En esta época del año es fácil pillar un buen resfriado, sobre todo porque el transporte público lleva el aire acondicionado a tope, que parece que todos los conductores de autobús están con la menopausia. El secreto está en llevar en el bolso alguna chaquetilla, aunque es muy triste tener que abrigarse cuando ya ha empezado el verano.
Cualquier día nos encontramos a un oso polar y a unos pingüinos en el bus, porque han decidido que la temperatura es ideal para su hábitat.
De todos modos, hay algunos conductores que rayan la esquizofrenia, ahora lo ponen, ahora lo quitan (una de cal y una de arena). ¿Se estarán vengando por algo? Ahí lo dejo, meditadlo.
A mí me da risa imaginarme a los conductores sufriendo sofocos y cambios de humor, aunque a veces alguno lleva una cara de pocos amigos que no me sorprendería averiguar que realmente están sufriendo la menopausia. Como cuando les dices buenos días y te responden gruñendo. Por fortuna, mi habitual suele llevar música muy alegre y está de buen humor, todavía no habrá entrado en la edad crítica.