Historia.
Los purépecha (p'urhépecha o p'urhé, idioma purépecha [pʰuˈɽepeʧa])
son un pueblo indígena que habita primordialmente en el estado de Michoacán, México,
que fueron conocidos como los michoacas o michoacanos en
su etimología náhuatl, como habitantes del Michuacan (lugar de
pescados), y que también habitaron en los estados de Guanajuato y Guerrero, en
México. Actualmente también existen grupos purépechas que han migrado y se han
establecido en otros estados de la República Mexicana como Jalisco, Guanajuato,
Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Colima y Baja California así como
en los Estados Unidos u otros países no limítrofes como Canadá y Groenlandia
donde realizan actividades pesqueras. Las actividades básicas de la mayoría de
los purépechas son la agricultura, ganadería, alfarería, pesca y la elaboración
de diversas artesanías y trajes típicos de su cultura.
Entre los siglos XV y XVI, el imperio purépecha, con capital en
Ts'intsúntsani o Tzintzuntzan, fue una potencia
mesoamericana de primera magnitud que resistió el empuje del Imperio mexica. Su imperio abarcaba la parte sur del estado de Guanajuato, todo el estado de Michoacán y la región norte del estado de Guerrero hasta lo que hoy es el estado de México. Dado que era gobernado por
clanes enseñoreados en varias casas establecidas en varios puntos, podría
hablarse de una confederación de éstos, a partir de cierta época de su historia
hasta la invasión española de sus territorios. Su éxito militar y económico se
debió, en parte, a que los purépechas eran hábiles trabajadores de metales como
el oro y el cobre.2 Este factor sin duda ayudó a mantener su independencia de los
aztecas. Los purépechas antiguos eran hablantes exclusivos del idioma purépecha, una lengua aislada
que no guarda relación histórica demostrada con ninguna otra en la región.
Imperio
purépecha
El mayor personaje en la historia de los P'urhépecha es el rey Tariácuri (sacerdote del viento) nacido en el siglo XIV, un símil de Topiltzin Quetzalcóatl. Durante el reinado
de Tariácuri el pueblo P'urhépecha se consolidó como un poderoso imperio cuya
influencia se expandió enormemente lo largo de Mesoamérica. Al final de su vida, Tariácuri dividió administrativamente su imperio en
tres reinos, uno resguardado por su hijo Hiquíngare y los otros por
sus dos sobrinos Hirípan yTangaxoán. Posteriormente Axayácatl, emperador de los aztecas, invadió el imperio purépecha , lo que conllevo
a que se unieran los tres reinos divididos en uno solo, con Tangaxoán I como rey de el
imperio re-unificado que logró expulsar finalmente a los mexicas del territorio
purépecha. Sin embargo los conflictos entrenahuas y purépechas no
terminarían, ya que después de la derrota de los méxicas comenzaría la guerra del salitre.
Después de la llegada de los españoles, el irecha ('señor de las innumerables casas') o señor michoacano Tangaxoán II se sometió sin presentar resistencia ante el conquistador
hispano Cristóbal de Olid con el objetivo
de salvar a su gente y de negociar un tratado de paz. En 1530 el gobernador y
presidente de la Primera Audiencia Nuño de Guzmán saqueó la
región, destruyendo templos, centros ceremoniales y tumbas en búsqueda de
metales preciosos. Asimismo, mandó ejecutar a Tangaxoán II, después de someterlo a un juicio en que se le acusó de dar muerte a
españoles, mantener ocultamente su antigua religión y alentar la desobediencia.
Esto provocó un caos en la región. Muchos indígenas huyeron a los cerros y
ocurrieron diversos episodios de violencia.
Era colonial
Esta situación movió a la Corona a enviar como "visitador" al
oidor y posteriormente obispo don Vasco de Quiroga. Quiroga logró establecer un orden colonial duradero que a la vez
favoreció la continuidad de los remanentes de la cultura P'urhépecha a través
de los siglos. Se le atribuye la enseñanza de diversos oficios, las
especializaciones artesanales de cada pueblo y otras tradiciones con
influencias españolas que permanecen hasta hoy día.
Durante la época colonial el territorio P'urhépecha fue dividido en varias
jurisdicciones gobernadas por alcaldes mayores, dependientes del virreinato de la Nueva España. Del punto de vista
eclesiástico, la mayor parte de este territorio quedó dentro del Obispado de
Michoacán.
Por otro lado, muchos P'urhépecha participaron en la colonización y
poblamiento del norte de la Nueva España, y de las regiones inhabitadas
del Bajío (debido a que parte del Bajío ya
pertenecía al imperio purépecha).
Los P'urhépecha vivieron en pueblos de indios. Los más importantes tenían un gobernador y un cabildo indígena, integrado
por regidores, alcaldes y alguaciles de elección anual. Estas autoridades
tenían un control corporativo sobre las tierras, aguas y bosques, así como
facultades judiciales, fiscales y administrativas en el ámbito local.
Asimismo, en la mayor parte de los pueblos se establecieron hospitales. La
iniciativa se ha atribuido tanto al obispo Vasco de Quiroga como a los
franciscanos, en particular a fray Juan de San
Miguel. Estos hospitales, además de sus funciones propiamente médicas, tenían
propósitos educativos y de asistencia social. El ejemplo más notable es el de
la fundación quiroguiana de Santa Fe de la Laguna.
La población P'urhépecha fue duramente afectada por las epidemias en el
siglo XVI, particularmente por el cocoliztle o teretsekua de
1576. A fines del siglo XVI la Corona española procedió a un programa de
"congregaciones" o reubicación y concentración de pueblos, lo cual
provocó la desaparición de muchas poblaciones menores.
Gobernantes
P'urhépecha de Michoacán
- Ireti Ticátame
- Sicuirancha
- Pauácume
- Uápeani
- Curátame
- Pauácume II
- Ueápani II
- Tzétahcu
- Tariácuri
- Tangaxoán I
- Tzitzi Pandácuare
- Harame
- Zuangua
- Tangaxoán II
Orígenes
Origen de
los purépecha
Algunos autores han propuesto que el origen de los p'urhépecha estaría en
el continente sudamericano, basándose en diferentes tipos de evidencias:[cita requerida]
1. Los rastros de
cerámica, construcciones y entierros de "tipo pozo" esparcidos desde
América del sur hasta la zona central de México.
2. Las similitudes
artísticas-religiosas entre la cultura p'urhépecha y los pueblos sudamericanos.
Sin embargo, estos factores no constituyen una evidencia suficientemente
sólida para dar por garantizado dicho origen. La lengua P'urhépecha de hecho es unalengua aislada que no ha podido ser convenientemente relacionada con ninguna otra
del continente.
Origen del
nombre purepecha
P'orhépecheo o Purhépecherhu, que significa "lugar donde viven los
p'urhé". De acuerdo con la Comision Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indigeneas en México, este pueblo de las regiones lacustre y montañosa
del centro de Michoacán se llama a sí mismo p'urhépecha, y cada uno
de sus integrantes es un p'urhé op'uré que
significa gente o persona; esto implica una autoafirmación como seres humanos y
pueblo en general. Existe una polémica respecto de esta denominación, debido a
que, en la antigüedad, los p'urhépecha eran siervos y
ayudantes de guerra y sólo a ellos se les nombraba así, mientras que, por
ejemplo, a los señores principales se les denominaba achéecha.
Razón por la cual se considera inadecuado hablar de un imperio purépecha. En
todo caso, en la actualidad, el etnonimo en uso es el de purépechas en español
o p'urhépecha en lengua purépecha.
Origen del
nombre tarasco
El nombre "tarasco", supuestamente les fue dado por los
españoles, aunque de acuerdo a José Corona Núñez (Mitología tarasca,
Instituto Michoacano de Cultura, 1999. p. 30) el nombre de tarascos proviene
del venerable dios engendrador Tharas Úpeme puesto que, citando a Sahagún:
"Su Dios que
tenían se llamaba Taras, del cual, tomando su nombre de los michoacanos,
también se dice tarasca; y este Taras, en lengua mexica se dice
Mixcóatl..."
Mientras que citando a Pedro Ponce de León, contemporáneo de Sahagún:
"Huitzilopochtli,
igual a Taras, dios de los Mechuaca."
A pesar de que el estudio de José Corona, el pobre estudio y entendimiento
de la cultura Tarasca-P'urhépecha ha permitido que se mantenga el malentendido
de esta denominación durante mucho tiempo, sin que exista un acuerdo al
respecto.
Otra hipótesis señala que la razón por la cual se les llama
"tarascos" a los P'urhépechas se explica de la siguiente manera:
Cuando los españoles llegaron en el siglo XVI a la zona lacustre de
Mechuacan (lugar entre lagos), los pobladores locales, lejos de conflagar
contra los nuevos "invasores", los vieron como sus aliados al haber
derrocado al Imperio Azteca, por lo tanto los locales pacíficamente regalaron a
los españoles a sus hermanas como obsequio para que viajaran con ellos en sus
nuevas expediciones hacia el sur del país; por lo cual cuando los españoles se
despedían de los pueblos purhépechas; ellos los despedían diciéndoles
"Tatzikia tarhashkuecha" que significaba adiós cuñados... Por lo cual
los españoles les decían los tarhashkuas o los tarascos, porque al no entender
el idioma de ellos solo escuchaban que mencionaban esta palabra en repetidas
ocasiones. "tarhashkua, tarhashkua, tatzikia tarhashkua".
(Luis Mario Fuentes
Chagolla) Relación de Michoacán. Fray Jerónimo de Alcalá. Fondo de Cultura
Económica.
Religión
Originalmente la cultura purépecha tenía su propia religión original y
nativa del imperio purépecha que mantuvo hasta el contacto hispánico, posterior
a éste contacto comenzó la evangelización de los purépechas, por parte de las órdenes fransciscanas en las regiones
fronterizas del imperio purépecha, ya anexado a la corona española cuando
todavía vivía Tangaxoán II. Posterior a la muerte de Tangaxoán II provocada por Nuño de Guzmán, se produjo una
rebelión en la región, por lo cual se comisionó a los misioneros franciscanos y
agustinos, y al abogado y humanista Vasco de Quiroga, calmar la situación después de la Segunda Audiencia (y de la deportación
de Nuño de Guzmán a España), lo que desembocó en la adopción del catolicismo de
gran parte de los purépechas a mediados de la era colonial. Actualmente la
mayor parte de los purépechas son católicos. Desde cierto punto de vista y ya
que, antes de la Conquista, la confederación de clanes tarascos tenían otra
configuración sociopolítica y poliétnica, el pueblo purépecha —como hoy está
constituido— nació en el siglo XVI, cuando se cristianizaron dichos clanes.
La religión purépecha prehispánica
Tradicionalmente se ha considerado que la religión P'urhépecha prehispánica
era de tipo politeísta. Aunque José Corona Núñez sugiere que creían en un principio
creador conformado por una parte masculina Curicaveri o Curicaheri y
otra femenina Cuerahuáperi. Existía también la "palabra"
o "soplo divino" o mensajero, llamado Curitacaheri.
También esta triada se puede ver como la madre, el padre y la creación del
nuevo ser; mientras que el principio creador masculino se representaba por
medio del Sol, el principio creador femenino por la Luna y el producto o mensajero
era Venus.
El cosmos de los p'urhépecha estaba formado por tres mundos: el mundo de
los muertos Cumánchecuaro situado bajo Tierra, el mundo de los
vivos Echerendusituado en la superficie de la Tierra y el mundo de
los dioses engendradores Aúandarhu situado en el cielo.
Mientras que el cosmos se dividía en cinco diferentes direcciones, cada una
custodiada por deidades llamadas Tirépemes:
- Dirección
(casa) Oriente: identificado por el color rojo, lugar donde renace el Sol
y custodiada por Tirépeme-Quarencha.
- Dirección
(casa) Occidente: identificado por el color blanco, lugar donde moría el
Sol y custodiada por Tirépeme-Turupten.
- Dirección
(casa) Norte: identificado por el color amarillo, dirección del solsticio
de invierno y custodiada por Tirépeme-Xungápeti.
- Dirección
(casa) Sur: identificado por el color negro, entrada al paraíso (tlallocan
mexica) y custodiada por Tirépeme-Caheri.
- Dirección
(casa) Centro: identificado por el color azul, lugar donde renace el Sol y
custodiada por Chupi-Tirépeme.
Cada Tirépeme era una manifestación (hermano) de Curicaveri, y cada
dirección representaba una estadía (casa) del dios sol-fuego. A cada dirección
estaban adjudicadas distintas propiedades, haciendo parecer que cada Tirépeme
era una deidad diferente.
Algo similar ocurría con Cuerahuáperi ('desatar en el vientre') que es la
gran creadora, dadora de vida y de muerte, ella también tenía cuatro
manifestaciones (hijas) que eran las nubes de las cuatro diferentes direcciones
(simbolizadas por diferentes colores); las cuales podía hacer germinar la vida
con lluvias adecuadas, ahogarla con torrenciales aguaceros o destruirla con
granizadas y heladas.
La más importante manifestación de Cuerahuáperi era su hija Xarátanga
('diosa de los mantenimientos') representada por la luna nueva, mientras que su
madre resulta ser la luna menguante (vieja). De una manera similar a que el sol
de oriente es hijo o "renacimiento" del sol muerto en occidente,
Xarátanga (la luna nueva) es la renovación de Cuerahuáperi (la luna menguante).
De esta forma las manifestaciones del principio creador adquiere diferentes
formas y nombres de acuerdo a la dirección y el estrato del cosmos del que se
trate. Sugiriendo una religión politeista conformada de un amplio panteón,
visión que no es adecuada.
Bandera purépecha
La bandera del pueblo
p'urhépecha.
La bandera p'urhépecha o anaakukua surge
como un símbolo de unión e identidad con todos los p'urhépecha, buscando al
mismo tiempo la organización y lucha de los pueblos p'urhépecha contra las
nuevas formas de dominio y explotación que agreden constantemente a las
comunidades indígenas y en general a toda la cultura. Y como un homenaje a
todos los hermanos caídos por la defensa de las tradiciones p’urhépechas y por
la integralidad de las tierras comunales, especialmente a los indígenas
asesinados el 17 de noviembre de 1979 en Santa Fe de la Laguna por los
ganaderos y guardias blancas de Quiroga, se hace la ceremonia de la toma de
bandera p'urhépecha en la comunidad indígena de Santa Fe de la Laguna,
municipio de Quiroga, Michoacán, México, el día lunes 17 de noviembre de 1980.
En el proyecto para la elaboración y diseño de esta bandera p'urhépecha han
intervenido un gran número de personas de las distintas regiones p’urhépecha,
así como de diferentes niveles de conocimientos y disciplinas, llegando a la
presente imagen simbólica que puede explicarse como sigue:
- Amarillo, (Eraxamanirhu - Región Cañada de los 11 Pueblos), que nos representa
la región de la cañada con el río Duero que corre serpenteando los Once
Pueblos como un símbolo de vida y energía que transmite a la gente de esta
región fértil.
- Verde,
(Juátarhu - Región Meseta P'urhépecha), que nos expresa la fecundidad de
los bosques serranos y la riqueza de las maderas comunales de los pueblos
pertenecientes a la llamada Meseta P’urhépecha o Tarasca.
- Morado, (Tsakápundurhu - Región Ciénaga de Zacapu), que nos hace presente la
región de la Ciénaga y de sus pueblos que han perdido el idioma materno y
gran parte de nuestra herencia cultural, que sin embargo aún cuidan y
mantienen con sus manos a uno de nuestros dioses antiguos: el maíz.
- Azul,
(Japóndarhu - Región Lago), que nos da la significación de la región
lacustre, donde fue el centro del Reino P’urhépecha, reflejando en sus
aguas la grandeza de sus dioses y la memoria presente de las Yácatas que
aún se conservan en casi todos los pueblos ribereños, donde se continúa
tomando un alimento ancestral: el pescado blanco.
En el centro, se ha colocado un bloque de obsidiana que representa a
Curicaveri, es la forma de dios solar y que significaba el Gran Fuego, el que
se alimenta de Fuego; forma que abrasa y proyecta a los diferentes puntos
cardinales cuatro grupos de flechas, en la Relación se dice: estas flechas son
dioses; en cada de estas, mata al dios Curicaveri y no suelta dos flechas en
vano. También se encuentra el cuchillo de piedra blanca que señala el mensaje o
destino del pueblo P'urhépecha y su origen divino, descendiente del
"Linaje del Dios Curicaveri".3
La mano cerrada indica la unión de la raza P’urhépecha, presencia del
hombre y la mujer que unen a todos los rincones de nuestros pueblos para
defender su destino de pueblo elegido, como la oración que se repite ahora a
través de los siglos:
“…¡Oh tú, / dios del fuego, / recibe propicio nuestras preces: / lleguen
hasta ti las espirales / de humo / de la leña sagrada / el valor / a nuestros
guerreros / que hoy empuñan las armas / para aumentar los dominios / de nuestro
padre el SOL / … Tú, / que eres la mañana de oro, / ciega a tus enemigos, /
envuélvelos en el humo / que se levanta / de estas mil hogueras / y hazlos caer
a todos / en manos de tu ejército.”
Como leña del escudo P'urhépecha, se ha tomado la frase que nació en la
lucha organizada por la defensa de la tierras comunales en Santa Fe de la Laguna;Juchari Uinapikua ('Nuestra
fuerza'), palabras que encierran toda la herencia cultural de un pueblo no
vencido y que hoy repiten el resto de los pueblos P'urhépecha que luchan por su
liberación.4
Costumbres y tradiciones
Pocos pueblos indígenas mexicanos muestran una riqueza en sus
manifestaciones culturales como el pueblo purépecha. El gran legado vivo de sus
tradiciones les han hecho merecedores de dos reconocimientos por parte de la
UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad: la pirekua –la melodiosa y
alegre forma musical autóctona– y la Noche de Muertos.
El viajero quedará profundamente
conmovido por la religiosidad del pueblo purépecha. En el calendario festivo,
las celebraciones cristianas conviven con los antiguos rituales. Si te acercas
hasta aquí en fecha de los santos difuntos, encontrarás los panteones, lagos y
plazas adornados con flores, coloridos, iluminados por miles de velas, llenos
de vida; mientras las familias festejan a sus antepasados para mantenerlos
cerca aunque parezcan lejos. Es la tradición purépecha más universalmente
conocida: la Noche de Muertos, que se vive con gran intensidad en la zona
lacustre, aunque de manera distinta en cada población, donde la tradición se
convierte en costumbre local. Numerosas costumbres derivan directamente de las
ocupaciones tradicionales y de los rituales prehispánicos. Las formas de vida
de antaño sobreviven milagrosamente. El visitante al lago de Pátzcuaro verá
canoas, redes de mariposa y anzuelos de cobre para la pesca de los charales,
trucha y pescado blanco.
Música y danza reciben al visitante. Como parte de una tradición ancestral,
la mayoría de las ceremonias y danzas rituales tienen su lugar y su momento,
como la danza de los curpites en San Juan Parangaricutiro o las danzas
maringies en Charapan, que normalmente se representan en determinadas ocasiones
señaladas o celebraciones. El Festival de la Raza Purépecha, que se celebra en
Zacán, es el gran escaparate de estas tradiciones.
El género musical de la pirekua, declarado Patrimonio Inmaterial de la
Humanidad, nace del encuentro entre los cantos tradicionales purépecha y la
musica litúrgica introducida en la conquista. Esta tradición ancestral se
conserva en poblaciones como Zacán, San Lorenzo, Nurío, Cherán, Angahuan o
Pátzcuaro.
En esta danza, ejecutada con un fino
sentido de humor, los danzantes van ataviados con el traje peculiar de los
campesinos de esa zona, que consiste en camisa de manta blanca y calzones del
mismo material con la parte baja finamente bordada; llevan máscaras de pasta de
caña de maíz, madera o barro con facciones sonrientes de ancianos desdentados
pero, con el color de la piel rozagante y sonrozado de la juventud.
Al danzar, sus movimientos de viejos
achacosos y encorvados se transforman de pronto en alarde de vigor y agilidad,
en estruendosos zapateados que constrastan con ataques de tos, temblores que
provocan caídas y jocosos intentos de sus compañeros por revivir al
accidentado. Con estas mismas caraterísticas existía desde antes de la
conquista.
Vestimenta Purepecha
MUJER. El traje de la mujer consiste en una falda "sabalina", la
cual sujetan con un ceñidor y dejan sobresalir 20 cm de tela para formar el
famoso "rollo" de las tarascas. El traje consiste en una falda negra,
de pañete, con enaguas blancas de manta. Portan dos ceñidores; el primero
sostiene la falda, el otro sirve de adorno. La camisa se usa plegada sobre el
pecho y la espalda, con una jareta a lo largo del escote; va bordada sobre los
hombros y alrededor del escote, con figuras de flores, perros y otros animales.
Los delantales son de cretona, en cuadros de colores. El peinado consiste en
dos trenzas y llevan aretes de diversas formas
HOMBRE. Su traje consiste en una faja tejida a mano, sobre un traje de manta, y un sombrero de petate o de tubo de trigo, para uso diario.
Las mujeres usan rebozos obscuros, rayados; sus blusas son bordadas con diseños de punto de cruz y colores muy vistosos; sus delantales de percal, así como muchos metros de lana azul o negra alrededor de la cintura a manera de falda.
Los hombres usan camisa y calzón de manta. Ambos usan guaraches como calzado.
Gastronomia
Comida Purépecha, sabor y
tradición 18/octubre/2012 0:00 Lamberto Hern -A A + Uruapan, Mich.,
18 de octubre de 2012.- Desde nuestros antepasados, la comida a base de maíz,
frijol y chile, fue el alimento principal, con la llagada de los españoles, la
gastronomía se diversificó y complementó, en la actualidad, las recetas de la
cocina tradicional indígena se ha dado de generación en generación y es ahora
una variedad de sabores, colores y olores
Es Patrimonio Intangible de la Humanidad, declarada por la Unesco el 16 de noviembre de 2010.El próximo fin de semana, 19, 20 y 21de octubre, tendrá lugar el noveno encuentro de cocineras tradicionales indígenas en el centro de convenciones de Morelia, pero también podrá disfrutarla en Zacán; la región purhépecha de la ribera del Lago de Pátzcuaro, Ciénega de Zacapu, cañada de los Once Pueblos y la Meseta o Sierra Purhépecha, expondrán, cocinarán y deleitarán al más exigente.El tradicional churipu con sus kurhundas, un delicioso y picoso chile a base de tinguaraque en molcajete, embarrado en un tortilla de maíz hecha por las manos mágicas de las Uarhí –mujeres- indígenas, maíz blanco o azul o combinado, que luego tienden o deslizan sobre un comal de barro de allá de Patamban que es sostenido por las paranguas y calentado por las llamas producidas por leña de pino o encino.La diversidad de atapakuas; del rojizo mole tatemado en enormes ollas de barro sostenidas por un huancipo; .
de los hongos colorados guisados con
chile o Yarinderekua; las kuruchas asadas, doradas o empanizadas. Unos ricos
nacatamales de chile rojo en hojas de mazorca.Toda una gama de comidas que nos
dan identidad, que tienen su origen ancestral, con ingredientes propios del
arte culinario de mi tierra. Qué me dicen del guarás –raíz de chayote-, un
toronjil morado, un atole de nurite, zitún, caña, negro, de grano tierno de
maíz, pinole.Un enorme chiquihuite –cesto de carrizo- lleno de pan elaborado
manualmente, donde se amasa y da forma a la harina como la imaginación te guíe,
introducido con una pala de madera hasta el fondo del horno construido de
piedra y barro, y calentado con pura leña de encino o tocuz.Para que baje la
comida y el postre, tal vez capirotada o buñuelos, qué mejor que una agua
fresca de chía, pichekua, chenguas o tzuris o ya de perdis de limón o Jamaica
que te ofrece una ireri –princesa-, o una Uarhesita –señorita-. Provecho!.
Localización
El actual área p'urhé se extiende a lo largo de 6 000 km2 de los 60 000 que
tiene el estado de Michoacán, en la región norcentral de la entidad. Esta área
se ubica entre los 1 600 y 2 600 msnm y se le denomina P'orhépecheo o
Purhépecherhu, que significa "lugar donde viven los p'urhé". El área
se ha subdividido tradicionalmente en cuatro regiones: Japóndarhu (lugar del
lago), Eráxamani (Cañada de los once pueblos), Juátarisi (Meseta), la ciénega
de Zacapu y antiguamente se agregaba otra región: Jurhío (lugar de la tierra
caliente).
La población p'urhépecha se concentra sobre todo en 22 municipios: Coeneo,
Charapan, Cherán, Chilchota, Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo
Parangaricutiro, Paracho, Pátzcuaro, Periban, Quiroga, Tancítaro,
Tangamandapio, Tangancícuaro, Tingambato, Tinguindín, Tocumbo, Tzintzuntzan,
Uruapan, Zacapu y Ziracuaretiro; sin embargo, los hablantes de la lengua p'urhé
se distribuyen en 95 de los 113 municipios del estado.
Añadir leyenda
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Las localidades indígenas se caracterizan por tener un asentamiento de tipo
compacto; hay municipios y poblados que tienen anexos, esto es, localidades
periféricas con unas cuantas viviendas, por lo que en tal caso, se puede hablar
de asentamientos mixtos. La población mestiza vive sobre todo en los centros
urbanos que rodean el área.
Infraestructura
El área p'urhé puede considerarse como relativamente bien dotada de vías de
comunicación. Desde la década de los treinta funciona la carretera federal
México-Morelia-Guadalajara y la estatal que une Carapan-Cherán-Paracho con
Uruapan. Posteriormente se construyó la carretera Uruapan-Melchor Ocampo, hoy
Lázaro Cárdenas, en la costa del Pacífico. Actualmente la mayoría de las
localidades p'urhé están unidas por carreteras, caminos revestidos y brechas, a
excepción del municipio de Charapan, cuyo acceso es deficiente. La población se
transporta por estas vías a través de un diversificado sistema de autobuses,
combis y taxis. También existen 170 km de vías férreas, en donde destaca la
línea México-Apatzingán.
En cuanto a aeropistas, tienen servicio permanente las de Uruapan, Los
Reyes, Pátzcuaro, Zamora y Zacapu.
Con respecto a los servicios de salud, las poblaciones medianas y pequeñas
del área cuentan generalmente con clínicas de la Secretaría de Salud o unidades
médicas rurales del IMSS-Solidaridad.
Salud
La salud es considerada por los p'urhépechas como un resultado de la
armonía con la naturaleza y del cumplimiento de las normas comunitarias y
familiares.
En relación con la medicina tradicional encontramos diversas especialidades
entre los terapeutas, la mayoría de los cuales son mujeres mayores de 55 años y
entre quienes encontramos: curanderos (tsinájpir, xurhríjki, eshperi), parteras
(pikurpiri), sobadoras (parhíjpiri), brujos (sïkuame), hueseros (sesi atsintani
unicha, juturuntani unï), hierberas (uitsákua mítiasti, uitákua jamantspini) y
finalmente los mollereros (ukata).
Las principales causas de demanda de atención de la población en materia de
salud son: la rinofaringitis, gastroenteritis y padecimientos osteomusculares.
Vivienda
Las viviendas tradicionales pueden ser de adobe o de madera. Las casas de
adobe se construyen en las regiones del Lago y la Cañada y hacia Los Reyes y
Tingüindín, mientras que las de madera se hacen fundamentalmente en la sierra,
aunque cada vez más, ambas han sido sustituidas por construcciones con
materiales modernos: tabique, tabicón, techo colado, láminas de asbesto, cartón
o zinc.
La construcción generalmente es de planta cuadrada, con techo de cuatro
aguas, tapanco y puertas de golpe. Además de habitación, la vivienda es
utilizada como taller artesanal y bodega de productos agrícolas. Al construirse
una casa nueva, se ponen anillos y aretes usados en las cuatro esquinas de las
habitaciones. Al terminar la construcción, se sacrifica un chivo y se cuelga de
las vigas que forman el triángulo principal de la casa. Por fuera se coloca una
cruz.
La vivienda p'urhé incluye uno o dos conjuntos de casas, en la mayoría de
los casos, para albergar al hijo mayor, una vez casado. Generalmente la cocina
se construye aparte. También tienen un pequeño huerto familiar donde se
mantienen animales domésticos, se siembran verduras, árboles frutales y plantas
medicinales.
Territorio, ecología y reproducción social
El área p'urhépecha presenta un relieve muy accidentado, producto de su
origen volcánico que se remonta al Terciario o Cuaternario, cuando se presentó
una gran actividad magmática que derramó grandes cantidades de lava.
Los suelos de la meseta son muy porosos y aun con la presencia de lluvias
torrenciales de entre 1 260 y 1 500 mm de precipitación media anual. El agua es
absorbida rápidamente, formándose corrientes subterráneas que se vierten en
tres ríos: el Cupatitzio, que nace en Uruapan, el Duero que nace en Carapan y
el Chivo que nace al oeste, y otro que nunca aflora pero que posiblemente
alimenta al Lago de Pátzcuaro.
La mayor parte del área, particularmente la meseta, presenta climas
templados subhúmedos con lluvias en verano. En la parte sur de la región se
presentan tres subtipos: el templado húmedo, el semicálido húmedo y el semifrío
subhúmedo, todos con abundantes lluvias en verano. En la Cañada, al norte de la
región, encontramos clima semicálido subhúmedo con lluvias en verano.
En cuanto a la vegetación, encontramos serranías meridionales con presencia
de pinos y encinos y la altiplanicie o bajío con una vegetación dominante de
matorral xerófilo, siendo frecuentes también los pastizales y el bosque
espinoso con presencia de acacias. En la región del lago encontramos dos tipos
de ecosistemas: terrestres y acuáticos.
La fauna es de afinidad neártica, en la que encontramos venado cola blanca,
puma americano, coyotes, ardillas, tuzas, tejones, zorrillos, y otros; entre
las aves una gran cantidad de especies de chupamirtos, cuervos, pájaros
bandera, tordos y zanates; entre las acuáticas: patos, jacanas, garzas y otras;
la herpetofauna está presente con varios géneros y entre la fauna acuática la
más importante son los peces blancos, sardinas, charales, trucha y carpas.
La economía del pueblo p'urhé ha estado sustentada en actividades primarias
tales como la agricultura, la pesca, la recolección y la cacería. En el sector
secundario son importantes la producción de artesanías y el comercio. Mención
especial merece el intercambio entre la tierra fría y la tierra caliente de la
costa, de las materias primas fundamentales.
Las unidades familiares realizan una gran cantidad de actividades para la
reproducción social y la obtención de ingresos, por ejemplo, un autor señala
como actividades distintivas la agricultura, el tejido de tule, la pesca, el
comercio, el trabajo asalariado en la agricultura o la producción artesanal de
madera y la migración temporal.
Actualmente las familias p'urhé practican una economía ya muy
diversificada, en relación con la introducción en la región de relaciones
mercantiles y de apertura del área al turismo nacional e internacional. A la
agricultura, la pesca, la caza, la explotación forestal, las artesanías y el
comercio, debemos agregar la ganadería iniciada hacia el siglo XVI y la
incipiente industria textil, forestal y de carne vacuna cuyos comienzos se
remontan hacia finales del siglo XIX, así como al procesamiento de carne de
pescado y textiles iniciado hacia la década de los setenta del siglo XX.
El Lago de Pátzcuaro tiene un relativamente conservado hábitat a pesar de
presentarse procesos de deforestación y erosión del suelo; la contaminación es
moderada y sólo tiende a ser crítica en la parte cercana a la ciudad de
Pátzcuaro. Esto se debe fundamentalmente a que las comunidades indígenas de la
región del lago han estructurado un manejo colectivo de conocimientos y
actitudes que han favorecido el uso sustentable y conservacionista de la
naturaleza.
En este manejo colectivo destaca el que la apropiación indígena de los
recursos naturales se basa en el principio de la diversidad de recursos, por
encima de la especialización y en un conocimiento global del entorno que tiene
que ver con el conjunto de actividades productivas.
Después de 1940 es notable el incremento de la migración de la población
p'urhé hacia Estados Unidos; en algunas comunidades la población migrante
asciende al 25% o 35%. Estos trabajadores migrantes contribuyen económicamente
de manera importante en la realización de obras públicas en sus comunidades de
origen.
Organización social
Es frecuente entre los p'urhé la organización familiar extensa.
Generalmente la vivienda se adecua a este tipo de organización, pues se
construyen varias unidades de habitaciones que comparten un mismo patio y un
mismo solar.
Regularmente la pareja va a vivir a la casa de los padres del esposo. Al
interior de la familia, la herencia es repartida entre todos los hijos de
manera igualitaria, aunque es usual que las mujeres vendan su parte a sus
hermanos, puesto que irán a vivir a casa de los suegros.
Las comunidades están divididas en barrios, cada uno de los cuales es
precedido por un santo patrono. Los barrios tienen funciones administrativas y
ceremoniales.
Los cargos tradicionales son de carácter civil y religioso y su número
varía de comunidad a comunidad; en Angahuan, por ejemplo hay 20 cargos, de los
cuales los de regidor, alcalde y prioste son obligatorios. El espacio de
organización de estos cargos es la Guatápera.
También existen autoridades oficiales, entre quienes destacan el jefe
municipal de tenencia, los jueces, el representante de bienes comunales, el
consejo de vigilancia y el juez del registro civil, entre otros.
Cosmogonía y religión
El panteón p'urhépecha prehispánico estaba dividido en tres grandes grupos:
los dioses mayores, los dioses mediadores y los dioses menores. Entre los
mayores se encontraba Curicaueri, Xaratanga, Thares Upeme y Uazoríquare; entre
los mediadores estaban Curita Caherí, Siruncia Arhan y Auicanime; entre los
últimos se consideraban a los dioses ancestrales del grupo: Zirita-cherengue,
Uacúsecha, Tingárata, etcétera. Estas divinidades se representaban como águila,
fuego, piedra, tuza, caimán, etcétera, y de esta forma intervenían en la vida
cotidiana de los p'urhé.
Este pueblo concebía que su origen era divino, por eso en La Relación de
Michoacán la historia comienza en el cielo y la segunda parte continúa en la
tierra.
Actualmente el panteón p'urhé se ha transformado. Kuerájpiri es el creador,
el dios primario engendrador. De él son hijos Tatá Jurhiáta, el Padre Sol, y
Naná Kutsi, la Madre Luna. Las deidades p'urhépechas están ligadas a los
elementos fundamentales de la naturaleza: el señor Rayo, el señor de la Lluvia,
el señor de la Tierra y el señor del Cielo o firmamento.
Fiestas
De acuerdo con datos proporcionados por un censo levantado por una
institución estatal, en Michoacán había 520 danzas y otras 156 en desuso.
Las danzas del ciclo de la cosecha (otoño-invierno) son las de los
Viejitos, los Huacaleros, los Jóvenes y los Negritos, además de Dos bailadores,
la danza del Pescado (en la región del Lago) y las de Pastores y Vaqueras. El
ciclo se cierra con las danzas del carnaval.
Las danzas del ciclo primavera-verano comienzan con el Corpus, donde los
gremios bailan y se hace una gran fiesta para todo el pueblo. Se trata de la
gran fiesta del trabajo, pues en ella destaca el gremio preponderante de cada
comunidad. En la sierra es importante el oficio de panalero; en las poblaciones
del Lago, el gremio de los pescadores sobresale en la fastuosidad de la fiesta;
los agricultores, que toman parte en la fiesta de todas las comunidades, tienen
también un espacio de representación en esta fiesta.
Relaciones con otros pueblos
Recientemente se ha dado un fuerte proceso de autoafirmación étnica entre
los p'urhé, visible a través de publicaciones, discos, programas de radio,
estructuración de organizaciones y demandas que reivindican el idioma, la
historia y la tierra. Los p'urhé se saben descendientes de un gran pueblo que
rivalizó militarmente con el imperio mexica, y frente al mestizo, se saben
poseedores de atributos originales y superiores.
Cuando se refieren en español al mestizo, lo reconocen como gente criolla,
mestiza o gente de razón, pero en su propio idioma utilizan términos como:
ch'kata eska o "el que mira con el color de la mugre" (se refiere a
los ojos verdes de los extranjeros que se parecen al color de las aguas
estancadas); turisi, de donde se deriva turisi uangási o persona medio loca;
tamanda arájchaluni, o el que viene de fuera, cruzando los montes y brincando
los troncos