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domingo, 4 de agosto de 2013

EL MUSEO REINA SOFIA...LA EXPOSICION DE DALI

No volvía desde hace más de 25 años....
 
Era un sábado. De esos que Carmen y yo les llamábamos los "Kikás Cultural". Nos dió por ir al Reina Sofía, dedicado al Arte contemporáneo.
 
No recuerdo quien o quienes exponían, ni falta que me hace. En la Primera sala, la tapa de un ataud. El título de la "Obra", "SOLDADO". La explicación, (Ya se sabe que en estos entornos hay que explicar lo que el "artista" quiere representar, porque generalemente no debe saber representar lo que quiere representar, más que nada) radicaba en la posibilidad de la muerte (Nunca lo hubiera imaginado viendo la tapa del féretro) a la que el soldado se enfrenta al ir a la Guerra....
 
Me quedé pensando que ese pavo me estaba tomando el pelo. Pasee la vista a mi alrededor y, por lo que vi, nadie debía de ser tan simple ni falto de sensibilidad como un servidor....
 
Pasé a la segunda sala. En el centro, una pila de platos sucios de salsa de tomate. Menudo sitio para dejar la loza, pensé.... Cual no será mi sorpresa cuando, además de comprobar la iluminación directa en todo el centro del manchurrón de tomate, veo, al lado de "la obra", un cartelito con el título, "PLATOS SUCIOS" y la correspondiente explicación.

Esto debe de ser una broma, pensé. Un programa de cámara oculta, o algo así. Y sí, había cámaras, escondidas pero visibles, supongo que para vigilar que nadie completase la vajilla de casa....
 
A mi lado, "un intelectual" (Con la toda la carga peyorativa que podais imaginar en la palabra), vestido de intelectual, gafitas, perilla, cara de interés, estaba absorto observando la PPPS (Puta Pila de Platos Sucios), supongo que intentando aprehender la esencia del ser de la obra y su interacción con el entorno mutante....
 
Eso ya fue demasiado para mí que, como sabeis los que me leeis, soy un cacho de carne con ojos sin ninguna sensibilidad artística. Seguramente en el trivial le daría sopas con onda al pavo de la perilla en preguntas de historia, ciencia, astronomía, literatura y arte.....pero nunca en la vida me consideraría un "intelectual", porque soy tan pobre de espíritu que considero que una pila de platos sucios es simplemente eso...y veo unas cuantas en mi casa a lo largo de la semana, sin cámaras vigilando que JA no se lleve uno a su habitación....
 
Cogí a Carmen de la mano, indignado porque estaba seguro que alguien se estaba intentando reir de mí y de los "intelectuales", y como uno tiene su corazoncito, me prometí que nunca más volvería al Reina Sofía... Eso sí, me fui pensando en la cantidad de sueldos que pagamos a auténticos desahogados, cuyo mayor mérito es tener un primo en el sitio adecuado.. (Como de comisario de una exposición de arte contemporaneo, por ejemplo...)
 
Al cabo de unos años, buena faena me hicieron. El cuadro cuya visión más me había impresionado en la vida, el "Guernica", que se exponía en el Casón del Buen Retiro y al que acudía para admirar y sobrecogerme, como mínimo una vez al año, lo trasladaron al Reina Sofía...y fue la última vez que lo vi...
 
Por supuesto que mis principios son inamovibles....hasta que alguien me los mueve. Había visto la Antológica de Dalí de estudiante en el Antiguo Museo de Arte Contemporaneo de la Ciudad Universitaria de Madrid, hoy Museo del Traje. Debía ser el año 82 u 83 (Cada vez que hablo a mis hijos de estos años, me miran como yo miraba a mi viejo cuando me hablaba del hambre en la posguerra....). Me encantó. Aparte de su innegable maestría en el dibujo, su colorido, la peculiar representación de su realidad (No muy diferente en el fondo de la del pavo de los platos, pero presentada con mucha más habilidad, por lo menos se lo curraba)...en fin...me dejó marca....
 
A partir de entonces he ido, ya con familia, al Museo de Figueras, al Castillo de Púbol, donde vivía Gala (Menuda relación de transtornados), o a su casa de Cadaqués...
 
Hay una Exposición de toda la vida de Dalí en el Reina Sofía....y entre JA y su madre, me han hecho violentar un juramento...y se lo he agradecido....
 
Porque, independientemente de que ya podré volver a ver el "Guernica" sin cargo de conciencia, he redescubierto un entorno arquitectónico de primera magnitud...
 
Fecha del delito, un viernes de Agosto. Fuimos cuando la tarde caía, para evitar el calor. Al ver la inmensa cola para entrar, ya sabíamos que era gratis desde las 7 hasta las 11 de la noche.....
 
La cola avanzaba con rapidez, y en 20 minutos teníamos nuestras entradas...
 
¿La Exposición?, pues Dalí....y su evolución a lo largo de toda su vida.
 
Unos dibujos impresionantes, una técnica depuradísima, mucho "intelectual" y entrevistas grabadas en diferentes salas que me recordaban al Dalí que escuchaba de pequeño por Televisión....¡Menudo Jeta!
 
En la Exposición leí que esa pose, que no abandonaría el resto de su vida, la adquirió cuando se exilió a Estados Unidos durante la segunda guerra mundial y se dió cuenta del poder de la prensa...
 
La prensa descubrió un juguete, y Dalí cultivaba esa imagen de loco de atar que le duraba mientras el periodista no apagaba la cámara y salía por la puerta... Un trato beneficioso para ambas partes...
 
Con lo que se demuestra que hasta para ser un caradura hay que valer... y si no, que se lo pregunten al de los platos... bueno, a ese no... ése ni vale...

miércoles, 24 de julio de 2013

LA OTRA JMJ

Aterrizo en Rio de Janeiro al caer la noche. Papa Paco ha llegado hace tres o cuatro horas. El Aeropuerto Santos Dumont parece un parque temático, Pacolandia, o algo así. En vez de Mickey Mouse y el Pato Donald, señores calvos con sotana, muchos de ellos con una bandera argentina al cuello. Vienen a la jornada mundial de la juventud, y es que, ya se sabe, la juventud se lleva en el corazón…y si no, que me lo digan a mí….
 
Estoy cansado. El día en Sao Paulo ha sido duro. Mi hotel, francamente mejorable pero imposible que sea más caro, está en Copacabana. Llevo dos días sin cenar. Hoy no comí…hay que salir…
 
Los preparativos de la JMJ se hacen notar. Mucha policía, tiendas oficiales de merchandising (Aquí el que no corre vuela), un escenario inmenso en la playa de Copacabana, supongo que para alguna misa multitudinaria. He estado en Iglesias bastante más feas que esta….
 
Copacabana de noche es un ecosistema curioso. Mendigos, turistas y…muchas putas. Nada tengo contra ellas, que bastante tienen con lo que tienen, mientras respeten mi espacio. Llevo bastante peor a los puteros…de cualquier país. Esos sí que me parecen unos auténticos canallas.
 
Hoy, además, está petado de peregrinos que vienen a la fiesta de Paco. Despues de la semana que llevo, me apetece ver gente. Sé que, entre la gente, el 90% de las mujeres, serán de amistad remunerada. No me gusta, pero es eso, o no cenar…. (Despues de ver la mierda en la ducha de la habitación que me ha costado 160 napos sin wifi, solo de pensar en un Sandwich Club ahí, me entra dolor de cabeza)
 
Hay una táctica infalible en estos entornos. NUNCA, NUNCA, establecer contacto visual. Mirar al infinito, y continuar impasible aunque te planten una teta a 5 cms de tus gafas bifocales. (Al ser bifocales, fijo que encuentras el ángulo para ver la teta optimamente…pero resiste, porque si no, estás perdido)
 
Y no digo que estés perdido porque caigas en la tentación más baja, que no tiene por qué ser así. Cada uno afronta esas situaciones como puede o sabe. Estás perdido porque has salido a cenar, no a otra cosa, o sea que si no vas a acabar cenando… ¿Para qué coño saliste?
 
A mí, lo sabeis los que me leeis, esas aventuras no me van. Y me considero muy afortunado. Explicar en casa cómo has cogido unos mejillones en la entrepierna, como ha tenido que hacer más de un conocido, ha de ser de todo menos sencillo.
 
Una terraza que me suena conocida. En la barra, el muestrario de mujeres buscando compañía más completo que os podais imaginar. Con cara de poker me dirijo a una mesa libre. En una de las 12 televisiones del fondo, campeonato del mundo de natación sincronizada. No despego la vista de la pantalla ni para pedir la carne en su punto. Juro que en mi vida he prestado más atención al octeto Francés pegando saltitos en el agua…pero es eso o que se te atragante la cena….
 
Me ven solo. Pasan varias veces a mi lado, restregando cualquier parte de su cuerpo contra mi brazo izquierdo, que pugna por trinchar el trozo de picanha sin que se me caiga al suelo. Sigo impasible. Le está tocando el turno de los saltitos a Brasil ante la indiferencia del personal. Despues de Brasil, Ucrania… Que parezca que tienes el brazo dormido. Que la vista vaya del bañador de la ucraniana al vaso de cerveza…como cruces tu mirada….ya tienes compañía….
 
Porque si dices algo o tus ojos se fijan en los suyos, y, como es mi caso, no deseas nada más que que te dejen en paz, la has jodido. Si no quieres ser desagradable, va a resultar cansado el dar explicaciones repetidamente para que te dejen comer solo.
 
Pero si no te quieres cansar, no va a resultar agradable ser expeditivo. Porque ser expeditivo es mandar a la pobre chica, que bastante tiene con fingir que muere por follarse a un casi cincuentón, calvo y con gafas, a tomar por donde amargan los pepinos. En español o en portugués (A propósito, ¿Cómo cojones se dirá “amargan los pepinos” en portugués?)
 
A mi alrededor, varias mesas de peregrinos. En una, un grupo mixto. Ahí no hay peligro. Ninguna chica va a pretender romper esa armonía de risas y bromas. O no se enteran de lo que hay, o hacen como que no se enteran…más bien lo primero…
 
En la de enfrente, dos peregrinos, jovencitos gringos de ascendencia oriental. Carne de cañón. Sus buenos propósitos, confesiones y misa diaría se diluyen en las sonrisas eternas de dos garotinhas, que saben más de la vida que los ratones colorados. Sus ojos rasgados materializan que la carne es débil.
 
Cuando le toca entrar en la piscina a Canadá, pago y me voy meneando la cabeza, sabiendo que esos dos pardillos mañana van a pasar hambre. Porque el presupuesto de esa comida se lo van a gastar esta noche en un Big Mac apresurado. También un menú rápido…
 
Una rubia recauchutada hace conmigo un último intento. Mientras camino de vuelta al hotel, sonriendo, niego con la cabeza. No es necesario ya ser desagradable.
 
Me voy pensando en lo que van a contar mañana los chinos, que he dejado en la mesa, al resto de su grupo. Hay gente a la que sus padres no les deberían dejar salir de casa….que a la mínima se pierden….o no saben donde van… Y luego, a pedir explicaciones a Paco, o a su prima…

lunes, 25 de marzo de 2013

BUENOS AIRES SIN FRANCISCO...

Llevo pegando botes más de dos semanas. Desde Chicago a Atlanta. Desde Mexico DF a Monterrey y Guadalajara. Desde Panamá a Brasilia. Desde Rio a Sao Paulo. Tengo ganas de acabar, pero mi periplo en Brasil no acaba de cerrarse bien...
 
Y como pasa en las malas películas, en el último momento, en tiempo de descuento, sin que nadie me lo pueda explicar, todo se endereza. Acabo en Buenos Aires...ahí donde no sabía si llegaba o me volvía a España desde cualquier otro lugar....
 
Cuando viajo no enciendo una televisión. Generalmente no tengo tiempo para otra cosa mas que para trabajar...hacer algo el fin de semana....
 
En mi caralibro lo veo. Han elegido Papa. Es argentino y humilde....eso dicen....no sé exactamente qué es, pero alguna cosa no me cuadra del todo....
 
Mis amigos argentinos del caralibro están todos en una nube. No entiendo tanta algarabía, pero claro, yo no soy argentino.
 
Y vuelo a Buenos Aires. Ya, con mis compañeros de fila en el avión, comienzo a ponerme en situación. No se habla de otra cosa...me temo lo peor....
 
Aterrizamos. En la aduana nadie me dice nada.....¿No se habrá enterado el de la aduana?. Mi maleta sale rápido. Mi jefe me llama...me entretiene en el Aeropuerto....
 
Y tomo un taxi......
 
"¿Es usted católico?" me suelta el taxista a bocajarro sin compasión, animado queriendo festejar algo...
 
En ese momento, me encantaría tener a alguien a mi lado que dijera, "yo, sí, yo sí, yo sí"...y que me librase del papelón...
 
Le miro con cara de poker...
 
"No sé si se fijó por el retrovisor....Yo...yo solo soy calvo....."
 
Al conductor, esta primera aproximación fallida no le afecta en su ego......
 
"¿Le gusta a usted el Barcelona?"
 
La jodimos definitivamente, pienso.... la siguiente me va a preguntar por Evita.....
 
"Lo siento, su cliente de hoy es el único gallego al que no le gusta el fútbol....." le contesto
 
Veo por el retovisor que el porteño no se cree que pueda tener tan mala suerte....
 
Realizo un acercamiento. No está bien cebarse con un hombre con ganas de agradar, aunque con éxito más que discutible....
 
"¿Me admite euros o dólares en vez de pesos?" lanzo la caña sabiendo que en el mercado negro el € cotiza un 80% por encima de su valor oficial....
 
Tampoco hay suerte.
 
"Yo solo soy un terrible chofer", me hace saber. "Al dueño del taxi no sé si le gusta cobrar en €...."
 
Decido echarle un cable...
 
"Yo tambien solo soy un terrible ingeniero, no se preocupe. Y usted de terrible no tiene nada, que me está llevando a Cerrito como un profesional....."
 
Me agradece el gesto....al llegar se despide con un apretón de mano. El tío estaba contento, no sé por qué, y había decidido que mis negativas no le iban a amargar el día.....
 
Buenos Aires me recibe, sucia como siempre, pero como siempre, increiblemente hermosa. El día es de exposición...."Un día peronista" como acostumbran a decir por acá...
 
A lo lejos un bombo y un megáfono. Pienso que no puedo tener tan mala suerte. Estoy cansado...
 
Pesados hasta decir basta...y nos quejamos de las manifestaciones de Madrid...
 
Cánticos contra la dictadura, por la argentinidad de las Malvinas, contra el Imperialismo Gringo, contra todo lo que no sean ellos....
 
El tipo del bombo parece el del conejito de Duracel, "y dura, y dura y dura..."
 
Voy a tomarme unas medias lunas. Me alejo unas cuadras del Obelisco. Banderas del Vaticano pueblan los balcones....No sabía que la Guardia Suiza tenía esta capacidad coercitiva, pienso....
 
Cambio Euros. No regateo demasiado. Me ofrecen 10 pesos por napo. El cambio oficial debe de ser unos 6,3. Por mucho que diga el Gobierno, con este mercado negro, las cosas no deben de andar muy allá....
 
Solo hay dos paises donde cambio en la calle, Venezuela y Argentina. En Venezuela es más descarado. Es la misma policia quien te cambia.... Aquí, en cambio, hay tipos mirando al cielo que solo repiten "cambio, cambio, cambio...."
 
Me llego hasta Palermo, pero estoy cansado. Decido volver al hotel....
 
El hijoputa del bombo y el megáfono sigue incansable. Ya tiene unos cuantos parroquianos. Veo que hoy es el aniversario de no se qué golpe....y yo que tenía ganas de siesta.....
 
Definitivamente, el del bombo, se ha dopado. Infatigable sigue aporreándolo bajo mi ventana.
 
Ni siesta ni leches. Me cago en sus muertos. Es domingo por la tarde. Nadie se manifiesta un domingo por la tarde. ¿Estos no tienen asado familiar?
 
Pasa la tarde....al del bombo en casa no le deben de aguantar, cosa en la que coincidimos. Son casi las 9....desde por la mañana está sin descansar. Me voy a tomar una calzone en Las Cuartetas de Corrientes...la noche...tambien peronista...si no fuera por el del bombo.....o a lo mejor por eso....

domingo, 10 de marzo de 2013

UNA MAÑANA EN LA T4


Comienzo aclarando. No solo soy parcial, soy beligerante.  Y esto ya es una declaración de principios. Porque lo que se está haciendo con IBERIA, es una golfada tal, que no hay palabra en castellano para definirlo. Creedme….sé de lo que hablo.
Cuando viajo a, o desde América, siempre vuelo con ellos….con nosotros… porque es montarme en un avión….y sentirme en casa
He de ir a Atlanta. Mi agencia de viajes…José Luis y sus compañeras, Nuria y Pilar, …unos máquinas (Unas máquinas que diría Bibi Aido, pero es que yo soy de antes del Concilio Vaticano II, por no decir que educado en la dictadura). Para ir a Atlanta, solo me dan la opción de British Airways, vía Londres.
Al llegar al mostrador de la T4, el personal de Iberia que atiende los mostradores de British ni se preocupa en mirar…..”usted no llega”. El vuelo de Londres sale con una hora de retraso. Imposible tomar la conexión a Atlanta en Heathrow. El personal de IBERIA, competente, supongo que también debido a la tarifa de Business reducida que siempre me consigue José Luis, me soluciona la papeleta sin apartarme del mostrador. Como en todos los trabajos, siempre se conoce a aquel que vale, en contraposición a aquel que calienta una silla. Y David, el agente del mostrador, sabe a quien llama.
Puedo, o bien volar a Londres y, como él dice, llegar a Atlanta, con más transbordos que Willy Fogg, o bien ir a Chicago con IBERIA y de ahí, en turista, a Atlanta. Decido esto último.
Y perdonadme el ramalazo patriotero, pero a veces está bien dejarte convencer por José Luis para volar en otra compañía, en la que hasta hace dos días era un desastre y hoy es cojonuda, y darte cuenta de que en este puto país, lleno de corruptos y de golfos (muchos de ellos, nosotros mismos), estamos a un nivel más elevado, que el de aquellos piratas que nos miran perdonándonos la vida a cada paso que damos, con la llave de su máquina de hacer dinero y autocomprar su deuda….
En los mostradores, todo es atención y ganas de agradar….
Y ya me jode, después de lo que he sacudido a IBERIA.
Y mientras este Gobierno de corruptos e incompetentes, con más asesores inútiles que pelos tengo en los huevos (No soy metrosexual todavía y no me depilo), no se apercibió que tenía mano en IBERIA (debido a que BANKIA está intervenida y supongo que leyéndolo en algún periódico), esos socios piratas que tienen Gibraltar solo para lavar su dinero de oscuro origen, vaciaron esta compañía que nunca desde que fue privatizada perdió un solo €.
Y los liberales de toda la vida, atendiendo a las reglas del puto mercado, poniéndose de perfil, mientras la ingente inversión en la T4, inaugurada varias veces antes de un  montón de elecciones, pierde valor al ver como las conexiones se van a Londres.
Como os iba diciendo, que voy  por Chicago, tomando un buen Rioja, y maldiciendo la suerte de ser hijo putativo de este país de caines, siempre entretenido en discutir si son galgos o podencos.
Dejando la maleta en el mostrador de facturación a María…
“Señorita, aunque a usted le dé igual, que lo sepa, lo que están haciendo con ustedes no tiene nombre”
Y no le debe de dar igual. Al darme las gracias por el comentario de apoyo, junto con la tarjeta de embarque, una lágrima asoma a sus ojos.
En la sala de pasajeros frecuentes, mi amigo de la juventud Quintanone me descubre. El no tuvo tanta suerte. Vuela a Phoenix via Londres. El mismo avión que el que iba a tomar yo. Perderá la conexión, y va a llegar a Arizona la semana que viene por la tarde…o más…
El caer bien a le gente en un mostrador, también vale dinero….

domingo, 4 de noviembre de 2012

EL QUE NO SE ANUNCIA, NO VENDE

"Frase mítica de los 80 en la noche madrileña, cuando mi amigo Rafa, con varias copas encima, debajo, y por todos lados, desenfundaba sus partes nobles y las ponía encima de la barra de cualquier garito ante el espanto de la concurrencia...."

Y no os creais, de más de uno de esos garitos tuvimos que salir sin terminar la comanda no fuera que nos saliesen....a tortazos...

Porque no sé si era cierto o no el aforismo, pero lo que es verdad es que, en el mundo comercial, no vale con que seas bueno...lo tienes que mostrar.

Y es por ello por lo que, no es por presumir, pero en 20 años viajando, me he comido unas cuantas docenas de ferias, con sus stands, preparativos, viajes, alquiler de espacios, montura de carteles, etc. Porque dado que habitualmente he trabajado en empresas en las que el marketing era ese departamento en el que mejor te lo hacias tú todo, me ha tocado, menos vestirme de lagarterana, casi cualquier cosa. Y, practicamente, no sé muy bien qué es eso de ir a una feria a "Mesa puesta". O sea, que me ha tocado montar stands, desmontarlos, buscarme la vida a ver cuando me traían una caja, preparar compulsivamente platos de jamón (Yo no sabía que en las ferias la gente pasa tanto hambre hasta que te ven), engañar a sindicalistas por no tener el carnet de electricista y pretender hacer un enchufe en un stand sin contar con el gremio....   aquí os dejo un apequeña selección de sucedidos. Contarlos todos me llevaría una semana...

Generalemente, en las empresas en las que he trabajado, siempre se han debido de pensar que montar un stand en una feria, pongamos Singapur, es lo más parecido a unas vacaciones pagadas, y así siempre me ha parecido que la gente que no venía, hacía todo lo posible para putearme.

Trabajaba en una empresa gallega. Para variar, me chupaba el BroadcastAsia solateras. En esa empresa, no querían invertir en flycases (Esas maletas a prueba de golpes, totalmente acolchadas por dentro y que se abrían por medio de una palomilla). Eramos más raciales.

Y me apareció ese muerto de madera en mi stand de Singapur. Había llegado un día y medio antes para poder montarlo tranquilo. Era mi primera feria en esa empresa. No menos de 30 tornillos Allen sujetaban la tapa, apretados como para resistir una deflagración nuclear. Miro a mi alrededor....¿Donde está la caja de las herramientas? No se ve por ninguna parte. Se la han debido de olvidar....o se habrá perdido en el transporte, esas cosas pasan.

Me dirijo a la ferretería del Centro de Exposiciones a por una llave Allen..... Ya me tocaba las pelotas, no vayamos a engañarnos, tener que abrir la puta caja de madera a mano, habiendo esos destornilladores eléctricos, que para un tornillo da lo mismo, pero cuando son 30...y apretados a mala leche...

En la ferretería no saben de lo que les estoy hablando. La métrica Allen no es estandar en Singapur.

Con la obligación absoluta de tener que abrir el arcón donde estaban todos los equipos, comencé a buscar por todos los stands un alma caritativa que tuviese una llave Allen...y la encontré, otro pringado como yo...

Despues de dos horas y varias ampollas aflojando a mano, uno a uno, cada tornillo que parecía que los habían apretado para que no se me volviese a ocurrir irme de feria, logré abrir la caja. ¿Y qué es lo que apareció arriba del todo?

¡Bingo! La caja de las Herramientas con todo lo que os podais imaginar....para dar un premio al más listo a alguien....

En otras ocasiones, la feria en realidad era curiosa, independientemente de lo que mostrases. Como aquella en Rusia donde en dos pisos de stand, la parte destinada a beber era toda la planta de arriba y la mitad de la de abajo, quedando nuestros equipos en un rincón pillando polvo... Y pobre de ti si, a las 9 de la mañana en cuanto llegábamos, no te metias un vodka o un coñac a palo seco....un estirado incapaz de fomentar relaciones, eso es lo que eras...No creo que mi hígado haya sufrido más en tres días...

O esa feria en China, donde a tus partners locales les daban un polo para la feria y a mí, como era extranjero...dos...al tercer día no había quien pasease por el stand...Antes de los juegos olímpicos, lo de la ducha diaria no es que se estilase...despues...pues tampoco...

Recuerdo con horror esa moqueta alta de Las Vegas, donde más de uno se ha dejado el ligamento cruzado de la rodilla y, los que no nos lo dejamos, teníamos que vender los gemelos a partir de la tercera hora de estar de pie...

Pero, si alguien me hizo sufrir, fueron los gallegos del principio... Estábamos en Amsterdam. Ya llevaba en la empresa cuatro o cinco años. Mostrábamos un equipo que pesaba lo que un mal matrimonio. Despues de unos años, íbamos tres personas. La susodicha caja de madera iba sellada a base de tornillos, con el certificado de aprobación del departamento de Submarinos de la US Navy. No había cojones de comprar una flycase en condiciones. El toro nos dejó la caja pegada a la pared. Y comenzamos a buscar dónde coño estaba la puerta para abrir la caja (La de las herramientas ya viajaba con nosotros. No nos queríamos arriesgar a otra aventura como la de Singapur)

Despues de dar vueltas a la caja arriba y abajo, la Ley de Murphy actuó irremisiblemente. Por supuesto, la puerta, estaba pegada a la pared.

Dar vuelta a la caja, entre tres, no fue cosa fácil. Ciento y pico kilos sin una maldita rueda ni nada para apoyarnos. Nos cargamos parte de la moqueta, en fin, un pequeño caos. Cada feria aprendíamos algo o, mejor, en cada Feria, nuestros compañeros del almacén se las ingeniaban para putearnos con una cosa diferente. Esto tenía fácil solución...

"El año que viene, que marquen la Puerta con un cartel para que nos la dejen accesible"

Era una solución que parecía sencilla. Putearnos con eso ya parecería que lo hacían a mala idea. (Solo teníamos sospechas, bien fundadas, pero sin pruebas fehacientes)

Y llegó el año siguiente. Una caja parecida. pesando lo mismo o más que el año pasado. Al llegar al stand, la caja ya estaba situada. Nos miramos.

"¿Pero no les habíamos dicho que marcasen la Puerta?"

Ahí que comenzamos a despotricar intentando encontrar la puta puerta que, como Murphy indicaba, otra vez, era la que estaba pegada a la pared.

¿Quien nos puteaba, nuestros compañeros o los transportistas de la feria?

Despues de cargarnos la moqueta otra vez dando la vuelta a la puta caja, no nos lo podíamos creer...

Porque en un pais en el que cualquier barrendero habla cuatro idiomas, que tiras un escupitajo a lo alto y no sabes en qué país va a caer, sí habían marcado la puerta.....¡EN GALLEGO! ¡PORTA! Supongo que para poner a prueba el dominio de idiomas del transportista....

jueves, 4 de octubre de 2012

EL XVI DE PARIS. REVISTA ENTROPIA (DE AEROPUERTOS Y CALORIAS)

Son ya 6 los números que ENTROPIA lleva saliendo a los kioscos. Más de un año y todavía vivos. Esta es mi colaboración para el número 6 dentro de mi sección, "De Aeropuertos y Calorias". Espero que os guste...


Acaban de despedirle. Siempre me pregunté cómo nunca nadie se había dado cuenta de su absoluta inutilidad. Era un auténtico superviviente.

La empresa llevaba unos cuantos años difíciles. Iban saliendo dinosaurios de los despachos para dirigirse a su puta casa. Con cuentagotas, pero uno tras otro.

Todo el mundo sabe que los dinosaurios sienten terror al contacto con el mundo real. Prefieren rodearse de guapas secretarias, informes en hojas de cálculo y un montón de aduladores convenientemente distribuidos para que no pasen demasiado tiempo sin su dosis de loa.

Cuando los dinosaurios se encuentran en esa situación, en la que habitualmente ponen ellos a la plebe, se les nota avergonzados. Acompañados de un guardia de seguridad, salen con las pertenencias con las que poco a poco han ido llenando su despacho, producto de regalos de proveedores o viajes en primera hacia cualquier destino histórico donde hubiese una convención. Y salen con la mirada baja y musitando apenas un adiós al cruzarse con ese trabajador al que ayer, sin ir más lejos, abroncaron en presencia de varios compañeros. A ellos no les puede pasar eso. Ellos son la élite. Los que deciden quién se va y quién se queda. Pero se equivocan.

Se equivocan porque el mundo es como un tablero de ajedrez donde existen un par de reyes, un par de reinas, unos cuantos alfiles, caballos y torres…y los demás peones. Y ellos no es que sean precisamente peones…pero tampoco son reinas. Y, a veces, hay que sacrificar algún alfil para salvar al Rey.

Decía que llevaba años viendo desfilar a sus semejantes. Convenientemente protegido detrás de no se sabe muy bien qué o quién, nunca le tocaba a él. Y no es que fuera peor que los que se iban pero, definitivamente, tampoco era mejor.

Debía de estar en Brasil con mi jefe. Nos llevamos bien. Tremendamente diplomático y sabiendo manejarse dentro de una multinacional, nunca dice algo inconveniente pero, tampoco da nunca puntada sin hilo. Y a su vez, el recientemente fulminado, era su jefe.

Digo que debía de ser en Brasil porque, de los cuatro viajes al año que realizo allí, como mínimo me acompaña en uno. Y son viajes de una semana, con sus días interminables, pero también sus buenos rodizios por la noche. A veces con clientes, a veces solos.

Y aunque yo sea un amante del vino y él, francés, una de las personas que he visto que más sabe apreciarlo, nos gusta, como excepción, mojar estas cenas con Caipirinha. Si es de Cachaça Seleta, mucho mejor. Y todo el mundo sabe que a la cuarta Caipirinha, la lengua se suelta, y algunas precauciones se soslayan.

Sí, definitivamente, debía de ser en Brasil. Mis barreras estaban cayendo y mi lengua comenzaba a liberarse.

“Lo que no me explico es, cómo, con todos los que han desfilado, se mantiene ahí”

Me miró, tomándose su tiempo para pensar la respuesta, y solo dijo:

“Es del XVI”

El distrito XVI de París es como El Barrio de Salamanca de Madrid, o la Zona alta de Barcelona, o Knightsbridge en Londres, o como Las Lomas en Mexico DF, o la Zona Norte en Santiago de Chile, o como Altamira en Caracas, o Brooklin en São Paulo, o como Belgrano en Buenos Aires, o la 5ª de Nueva York, o Leblon en Rio de Janeiro, o como…pero a lo bestia.

Por supuesto, yo no sabía qué podía tener que ver su domicilio con su apuntalamiento por medio de tirafondos en su centro de trabajo. Mi cara de extrañeza algo le debió de transmitir.

Me volvió a mirar. Apuró la cuarta Caipirinha. Llamó al camarero para pedir otras dos, sonrió, no sé si para él mismo o para ambos, y exhalando un suspiro, comenzó a hablar.

Nuestra empresa forma parte de uno de los 500 grupos mayores del mundo. Propiedad de la misma familia desde principios del Siglo XIX, es una empresa “de dueño”, y esto se nota en sus actitudes y comportamientos. Para lo bueno, y también…para lo malo.

Nuestro Dueño, Presidente o, más en confianza, Dios, está rodeado de damas. Por supuesto, de una cuna y educación exquisitas. Alguna influencia deben de tener, intentó trasladarme él, como si esta reflexión fuera producto de las malas lenguas que escucha en la Central.

Y ahí es donde entran en escena los trajes confeccionados a mano, y las corbatas de seda, por supuesto de marcas de postín, y el Patek Philippe, y esos zapatos que duelen a la vista de puro brillantes.

Ser del XVI debe de ser una manera de ser “uno de los nuestros”, torpes o no. Como ser de la “Ecole Polytechnique”…o, en mi ámbito, del Pilar (Aunque sea de Vitoria), del Instituto de Empresa o “del Cisneros”.

Porque con la globalización, hay muchas cosas que obviamos. Pero no es lo mismo una entrevista de trabajo en una empresa francesa, que gringa, alemana, o española. No tiene nada que ver.

Y así como un CV en Francia no deberá incorporar una fotografía o, a veces, incluso tendrá que ir forzosamente sin nombre con el fin de no ser descartado por motivos racistas, será fundamental la Escuela o Universidad donde hayas estudiado.

Todavía me recuerdo, con más de veinte años de experiencia profesional exitosa en mi haber, intentando convencer al Jefe de Recursos Humanos del Grupo, al fulminado, (Los dos hoy fuera), y a mi jefe, que el que hubiese tardado más años de lo normal en acabar mi carrera de Ingeniero de Telecomunicación, no era un inconveniente a estas alturas de la vida, ante sus miradas de desconfianza escuchando lo que les decía. Por primera vez en mi vida, mi expediente académico cobraba importancia, cuatro lustros después.

Mi madre siempre me lo dijo:

“Si estudias mucho, te servirá más adelante. Si no lo haces, seguro que te acordarás”

Como siempre tuvo razón, pero no me imaginaba que sería taaaannnn adelante.

O sea, ser del XVI, me quiso decir, es algo de lo que no puedes desprenderte aunque quieras. Es un marchamo indeleble que portas aunque no seas consciente. En tu forma de hablar, en tu manera de anudarte la corbata o en el brillo de los zapatos.

Y entonces yo, que me creo con una cultura general superior a la media, que tengo cierto mundo debido a que me lo he pateado entero varias veces y al que mi pobre madre intento inculcarle una exquisita educación, le pregunté:

“¿Yo podría pasar por uno del XVI?”

Riéndose (La Caipirinha es traicionera, muy traicionera), casi atragantándose, me dijo que no, ni aunque lo intentase.

Y es cuando me insinuó que, para subir en según qué empresas (Imagino que francesas y de cualquier sitio), no basta con ser bueno ni profesional. Tienes que ser del XVI de allí donde estés: Harvard, el Pilar de Castelló o Eton. Y el resto de los mortales tenemos que ver o leer como se reparten las primas millonarias y las indemnizaciones superlativas, sin que a ellos se les pueda ocurrir que eso es inmoral. Que el valor generado por ellos es casi nulo, por no decir negativo, y que esos fondos vienen, en su mayor parte, de la plebe, esa plebe que ellos tanto desprecian. Asumiendo como algo natural eso que ellos mismos niegan al resto de mortales.

Os lo comentaba. El despedido es del XVI. Supongo que el día que le echaron, se le debió de olvidar lustrarse los zapatos. Hay fallos que uno nunca se puede permitir.

miércoles, 6 de junio de 2012

NOS ESTAMOS VOLVIENDO GILIPOLLAS (CON PERDON). REVISTA ENTROPIA (DE AEROPUERTOS Y CALORIAS)

Comparto mi colaboración para la Revista ENTROPIA, dentro mi sección, "De Aeropuertos y Calorias"

ENTROPIA ya ha saltado el charco, vendiéndose en Ecuador. Sus próximos pasos son hacer que mis amigos Mexicanos y Argentinos colaboren en que pueda comprar una bomba para inflar neumáticos de bicicleta. El velocípedo a plazos, poco a poco, puede hacerse realidad (Aunque solo sea en mi imaginación).

Espero que os guste

Que las nuevas tecnologías nos han cambiado la vida, y lo que nos la cambiarán, es algo impepinable. No resiste un mínimo debate. Incluso mi viejo tiene correo electrónico (Eso del feisbuc, de momento, ha sido demasiado)

Si a nosotros nos hubieran dicho hace 10 años el abanico de posibilidades que estas tecnologías nos abrirían, seguramente hubiésemos tirado al pilón a más de un visionario, por pretender tomarnos el pelo (Ya se sabe que las bromas están permitidas entre los del pueblo. Los forasteros se callan y las aguantan. Antes daban tabaco, pero hasta eso ha cambiado en este país y tantos otros).

Es evidente que los padres tenemos una responsabilidad enorme en la educación de nuestros hijos y que, cada vez más, esa responsabilidad se extiende a intentar que nuestros hijos no sean unos auténticos extraños en casa.

No se trata de que la mesa a la hora de comer sea como en los tiempos de nuestros padres, donde nadie podía abrir la boca ya que era la hora del telediario, pero de ahí a tener un autista en la mesa con una maquinita chateando mientras deglute lo que se haya preparado, va un trecho largo.

Existen muchos padres que hacen una absoluta dejación de las funciones en relación con sus hijos, y que cuando quieren darse cuenta, no saben ni cómo se llaman éstos (Ni los hijos el nombre de sus padres, acostumbrados a llamarles “¡Eh, tú!”)

Y os estaréis preguntando que qué coño tiene esto que ver con la temática variopinta de esta sección.

Bien, satisfaré vuestra curiosidad.

De todas las regiones que he recorrido, puedo aventurar que aquellas que más han cambiado sus hábitos y la manera de relacionarse es la Asiática y la Americana (Gringa y Latina). ¿Por qué estas dos en concreto? Porque, aunque todos hayamos cambiado mucho, es en estos dos sitios donde las relaciones familiares tradicionales se han mantenido más vigentes hasta hace bien poco.

En Asia, el tema de la movilidad es una locura. La gente tiene que estar conectada absolutamente en cualquier parte, momento y situación. Amigos con los que has compartido noches de copas y de risas, los encuentras absolutamente transformados y son incapaces de vivir si no están físicamente en contacto con los botones de la maquinita pertinente. Cualquier experimento en temas de movilidad a nivel planetario que alguien quiera plantear, se desarrolla aquí, porque si aquí no funciona es imposible que funcione en cualquier otro lugar del mundo.

Esto está haciendo mella en las relaciones familiares. Los chinos jóvenes, en general, son incapaces de ligar si no hay dos pantallas por medio que les ayuden a controlar la situación. Y eso de iniciar un noviazgo, o cortarlo por correo electrónico, no es la excepción, sino la regla.

Siglos de sabiduría popular al cubo de la basura, por entender que lo que les llega de fuera siempre es mejor. (De eso nadie nos libramos, que conste). Como el Nuevo rico, toman prestado cualquier elemento friky pensando que eso es la más…y no les debe de faltar razón.

Una de las regiones, por educación, más próxima a la nuestra es América Latina. Allí, donde la familia todavía es un eje fundamental en las relaciones sociales, las cosas también están cambiando más de lo que algunos desearían. Absolutamente influenciados por todas las costumbres provenientes de Gringolandia, los padres no solo se las ven y se las desean para poder mantener unas relaciones minimamente racionales con sus hijos, sino que, en su mayoría, sucumben ellos mismos. Y esto lo ves en cualquier sitio en el que te fijes, no hace falta llamar al Teniente Colombo.

Comidas en restaurantes, donde varias personas están sentadas a la misma mesa y no se dirigen la palabra en toda la cena, si no es para comentar lo que otra persona, ausente, acaba de enviarles por el chat.

Me ocurrió en Caracas. Un local exclusivo. De esos que nos han enseñado que es para disfrutar de la comida, de la presentación, del ambiente… Cuatro niñatas pijas como solo las puede haber en según qué sitios. (En ciertos países donde la clase media brilla por su ausencia, pasas sin solución de continuidad del arrabal al Ferrari, y cuando hablamos de Ferrari no hablamos de cualquier Ferrari. Cuando hablamos del arrabal…tampoco)

Me alojaba al lado. No me dejaron caminar los 150 metros hasta el restaurante. El conserje del hotel me obligó a ir en taxi y a avisar para que me volviesen a buscar. Cada una de las niñatas llegó con su chofer. Las sentaron en la mesa de al lado. Unos besos en la mejilla de esos que son más falsos que un duro de madera.

¿Os podeis creer que fue pedir la comanda y no levantar las 4 la vista de sus iphones durante toda la velada? ¿Para qué coño salían a un restaurante? ¿Para que las viesen el nuevo modelo de teléfono? Si las demás no miraban a otro sitio más que al suyo… Ni una sola palabra durante toda la noche, pero menuda actividad digital febril…

Lo que, definitivamente, me indicó que algo estábamos haciendo mal en este mundo,que no habíamos llamado a Herodes hace veinte o treinta años, me ocurrió en San Salvador.

Estaba desayunando. Solo, para variar. (Unicamente no sucede esto en mis viajes cuando tengo un cliente y poco tiempo, que lo suelo aprovechar para quitarme una reunión de encima).

Bajaron ellos dos. Ambos en la treintena. No parecían ser pareja. Quizás compañeros de trabajo. El emplazamiento del hotel no indicaba que fuese para turistas.

Una mujer espectacular, un patán pijo con gorra de beisbol. Desde que se sentaron, el "tontoelculo" no hizo otra cosa que sonreir a la pantalla del teléfono mientras tecleaba convulsivamente y se metia a la boca cualquier cosa a su alcance sin enterarse muy bien de lo que estaba comiendo. Yo les miraba y no podía dar crédito a lo que estaba viendo.

La mujer con la mirada perdida en la pared. ¡Menudo desperdicio de acompañante, pensé yo!

Y me di cuenta que muchas veces confundimos la buena educación con otra cosa. Porque ese acompañante estaba haciendo inmensos esfuerzos para mostrar su mala educación, mientras ella, en vez de levantarse y sentarse a otra mesa (a la mía, sin ir más lejos, que aseguro le daría mucha mejor conversación) parecía pensar que no era de buen gusto pagar a esa mente infantil, en cuerpo adulto, como se merecía.

Y entonces pude entender por qué, clientes míos, de mi misma edad, con hijos como los míos, tenían problemas que yo, pasando mucho menos tiempo en casa, no tenía.

Porque en vez de hacer lo que yo hago en cualquier reunión que es, apagar ostensiblemente el móvil, y que se me vea que lo hago (que mi interlocutor entienda que, en ese momento, toda mi atención es para él), muchos de ellos se creen que pueden atender lo que yo les digo, el celular, y la pantalla de ordenador. Y además que yo me lo crea.

Y estoy seguro que en su casa hacen lo mismo

Luego, a lo mejor invitándoles a comer, cuando hablamos de nuestras familias, ellos me explican los problemas con sus hijos adolescentes. Hijos adolescentes que son incapaces de sentarse a la mesa sin maquinita o que no pueden viajar al extranjero si no se les paga el roaming de la blackberry.

En ese momento he de pensar para mí…esto es lo que estamos sembrando.

Y me considero afortunado de haber podido educar a mis hijos en lo básico. Y me gustaría que ellos educasen a los suyos de igual modo.

¿Me estaré volviendo un carca, o todos los demás se están volviendo gilipollas?

miércoles, 23 de mayo de 2012

LOS TRILEROS

Me lo contaba Fulanito. Yo no estaba allí, pero si me lo dice Fulanito, va a Misa.

Fulanito, antiguo jefe pero sobre todo amigo. Uno de esos que los cuentas con los dedos de una oreja (Y mira que es difícil eso). Sería incapaz de engañarme por mucho que lo intentara. (Practicamente, todas las malas artes que tengo las aprendí de él). Con él me he reido lo que no está en los escritos. Nos hemos llamado rabo de cochino a voz en grito cuando el sustento de mi familia dependía de que él me echase o no. (No sé si se lo planteó en alguna ocasión, pero él sabía que perdería mucho más de lo que ganara)

Ganaría en sosiego y tranquilidad de espíritu. Perdería en ventas, pero sobre todo en risas y buen humor.

El día que me hicieron depender de su socio en vez de de él, firmaron mi sentencia de muerte en su compañía. Una vez que has probado eso de llamarle a tu jefe capullo a su cara, y que él te responda "Pues anda que tú", cualquier sucedaneo de buen rollito es una mala copia.

Y sí, me vais a permitir esta pequeña petulancia, pero desde que me fui de aquella empresa, Fulanito ya no se ríe en el trabajo como se reía conmigo...y yo tampoco.

Con él viví momentos únicos, como por ejemplo, observando bicicletas en Amsterdam o perdiéndome por Las Vegas en taxi.

La empresa de Fulanito no lo está pasando bien. No solo la situación es la que es, sino que le deben lo que le deben.

Es algo que lo comentas por ahí y nadie da crédito. Cada vez que tengo que explicar a mis jefes franceses que ha vencido una fecha de pago y no sé cuando voy a cobrar, me miran como si fuese un extraterrestre. En cualquier país del mundo, si una factura tiene fecha de vencimiento el 43 de Juliembre, ni con un terremoto de por medio dejas de cobrar ese día. Bueno, en cualquiera no...por ejemplo España y algunas de esas que los políticos denominan, "naciones hermanas".

A Fulanito, entre Administración Central, autonómicas y locales le deben del orden de los 2 Millones de Napos. Hace unos días tenía que hacer el pago mensual del IVA. Debido a la falta de circulante, su Director Financiero se encaminó a Hacienda para tratar de aplazar el pago de ese IVA hasta que hubiesen cobrado, por lo menos, parte de esas facturas.

El responsable de Hacienda no le puso mayor problema

"¿Aplazar el pago? Sin problemas. Aquí estamos para dar facilidades. Incrementamos el pago con el interés habitual y no se hable más"

A Menganito, el Director Financiero, le tocó las pelotas porque no podían pagar debido a que el de enfrente le debía dinero, y en ningún caso al interlocutor se le iban a aplicar unos intereses de demora, pero dado que era mejor eso que nada, accedió.

"Una cosa más, apuntó el Responsable de Hacienda. Esa cifra que aplazamos deberás avalarla de algún modo"

"Sin problemas tampoco", apuntó Menganito, mientras entregaba las facturas de la Administración que servirían de garantía a la propia Administración para el posterior cobro del IVA.

En ese momento, el cabronazo de enfrente, como si le hubiese dado un calambre, se retorció en su silla

"No. Las facturas de la Administración no sirven como garantía de cobro", enunció mientras ni se ponía colorado ni le temblaba la voz. ¡Con dos cojones!

En las manos de estos es en las que estamos. Cuando os digan que no nos van a intervenir, que los Bancos son seguros y que ya hemos aflorado la totalidad del deficit, tened la misma actitud que ante un pavo de esos, en una mesa plegable, en mitad de la calle

"¿Donde está la bolita?"

Pues eso...

miércoles, 18 de enero de 2012

MI VENGANZA DEL CHINITO

Que con los años me voy haciendo más cascarrabias no es un tema de debate, sino un hecho.

Cosas que antes me resbalaban, ahora me tocan más los ovoides. Cada vez aguanto menos la mala educación o la prepotencia y, con la libertad que da el que lo poco o mucho que hayas llegado a ser en la vida ha sido gracias a tu sacrificio y al apoyo de tu familia (Que si no de qué), me corto medio pelo en ser políticamente correcto (Aunque para llegar a los niveles de mi viejo me hacen falta unos 50 años, poco más o menos, con lo que asumiremos que no se trata de una herencia genética).

El Inglés es un idioma que hemos escogido para comunicarnos principalmente en el mundo de los negocios (Sean grandes o pequeños), pero no es una patente de corso que hayamos dado a los habitantes del Imperio o de las Islas Bárbaras, para que ellos puedan recorrer el mundo comodamente mientras los demás tragamos sables, y no es esto algo que ellos entiendan fácilmente, más bien al contrario.

Como los jubilados ingleses que se vienen a la Costa del Sol y viven en sus guetos sin aprender una mísera palabra de castellano, así se pasean la gran mayoría de los gringos por su patio trasero, entendiendo que todo el mundo ha de saber Inglés porque debe de ser el idioma de Dios, o poco más o menos. (Muy honrosas excepciones conozco que son eso, excepciones)

Estaba en Bogotá, intentando ver si con mi sonrisa y mi caída de ojos, convencía a la bella azafata de AVIANCA de que me dejase entrar en la Sala VIP aunque viajase en turista (Como el 95% de las veces, por otra parte).

En esto llegó ella. El peso de los pedrolos que portaba en cualquier apéndice de su cuerpo serviría, en tiempos, para que Iñaki Perurena se entrenase antes de batir el record con la cilíndrica de 350 kilos. Eso era imposible que se midiese en kilates si no queríamos jugar con potencias de diez. Eso se medía en kilos como poco.

Le habló en Inglés, en voz apenas audible, demostrando una educación esmerada. Comenzó a sacar cualquier tarjeta platino que yo hubiese visto. Todas menos la que correspondía a AVIANCA.

La amable azafata, que no sabía Inglés y ya es extraño, intentó explicarle detalladamente en español donde podía dirigirse, pero que ahí no podía entrar.

Por instinto iba a terciar para ayudarla, pero un ramalazo de mala baba se cruzó en mis pensamientos y me decidí a dejarle a la gringa ricachona que sufriese un poco, solo un poco. (Esas pequeñas situaciones que la vida nos proporciona a los pobres, de gozar con el mal del poderoso)

En esto que ese modelo de educación, sin levantar la voz, comenzó a escupir la mayor sarta de barbaridades que puedo haber escuchado en un idioma foráneo, y no foráneo, supongo que pensando que nadie nos enterábamos.

Ahí paso mi estatus mental de transitorio a permanente (“Te vas a joder, pero bien jodida. Aquí no entras ni aunque llames a la Guardia Suiza”), y una sonrisilla empezó a asomar en mi rostro.

Una vez que acabó de cagarse en todo aquel que no sabía inglés, en el país, en la azafata, en los indios que la rodeaban, y en el embajador del Imperio por no estar al lado suyo solucionándole el problema, me dirigí a ella.

En un Inglés deplorable como el que me adorna, pero que me permite comunicarme en cualquier parte del mundo y trabajar con dignidad en una multinacional, le indiqué que el mismo problema tienen los que solo saben inglés que los que solo saben español, pero que, seguramente, no todos tuvieron las mismas oportunidades para aprender otro idioma.

Esto fue demasiado para la rica verdulera (Con perdón para todas las verduleras). Los espumarajos salían de su boca y ya no se preocupó, ni siquiera, en mantener el tono de voz bajo.

Con una sonrisa, que cada vez se hacía más inmensa adornando mi rostro, solo le dije:

“Lo siento, no hablo Inglés”

miércoles, 11 de enero de 2012

¡QUÉ ESTO ME PASE A MI!

Voy a México. Me voy a tirar tres semanas de viaje por allí, Panamá, Santo Domingo, Colombia y Brasil. Viajo vía Miami para que el vuelo me salga más barato.

Durante el último año he estado dos veces en Estados Unidos. Una en Nueva York, otra en Miami….

Llego a facturación de Iberia. Enseño mi billete y mi tarjeta Oro (A costa de mis horas de avión que me la he ganado). La señorita del mostrador me dice “No tiene la ESTA”

No me lo puedo creer. Yo que tengo el culo pelado de andar por el mundo, y me ha caducado la autorización para entrar en Estados Unidos.

Intento explicar que he estado últimamente en USA, que debe haber un error, que solo voy a hacer escala…la señorita es inflexible…y mi error también. Me dice que tengo 20 minutos para conseguirla por Internet, porque cierran el vuelo. Y ya me toca los cojones estresarme un 2 de Enero.

Me siento en un banco al lado de facturación en la T4. Acabo de cambiar el ordenador. Hoy es el primer día que lo utilizo (Segundo gran error, justo antes de un viaje). Enchufo el pincho para conectarme a internet. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, no funciona. No tengo tiempo a configurar nada. Me quedan 15 minutos

No se me ocurre otra cosa que llamar a la Agencia de Viajes. José Luis, Pilar y sus compañeros son ángeles de la guarda, aunque no sé si llegarán a tanto. Colgado del teléfono vamos rellenando el puto formulario. Al finalizar, los cabrones (Los de la aduana de USA, no mis ángeles) piden una tarjeta de crédito (No recuerdo que me haya costado nunca dinero). La facilito. Follado, al Mostrador de facturación. Me atiende otra señorita, y menos mal, que casi siempre, depende de quien te atienda, las cosas son posibles o literalmente imposibles.

Lo que me temía, me han cerrado el vuelo. Parece ser que el ser portador de una flamante tarjeta oro puede ayudarme. Me abren el vuelo pero no me pueden dar asiento, me lo darán en la entrada. Al ir a América salgo desde la T4S, o sea, píllate el trenecito, pasa control de pasaportes, llega follado a la parte de vuelos al Imperio, esos que te comprueban doblemente que no vas a asesinar al presidente de los Estados Unidos (Si no lo hice con el antiguo Presidente de mi Comunidad de vecinos, como para tenerlo mucho más complicado)…llego y están acabando de embarcar…

Me requiere la azafata de la entrada la tarjeta de embarque. Al dársela, no me digáis cómo, la tarjeta sale volando (Con el comprobante de mi maleta) y se cuela debajo de un mueble que hace imposible recuperarla. A ver como saco la maleta de Miami para embarcarla a Mexico. Que esa es otra, estos capullos de dirigentes del Imperio, eso de pasajero en tránsito, es una broma.

Llega a Miami, saca maleta, pasa aduana, factura de nuevo (Aunque tenga un billete en código compartido). Lo que para muchos europeos es un sencillo cambio de avión mientras la maleta te la llevan, en cuanto llegas al Imperio, es una posibilidad de que te revienten la maleta en aras de la seguridad nacional, las mayores arbitrariedades y todas las molestias, ya sabeis “por nuestra seguridad”

¡Cojones! Que voy en tránsito. Nada, cómete un agente de aduanas que te dan ganas de vomitar en su calavera, entra en territorio Gringo, factura, y vuelve a salir, eso sí, después de dos controles de seguridad, que Halley Burton tiene que facturar, para que yo crea que viajo muuuuucho más seguro

Pues eso, que me dicen que me darán un duplicado de mi etiqueta de equipaje al llegar a Miami. Sin embargo, al llegar a Miami me comentan que no, que he de entrar en territorio americano pero que la maleta va directamente a Mexico. Intento explicar que en México no voy a poder mostrar la prueba de la maleta.

Nada, no pueden imprimir un duplicado. Salgo follado hacia Inmigración, tengo hora y media de escala y esto, en el Imperio no suele ser demasiado.

Me ha tocado la torpe. No le funciona el escaner de huella dactilar. No te muestres nervioso, podrían sospechar y, entonces, date por jodido. Al final, una compañera se lo pone en marcha. Ya me pueden volver a fichar, otra vez (Y no sé cuántas veces tendrán almacenadas mis huellas).

Despues de otro control de seguridad, llego al avión (Y sigo maravillándome de lo aborregados que nos tienen en nombre de la Seguridad, que al final es en nombre de su dinero para tenernos acojonados, nada más, )

Hora y media después aterrizamos. Directo a Inmigración, aquí bastante más amables. En la cinta de los equipajes aparece mi maleta.

Vaya, tengo la pegatina, me la han abierto en Miami (Debo de ser la persona que más veces le han abierto una maleta en Estados Unidos, en los últimos 6 viajes, cuatro). Menos mal que la llevo cerrada con el candado aprobado por la TSA y no me han destrozado otra maleta. No hay nadie pidiendo pruebas de equipaje, menos mal, una explicación farragosa menos.

Atravieso inmigración y pulso el botoncito a ver si me toca mostrar el equipaje o no. Sale rojo. A abrir la maleta. Efectivamente, voy a comprar lotería, hoy debe de ser mi día, me toca en todo…

viernes, 23 de diciembre de 2011

EL HECHO DIFERENCIAL. REVISTA ENTROPIA (AEROPUERTOS Y CALORIAS)

Publico mi segunda colaboración dentro de mi sección, "Aeropuertos y Calorias" de la revista ENTROPIA. Espero que la disfruteis.

Gracias a los aproximadamente 150 días al año que paso fuera de mi casa, tengo la oportunidad de dormir anualmente en prácticamente 151 camas diferentes. (150 días, a hotel por día, y la de casa ;-) )

En la mitad del mundo presuntamente civilizado, los hoteles son una mera réplica uno de otro. Mis preferencias se centran en la cama. A un hotel no voy a montar guateques, sino generalmente a trabajar y a dormir. La cama ha de ser grande. A mi edad eso de dormir en una cama turca no me pone nada. Siempre de matrimonio, aunque en muchas habitaciones de hotel con doble cama, éstas parezcan plazas de toros. Por supuesto internet en la habitación. Mejor Wifi, pero tampoco me voy del hotel si me tengo que conectar a un cable.

Desde mi escaso conocimiento, la relación calidad-precio de los hoteles en España solo es superada por los hoteles en Malasia, concretamente en Kuala Lumpur. Un alojamiento en la planta ejecutiva del Hotel Ritz Carlton, con mayordomo a tu servicio las 24 horas del día (muy útil a la hora de planchar camisas), cumplimentación de las formalidades de entrada en la propia habitación, y superficie útil apta para un partido de tenis en cancha reglamentaria, se situaba en el entorno de los 65 € al cambio, hará tres años que fue la última vez que me dejé caer por ahí.

Si creeis que es casualidad, en el Concorde Hotel en Kuala Lumpur, un dignísimo cuatro estrellas con una habitación con superficie capaz de albergar un Gran premio de Fórmula I y todas las comodidades, el precio de la habitación con desayuno no subía de los 40 Euros. Guardo una factura del Marriott también, donde no llegué a pagar 60 Napos.

En según qué países, viniendo de una esquina del Imperio, es casi obligatorio alojarte en un hotel de lujo. En Jakarta, por ejemplo, y con la histeria del terrorismo que soportamos, enseguida queda patente que el que no es de allí…eres tú (cosa que no queda tan evidente en Moscú, por ejemplo). Dichos hoteles no es que sean mucho más seguros, pero la parafernalia a la que te ves sometido para entrar hace que te lo creas. Allí, el Grand Hyatt o el Mandarin Oriental te metían del orden de los 150 Euros de los de entonces.

Y es que, a mayor pobreza o mayor sensación subjetiva de inseguridad, es más necesario alojarte en un hotel de lujo. Los hoteles de Negocios en Nueva Delhi o Bombay cuestan la noche lo que un buen Ingeniero gana en un mes (yo, aunque Ingeniero también, no entro en esa clasificación por razones obvias).

Recuerdo con especial agrado el Hotel Commodore en Ciudad del Cabo. Enfrente del Puerto. Un establecimiento Victoriano con un servicio excelente. El despliegue de almohadas existente hacía que no te diese tiempo de pegar ojo si pretendías probarlas todas, para saber con cual de ellas se dormía mejor.

El aire acondicionado más frío del mundo se da en Singapur.En cualquier establecimiento o vehículo público al que accedas te quedarás pajarito si no llevas una bufanda a mano. Decadente pero insustituible el Raffles Hotel, con sus porteros sijs, que parecen armarios de tres cuerpos y su maravilloso piano bar donde degustar, como si se fuese un súbdito cualquiera de la Reina Victoria, un Singapore Sling, delicioso cocktail a base de Ginebra, brandy de cereza y otros jugos (los panchitos también son sublimes, ya que estamos en ambiente austero). Sin embargo, las habitaciones se quedaron en la época de Su Majestad…Victoriana

El Gran Hotel de Sentosa, familiar complejo vacacional en mitad de Singapur. O el club del piso 71 del Swissôtel con las vistas más impresionantes del Singapur iluminado también merece, por sí solo, el lujo de alojarte allí.

Sin embargo, en las proximidades, nada como las cabañas de la Isla de Bintan, enclave Indonesio a media hora en ferry donde olvidarte del mundo. Precisamente, a la vuelta de Bintan, experimenté uno de los goces más sublimes que recuerdo, cuando una española me estaba poniendo a escurrir delante de su marido creyendo que yo no entendía nada. Su cara, al despedirme en un correctísimo castellano, todavía me hace sonreir malévolamente de vez en cuando. ¿Quién dijo aquello de que la venganza se sirve fría…o helada?

En Nueva Zelanda, como corresponde a países de tradición mochilera, los hoteles, excepto en Auckland, son más normales. Memorable aquella habitación, sin lujos pero con Jacuzzi, en Franz Josef Glazier, cuando después de una caminata por el glaciar nos sumergimos en esas burbujas deliciosas.

Hoteles absolutamente impersonales en China donde, si se sale de los lugares que todo el mundo conoce, solo hay hoteles chinos…hablando unicamente chino…

Incluso en Pekín, cuando comencé a visitar este país a finales del siglo pasado, un hotel internacional costaba del orden al equivalente de los 300 € por noche, mientras un excelente hotel chino, para chinos (o sea, todas las habitaciones comenzando por el número 8 para ahuyentar la mala suerte…que hay que fijarse en el segundo dígito para saber qué botón hay que pulsar en el ascensor), no llegaba a los 30. Demasiada diferencia por no sufrir la incomodidad de equivocarte de piso al llegar a tu habitación.

Los hoteles en Estados Unidos, excepción hecha de Las Vegas por motivos evidentes, son fotocopias unos de otros, habitaciones incluidas. Eso sí, cuando llegas a esa meca del papanatismo, no puedes por menos de sorprenderte ante ese despliegue de medios sin fin en mitad del desierto, hablando de sostenibilidades. Paris, Venecia, una Pirámide, Nueva York, un gigantesco circo, una batalla naval entre piratas, todo tiene cabida en esta ciudad espectáculo a la que hay que ir una vez en la vida, para no volver jamás.

Hoteles caros, en Rio de Janeiro, Sao Paulo o Brasilia. Da lo mismo lo que busques. Empezamos por 150 €.

En Colombia, no se te ocurra intentar llevar la maleta. Los mozos pensarán que no tienes categoría para alojarte allí. Alguien que lleva el equipaje por sí mismo no es digno de alojarse en un hotel fetén. En uno de ellos tomé uno de los mejores desayunos de mi vida, con un caldo de carne y un recalentado (guiso de sobras del día anterior), auténticamente delicioso. El Windsor House de Bogotá, paradigma de la buena educación en el servicio.

Y llegamos a algunos de mis favoritos. El Nacional de La Habana. Donde el tiempo se paró hace 50 años, pero cuyos cantineros siguen preparando el mejor mojito. O el San Agustín Colonial de Lima, enclavado en un bonito edificio de hace doscientos años.

Estos últimos hoteles comparten con los Brasileños y, sobre todo con los Venezolanos la orgía de sabores en forma de cualquier tipo de fruta, conocida…o no, que se pueda imaginar. Esto es más evidente en cualquier hotel de lujo de Caracas, sobre todo en el Embassy Suites, donde un pianista y una arpista amenizan el desayuno haciéndote creer que no eres un vulgar mortal. Lástima que, sobre todo en Caracas, en cuanto salgas a la calle sin precauciones, mortal es lo más probable en lo que te podrás convertir.

La sinfonía de sabores, la fruta siempre en su punto, dulce, deliciosa hace patente la diferencia de educaciones. Mientras el gringo medio se tomará sus tortitas con sirope y su revuelto de huevos con tocino y salchichas, cualquiera para quien el sentido del gusto no es uno más de los sentidos, levitará entre tanta sabor único y tanto color irrepetible.

Experiencias para olvidar, unas cuantas. Pero recuerdo, por las expectativas generadas, dos. El Meliá Alicante y el Plaza de Curaçao.

Una vez realizado este paseo por hoteles de los 5 continentes ustedes se preguntarán, cual es el hecho diferencial que convierte un hotel bueno en uno malo…y viceversa. Obvio…el zumo de naranja del desayuno.

En un emplazamiento irrepetible, una Isla conocida desde la antigüedad por sus frutas (se denomina Curaçao, Curación en portugués, por las frutas que los marineros podían tomar alejando el fantasma del escorbuto), me ofrecieron el zumo de sobre más vomitivo que recuerdo haber tomado…o no…En Alicante casi les ganan.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

MIAMI...COMO BENIDORM PERO HABLANDO ESPAÑOL

Sé que esta entrada me va a traer quebraderos de cabeza. Los oriundos de Miami se van a subir por las paredes y...¿por qué no?, los de Benidorm tambien...
Llegué ayer al pais de los gordos increibles. Esos que se caen de la cama por los dos lados a la vez. No, no me gusta este país, lo siento. Todo hecho para sacar la pasta porque sí, empezando por la propina obligatoria.
Miami, desde el cielo, es como las marismas de Doñana sin flamencos (De los del pico rosa y las patas largas tampoco). Todo es agua. El día que el Artico se deshiele un poco más de la cuenta, aquí nos vamos a reir.
El camino desde el Aeropuerto hasta el hotel, en Miami Beach, se hace rápido, sin atascos. Una vez en el hotel...estando en Miami Beach...uno de playa, como Benidorm
Claro, aquí ver llegar a un pavo con un maletón y ordenador canta que te cagas. "Este viene de tapadera, seguro" supongo que es lo que piensan.
Miami Beach es una franja de tierra que se adentra en el Mar. Poniéndonos patrios, como La Manga.
Lo mejor de todo es que todos te hablan en un delicioso español con acento cubano, no como en Benidorm que, dependiendo donde te dejes caer no escuchas otra cosa que inglés.
La ventana de mi habitación da al mar. Un mar inmenso, azul.
La primera en la frente. He hecho 10.000 kms para tener una reunión, y nada más llegar me encuentro un correo que me la cancelan...para que luego digan de la seriedad gringa. Tiro de teléfono, lloro adecuadamente, al final se jode...nos reunimos...la semana que viene en Panamá...el que viaja ahora es él.
Mi vuelo ha durado 10 horas más la espera. 10 horas de correos electrónicos de gente histérica porque su petición es de vida o muerte. A las 5 de la tarde, hora local, me pongo a contestar en vez de irme a dar un paseo. No acabo hasta las 9, donde me indican que para cenar y ver gente he de ir a Lincoln Road.
Me atrevo a tomar el bus. 2 $, pero es un deporte de riesgo. No pidas billete para la nota de gastos. No hay. Si el bus se da una castaña, el seguro idemnizará a los que pagamos y a los que se colaron o...me da que no pagará a nadie.
Lincoln Road es una zona peatonal llena de tiendas y restaurantes. Yo quería ir a La Pequeña Habana. La recepcionista del hotel, cubana, me dijo que a qué iba ahí, si ahí no había nada. Lincoln Road, me dice...debe de catalogarme como masa....
Tengo un par de encargos. Mi hija quiere un plumas de una marca rara que solo parece que hay aquí, pero buscar un plumas en Miami no es sencillo, por no decir posible, y desisto.
Carmen quiere unas gafas. En Lincoln Road los precios son como en Madrid. Para eso que las compre allí y se divierte.
Mucho argentino en Miami. De esos que dejan que las facturas las paguen los pobres, porque ellos sacaron toda la plata del pais antes. Argentinos y de cualquier lado, hablando todos los acentos en español que os podais imaginar.
Es curiosa la pareja prototípica gringa. O bien esos dos gordos imposibles que necesitan dos camas de matrimonio para dormir, o bien el gordo con la Barbie de menos de 40 kilos, que parece que se va a romper a la mínima.
El desayuno incluido en mi hotel es patético. Eso sí, para variar, los desechos son industriales. Dispensadores de platos de papel, de vasos, de cubiertos de plástico...cada desayuno acaba con kilo y medio de material desechable. Lo único que hay son dulces rellenos de chocolate de a 15.000 calorias cada porción. Si quieres una tortilla o un zumo, una pieza de fruta...empieza a rascarte el bolsillo. Este es el mismo pais del no fumar, de la comida macrobiótica y del agua de las montañas del Himalaya. Que hay que comer saludable...y caro. Si quieres comer barato...la basura es baratísima...y las raciones grandes
Y el personal es feliz en ese paraiso de plástico donde todo está tasado y es de cartón piedra. Ese paraiso de los pobres donde, a cambio de los ahorros de todo un año les dejan tomar el sol en Florida una semana, mientras sacan fotos para enseñar al vecindario.
Me voy al Aeropuerto. En un restaurante, la cajera, una cubana, me da las vueltas y me dice "toma mi amol". Soy un caballero español. La nuez me sube y me baja. Fuera no me lo dice, que me conozco. No necesariamente en la calle, en el pasillo mismo, sin el parapeto del mostrador...
Me estoy yendo a Curaçao. Es divertido oir hablar holandés a un camarero negro, y no español como en Amsterdam...

martes, 19 de enero de 2010

LA SEGREGACION RACIAL O UN PASEO POR HARLEM

Este no es un blog politicamente correcto. Creo que algún avispado lector ya se habrá dado cuenta de ello. Hace mucho tiempo que dejé de pedir perdón por las cosas de las que no era responsable. O sea, que si alguien espera que pida perdón por la Guerra Civil va de culo. Entre otras cosas porque antes de que llegase Zapatitos, el único que hablaba de eso era el hijo de un relevante fascista de Azpeitia llamado Arzallus, y me parecía un casposo de cojones, totalmente desconectado de la calle.Tampoco harán que pida perdón por la conquista de América. Lo primero porque entonces yo era muy pequeño ;-) , lo segundo porque si alguien ha de pedir perdón serán los abuelos de los que están allí. Los míos nunca salieron de España. Con lo que cada vez que Fidel Castro habla de genocidio me descojono en estereo.

Con todo esto, lo que pretendo decir es que por mucho que la corrección política diga que son galgos, si son podencos...lo son, no son galgos.

Carmen, que ha trabajado en varios paises del mundo tenía un compañero de Ghana cuando trabajaba en Londres. Cada vez que al africano no le daban la razón, decía que le discriminaban por ser negro, hasta que Carmen le dijo que no, que le discriminaban porque era idiota, que es algo muy diferente. (Como cuando a tantas políticas del Gobierno, comenzando por la Inefable Espinosa, le dan un repaso a causa de su ineptitud, y se defienden apelando al machismo de los críticos. Si esa es la defensa, casi mejor que se callen porque todavía quedan mucho más patéticas)

El último día de estancia en Nueva York, quería dar una sorpresa a Carmen, y me informé acerca de un oficio religioso con buen Gospel, por supuesto en Harlem. Si despues nos metíamos entre pecho y espalda un buen brunch sureño, miel sobre hojuelas.

Harlem no tiene nada que ver con el Harlem de antes de Giuliani, pero ir de noche no es como pasear por la Gran Via. Lo primero de lo que te das cuenta es de que, a medida que vas yendo hacia el norte en el metro, los rostros pálidos son menos, y los negros, negros son más, muchos más. Parece mentira que pueda existir una diferenciación tan grande de gente en unas pocas calles de distancia.

Llegamos a la calle 145 y buscamos donde estaba la Iglesia. Yo me había informado de que tenían oficio a las 9 y a las 11. En su página web decían que a las 11 se admitían a turistas. Yo, intrépido aventurero, pensé que no nos dirían nada por presentarnos a las 9.
Una riada de gente vestidos de "Paseando a Miss Daisy" se dirigían a la Iglesia. Todos de punta en blanco. Al llegar enfilé rápido la puerta cuando un armario ropero de 3X3, vestido de chuloputas de película de serie B (No le faltaba detalle, ribetes de piel en el abrigo, botas en punta, cuellos de camisa diseñados por un Ingeniero Aeronaútico, cadena de oro de a kilo y gafas de sol con protección 45 de metro cuadrado cada lente) me indicó que los turistas habían de ir a la cola. ¿Y este pavo por qué se pensará que yo soy turista? Podía haber pensado. Uno que es bastante viajado se dió cuenta de porque no llevaba cadenón de oro ;-)

Al mirar la cola me deprimí. Parecía la de un comedor social. Todos blancos blanquísimos y pretendiendo que como íbamos a ser los únicos nos dejarían pasar. Nos situamos en nuestro sitio pensando que una vez que ellos se hubiesen acomodado, los locales, nos dejarían pasar. Y ahí que comenzó a pasar el tiempo hasta que se me inflaron los huevos y fui a la puerta de la iglesia, encontrándomela cerrada. El hijo de puta del chulo de la puerta nos había mandado a la cola hasta las 11, como si no tuviésemos otra cosa que hacer.

Y es que cuando te segregan racialmente te jode, aunque los que te segreguen sean los que se quejan de lo que les pasa a ellos.

Decidí que un armario ropero no me iba a joder la mañana y nos encaminamos a la calle 125 a meternos un brunch entre pecho y espalda en un local famoso por su música Soul los domingos por la mañana. ¡Qué decepción! La socialización es lo que tiene. Hasta las 11 no abrían y yo lo tenía planeado todo para estar en el hotel a las 11, recoger a los niños y marcharnos al aeropuerto.

O sea, que esta es la historia de aquello que pudo ser y no fue, pero que no sea porque no se intentó.

Supongo que alguno se descojonaba detrás de una cortina viendo los vanos intentos del turista blanco pretendiendo conocer el Harlem negro, y así me sentía yo, jodido.

La próxima vez que lea algo de segregación racial en Estados Unidos me acordaré del cabrón de la puerta, por muy politicamente incorrecto que resulte, ¡y que se joda!