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viernes, 13 de octubre de 2017

CORREDOR NE A LA CIMA ESTE DEL ESPIGÜETE (2.444 M)

Peña Prieta desde los alrededores del puerto de S. Glorio
Hace poco rescaté un montón de fotos de los últimos 10 años, y había una carpeta de un viaje a Palencia en 2008, de cuando vivía en Madrid, que casi no recordaba. Al ver esas fotos estuve recordando la "epopeya" de aquel fin de semana de enero. Salimos el viernes por la tarde hacia el puerto de San Glorio, a 450 km, en mi viejo Ibiza y pasamos la noche en el puerto, junto al coche. La idea era hacer el sábado un corredor en la cara Norte de Peña Prieta, el techo de Palencia (2539 m). Pero el acceso a la cara N de Peña Prieta desde San Glorio es larguísimo; hay que subir unos 500 metros de desnivel hasta un collado (el Portillón de las Yeguas), seguir subiendo y bajando por lomas hasta otro collado (el de Robadoiro), y ya desde allí se ve la cara Norte en todo su esplendor. Pero aún hay que bajar un poco más hasta la base de la cara Norte.
Collado de Robadoiro, ya se ve la cara Norte al fondo
Nunca fuimos muy madrugadores, ni siquiera en este tipo de actividades alpinas en invierno, y no recuerdo a qué hora sonó el despertador, pero puedo asegurar que ya había amanecido cuando salimos del saco. Según la guía, desde el puerto son dos horas y media hasta la base del corredor, así que ya íbamos tarde... Yo no recuerdo cuanto tiempo pasó, pero recuerdo que se me hizo eterno, que iba pasando el tiempo y no llegábamos a ningún sitio. Al alcanzar el último collado, viendo lo que habíamos tardado en llegar allí, la hora que era, y que aún teníamos que bajar para alcanzar la base de la pared, decidimos darnos la vuelta. Son 500 metros de corredor (unas 4 horas según la guía) y el descenso, aunque eso era lo que menos me preocupaba; es una bajada relativamente cómoda por una loma hasta el collado de Robadoiro, y desde ahí por el camino de subida; quizá otras dos horas.

La Norte de Peña Prieta
De modo que volvimos al puerto de San Glorio deshaciendo el camino que habíamos hecho por la mañana. Desde ahí, fuimos hacia Cardaño de Abajo para hacer el Corredor NE del Espigüete el domingo. El Espigüete es una montaña de modesta altitud (2450 m), pero de unas dimensiones considerables. Yo ya había estado aquí en verano de 2006, escalando la Cresta Este, un itinerario  muy fácil  (PD, pasos aislados de II o II+) pero muy largo, de unos 1100 metros de desnivel y más de 3 km de recorrido. En aquella ocasión, bajando por la pedrera de la cara Norte con el enorme Espolón Norte a nuestra derecha, me hice una idea del tamaño y las dimensiones del Espigüete.
Vista de Picos de Europa
A mitad del recorrido de la carretera que une Cardaño de Abajo y Cardaño de Arriba está la antigua zona de acampada de Pinollano, donde hay un pequeño recinto donde dejar el coche, justo en la base de la Cresta Este. Desde ahí, sale una pista hacia el oeste junto al arroyo de Mazobres, que da acceso a las caras Noreste y Norte, y llega hasta un pequeño refugio del antiguo ICONA. De nuevo, pasamos la noche junto al coche, y madrugamos algo más que el día anterior, pero no lo suficiente... Según la guía, en unos 15 minutos se alcanza la cabaña y en menos de una hora, una pequeña cueva al inicio del corredor. Nosotros tardamos cerca de una hora en llegar a la cabaña; ya empezábamos a cuestionar los horarios de la guía... O somos unos mataos, o los autores de la guía indican unos tiempos a la carrera (bueno, hay que aclarar que los autores de la guía son miembros del GREIM de la Guardia Civil) o las dos cosas, porque a mí no me cuadraban los horarios.
En el Corredor NE
Casi una hora después, hicimos una parada junto a la cueva de la base del corredor para comer algo, ponernos los crampones y preparar el material. Recuerdo que al poco de empezar el corredor en sí mismo, nos topamos con una especie de chimenea bastante vertical con la roca seca. Serían 4 ó 5 metros, pero ya tuvimos que parar a ver el paso. Con las manos en la roca y las puntas de los crampones apoyadas en una pequeña repisilla, me subí y di otro paso. Ahí vi un clavo en una fisura y pensé, "claro, este tramo es para hacerlo atado...".Hice un paso más, y ya pude clavar los piolets en la nieve y salir de la chimenea a una pala de unos 50º. Subí un par de metros por la izquierda de la pala, buscando un lugar donde montar una reunión en la roca, pero no encontré nada. Así que hundí el ancla de nieve, me aseguré a ella y le eché un cabo a Carol para que subiese ese tramo encordada. Ella llegó sin problema en unos minutos, se desató y salió corriendo por la pala mientras yo recogía la cuerda. Ya no volvimos a juntarnos hasta la cima. Después de esa primera pala donde sudé un poco, la inclinación bajaba a unos 35º. Seguí subiendo ese tramo unos 15 ó 20 metros por detrás de Carol, y girando ligeramente a la izquierda por palas algo más inclinadas, fui pasando entre las rocas por donde había pasado ella, pero poco a poco fue ganando distancia hasta que dejé de verla. Algo más arriba, la inclinación volvía a subir hasta unos 50º. Cuando llevaba un trecho en esa pala, paré un momento, no recuerdo para qué, y levanté el brazo derecho dejando el piolet colgado de mi muñeca. Pero la dragonera no estaba ceñida a a muñeca, y al levantar el brazo, el piolet cayó. Ya lo veía cayendo hasta el final de la pala y perdiéndose en el vacío, y yo subiendo el resto del corredor con un solo piolet, sudando la gota gorda y tardando el doble de tiempo...
El evidente Corredor NE al Espigüete

Afortunadamente, el piolet se arrastró por la nieve y se detuvo a 7 u 8 metros por debajo. Respiré profundamente y bajé esos metros con el piolet que me quedaba y mucho cuidado. Recuperé mi piolet y ajusté las dragoneras de ambos para evitar el mismo error, y seguí subiendo sin más dificultad. Un poco más adelante la inclinación fue bajando hasta que llegué a la cima Este con las últimas luces de la tarde, donde me esperaba Carol pasando frío. Desde ahí, hay una pequeña bajada hasta el collado entre las dos cimas, y unos 50 metros más de subida hasta la cima principal. Mi intención era bajar por el Corredor N, pero para eso había que llegar a la cima principal. Otro error que cometimos (aparte de no madrugar) fue no llevar los frontales, así que decidí que bajaríamos por la Cresta E; aunque fuera más larga, contando con la luna llena tendríamos más luz que por la cara norte. Esa fue la suerte que tuvimos, y aun así tardamos 3 horas en llegar al aparcamiento. Yo llegué reventado, la última media hora de bajada ya no podía ni con los calcetines...
Al llegar a Pinollano, descansamos un rato, estuve estirando las piernas y me cambié de calzado porque no se debe conducir con las botas de madera. Recogimos las cosas y emprendimos el largo viaje de vuelta a Madrid, donde llegamos ya de madrugada.
De este fin de semana se pueden sacar algunas conclusiones; algunos errores que nos podían haber costado un susto o algo más. El más importante, creo que fue el hecho de no madrugar para meternos en una actividad tan larga (400 m de corredor, 1100 m de desnivel acumulado de subida y el descenso tan largo). Pero también influyó fiarnos de los horarios exprés de la guía sin ajustarlos a nuestro ritmo, no llevar frontal, llevar demasiado peso, beber lo justo durante la actividad... Todos estos errores a evitar darían para varios posts, que me gustaría ir escribiendo en los próximos meses.

martes, 26 de septiembre de 2017

EL MONTARTO (2833 M)

El Montarto desde el parking del Pont del Ressec. La cima es la punta más alta y alejada
El Montarto o Montardo, es una de las cimas más representativas del valle de Arán, y una de las más altas. Desde su cima tenemos una amplia panorámica hacia todas sus vertientes, desde el macizo de las Maladetas al suroeste, las cimas del Parque Nacional hacia el sur, la Pica d'Estats, Maubèrme, la zona de la estación de Baqueira-Beret... Su ascensión por la ruta Normal desde el valle de Valartíes es una de las actividades más clásicas del valle de Arán, un poco larga por el desnivel a salvar (más de 1400 metros de subida), aunque no es especialmente dura.
Antes de salir
Desde las primeras visitas al valle de Arán hace ya unos cuantos años, cada vez que veía la pirámide de la cara Norte del Montarto, bien visible desde muchos puntos del valle, me parecía una de esas montañas que te hacen pensar "algún día...". Ahora, después de algún tiempo viviendo en el valle de Arán, ya era hora de que llegara ese día; y viendo que la méteo para el domingo era favorable, decidimos subir a dormir al párking el sábado, pegarnos un relativo madrugón (la primera alarma sonó a las 7 de la mañana, lo que no es un despertar alpino, precisamente...) y meternos 1400 metros de desnivel el domingo. Según mis cálculos, serían unas 6 horas y media de ascensión, sin contar con la bajada (casi 3 horas más), una buena actividad, afortunadamente con buen tiempo... 
El refugio de la Restanca, a 2010 m
Empezamos la caminata por la pista que une el Pont del Ressèc con el Pontet de Rius poco antes de las 9 de la mañana, con algo de frío. Pero enseguida entramos en calor, ya que el primer tramo por la pista invita a llevar un buen ritmo. Al llegar al Pontet de Rius, un sendero bastante más inclinado que la pista sube por el bosque hacia la presa de la Restanca, junto a la que está el refugio de mismo nombre, a 2010 m de altitud. Me sorprendió la rapidez con que llegamos al refugio; yo había calculado un tiempo de casi dos horas, pero en apenas hora y cuarto estábamos a la puerta del refugio, aunque bien es cierto que llevábamos unas mochilas que no pesarían ni 5 kilos, y que todo el camino había transcurrido a la sombra. A partir de ahí, la cosa cambiaría. O no...
El Petit Montarto
Desde el refugio, el camino sigue las marcas del GR11 y sube unos 460 metros de desnivel por una especie de ancho canalón hacia el Coret d'Oelhacrestada, un collado al pie de la cara sur del Montarto. Cuando llegamos al refugio, el camino que debíamos tomar hacia el Coret aún estaba a la sombra, y quedaba un buen rato hasta que empezase a darle el sol, lo que nos permitió seguir avanzando a buen paso. Poco antes de llegar al Coret d'Oelhacrestada empezó a darnos el sol, y allí hicimos una breve parada para picar algo. Cuando continuamos la marcha, el ritmo ya no era el mismo: desde el collado la inclinación aumenta bruscamente, y debido a la hora el calor era ya importante. Aun así, seguimos avanzando lenta pero inexorablemente, viendo cada vez más cerca el objetivo. Un poco más adelante, identifiqué el Petit Montarto, un pequeño pico subsidiario que queda al sur de la cima principal y está separado de ésta por un collado, lo que nos dio ánimos para dar el último apretón hasta la cima.
Chechu, Tulu y yo en la cima
Hicimos una breve parada en el collado para ver posibles vías de bajada hacia el refugio, pero la única bajada viable es por el mismo camino de la subida. De modo que seguimos subiendo la cuesta herbosa que nos separaba de la cima, donde llegamos después de 4 horas y cuarto de ascensión, unas 2 horas menos con respecto a mis cálculos. En la cima estuvimos una media hora, comiendo, haciendo fotos y reconociendo algunos de los picos que nos rodeaban. Después, empezamos la bajada al collado que da acceso al Petit Montarto, al que también subimos, y seguimos bajando hacia el Coret d'Oelhacrestada (donde había un nutrido grupo de  franceses, de los que solo uno devolvió el saludo que les hicimos en su propio idioma...), y de ahí al refugio de la Restanca por el mismo camino de la subida.
Bajando hacia la Restanca
Durante la bajada al refugio, los dos ya estábamos deseando llegar al refugio, sentarnos a la sombra y tomar algo frío. Y así fue, en el refugio hicimos una última parada para refrescarnos, antes del tramo final por el bosque y la pista, de nuevo a a sombra.
Finalmente llegamos de vuelta al párking reventados pero contentos, después de 9 horas y cuarto de actividad y 1450 m de desnivel de subida (y lo mismo de bajada). Una actividad muy clásica y recomendable, en un entorno de alta montaña muy guapo.