RECUENTO
Me casé enamorada, como la mayoría: con los pies en el
aire y la cabeza quién sabe dónde, mirando al elegido como a un príncipe azul,
o de menos al profesionista que me sacaría de este burdel de mala muerte. Y en
cierta forma no me equivoque: ahora solo trabajo para él, y para mi amante.
MEMORIA
Cuando la ausencia toma
posesión de los recuerdos, todo se desvanece, aun los espectadores que creían
estar ahí.
VACUIDAD
Nada llena el vacío de una
casa abandonada. El silencio cenizo —en su andar de polvo— recubre las paredes
y los pisos, siempre a la espera de unos pies y unas manos que lo sientan. De
su olor intemporal —húmedo o seco— no digo nada: el tiempo es caprichoso y huele
como quiere.
MALABARISTA
La cuerda camina alrededor de su cuello sin perder el equilibrio.