Ha acabado el Dakar. En el semisopor de la tarde de domingo, asisto distraído a las entrevistas con quienes concluyeron la competencia. ¿Qué de nuevo podría esperarse de las preguntas de un voluntarioso periodista deportivo?
Bueno, algo así:
Periodista:
Lo felicitamos por el logro, no ha de ser sencillo arribar, etc., etc., etc., [...]
Recién estaba Ud. en el podio y comentaba en otra entrevista sus sensaciones sobre el podio. Pero ahora, ya pasada la ceremonia, ¿cuáles son sus sensaciones inmediatamente luego de bajar del podio... ?
Mismo periodista, minutos después, en diálogo con una de las pocas mujeres participantes:
Periodista: Eulalia Sanz, ¿cómo se ha sentido Ud. siendo una de las pocas mujeres en esta dura competencia?
E. S.: bien, muy bien, etc., etc., etc.
Periodista: quince días rodeada casi exclusivamente de hombres, ¿con quiénes se ha hecho más amiga en este tiempo?
E. S.: pues... con todos, me he llevado bien con todos...
Periodista (interrumpìéndola): ... pero seguro Ud. ha tenido más relación con algunos... ¿con quiénes?
E. S.: ...pues con todos me he llevado igual de bien...
Periodista: ... sí, claro, ¿pero con quiénes en especial?
E. S.: ... (se rinde)
De nuevo nuestro hombre, en diálogo con otro competidor:
Periodista: Lo sabemos un gran apasionado del Dakar, seguidor fiel desde hace años de todas sus ediciones, salvo de aquella que no se hizo...
(Y todo eso en menos de cinco minutos. Un talento impar para la pregunta original, el tipo.)