Un reconocimiento por lo que estamos haciendo en materia de jóvenes lgtb.
Fue una noche preciosa, una gala divertida, a la vez que reivindicativa, y emotiva.
Se nos entregó al Comité Extremeño contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia el premio “Somos iguales”, un premio que, como dije al recogerlo, define perfectamente la filosofía con la que trabajamos desde el Comité, fomentando el respeto y una convivencia sana, pacífica entre las personas jóvenes de la región.
Nuestro sueño es que llegue un día, pronto, en que cualquier chica o chico de cualquier punto de Extremadura pueda decidir a quién amar libremente, sin condicionamientos, sin prejuicios, y, sobre todo, sobre todo, sin sentirse nunca discriminado por ello.
Porque todas y todos tenemos ese derecho a la felicidad, el mismo derecho. Y esa es una causa noble por la que nos engrandece luchar.
Por eso ese premio fue tan emotivo para mí, por eso me sentí tan honrada por recogerlo. Y es de todas las personas que trabajan en ello cada día, desde el Instituto de la Juventud, y desde todas las organizaciones que forman parte de esa gran plataforma que es el Comité.
Ahora que, como de vez en cuando, hay quien sale de la caverna para avisar de que pretenden dar pasos atrás, de que pretenden quitarle a la gente unos derechos para que tengan menos que otros, para que sean ciudadanas y ciudadanos de segunda, ahora, hay que seguir peleando.
Y ahí seguimos, luchando, con más ilusión aún.
Fue una noche preciosa, una gala divertida, a la vez que reivindicativa, y emotiva.
Se nos entregó al Comité Extremeño contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia el premio “Somos iguales”, un premio que, como dije al recogerlo, define perfectamente la filosofía con la que trabajamos desde el Comité, fomentando el respeto y una convivencia sana, pacífica entre las personas jóvenes de la región.
Nuestro sueño es que llegue un día, pronto, en que cualquier chica o chico de cualquier punto de Extremadura pueda decidir a quién amar libremente, sin condicionamientos, sin prejuicios, y, sobre todo, sobre todo, sin sentirse nunca discriminado por ello.
Porque todas y todos tenemos ese derecho a la felicidad, el mismo derecho. Y esa es una causa noble por la que nos engrandece luchar.
Por eso ese premio fue tan emotivo para mí, por eso me sentí tan honrada por recogerlo. Y es de todas las personas que trabajan en ello cada día, desde el Instituto de la Juventud, y desde todas las organizaciones que forman parte de esa gran plataforma que es el Comité.
Ahora que, como de vez en cuando, hay quien sale de la caverna para avisar de que pretenden dar pasos atrás, de que pretenden quitarle a la gente unos derechos para que tengan menos que otros, para que sean ciudadanas y ciudadanos de segunda, ahora, hay que seguir peleando.
Y ahí seguimos, luchando, con más ilusión aún.
Susana Martín Gijón.