30 de junio de 2021

La montaña mágica

Canto yo y la montaña baila
de Irene Solà.

Al principio la lectura resulta frustrante por tanto desorden narrativo, por la imposibilidad de agarrarse a algún personaje bien definido y por la ausencia de un hilo temporal claro. Poco a poco te vas acostumbrando, aceptando, tolerando, y uno acaba saboreando el caos con gusto. 

Irene Solà sabe escribir muy bien, no hay duda. Aquí saca la varita para plantear una especie de realismo mágico de la montaña, con una prosa muy expresiva, desarrollando situaciones y anécdotas con cierto lirismo rural y pinceladas mitológicas. Lo mejor de todo es que la expresividad de la autora encaja perfectamente con el entorno que describe, de tal manera que forma y contenido cabalgan en armonía.

Se le podría achacar que no plantea reflexiones agudas, ni tiene una profundidad enriquecedora, pero lo compensa de sobra con una prosa característica y una visión singular de la naturaleza, el pueblo y la montaña que te da ganas de ir a vivir allí. Además, tiene capítulos sugerentes y la antropomorfización, un recurso que en general suele ser espinoso, funciona bien.

Es evidente que Irene Solà tiene mucho potencial. Posiblemente sea la mejor escritora joven de España (incluyendo machos y hembras hasta los 40 años de edad) que he leído hasta la fecha. Una pena que no escriba en español para poder degustar su obra en versión original.

28 de junio de 2021

Salto al vacío

Gente normal de Sally Rooney.

Pelotazo comercial (más de 1 millón de copias vendidas + serie) al que uno entra con dudas y acaba saliendo satisfecho, no por lo leído, sino por el acierto de su intuición. Otra mediocridad y nothing more.

Empezamos con diálogos incrustados en el texto sin guiones ni comillas. La autora debe pensar que esto es moderno o que aporta un extra de fluidez, pero lo que consigue es que a veces haya que releer para entender bien alguna parte, sobre todo al principio. Nevermore.

Seguimos con una narración tan precaria que tiene que recurrir (en su versión original) al uso constante de "he", "him", "she", "her". Apoteósico nivel literario, ni siquiera percibe lo molesta que es esa repetición y la falta de riqueza que denota. Nevermore.

La estructura con saltos temporales es cuestionable, pues permite que la autora deje sin desarrollar ciertos aspectos de la relación y se limite a contar anécdotas puntuales para mover hacia delante el relato. Esto ayuda a que el texto no tenga exceso de grasa y sea ágil, pero con frecuencia da la sensación de que faltan elementos. Nevermore.

Los saltos temporales acompañan formalmente a esa relación on and off de los protagonistas, pero en muchos casos se usa para no desarrollar los conflictos y las implicaciones profundas de sus actos. Cada elipsis parece un intento de huir de las exigencias narrativas. Nevermore.

Un detalle que refleja imprecisión es que un capítulo se llame, por ejemplo, "septiembre 2012" y nos hable de primavera o de abril. Rooney no tiene ninguna necesidad real de poner los meses en los títulos.  Nevermore.

Falta profundidad a todos los niveles y la intermitencia de los afectos de la pareja acaba haciéndose repetitiva. Tampoco ayuda la poca variedad de incidentes y que el disfrute de la prosa sea nulo. Nevermore.

Lo mejor que se puede decir de la novela es que se lee fácilmente. Una literatura descafeinada, desnatada, light, baja en calorías, para lectores poco exigentes. Nevermore.

*Palabras de mi mujer después de leer esta crítica: tienes razón en casi todo lo que dices y soy consciente de los defectos del libro, pero eso no impide que me guste. Ahí queda eso.

24 de junio de 2021

A topez

Correr de Jean Echenoz.

Novela sobre las veloces andanzas de Emil Zátopek, corredor checo que se convirtió en una de las leyendas del atletismo mundial. Jean Echenoz, con una prosa que parece imitar el estilo tosco pero efectivo del propio Emil, se limita a narrar las hazañas deportivas de este hombre, sin indagar en el aspecto psicológico o emocional, aunque sí hace algo de hincapié en el contexto histórico. A pesar de ser una novela breve, 140 páginas, en el tramo final, la acumulación de heroicidades acaba haciéndose repetitiva. Curiosidad que se deja leer y poco más.

21 de junio de 2021

Mild-red

Sobre el duelo de Chimamanda Ngozi Adichie.

Adichie escribe sobre la muerte de su padre, que ocurrió en junio de 2020, en pleno confinamiento global. Texto breve que funciona como curiosidad en el que la autora, más que reflexionar con profundidad o buscar cierta emotividad, parece que se desahoga de manera espontánea y ligera. Moderadamente interesante, sin destellos de ningún tipo. Hay que decir que si este texto lo escribe un autor desconocido, no se lo publican en la vida.

18 de junio de 2021

Alis Cooper

How to Be Both de Ali Smith.

Quería leer algo de la autora y posiblemente haya elegido el libro equivocado. 50 páginas de sudor y lágrimas aguanté antes de tirarlo por la ventana. Ya tenía mis dudas por no haberlo visto traducido al español. Escalar el Annapurna no es nada comparado con intentar leer esto en versión original (hay bastantes casos en los que la traducción puede suavizar ciertas asperezas). No es una cuestión de gusto, sino de que esto intenta ser literatura posmoderna a toda costa, sin importar que detrás tiene que haber un lector. Ali Smith no hace concesiones y lo que sucede es que esto es como un espectáculo de fuegos artificiales dirigido por una ciega cuya condición le impide determinar factores como la dirección, los colores y el ritmo de las explosiones. El bullicioso caos aéreo que se forma no será del agrado de ningún adulto, aunque algún jovenzuelo despistado, quizá ciego también, puede que disfrute la randomness.

16 de junio de 2021

Sin Tzu

Trilogía de la guerra de Agustín Fernández Mallo.

Tras un esfuerzo cuasialpinístico pude acabar el "libro primero" y asomarme al "libro segundo", pero no tuve éxito con este último. Es decir, me leí casi la mitad del todo (algo más de 200 páginas). Hay que reconocer que la escritura de Agustín Fernández Mallo ha mejorado con los años, aunque no lo suficiente para convertirse en un autor notable. Sabe generar cierta intriga, sabe plasmar en el papel esa conexión absurda de estímulos infinitos que ha desencadenado internet en nuestras mentes y de vez en cuando añade curiosidades interesantes.

Problema 1: tiene un estilo excesivamente descriptivo y una prosa, digamos, poco estética. Esto impide que se pueda disfrutar la lectura de manera inmediata. En ocasiones también se enreda en detalles tediosos y cuesta avanzar.

Problema 2: las conexiones entre elementos aparentemente dispares son demasiado aseadas y muchas veces salta a la vista que estamos ante una ficción. Otras veces las conexiones son gratuitas y da la sensación de que el fin último del texto es conectarlo todo sin motivo aparente.

En esencia, Trilogía de la guerra es una catarata de ideas y ocurrencias y puntos que se conectan entre sí pero que ¿hacia dónde van? Parece que Fernández Mallo se conforma con demostrarnos todas las curiosidades que almacena en su cabeza, entretejiéndolas de cualquier manera; esto por sí solo no tiene ninguna trascendencia ni es capaz de sostener tanto texto.

11 de junio de 2021

Jaque mate pastor

Todos los hombres del rey de Robert Penn Warren.

Páginas completadas: 72/776 (luego me castigan porque soy sincero). El comienzo tiene una fuerza innegable y la expresividad del autor deja algunos detalles sugerentes de vez en cuando, pero poco a poco nos vamos adentrando en un territorio plúmbeo, de ritmo letárgico, que es difícil de digerir. La sobrecarga de descripciones irrelevantes y el estancamiento argumental (ausencia de incidentes interesantes/extensión excesiva de partes tediosas) van llenando la mochila de piedras hasta llegar al agotamiento, y ya veis que éste llega pronto. Leí la edición restaurada de Anagrama y casi como compensación cósmica, aunque la narración no puede ser denominada "económica", la lectura sí lo fue, ya que saqué el libro de la biblioteca, sin ningún perjuicio para mi bolsillo.

9 de junio de 2021

El tercer escalón

Niveles de vida de Julian Barnes.

Tres niveles, tres capítulos, que parten de la premisa de que, parafraseando, si se juntan dos cosas que nunca antes se habían juntado, el mundo cambia. Llámese esto "amor", "literatura" o "vida". Los dos primeros capítulos se centran en el origen de los globos aerostáticos. Aquí Barnes deja algún destello, pero nada memorable. El tercer capítulo es bastante mejor, ya que reflexiona sobre la muerte de su mujer con bastante agudeza, profundidad y emotividad. De vez en cuando lanza alguna referencia para intentar conectar los tres capítulos, dibujando un texto con tres niveles de altura, pero es un intento fútil, puesto que el tercero destaca tanto que los otros dos se vuelven relativamente insignificantes. Le pongo una estrella simplemente porque el tercer capítulo es extraordinario.

4 de junio de 2021

Antes de la "s" va la "n"

Ordesa de Manuel Vilas.

88 páginas son suficientes para llenarte, o para darte cuenta de que, a pesar de ellas, sigues con hambre. Torrente abrumador de ideas y reflexiones poco desarrolladas y sin estructurar. No plantea escenas concretas, ni situaciones con un mínimo de enfoque; el autor se limita a vomitar lo que le sale de la cabeza sin orden. Uso "vomitar" por su cercanía literaria con la definición wikipédica del acto: "expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca". En la página 22 intenta justificar el caos narrativo diciendo que su madre era igual y que a lo mejor refleja el "desasosiego personal". No me vale. Más allá de alguna ocurrencia interesante, Manuel consigue poco. Paradójicamente, muchas veces los escritores vomitan para poder comer. Este es uno de esos casos.