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Nubes grises surcando un cielo de agosto, nubes que me transportan a
otro tiempo y otra ciudad sin moverme del sofá que ahora me acoge,
refugio del insomne. Nubes pasajeras en una madrugada calurosa donde no
corre el aire pero, en la que se mueven disimuladamente las
salamanquesas por los muros exteriores. Y aquí, tu y yo, acompañándonos en
la madrugada, compartiendo el mismo espacio en silencio, yo con un café
trasnochado que aleja el sueño mientras Niall Byrne acerca a mis oídos
notas de piano melancólicas. Tú, al otro extremo de mis ojos, con los
tuyos invadidos de colores e imagenes, inventándo nuevas creaciones,
soñando nuevos mundos, con los pies ya casi en otra isla. Y mientras, la
casa en silencio, la calle en silencio, este lado del mundo en silencio y
sin embargo, nuestra cabezas no callan, se mantienen activas, bulliciosas y
alborotadas, repletas de historias e ideas que toman formas en tus
dibujos, en mis letras, son como las ramas de un árbol invisible que
crece en nuestras mentes y suele dar sus frutos nocturnos.
Texto: Bohemia