Despego los pies del suelo, lanzo un pensamiento, abro o cierro los ojos, dependiendo del momento y... Viajo... Me voy tan lejos como puedo, quiero y me apetezca y no necesito biodraminas para el trayecto...
Hace poco regresé de Túnez, estuve de la mano de Ahmed recorriendo las blancas y luminosas calles de Sidi Bou Said, mientras me recitaba poemas en árabe... He vivido temporadas en Elmo, Alaska, disfrutado de algunas cervezas y hamburguesas, como de muchas historia para entretener al frío, en el pequeño bar «The Chieftain» que regenta Ben y su esposa...
He hecho un maravilloso viaje transoceánico en un tren de nubes con sonidos de gaitas...contigo. He sido cantante en un garito nocturno donde sólo sonaba Jazz y Soul y las luces de neón me cambiaban la tonalidad del pelo...
He ido a algún lugar lejano y remoto a ayudar a los niños, críos con vidas complicadas y sempiternas sonrisas que contagian la alegría de vivir y que ofrecen lecciones, los sabios a veces viven en cuerpos pequeños... Me he ido a vivir a Vejer, un pueblo blanco pintoresco con muchas cuestas y me he convertido en artesana, me he ganado la vida con mis manos y con mi arte sano...
He ido al desierto y tal y como anhelaba he podido presenciar el espectáculo más bello del mundo, el tapiz de estrellas brillando con fuerza sólo para mí. Me he retirado a un convento de clausura por un tiempo para reencontrame con el silencio y el silencio se hizo verso...
Me he ido a las montañas del Norte con un regimiento de ovejas con las que pastoreo y me paseo con el verdor del entorno clavado en la mirada... Me he puesto un calzado cómodo y me he dado un paseo largo por todas las posibilidades de mi vida, aún sigo en el trayecto...
He aprendido a hacer queso en mi cabaña de la montaña, mi maestra fue Heidi y su abuelo, a cambio yo les enseñé a hacer pan blanco y a bailar sevillanas... Me he trasladado al bosque con Walden, tenía todo sin llevarme nada, descubro como sospechaba, que lo natural es lo más bello y auténtico...
He paseado en góndola por Venecia y tal como soñé, encontré mi playa barroca y me zambullí en mi propia alegría... He sido en Londres camarera, traductora y modelo ocasional de José Maria Cano y durante una temporada viví en su casa de Peter Pann...
He dado vueltas hacia atrás a las manillas del reloj y he vuelto a estar sentada en la sala de mi hogar de la infancia un sabado, almorzando con mis padres y hermanos, e igual que entonces terminé de comer la primera y me oculté bajo la mesa para hacerle cosquillas a los comensales... He aprendido el lenguaje de los animales y ahora me comunico con ellos y me acarician, me sacan a pasear sobre sus lomos y me acogen como a una más de la manada...
He ido a México y he podido abrazar muy fuerte a mi amiga Yesenia y he tenido la dicha de poder ver de cerca los ojos planetarios de su hijo... He vivido en una isla en medio del mar donde tengo mi refugio, donde pinto, escribo, compongo y hago pasteles, a cada regreso me tomo un café con mi amigo en el faro...
He ido al espacio, he salido de mi y me he quedado suspendida en medio del universo envasada al vacío y con mi pijama amarillo de franela he visto la luna más cerca, he sentido las piedras espaciales golpeando mi cara y he regresado a mi cama satisfecha por haber sido astronauta sin necesidad de cohete... Tengo en mi bolsillo una lista enorme de destinos y posibilidades, y el caso es que la lista cada vez es más grande...
Texto: Bohemia
Imagen: Kenikeniken