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martes, 19 de enero de 2010
El libro supremo
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martes, 5 de enero de 2010
Terapia anual
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Según contaba todo esto, el paciente iba poniéndose más y más histérico, con los ojos grandes como dos enormes ceros, para echarse a llorar a continuación. El doctor, sobrepasado, le dijo que era normal, que no tenía que martirizarse, que en ese momento era mejor llorar y echarlo todo. Y le despidió con una palmadita en la espalda, contento por no estar en su lugar: ¿quién querría ser el aterrado, el angustiado año 2010?
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