Hace unos días dije hasta luego. Una decisión de cabeza y apoyada por Cabeza. Estaba, estoy, convencido de que es acertada. Como si el destino no confiara en mi, se ha encargado de obligarme a ello.
La vida siguió, con alegría, después del veintidós de mayo. Seguí con mi vida normal. Con ligeras limitaciones. Sentía el cuerpo. Poco a poco las molestias se iban focalizando, de la capa externa iban fijándose en puntos concretos, por dentro de muñeca, codo y hombro.
No soy llorón, pero de vez en cuando dejo escapar quejas. No hago las cosas igual. La brazada se ha acortado, hasta A. se ha dado cuenta; en la bici voy inquieto, he cambiado el móvil de bolsillo porque con el brazo habitual no llego y tras rodar largo acoplado el hombro adquiere cierta rigidez; ir a la compra, hacer pesas, también duelen; hasta dormir sobre mi postura habitual de decúbito lateral derecho era incómoda.
No sé si estudié lo que me llevó a ser lo que soy para ocuparme de mi. No soy amigo, ni demasiado creyente, de tomar pócimas. Me autoexploro y si todo se mueve normal y lo tolero no debe haber ningún problema. Pero cinco semanas y dos triatlones después pido una segunda opinión.
Me había hecho radiografías de los pies y la muñeca, los cuales tenían la movilidad más limitada y un dolor más agudo, pero había descuidado la articulación más grande porque seguía cumpliendo su función. Así que mi médica pidió una placa y una resonancia de mi hombro. A su petición de tomar antiinflamatorios no le hice mucho caso. No es para tanto.
Esto es una escápula, u omóplato. El manjar que Tántalo, rey de Frigia, ofreció a los dioses fue su propio hijo desmembrado y, al darse cuenta de ello, éstos le condenaron al infierno eterno de estar sumergido en agua hasta medio tronco que no podría beber, y rodeado de árboles cargados de frutas a los que sus brazos no llegarían. Hambre y sed eternas. Los dioses devolvieron al inocente a la vida y Hefesto (Vulcano para los romanos), el dios herrero le forjó uno hombro de marfil de delfín, pues una diosa despistada ya había dado cuenta de su omóplato izquierdo.
Y lo que se ha visto es una fractura de la parte articular de la escápula con el húmero (fractura del labrun post-inf con lesión condral en relación a fractura de Bankart inversa) con edema óseo en cabeza humeral. En resumen, reposo cuatro meses de lo que me haga daño para así regenerar el cartílago y evitar futuras artrosis. Lo que me duele es separar el brazo más de 80º y rotarlo.
Así que hasta luego tri, se caen dos disciplinas. Poco a poco empezaré con bici muy suave. Fuerte o acoplado me lo prohibo yo mismo. La natación sin prisas. Me quedan diez meses. Seguiré según el plan previsto, y como Hannibal Smith me encanta que los planes salgan bien.
