De vacaciones en Cuenca. |
El mismo día
que acababan las clases salimos pitando. Acabamos cansad@s y bastante
estresad@s. Yo, aunque ya sabéis que estoy de excedencia, me reincorporo el
curso que viene, así que estuve trabajando por amor al arte, claro. Pero así es
esto; reunión de futuras familias, preparar y mucho preparar... el caso es que
fue de sopetón, sin la adaptación previa que requeriría, pasé de 0 a 100 en un
día, así que me agobié un pelín. Tuve que buscar ratos cómo y dónde pude (llegué
a reunirme con mi pareja educativa en los columpios del barrio, con nuestros
respectivos hij@s, jajá).
Así que lo
dicho. Cogimos la furgo y nos fuimos unos días al mar, luego volvimos para San
Fermín, y escapamos de nuevo, esta vez a tierras Castellano-Manchegas. Agua,
mucha agua, vegetación y descanso. Maddi se lo ha pasado pipa, salvaje como es
ella, en su salsa. Hemos visto decenas de libélulas, más que en toda mi vida (¿sabíais
que son bioindicadoras?), ciervas con sus cervatillos, zorros, y hemos oído
(que no visto, claro) una nutria saltar al agua.
Lo mejor, la
desconexión absoluta. Me dejé el móvil en casa, y nada de internet. No os voy a
negar que he echado de menos navegar un pelín, pero se me olvidaba rápido
cogiendo el libro que estaba leyendo.
De allí nos
fuimos a la costa, un par de días a visitar a l@s otr@s abuel@s (amatxi y
aitatxi). Muuucha calor para nosotr@s, y demasiada gente. Así que ya estamos de
vuelta..
De vuelta en casa. Al rio en bici. |
Llevamos un
par de días en casa ya. No hemos tenido tiempo de casi nada, pero la verdad es
que se está muy bien aquí. Simplemente eso, estando, egonean egon.
Poco a poco
me iré poniendo al día de lo que ha pasado por aquí en mi ausencia; coses
conmigo, sorteos... e intentaré retomar el ritmo del blog, cosa que no va a ser
fácil, entre otras cosas porque aquí no ha llegado el ADSL, y seguimos pensando
como lo vamos a hacer. (satélite, pincho...)
Y esto es
todo por hoy, que es mi cumple y me voy a regalar un montón de momentikos, que mis
36 tacos lo merecen.