Lo prometido es deuda, así que aquí tenéis la receta de los Polvorones o mantecados, sí es lo mismo. Después de indagar por la red, lo único que los diferencia es la forma que se les dá, así que yo para que no se peleen entre ellos, los he hecho todos redonditos.
Contaros que esta receta, junto con la de los roscos de vino, son de las recetas auténticas, las que hacían nuestras abuelas en las casas. Así que no vamos a utilizar otra cosa que nuestras manos, el cariño que le aportamos mejora mucho el sabor y os va a transportar a vuestra niñez, sino ya me contaréis.
Deciros que los polvorones o mantecados son originariamente de Antequera, pueblo de mi Málaga y que se empezaron a hacer a raiz del excedente de cereales de la época ¡que buena idea tuvieron! y se usa manteca de cerdo, el aceite en aquellos tiempos era algo muy muy cotizado.
Vamos a lo que vamos, la receta:
INGREDIENTES:
200 gr de harina de arroz.
125 gr de maicena.
25 gr de harina de teff, amaranto o trigo sarraceno.
40 gr de almendras molidas
80 gr de azúcar glass.
125 gr de manteca de cerdo a temperatura ambiente.
60 ml de anis dulce.
1/4 de cucharadita de canela molida.
1/4 de cucharadita de goma xantana.
ELABORACIÓN:
Vamos por partes, lo primero es tostar la harina la víspera, paso que no debes de saltarte, no vale la dejo enfriar en la ventana y esas cosas, el sabor no es el mismo con la harina reposada durante toda la noche que enfriada en 30 minutos.
Para ello ponemos sobre la bandeja del horno un papel y echamos las harinas junto con las almendras molidas, previamente integradas. Encedemos el horno a 130º y durante treinta minutos las tostamos, removiendo de vez en cuando, no tiene que coger color, sólo es para quitarle el sabor a "harina". Ponemos en un cuenco grande y a esperar.
A la mañana siguiente, en ese mismo cuenco hacemos un volcán y ponemos la manteca de cerdo, el azúcar glass, el anís dulce, la canela y goma xantana. Empezamos a amasar con las manos.
La masa resultante ha de quedar homogénea pero suave, no seca como la de galletas. Si véis que no queda así podéis poner un poquito más de anís o un chorrito de agua o de leche. Dejamos reposar en el frigorífico tapada durante 30 minutos, para que coja cuerpo.
Pasado ese tiempo estiramos entre papeles de hornear y dejamos un grosor de 6-7 mm, (un dedo de gordo como diría mi abuela). Cortamos con un cortador redondo de unos 4-5 cm. Salen como unos 18-20 aproximadamente, yo he pintado la mitad con huevo batido y sésamo y la otra mitad sin nada. Dejamos reposar mientras se precalienta el horno a 200º.
Y ahora la parte más importante del proceso, el horneado, que no es otra cosa que secarlos en el horno.
Ponemos el horno el posición grill, introducimos la bandeja en la ranuna más alta del horno y los dejamos allí durante 10-11 minutos, ni uno más sino te servirán de arma arrojadiza, jajajaja.
Sacamos del horno y con muchísisisisismo cuidado los pasamos a la rejilla a esperar a que enfríen, decorar con azúcar glass y listo.
Sólo decíros que mi Rubén lo único que preguntaba era...¿has hecho ya la foto? ¡no sé si voy a poder aguantar para comerlos!
Y ahora me voy a la cocina a seguir preparando cositas para esta noche.
¡Feliz Navidad! Un besote.