor relación con las 4 ( Happyphant, el Hada de Hielo, Doña Posturera y la Ametralladora ). Prácticamente, era obvio que en ese grupo iba a pasar algo a nivel emocional y, en vista de que yo era el único componente masculino, tenía claro cuál era mi apuesta. Aunque, como dice Melendi en "Barbie de extrarradio": "Normalmente, pierde el que quiere más; al igual que en una mesa de blackjack." Y, como de apuestas iba la cosa, yo no me quedé atrás. Pero, por el momento, habéis de quedaros con que la relación entre el Hada de Hielo progresaba adecuadamente, tan adecuadamente que era prácticamente un hecho entre las otras 3.
Así nos pasamos el primer trimestre de ese curso, tonteando como dos niñatos (que era lo que éramos).
Quisiera introducir aquí un pequeño paréntesis para hablaros de Margaret Thatcher en relación con el Hada de Hielo. Se conocieron un buen día, no me acuerdo ya ni de cómo ni de por qué. Presupongo que sería a la salida del cine, que me fuesen a buscar y me viesen hablar con ella y mi madre, como es inevitable en ella (ya os iré contando más de ella en futuras entradas) metería baza. No sé, no me acuerdo realmente de cómo pasó. Pero, pasó. Y, extrañamente, pasó para bien. Digo esto porque, desde ese día, Margaret Thatcher se desharía en constantes halagos a la que ella ya consideraba su futura nuera. Y esto, realmente, es raro, porque siempre se había mostrado como alguien excesivamente protectora en lo que a su hijo se refería y que, de repente, permitiese la idea de que yo pudiese ser compartido con otra persona pues...suponía un rayito de esperanza en lo que a libertad se refería. Bueno, ya explicaré esto más detenidamente en futuras entradas, pero necesitabais saber esto.
Pues eso, que nos pasamos el primer trimestre del curso como si no hubiese otra cosa. 
Pero, veréis, en mi instituto organizaban ese año y para alumnos de 3º y 4º una excursión de una semana a Andorra para aprender a esquiar. Y, claro, más gorda no la pude ver. Yo, que ya me imaginaba toda la semana con ella, juntos, súperlovers, incluso durmiendo juntos si convencíamos a los compañeros de habitación de alguno para que se fuesen a la otra habitación, me estampé contra una realidad que no había contemplado si quiera: ¿y si yo no le gustaba? ¿Y si sólo jugaba conmigo? Claro, estas dudas se te plantean el día antes y no tienes tiempo de emparanoiarte pero...si te pasa con un mes vista...tienes tiempo hasta de crear una religión nueva basada en un oso de gominola al que adorar para conseguir su beneplácito. Y en esas me vi.
Pues bien, veréis: lo que pintaba como algo súper bonito, romántico incluso, se convirtió en una tortura ante el posible rechazo. Ese mes fue de los más duros de mi vida, y eso fue en parte gracias a nuestras 3 amigas. En esos escasos 40 días que restaban desde el inicio de Noviembre hasta el día de irnos a Andorra, Happyphant, Doña Posturera y la Ametralladora se los pasaron, cada una, dándome consejos distintos. Sigo sin saber por qué escuché a ninguna en vez de haber ido directamente a hablar con el Hada de Hielo. 
Acabé con la cabeza suficientemente taladrada como para ver a través de ella. Y, todo eso, ¿para qué? ¿Para conseguir estar con la chica de la cual estaba locamente enamorado? Parecía un precio razonablemente asequible para el premio final. Sin embargo, las cosas no suceden como se piensan o plantean.
Pero, ya hemos llegado a mediados de Diciembre y es hora de dejarlo aquí hasta la siguiente entrada, ya que si empiezo a contar lo que pasó en Andorra, tendría que terminarlo y quedaría una entrada demasiado larga. Habéis de quedaros con que, hasta ahora, yo estaba perdidamente enamorado de el Hada de Hielo, y que HappyphantDoña Posturera y la Ametralladora se habían dedicado a intentar aconsejarme y que, las pobres, no habían hecho más que aturdirme, pues cada una me decía una cosa diferente. Yo me disponía a aprovechar ese viaje para decirle en palabras suficientemente explícitas, sin rodeos absurdos, que la quería, que necesitaba estar con ella, aunque fuese más que evidente. Es más, ahora haciendo memoria, creo recordar que tuvimos una conversación a principios de Diciembre (por Messenger pero shhh, que todos tuvimos esa época) ella y yo en la que me decía que quizás, podía ser que igual yo le gustase...algo. Vamos, que si pero no te lo digo por...por no decírtelo.
Pero bueno gentecilla, que me despido por hoy. Perdonadme los dos días de sequía pero....2ºBachiller, ya sabéis. Me despido por hoy y, posiblemente, hasta el miércoles. Mientras tanto, como siempre os digo, mantened la cabeza alta, que es lo que les jode.
P.D.: ¡Gracias a todos los que comentáis o me mencionas vía twitter! Me dais la sensación de que, realmente, hay alguien ahí detrás de las pantallas leyendo todo lo que mi mente escupe. ¡Buenas noches a todos!

26 de octubre de 2012

100 razones para echar un polvo

Bueno gentecilla, hoy no tengo muchas ganas de hablaros de mi vida sentimental, pues la semana no es que haya sido muy buena; pero, no quiero dejaros sin entrada, así que voy a hacer una recolección, al más puro estilo Barney Stinson, de los 100 mejores motivos para echar un polvo. Es algo en lo que llevo todo el día pensando, así que espero que sea entretenida cuando menos. Bueno, sin más que añadir, empiezo:

  1. Reconciliación: el que sirve para arreglar las cosas.
  2. Ruptura: para llevarte un buen recuerdo de la relación.
  3. Aniversario: el de las fechas señaladas.
  4. Despecho: el que se echa con cualquiera después de terminar una relación.
  5. Venganza: viene a ser casi lo mismo que el anterior, pero tiene el componente de que es con alguien que va a joder sobremanera a tu ex.
  6. Comienzo: para empezar una relación por la puerta grande.
  7. No echan nada bueno en la tele.
  8. Hace frío fuera y quieres darle calor.
  9. Para coger experiencia para relaciones futuras.
  10. Para probar una nueva postura que te hayan contado tus amigos.
  11. Para estrenar lencería nueva.
  12. Noches épicas, como la de graduación o noche vieja.
  13. Para rentabilizar el coste de la habitación de hotel.
  14. Te caducan los condones.
  15. Es el fin del mundo y quieres morir con las botas puestas.
  16. "Follar por techo": eres nuevo en la ciudad y buscas alguien con quien pasar la noche.
  17. Para "adelgazar".
  18. Morbo de hacerlo en sitios raros, como los baños de un restaurante, en un avión, en la playa,...
  19. Para relajar tensiones.
  20. Porque es su cumpleaños y no te has acordado de comprarle nada.
  21. Para aprovechar que se ha hecho las piernas.
  22. Por haber tenido una experiencia cercana a la muerte y quieres celebrar que sigues vivo.
  23. Para no tener que hacer cualquier otra cosa que no te apetece, como estudiar o limpiar.
  24. Porque es famoso.
  25. Porque es de un país del que aún no has tenido oportunidad de tachar (muy Barney esta).
  26. Por curiosidad en lo referente al Donkey Punch.
  27. Para hacer una competición de ruido con los vecinos.
  28. Porque te ha dicho que te quiere y tu no estás preparado para decirle lo mismo.
  29. Porque te ha dicho que te quiere y, antes de huir, quieres dejar un buen recuerdo.
  30. Por un error: CASUALMENTE, se te cae algo en su entrepierna y, cuando vas a recogerlo, el otro lo malinterpreta y le sigues el rollo.
  31. Para reforzar conductas positivas que quieres que repita: como afeitarse, que se lave,...
  32. Para estrenar tu piso nuevo.
  33. Para estrenar su piso nuevo.
  34. "Como estáis solos en casa..."
  35. Por amor verdadero.
  36. Para no discutir.
  37. Porque te has confundido a la hora de mandar un mensaje y...por no hacer un feo.
  38. "Ya que compartimos ducha para ahorrar agua..."
  39. Por cambiar de tema.
  40. No tienes sueño.
  41. Porque tu equipo ha ganado en el deporte que sea y lo que sea, como si es a faltas.
  42. Para demostrar tus artes sexuales.
  43. Para grabar un vídeo y sacar dinero on-line.
  44. Para celebrar que el condón de antes no se había roto.
  45. Porque apostasteis algo.
  46. Porque te confundieron con alguien famosos y no quieres sacarlos del error todavía...
  47. Porque masturbarse es muy cansado.
  48. Como pago a algo que hayas hecho.
  49. Porque, antes de que te violen, le violas tu a quién sea.
  50. Porque la película que estabais viendo es muy aburrida.
  51. Porque aún no es la hora de cenar.
  52. Porque has creado una página falsa en Internet con "1001 efectos positivos del semen en el cutis de la cara".
  53. Porque es más barato que salir de fiesta.
  54. Porque te han cortado la luz.
  55. Porque habéis ido a un evento especial (una premiere o un concierto) y para dejar un buen recuerdo de la noche.
  56. Porque tienes despacho en el trabajo y la puerta tiene cerrojo.
  57. Para confirmar experiencias sexuales de tus amigos con esa persona.
  58. Para lograr un ascenso o una subida salarial.
  59. Para subir nota.
  60. Porque os quedáis atascados en un ascensor (si llego a haber tenido a alguien conmigo el lunes...).
  61. Porque estás borracho.
  62. Porque la otra persona está borracha...
  63. Porque has emborrachado a la otra persona.
  64. Siempre has tenido curiosidad sobre cómo sería montártelo con alguien particularmente alto o particularmente bajo.
  65. Porque en la radio está sonando tu canción favorita.
  66. Porque te han dejado plantado y no tienes nada mejor que hacer que llamar a un ex.
  67. Porque ya ha cumplido los 18.
  68. Porque, por muy mayor que seas, nunca es tarde.
  69. Para no caer en la rutina.
  70. Por cumplir algún tipo de fantasía.
  71. Por el simple placer.
  72. Porque es alguien con quien llevas años deseando tener algo.
  73. Dios no lo quiera, pero...por tener un hijo.
  74. Porque el guión tiene escenas de cama.
  75. Para tener tema para componer una canción.
  76. Porque te has metido a escort.
  77. Porque tienes coche nuevo y quieres estrenar la tapicería.
  78. Porque vas a vender tu viejo coche y quieres darle una despedida por todo lo alto.
  79. Para querer contagiar una venérea (conozco gente así, en serio).
  80. Porque me quedan 20 motivos para completar esta lista.
  81. Simple atracción física.
  82. Estabas de bajona, pero te han empezado a poner cachondo perdido y no has podido decir que no.
  83. Porque has preguntado antes si tenía dolor de cabeza, te ha dicho que no y no le quedaba otra excusa.
  84. Para tener otra muesca en la culata.
  85. Porque te sientes mal desperdiciando tantos espermatozoides al día.
  86. "Porque tenía unos ojos tan bonitos que le comía to er coño"(oído más de una vez).
  87. Para aprovechar el DIU.
  88. Para celebrar tu vasectomía o ligadura de trompas.
  89. "El duende te dijo que debías hacerlo".
  90. Porque te hizo "El Hombre Desnudo".
  91. Porque te hicieron "El Hombre Desnudo".
  92. Porque no es capaz de decir tonterías mientras lo hace.
  93. Porque tenéis una relación a distancia y lleváis mucho tiempo sin veros.
  94. "Porque dormías con la boca abierta y..."
  95. Porque el cloroformo hizo su trabajo.
  96. Porque te daba lástima.
  97. Porque el Twister es un juego muy provocativo...
  98. Porque, en tiempo de guerra, todo agujero es trinchera.
  99. Porque te apetecía coño.
  100. Porque te apetecía, ¡coño! ¡Que no hay que buscarle excusas a todo!
Bueno, parecía imposible, pero al final he logrado completar los 100 motivos. ¡Si se os ocurre alguno más, comentadlo!
Bueno, mañana intentaré subir una entrada relacionada con la historia, pero hoy ya dije que no estaba el horno para bollos y me apetecía subir una entrada chorras, que el humor (y amor) no sobra en ninguna vida.
P.D.: ¡Gracias a todos los que me habéis leído con relativa regularidad en esta, mi primera semana en las redes! Ya sabéis, lo que siempre os digo: comentad, difundid y, en definitiva, aportad de cualquier manera que creáis conveniente, que será siempre bien recibida.
Un beso a todos y, si esta pequeña lista os sirve para conseguir uno en cualquier momento de vuestra vida, su función como entrada estará más que cumplida.
Me despido por hoy y ya sabéis: la cabeza bien alta, que es lo que les jode.

25 de octubre de 2012

De como hipotecar tu vida por unos ojos bonitos


Bueno gentecilla, os voy a introducir en uno de los capítulos más largos y amargos de mi vida. Desde este momento en adelante se solaparán varios episodios de mi vida, cada uno relacionado con una chica diferente y algunos, incluso, a la vez. Pero, como diría Jack El Destripador, vamos por partes.
Lo habíamos dejado en Septiembre-Octubre de 2009 y, prácticamente, podría decirse que estaba en el camino de empezar una nueva vida. Y así sería.
Después de dejarlo con Doña Pokémon, afrontaba 3º de la ESO entre la desesperación y la frustración: a ver, tenía 13 años y me creía que jamás encontraría a nadie que me quisiese. Y oye, que no era así.
En frente de mi se plantaron 4 personitas que se dedicaron a sacarme sonrisas en cada esquina.
Voy a empezar por Doña Posturera: ella era una ricura de niña cuando éramos pequeños, pero se había sumado a lo fácil y había estado en contra del gilipollas que era yo en aquel entonces. Sin embargo, transcurridos los años y habiendo visto el cambio radical que había pegado aquel niñato, decidió darme una segunda oportunidad medio por el cariño o lástima que me tuviese, medio empujada por sus amigas, a quienes yo había conseguido engatusar. Era una tía encantadora ocultada tras una cara preciosa, y es por esto que la llamo Doña Posturera: le encantaba sacarse fotos aprovechando lo guapa que era. Y sigue siéndolo y aprovechando su belleza. Aún a día de hoy la considero como una de las personas más sensatas y honestas que conozco, y se ha ganado todo mi respeto y cariño. Ya os hablaré más de ella en sucesivas entradas porque es alguien que es constante en mi vida.
Seguiré por la Ametralladora. De esta no puedo deshacerme en halagos como lo hice con Doña Posturera. Tampoco es tan constante en mi vida. De hecho, es como el Guadiana: desaparece cada poco. Os preguntaréis por qué la llamo así. ¿Sabéis como funciona una ametralladora? Pues dispara, dispara y dispara hasta que se calienta y si sigue disparando, estalla. Pues ella es lo mismo, pero en vez de balas, dispara palabras. Vamos, que no calla ni aunque le pongas una almohada en la boca. Y lo peor es que si, al menos, lo que contase fuese interesante, podrías prestar atención. Pero es que te cuenta cosas absurdas. En futuras entradas hablaré de ella y os contaré anécdotas suyas. No es que ahora sea santo de mi devoción, pero fue importante en esa parte de la historia, ya entenderéis el por qué.
Happyphant es mi persona favorita. Su mote es el acrónimo de happy elephant. Y eso la describe totalmente. Por muy jodida que sea la época que esté atravesando, siempre llevará una sonrisa en la boca, la cual sólo desaparece si tiene que desahogar contigo, cosa no muy habitual ya que es excesivamente orgullosa y cree que su deber es ser capaz de poder sobrellevarlo todo. Y lo de elephant A día de hoy, 4 años más tarde, la considero mi mejor amiga y la persona en quien más confío.
Bueno, una vez presentadas estas 3, podemos seguir la historia. Son necesarias para entender un incidente que pasaría en diciembre de 2009 y marcaría el devenir de mi próximo año.
Pero...os preguntaréis que qué pasa con el Hada de Hielo, ¿no? Qué dónde está, ¿no? Pues lo siento mucho, pero eso es un tema en el que profundizaré en la próxima entrada.
Para no dejaros totalmente en ascuas, os diré que el Hada de Hielo sería quien me marcase para el resto de mi vida, con quien pasaría ese mal momento y quien estaría presente en mi vida durante mucho tiempo, aunque no de la forma en que yo preferiría.
Y bueno, me despido por hoy. Mañana os hablaré del Hada de Hielo en profundidad y os a avanzaré parte de la historia.
Comentad, difundid y, si tenéis ideas, ¡proponedlas!
Me despido por hoy y ya sabéis: la cabeza alta, que es lo que les jode.
P.D.: esta forma que tengo para despedir todas las entradas es bastante simple, pero ya entenderéis por qué cuando la historia lo requiera. Por hoy, buenas noches a todos.

La vida dentro de una botella de Jack Daniels sabe mejor.

Esta entrada es producto de haber dormido una siesta de las de despertarte y mirar que día de la semana es, y por la noche no tener sueño. Necesito que entendáis lo que a continuación os voy a relatar para que podáis entender mis siguientes entradas. Y sin más dilación, me sumerjo en mi cerebro para que entendáis parte de mi filosofía:

Si se analiza partiendo desde la ventaja de la distancia que proporciona el paso del tiempo, somos imbéciles. Nos regimos por las dos leyes más contradictorias de Barney Stinson: the new is always better y the old is always better (lo nuevo siempre es mejor y lo viejo siempre es mejor). Y me explico: fijaos en esa persona que llega nueva a nuestra vida y nos engatusa, nos enamora, nos encandila...¿cuántos de vosotros habéis pensado que era el amor de vuestra vida, aún teniendo 15, 16, 17, 18 años? Todos, ¿verdad? Nos creemos que esa persona es mejor que todo nuestro pasado y no concebimos un futuro sin ella. Pero, ¿y qué pasa cuando tenéis algo con esa persona y luego lo dejáis? Acabamos pensando que no era tan estupenda esa persona y, finalmente, acabas comparándola con otra relación anterior; y, ¡qué casualidad! Siempre ganan (o suelen ganar) las relaciones anteriores.
Y así pasas de creer que lo nuevo es lo mejor a pensar que lo mejor es lo que ya ha pasado.
El error reside cuando intentas comparar las relaciones. El amor es tan subjetivo, tan abstracto, que no es comparable. El ejemplo contrario perfecto, el que es totalmente tangible y para nada subjetivo, es el whisky. Hay whiskys y whiskys, te puede gustar solo, con o sin hielo, con cocacola, fanta o redbull, pero lo que nadie puede negar es que, cuanto más viejo, más bueno está. Nadie puede comparar un Jack Daniels, Bourbon de Tennessee con el whisky palero de 4€ la botella del Mercadona.
Sin embargo, las relaciones no se pueden comparar. Nunca lo que has vivido con una persona podrás repetirlo totalmente con otra años más tarde, y tampoco de forma parcial te sirve, porque igual por un detalle es por lo que se decidiría la comparación. Las relaciones son de ese tipo de cosas que se tienen y se aprovechan, no se analizan ni comparan.
Nos pasamos la vida pensando y comparando, analizando y racionalizando todo lo que nos rodea, en lugar de exprimir lo que tenemos y aprovechar el jugo que gotee de ella.
Sin embargo, ha habido un momento en mi vida que me ha impulsado a dejar de lado todo frío cálculo para controlar mi vida (este momento es a lo que me refiero al principio de la entrada cuando digo que es para que entendáis mis entradas futuras). Mi vida será como yo quiera que sea pero, sin dejar flecos sueltos, no sería vida, sería un trabajo o una obligación.
Y, creedme, he aprendido a sacarle hasta la última gota a las botellas de Jack Daniels.

24 de octubre de 2012

Doña Pokémon o "De como de malo puede ser salir con una amiga por compromiso".

Bueno gentecilla, la última vez que os conté algo de mi vida sentimental lo habíamos dejado en Septiembre de 2009. En ese punto, yo estaba aún desprendiéndome de los pañales en lo que a la vida sentimental se refería y había empezado 3º de la ESO más por obligación que por interés. Consideraba que el mundo como lo conocía se había desmoronado y se me venía encima. Vamos, había sufrido el fin del mundo vaticinado por los mayas con algo más de 4 años de adelanto.
Sin embargo, en mi vida habían aparecido casi por arte de magia Happyphant, el Hada de Hielo, Doña Posturera y la Ametralladora, cuatro chicas de mi edad a quienes consideré como mis primeras amigas en mis 13 años largos de existencia, y quienes le dieron nuevos aires a mi existencia. Ese mismo año, más adelante, conocería al Titiritero y, gracias a este, a Perezosa, quien, junto con Happyphant, aún a día de hoy es mi mejor amiga. Pero todo eso es harina de otro costal, o entrada más bien. Lo importante de esta entrada es la fugaz aparición de Doña Pokémon en mi vida, y la relación que tuve con ella.
Bueno, primero de todo, explicaros que la llamo Doña Pokémon porque su nombre real coincide con el nombre de una versión de este juego. Ella era del 95, como yo, una chica no muy agraciada físicamente y no era especialmente divertida o maja pero, extrañamente, contaba con mi simpatía.
Realmente, de esta persona no puedo contaros mucho, ya que en mi vida debió de permanecer menos de un mes entre conocernos, tener la relación en sí y olvidarla.
Nos conocimos a finales del verano, ya metidos en Septiembre, a punto de comenzar el curso. Nos presentó Tony Parker, que se empeñó en que yo saliese con su grupo de amigos. Nos presentaron como si yo fuese Brad Pitt y ella fuese a enamorarse de mi al instante. Pues...que tenían razón y todo...Desde el primer momento se veía que ella sólo quería tener algo conmigo, pero no era lo suficientemente perspicaz como para engatusarme. Cuando se dio cuenta de que todo lo que recibía por mi parte era indiferencia, se deprimió bastante y empezó a ignorarme ella a mi. Queráis creerlo o no, que ella me tratase con indiferencia consiguió que me interesase por ella. ¿Todo aquello que dicen que para conseguir a un chico sólo has de no desearlo, o hacer como que no le deseas? Pues oye, que conmigo funciona y bastante.
Durante el tiempo que transcurrió desde que nos presentaron hasta el día en que tuvimos algo, hablamos a diario, unas 6 horas diarias. Y tanto hablar con ella acabó generando en mi la duda de que, aunque no me atrajese físicamente, al caerme tan bien, quién sabe por qué, podría llegar a gustarme y, con todo mi valor, un día cogí y se lo solté. Le solté que por qué no ser novios (si, así, tal cual) y ella en un principio se quedó totalmente en estado de shock, pero cuando  reaccionó, me besó. Y, sinceramente, no me gustó nada. En toda mi vida, es el único beso que no me ha gustado ni un poquito; es más, llegué a sentir repulsión. Sabía que ese beso significaba mi sentencia.
Ni una semana pasó desde ese beso hasta que la dejé. En ese lapso de tiempo, todo lo que hacía era buscarme excusas para no quedar con ella y, ella sólo proclamaba "nuestro amor" (su amor). No me he sentiría peor hasta conocer al Cisne Pálido, pero para eso quedarían tres años.
Lo único que se me ocurrió para dejarla sin hacerle más daño que haberla tenido engañada fue decirle que no era capaz de compaginar 3º de la ESO con el hecho de tener novia y que, para no vernos, no merecía la pena (iluso de mi, 3º de la ESO...). Al final no fue tan doloroso para ella, aunque no volvimos a hablar. Vale que la borré de toda red social, pero el hecho es que no volvimos a hablar.
Ciertamente, nunca sentí nada por Doña Pokémon que traspasase el sentimiento de lástima, y no me enorgullezco nada de lo que le hice. Pero tenía 13 años, ¿qué se podía esperar de mi, si era un capullo?
Lo único que me aportó mi relación con Doña Pokémon fueron dos cosas que aún hoy me sirven: nunca empieces una relación por compasión, no refleja tu verdadero sentimiento y sólo puedes herir a la otra persona; y, si al separarte después de cada beso no tienes enfrente de tu cara a la persona más hermosa e increíble del mundo, ni te lo plantees: esa relación no va a ninguna parte. Estoy totalmente convencido de que la belleza es totalmente subjetiva, y en el momento en que no veas al otro como la persona más guapa de la tierra, es el momento en que has de dejar esa relación, ya que no te hará ningún bien. 
Por suerte, yo la dejé a tiempo. Y digo por suerte porque, quizás en el preciso lugar en el que te encuentres ahora mismo, dentro de cierto tiempo, puedas cruzarte con la persona de tu vida, lo que nunca sabes es cuándo va a pasar por ahí. Todo lo más que puedes hacer es estar dispuesto a encontrarla y no obcecarte con hacerlo cuanto antes. Por desgracia, a mi aún me quedarían 4 años de sinsabores por delante hasta estar realmente cómodo en una relación. Pero, como ya he dicho, para eso quedan 4 años y muchas, muchas entradas.
Mi futuro inmediato lo pintaban Happyphant, el Hada de Hielo, Doña Posturera y la Ametralladora, aunque yo aún no sabía que me acabaría encaprichando (si, encaprichando, no enamorando, ya os daréis cuenta) de una de ellas y pasarían 3 años entre quererse y odiarse. Pero, eso, lo descubriréis en futuras entradas.
Hasta aquí mi relación con Doña Pokémon y la entrada de hoy. Yo me despido por el momento, dejándoos con la duda de quién sería mi próximo objetivo.
Un beso a todos y, pase lo que pase, la cabeza alta, que es lo que les jode.

22 de octubre de 2012

De cómo emular a Félix Baumgartner dentro de un ascensor

Bueno, hoy no voy a hablaros de mi vida sentimental ni de mis encontronazos con las mujeres, sino de mi gran y favorable suerte.
Quiero dejar claro que siempre he suscrito la siguiente frase del rapero Chojin: “la suerte y yo somos enemigos, me cae como el culo, no me gusta que jueguen conmigo". Y nunca había tenido tantas razones para suscribirla tan fervientemente como hasta esta mañana.
Me disponía a ir a clase, como cualquier adolescente, tempranito por la mañana. He de añadir que siempre he sido de vivir en las alturas, y no solo en lo referente a lo sentimental o emocional, sino que esta costumbre trasciende hasta lo físico, puesto que vivo en un 15º. Así que, para descender los 50 metros de altura respecto al suelo a los que vivo, tengo que bajar en ascensor. No me supone mayor problema, ya que los escasos 50 segundos de viaje se me hacen relativamente cortos y, por suerte, tampoco padezco de claustrofobia.
Pero lo de hoy a sido tentar a mi resistencia de una forma prácticamente sacada de Jackass.
No estoy hablando de haberme quedado encerrado; eso ya me había pasado con 8 años. En aquella situación salía de casa porque había quedado con mi primo para ir a su casa, y llevaba conmigo mi PSP. Tenerla conmigo fue de gran alivio, ya que me sirvió como pasatiempo durante el tiempo que tardaron en sacarme y no me supuso ni un simple disgusto siquiera; más bien me lo tomé como anécdota e, incluso, aventura. Pero, lo de hoy, fue diferente.
Según el ascensor empezó a descender, traqueteante, me dio una mala impresión. De repente, se detuvo en el 13º piso, lo que me hizo suponer que se abrirían las puertas en seguida porque alguien habría picado en esa planta, pero...empezó a caer. De repente y de la forma más brusca que jamás había experimentado. Aquello parecía una atracción de feria, solo que sin gitanos ni música de Camela.
Parecía que aquel aparato infernal no se detendría hasta estrellarse contra el suelo. Afortunadamente no fue así.
No entiendo mucho de ascensores, la verdad, pero he de suponer que algún tipo de freno de emergencia tendrá, algo más bien físico por si lo mecánico o electrónico fallase, ya que aquella caja que yo ya consideraba mi ataúd comenzó a disminuir su velocidad hasta, finalmente, deternerse entre el 3º y el 2º.
Serían 30 metros, 30 escasos metros que se me hicieron eternos y efímeros a la vez. 30 metros de caída libre, a las 8 de la mañana y con las tostadas aún en la boca.
Una vez detenido y tratando de pensar fríamente, llamé por el interfono a la empresa encargada del mantenimiento y reparación. Os juro que fue peor esa llamada que la caída. No quiero ofender a nadie, pero más tonta no la había.
Creo que la frase “se ha precipitado el ascensor al vacío y, tras pararse, estoy atrapado dentro de él”, muchas dudas no ofrece. Menos mal que había esperado a serenarme unos 5 minutos, porque si la llamo con el pánico a flor de piel, yo creo que arranco la pantalla de la consola de mandos. Bueno, ¿pues no va la tía y me pregunta que si puedo abrir las puertas? Os juro que, en ese preciso instante, casi las consigo abrir yo mismo, pero para no aguantar semejantes chorradas.
Al final resultó que, cuando yo ya me veía pasando media mañana ahí, ni 10 minutos tardaron en llegar y otros 5 para sacarme de aquel aparato del demonio. Eficiencia atípica española, de la que por otra parte me alegro enormemente.
¿Lo mejor de toda la historia? La cara de Margaret Thatcher al verme a las 8:40 en casa. ¡Pobre mujer, el susto que se llevó! Casi lo pasó peor ella mientras se lo contaba que yo mientras el ascensor caía...
Pero bueno, amor de madre, eso soporta cualquier cosa (esperemos).
El tema ahora es que yo seguiré haciendo vida normal y, para ello, necesito usar, por lo menos, 4 veces diarias el ascensor. Esperemos que no tenga que pasar por otra de estas porque me da a mi que no la cuento...
Bueno gentecilla, aprovecho la entrada para hablar también sobre el repunte de visitas. ¡Ya prácticamente 1.000! Muchas gracias a todos, continuad difundiéndolo y entrando de forma periódica y, por favor, comentad de forma más asidua, que me siento muy solateras hablando yo aquí sin saber si se me recibe alto y claro...
Y me despido como ya es habitual en mi: pase lo que pase, la cabeza bien alta, que es lo que les jode.
¡Un beso!

21 de octubre de 2012

La Señora Gamba o “como entrar en el mundo amoroso poniendo la mira enel cielo”


Hoy os voy a hablar de mi primera pareja, la Señora Gamba. Ya os hablé de ella por Twitter (https://twitter.com/EnamoradoDiario), pero quiero profundizar más y, además, habrá gente que me lea aquí y no en Twitter, así que pa'lante y desde el principio.
Ella, la Señora Gamba, esa persona que a ojos de un niño de 13 años parecía una Diosa, fue la persona que me introdujo en el mundo del amor a base de frustraciones y sin sabores. Ya os comenté por Twitter por qué la llamaba así, pero lo repetiré: era perfecta, un cuerpo esculpido en el mismísimo Olimpo por las mismísimas manos de los Dioses que crearon este mundo...salvo porque se olvidaron de la cabeza y la pusieron a última hora, mal, y sin gusto. Para ser vulgares y explícitos: se le podía comer todo menos la cabeza.
Sin embargo, a los ojos de ese niño de 13 años, cegado por la abrumadora luz que desprendía ese nuevo mundo de lo amatorio, resultaba, sin pero alguno, una representación humana de lo perfecto.
Todo esto sucede en el verano de 2009 y duró poco más de dos meses, quiero recordar, de los cuales estuve con ella un mes y algún día, digamos que menos de 40 días...
Yo siempre he sido un deportista de los de pasarse los veranos de la playa a la cancha y de la cancha a la playa. Aquél verano me había dado por el baloncesto, y tenía un amigo un año menor, digamos que Tony Parker (el chaval jugaba a baloncesto, al igual que el francés y, además, tiene un grupo de música, y Parker tiene un par de canciones por youtube, al final de la entrada os pongo mi favorita) el cuál conocía a la Señora Gamba porque iba a su instituto. Él, perdidamente enamorado de ella, intentaba por todos medios que se fijase en él, y le dijo que nos fuese a ver jugar un día en una cancha de un colegio cercano. El problema vino cuando ella no se fijó en Tony Parker, sino en mi. Desde aquella tarde, el uno quedó prendado del otro, solo que ella no quería reconocer que le gustase un niño 3 años más pequeño.
Y ...¡lo que es ser pequeño, inmaduro y creerte el más listo de todos! Me propuse conseguir a esa chica. Lo hice, vaya que si lo hice. Casi 3 semanas de meterle ficha de forma desesperada por todos los medios posibles hasta que, finalmente, hice una de las tonterías más absurdas de mi vida: me fui a cortar el pelo y, en un lateral, me dibujé su nombre. Hortera 100%, pero...tenía 13 años, me creía el más duro del barrio. De todas formas y, obviando lo ridículo que estaba, conseguí que los 3 años no supusiesen una barrera tan amplia para ella.
Sin embargo, para mi si lo fue. Ella era prácticamente mayor de edad y eso suponía mayor libertad a la hora de pasar las noches por ahí. Yo, que aún me sorbía los mocos agarrado a las faldas de Margaret Thatcher (mi madre), no podía más que pasar las tardes con ella y, las noches, imaginándome que ella se daba en cuerpo y alma a cualquier pintamonas que le vendiese la luna. Pero no era así o, al menos, yo no me enteraba. Suyos fueron los primeros labios que probé, el primer cuerpo de mujer que disfruté y las primeras mentiras que me quise creer. Un mes largo después, aún con su nombre encima de mi oreja, me vino a decir que todo estaba muy bien, que me quería mucho, pero que no podía seguir conmigo, ya que sus amigas se reían de mi. No tuvo siquiera la dignidad de decirme que me quería dejar ella porque ella quería, sino que usó a sus amigas para tener excusa.
Esa conversación podría no haber tenido tanta trascendencia de no ser porque fue en el primer postpolvo de mi vida.
Yo, que acababa de perder mi virginidad a una edad bastante temprana, perdía también a la única mujer de mi vida a la que había visto como algo más que un pelo largo y unas uñas pintadas.
Me pasé un mes prácticamente en shock, como si mi vida se hubiese destrozado, pero empezó el curso de nuevo antes de que me quisiese dar cuenta. Y ahí conocí a Happyphant, al Hada de Hielo, además de recobrar una amistad con Doña Posturera, a quien conocía de toda la vida pero con quien nunca me había llevado excesivamente bien por lo que ya os conté en la entrada anterior y, además, entablé amistad con la Ametralladora, otra a quien también conocía de antes pero nunca había tenido nada de relación con ella.
En resumidas cuentas, ellas 4 me sacaron del abismo, aunque luego me hundiesen en otro, pero...¿qué adolescente no ha vivido en una montaña rusa aunque fuese un par de meses?
De todas formas, aprendí dos cosas de la Señora Gamba: no te creas todo lo que dicen, porque las apariencias aparecen cuando hay mucha mierda escondida; y que tener sexo en la playa puede sonar muy bonito, pero luego te escuecen lo que vienen siendo las partes íntimas de una forma exagerada.
Así que, tras la Señora Gamba y con la ayuda de Happyphant, del Hada de Hielo, de Doña Posturera y de la Ametralladora, conseguí tirar hacia adelante en busca de mi siguiente fracaso amoroso.
Me despido por hoy, gentecilla. En la próxima entrada os hablaré de Doña Pokémon y de por qué es malo salir con una amiga sólo por no hacerle daño.
Comentad, difundid tanto el blog como mi twitter y, si me queréis sugerir algo, estoy abierto a todo.
Un beso a todos y, pase lo que pase, la cabeza alta, que es lo que les jode.
[Como os prometí, mi canción favorita del Tony Parker auténtico:


 aquí tenéis la letra, en francés http://www.musica.com/letras.asp?letra=1151360 , en español son todo traducciones hechas con el google translator, así que pasando de ponerla aquí :S ]

20 de octubre de 2012

Yo, el Adolescente Enamorado

Empezaré esto diciéndoos que gran parte de mi vida amorosa se resume en la siguiente frase: me quiero creer un Barney Stinson, pero el Ted Mosby que llevo dentro sale siempre a flote cuando menos se le necesita. Soy un auténtico pifias, un inseguro de mucho cuidado que puede hacer que dudes de que tú mismo quieras ser como eres. Pero bueno, empecemos por le principio...
Digamos que mi nombre es Simon Baker (obviamente no, Simon Baker es el hombre que da vida a Patrick Jane en la serie El Mentalista, y mucha gente dice que me parezco bastante a él, cosa que me alaga enormemente por otra parte, ya que lo considero un tío súper estiloso y muy, muy atractivo; no sé dónde me habrán visto el parecido con él, la verdad...), que vivo en el norte de España y que tengo 17 años, haré 18 en Marzo. Esto me sitúa a escasos meses de tener que enfrentarme a la prueba educacional de fuego en la adolescencia: la PAU. Pero no voy a hablar (mucho) sobre Educación, que bastante quemado estoy yo ya... Sólo lo menciono para que seáis condescendientes si no actualizo este blog de forma periódica, ya que los estudios me colapsarán. Los que la tenéis este año o los que ya la pasasteis, me entendéis perfectamente; y, a los que os toque en años venideros, me entenderéis. Si ahora añadimos que mi prioridad a la hora de escoger carrera sería Medicina, creo que ya os descojonais de mi... Otro elemento que puede interferir en mis publicaciones podrían ser mis padres (Don Benito y Margaret Thatcher), que ya os hablaré de ellos... Pero bueno, intentaré publicar todo lo asiduamente que pueda.
Bueno, me voy a meter en faena. Cuando era pequeño (etapa de Primaria) no era muy popular, por no decir que era el niño al que nadie quería invitar a su cumpleaños. Esto creo que ha podido generar una gran falta de seguridad en mi personalidad, que puede haber contribuido en mis actuaciones en la adolescencia, pero de eso ya debatiremos más adelante. Habéis de añadirle a mi asocialidad que no era un niño muy guapo (tenía la cara llena de granos), estaba más bien regordete y  era un sabiondo de los de agárrate y no te menees, ya que creía que al ser tan inteligente me querrían más vete-tu-a-saber-por-qué (pobre de mí, así sólo conseguiría dejarles mal al destacar sus errores y que me odiasen más todavía). Así llegue a los 12 años, prácticamente solateras y sin visos de ir a mejorar.
¡Pero quién me iba a decir a mí que el Verano era mágico! Sigo sin saber qué pasó exactamente, pero crecí unos 15 cm, lo que me hizo adelgazar bastante; me desapareció la mayoría de los granos, hasta dejarlo en algo esporádico típico de la adolescencia; y mi inteligencia me sirvió para tener una media de 10 en 1º y 2º de la ESO. A todos estos cambios físicos, añadidle que había empezado a hacer surf empujado por un amigo, y que cumplía los requisitos del estereotipo surfero californiano independiente: pelo largo, rubio a poder ser, con ojos claros, tirando a guaperas y con un rollo a la hora de vestir totalmente desenfadado, con los típicos collares de dientes de "tiburón" (¡A saber qué nos colaban como dientes de tiburón! Si es que somos unos crédulos...). Y, si encima, le sumamos que iba al instituto más grande de mi ciudad, con más de 1.000 alumnos, había un montón de gente que no me conocía, ni yo a ellos. Si, tenía frente a mi la oportunidad de cambiar. De ser quien quisiese. Y no la deje pasar. No podía dejarla pasar.
En resumidas cuentas, llevo unos 5 años siendo mitad de aquel niño miedoso y asocial y mitad de ese adolescente surfero molón que se cree el rey del patio. Es bastante caótico compaginar ambas personalidades y, a veces, no soy capaz de controlarlo. Digamos que a este Clark Kent hay veces que su Superman le puede y le domina.
Tampoco quiero decir que sea un trastornado con síndrome bipolar, simplemente hay veces que me creo que soy diferente, que soy todo lo que me gustaría ser. Vamos, como ya dije al principio, soy totalmente un Barney Stinson. y, desgraciadamente, en todos los sentidos (los seguidores de Cómo Conocí A Vuestra Madre vais a encontrar un montón de referencias a la serie, pues es mi favorita y me siento realmente identificado con el personaje de Barney, no ya tanto como el ligón que es él, sino por el trasfondo psicológico que le rodea, con ese gran déficit de cariño y esa necesidad de sentirse especial, lo que le lleva a ser tan poco sensible con las mujeres, de lo cual no estoy orgulloso).
En fin, mi llegada al instituto abrió muchas puertas, y una de ellas era la de la sexualidad y el relacionarse con gente del otro sexo de forma mucho más cercana. Todos los chicos, y esto es totalmente cierto, hemos pensado de pequeños que las chicas eran de lo peor, pero creo que esto cambia en cuanto empiezan a creceros las tetas. Es repugnante que sea eso el desencadenante del cambio de nuestra perspectiva, pero...parece que no distamos tanto de los monos.
Por tanto, un chico tirando a guapo, rubio, alto, surfero, que encima era muy inteligente...me había convertido en un imán sin comerlo ni beberlo. Y me lo creí. Y pasó con esto lo mismo que pasa con todas las cosas cuando te las crees: se te suben a la cabeza y no eres capaz de controlarlas. En mi caso, se me subió a una altura un par de metros por encima de donde se tiró Félix Baumgartner. Para que os hagáis una idea de cuánto se me subió, entre novias, rollos que he tenido y tías con las que me he liado o tirado un día y no supe más de ellas, sino paso de las 100, llego holgadamente a esa cifra. Lógicamente, no os voy a hablar de todas y cada una de ellas, sería imposible, ni yo mismo me acuerdo de todo lo que me pasó. Por Twitter ( https://twitter.com/EnamoradoDiario ) ya os he empezado a hablar de la Señora Gamba (esto es un tema que quiero aclarar: no me gustaría dar nombres ni nada por el estilo, así que me he inventado unos 50 motes que describan someramente cada persona de la que hable, o que representen algo que me recuerdan), pero os queda por conocer a gente como Lady Gaga, El Hada de Hielo, la Believer, Doña Pokémon, Margot y alguna más, entre ellas, Goldie, la persona con la que ahora comparto mis días. A parte, también os hablaré de mis padres, a los que ya os mencioné antes y a un montón de amigos míos, como Happyphant, Perezosa, the Special One y mucha más gente relevante en mis historias.
Pero todo esto lo iréis descubriendo en futuras entradas. siento haber subido esta entrada con cierto retraso respecto a lo prometido, pero Goldie me retuvo contra mi voluntad, y hay cosas a las que no se les puede decir que no. En cuanto pueda, os subo una entrada hablando de ella y otra de la Señora Gamba, de quien ya empecé a hablaros. (En relación a cómo contaroslo todo, tengo ciertos problemas, pues no sé si hablaros de Goldie e ir intercalando historias pasadas o directamente empezar desde el pasado hasta hoy, al más puro estilo Ted Mosby, creo que haré esto segundo...)
Ya sabéis gentecilla, comentad, difundir tanto el blog como mi twitter y, si me queréis sugerir algo, estoy abierto a todo.
Un beso a todos y, pase lo que pase, la cabeza alta, que es lo que les jode.

19 de octubre de 2012

Inicio de "El Diario de un Adolescente Enamorado"

Veréis, todo esto surge de entre un amigo mío y yo.
Mi relación con el sexo contrario siempre ha sido, cuando menos, bastante convulsa, y surgió la idea de que quizás a alguien le interesaría leer a cerca de mis vivencias.
Tras estar convenciéndome desde principios de curso de que debía hacerlo, @postureandele (mi amigo y a quien os recomiendo encarecidamente seguir en Twitter), me dijo que él me ayudaría (soy un negado con las nuevas tecnologías), y así es como acabé creando un blog en Blogger (el presente), el cual intentaré mantener lo más activo posible.
En el blog iré subiéndoos historias que me pasen en relaciones actuales o recuerdos de cosas que me han pasado en relaciones anteriores. Si la pregunta es que si a parte de amor y cosas bonitas o decepciones voy a hablar de sexo, la respuesta es si: afortunadamente he de reconocer que mi actividad sexual es bastante reseñable. En lo más estrictamente referente a "ellas",  tenía pensado enfocarlo como una mininovela, ir contándoos todos mis amores y desamores con cada susodicha (todas bajo pseudónimo, no quiero que ninguna se ofenda) pero, si esto no os gustase, lo reenfocaría como más me pidieseis.
Habéis de entender que soy estudiante de Segundo de Bachiller y tengo la PAU a la vuelta de la esquina como quien dice, así que mi contribución a la comunidad blogger quizás sea más bien limitada y con cuentagotas. Pero intentaré ser lo más activo posible, siempre que los estudios me lo permitan.
De momento, no voy a empezar a meterme en materia directamente, sino que me presentaré someramente en una siguiente entrada para que me cojáis cariño y esas cosas. Además, necesitaré algo de publicidad por la red para darme a conocer, que yo soy de desmotivarme muy fácilmente y dejarlo todo a medias. Por de pronto, todos los que tengáis twitter, seguidme en https://twitter.com/EnamoradoDiario, que ese sitio si que puede que sea actualizado de forma más periódica por la accesibilidad que tiene.
Y, bueno, como toma de contacto creo que es suficiente.
Por tanto, hoy, viernes 19 de Octubre de 2012, queda innagurado este blog sobre amores y desamores combinados con la efervescencia juvenil.
Seáis bienvenidos todos y me encantaría que participaseis de forma activa, tanto comentando sobre mis historias como sugiriendo cambios positivos en el blog.
Gracias de antemano a todos vosotros, seáis quienes seáis.