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viernes, noviembre 22, 2019

Oliva (Nerja, Málaga)



Post corto para hablar de uno de ese tipo de restaurantes "quiero y no puedo" pero que a pesar de todo tienen un incomprensible éxito.

En muchos de mis posts suelo puntualizar que por una visita no puedo juzgar la trayectoria de un restaurante, y lo mantengo, pero a veces una sola visita sirve para hacerse una idea de lo que te vas a encontrar casi siempre como en el caso que nos ocupa ahora, el resturante Oliva de Nerja.

Este restaurante es uno de lo más recomendados por las diferentes guías y webs en la ciudad por lo que decidimos darle una oportunidad.

Lo primero que nos llamó la atención es que nosotros éramos los únicos españoles en el repleto comedor y lo segundo, que éramos por lo menos 10 años más jóvenes que el más joven del resto de comensales. Esto por si solo no quiere decir nada, claro, pero viendo el peloteo descarado a los comensales extranjeros por parte personal de servicio estilo Lani's Cafe  de Lanzarote se empieza a entender la condescendencia de estos respecto al restaurante.


Yendo a lo degustado, comenzamos con un tartar de atún de almadraba, aguacate, yuzu, porra y kikos. 15€.  Como se puede ver en la foto era una especie de canelón de aguacate con un poco de atún dentro, arrasado por todo lo demás.

Un auténtico despropósito que hicimos saber a la camarera para que se lo dijera a cocina y por lo que nos miró como si fuéramos marcianos, añadiendo que jamás se había quejado nadie y que el plato tenía mucho éxito.





Continuamos con una merluza, musgo de hierbas, trompetas de la muerte y puré trufado. 24,50€.
Cuando pides un plato evidentemente el enunciado te puede dar una pista pero lo último que nos hubiéramos imaginado era el engrudo que se puede ver en la foto y que hacía que la merluza estuviera al borde el ahogamiento. 
Lo único semi-decente resultó ser el puré asi qué...


Y para rematar la noche un plato delirante:  San Pedro, tempura negra, alioli de azafrán y espinacas. 24,50€. Sí, debajo de la mancha negra estaba el pescado.  

La camarera nos dijo que la tempura era con tinta de calamar lo que de por sí no parece muy buena idea porque el fuerte sabor de la tinta arrasaría con el pescado y sobre todo en esa cantidad pero lo más gracioso es que sabía a cualquier cosa menos a tinta. Vete tú a saber de qué estaba hecho.

Lástima de San Pedro y lástima de 24,50€ tirados a la basura.

Con estos antecedentes ni se nos ocurrió pedir nada más.

Al entregarnos la cuenta la maitre nos vino a preguntar muy extrañada el por qué no nos había gustado la cena y nosotros le dijimos que mejor viniera el jefe de cocina y se lo explicábamos. Aún seguimos esperando.

Si alguien lee el post y va a acercarse a Nerja, avisado queda.


Oliva
C/ Pintada nº7 Loc-5  29780 Nerja (Málaga)
 952 522 988 www.restauranteoliva.com

viernes, septiembre 22, 2017

La Bulla (Estepona, Málaga)




Hoy hablamos de La Bulla, un gastrobar, y más cosas, situado en Estepona con una gran localización enfrente de la playa y muy cerca del casco histórico. Nos acercamos gracias a la recomendación del reputado gastrónomo marbellí Espeto que acertó totalmente con nuestra demanda de un sitio sin complicaciones para tomar unas tapas a mediodía.







Dispone de una carta amplia con embutidos, tapas, ensaladas y algunos platos más elaborados.



Comenzamos con un par de tapas de tartar moro de atún rojo sobre hoja shiso. 3,5€ c/u. Muy sabroso el toque especiado que tenía el atún mezclado con el sabor cítrico y con recuerdos de canela de la hoja shiso. Bien.




Seguimos con el canelón de aguacate relleno de melva, aceite de hierbas y láminas de manzana verde. 8€. Muy bien la combinación del aguacate con la melva aunque se pasaron un poco con la cantidad de hierbas.




La tercera tapa consistió en unas empanadillas de pollo de corral. 8€. Tal vez un poco alta de precio aunque realmente el sabor era intenso y sabroso. Correcta.






Acabamos la parte salada con la tortilla de chorizo desestructurada. 6€. No deja de ser poner los ingredientes por separado en el bote pero realmente estaba muy buena, con un sabor potente y fantástico del chorizo de León. Si hubiera hecho menos calor me hubiera comido un par de botes.


Acabamos con un postre: tarta de queso tostada con helado de vainilla. 6,50€. Tengo reciente la extraordinaria tarta de queso de Cañadío de Santander y no diría que esta alcanzara el nivel de aquella pero realmente nos sorprendió lo buena que estaba en sabor y textura. También era muy notable el helado de vainilla. Muy bien.


La carta de vinos, en la onda del gastrobar, con vinos contenidos de precio. Había que conducir por lo que solo tomamos una copa de Barbazul Chardonnay, 3€.  La botella de agua, 2,50€ que ya está bien...

Una crítica que hay que hacer, extensible a muchos sitios, es que no parece de recibo que si por un café solo, muy bueno en este caso, se paguen 1,20€, por un cortado se paguen nada menos que 30 céntimos más y cueste 1,50€. Cara se cotiza la leche en la Costa del Sol...

Otra cosa mejorable es la página web, la típica de Facebook aunque esta por lo menos te deja consultarla a los que no tenemos cuenta en esta red social.

El personal de servicio bien y en el caso del chico que tenía las funciones de maitre, muy bien, con un saber estar y dominio de los tiempos y psicología del cliente,  no muy habitual en este tipo de locales. Un gran profesional.

En definitiva, por lo probado, La Bulla es un sitio muy válido para comer informalmente a base de tapas y da la impresión de que hay mimbres para que los platos de más enjundia resulten también satisfactorios. Solo criticar los precios de algunas bebidas. A pesar de esto, sin duda un sitio a recomendar en onda informal en Estepona.

La Bulla

Plazoleta Ortiz - Avda. España, 38,  Estepona (Málaga)
952 80 65 75  www.facebook.com/labullagastrobar/


viernes, septiembre 30, 2011

Sollun (Nerja, Málaga), por Toni


Hace casi cuatro años, Eldiletante en jefe ya nos habló del restaurante Sollun y lo que contó hizo que lo anotara en cabeza de la lista para unas futuras vacaciones en Nerja que finalmente tuvieron lugar este año.

Sollun se encuentra situado al principio de la zona peatonal de Nerja y es un pequeño local de 6/7 mesas en el interior y otras 4 en la terraza, gestionado por el albaceteño de Higueruela Juan Quintanilla y su mujer Verónica con solo una persona de ayuda en cocina. A pesar de la carencia de medios se las arreglan para que todo salga relativamente rápido incluso en días de lleno.

Dispone de una carta amplia sobre todo en entrantes y también ofrece varios menús degustación. Tiene el fallo habitual de que los precios no tienen el IVA incluído, aunque Quintanilla nos dijo que es consciente de ello y que en breve lo rectificará cuando cambie la carta.

Como visitamos el restaurante varias veces haré los comentarios empezando por los entrantes. El primer día comimos un menú degustación por lo que en algunos platos las raciones aparecerán más pequeñas de lo normal en las fotos.

Antes de los platos priincipales siempre ponen un platín con aceite de oliva virgen extra y otro con sal, cada día distintos ambos y excelentes. Luego, antes de los entrantes también sirven un aperitivo que suele ser una versión pequeña de uno de los entrantes que no hayas pedido. Todo cortesía de la casa.




El único aperitivo que estaba fuera de lo que se ofrece en carta fue una mousse de garbanzos, puré de berenjena, miel de caña de Frigiliana y menta, estupendo para abrir boca y dejando claro dónde estábamos situados.







Del montón de entrantes, además de alguno fuera de carta, probamos los siguientes:





Porra antequerana con jurel, remolacha y fresas. 9,50€+IVA. Excelente interpretación de la porra que hace Quintanilla, fresca, intensa y adictiva. Ofrecida fuera de carta.







También fuera de carta tomamos la ensalada de amanita cesarea con vinagreta y mostaza. 11€+IVA. La amanita cesarea ya se puede encontrar a finales de verano y resultó estupenda con el simple aderezo de la vinagreta que dejaba mostrar todo su sabor.







Ensalada de perdiz y conejo de campo en escabeche, salsa de anchoas, queso parmesano y pan frito. 10€+IVA. En principio parece que chirría la combinación del queso con el escabeche pero al final resultó todo muy armónico en un plato muy fresco y adecuado para una noche veraniega.





Tataki de atún, vinagreta de tomate, guindilla, huevas y porra de pimientos asados. 12€+IVA. Plato con aire asiático de excelente resolución en el que la vinagreta y los pimientos hacen un contrapunto agridulce estupendo a la potencia del tataki.






Mollejas y albóndigas de cordero, tabulé y yogur de higos. 11€+IVA. Tal vez el entrante que más me gustó. Otro guiño a la cocina foránea, en este caso árabe, con un cordero sabrosísimo, un tabulé (ensalada de couscous) muy bien logrado y el aderezo con el toque agridulce del yogur de higos refrescando el conjunto. Muy bueno.





Canelón de rabo de buey, vinagreta de verduras y crema de patatas. 11€+IVA. Un plato algo más convencional que los anteriores, pero a un buen nivel también. Buena calidad de la carne con una vinagreta ligera y el adorno de la crema de patatas.






Arroz con garbanzos, judías y socarrat de grasa de cerdo. Invitación. Una noche Quintanilla nos ofreció probar este plato de arroz en el que estaba trabajando para incluir en la futura carta. Le falta por afinar un poco el tiempo de cocción del arroz y la grasa, pero por lo demás puede ser un excelente plato.




En la parte de pescados solo dispone de 3 en carta aunque algún día ofreció algo más fuera de carta. Viendo otras mesas la verdad es que pudo coincidir pero predominaban las carnes.


Pez espada, pakchoi, algas, tirabeques, salsa de soja y mahonesa de wasabi. 18,50€+IVA. Otro plato de inspiración oriental. Muy rico el pez espada, perfecto de punto y con unos acompañamientos que a pesar de su potencia acompañan muy bien al sabor intenso de la carne de éste. El pakchoi es un vegetal de origen chino parecido a la acelga y el wasabi es un condimento japonés que se extrae de la raiz de la planta homónima y que se suele usar mezclado con la salsa de soja para mojar el sushi.




Filete de corvina, crema de espárragos blancos, espárragos verdes y setas. 18,50€+IVA. Está claro que Quintanilla domina los puntos de cocción del pescado y la corvina no podía ser menos con la suave crema acompañaba bien sin eclipsar el pescado.







Lomo de bacalao, con guiso de sus callos, garbanzos, espinacas y morcilla. 18,50€+IVA. Condundente plato con un bacalao de muy buena calidad, unos callos tal vez un pelín más potentes de la cuenta y la guarnición de un cocido que hace que el plato haga recordar al del desarme. A mi me gustó pero pienso que tal vez habría que aligerarlo un poco para el comensal medio.





Atún con algas y tirabeques. 21€+IVA. Ese día Quintanilla consiguió atún de un aspecto magnífico que hablaba por si solo y lo acompañó simplemente de unas algas y tirabeques. Sencillo pero perfecto.





En el apartado de carnes había más oferta que en el de pescados y probamos las siguientes:



Cordero, couscous, mermelada de cebolla con pasas y canela. 19,90€+IVA. El cordero lo probamos dos días distintos en forma de lomo y de carré. El lomo estaba muy bien pero el carré estaba impresionante, con una carne fina y muy sabrosa y unos acompañantes de nuevo con aire árabe en que el suave dulzor de la mermelada hacía muy buenas migas con la grasa de la carne y el toque punzante de la canela. Magnífico plato.





Cochinillo, timbal de patatas y manzana. 19,90€+IVA. Un plato más convencional en el sentido de más visto. Rico el cochinillo, bien de punto con la típica compañía de la manzana y las patatas. Bien.







Venado, castañas con vainilla, membrillo y frutos rojos. 20,90€+IVA. Plato más bien otoñal con un venado sabroso sin rastro de ningún tufo y bien custodiado por el dulzor de los acompañantes.





Disponen de cinco postres de los que probamos tres.




Bizcocho de dátiles, toffe de plátano, helado de vainilla y té earl grey
. 7€+IVA. Tal vez sea algo empalagoso para mucha gente pero a mi me pareció realmente original y muy rico por lo que repetí más de un día.







Batata asada, yogur y salsa de miel de caña. 6,50€+IVA. Plato de kilómetro cero. El boniato no es algo que me emocine, pero en esta caso no estaba mal y mejor por el acompañamiento de la miel de caña un descubrimiento de la zona del que me traje provisiones para una temporada.




Cremoso de chocolate con leche y queso, sopa de chocolate blanco, fruta de la pasión y frambuesa. 7,50€+IVA. Postre más habitual de encontrar algo similar que los dos anteriores y resuelto perfectamente. Parece muy pequeño pero corresponde al menú degustación del primer día.





Con estos postres la casa nos invitó algunos días a un vino dulce de garnacha de Albacete y también a un Ariyanas Terruños Pizarrosos, buen dulce malagueño.

La carta de vinos, pequeña con vinos bien escogidos pero que abusa tal vez de vinos de precios elevados. El problema es que según nos comentó Quintanilla, les falló unos días antes el proveedor y le faltaban bastantes referencias. Destacaron un Finca Sandoval 2007 y un Carmelo Rodero Pago de Valtarreña 2004.

El personal de servicio son el propio Quintanilla y su mujer Verónica siempre atenta a todos los detalles de sala. Es sorprendente como se manejan con el restaurante lleno.
Otro detalle que es casi un milagro de encontrar en España es que el pan no lo cobran y que además siempre viene con los típicos picos andaluces. Realmente difícil de ver otros restaurantes con tantos detalles como éste y los anteriormente comentados.


A priori Nerja parece una buena plaza para tener un restaurante viendo la gran cantidad de turistas que la visitan, pero lastimosamente y por lo visto durante quince días, la mayoría de estos no parece que tengan el buen comer dentro de sus inquietudes y prefieren abarrotar restaurantes de cocina ¿española? de tercera, pizzerías de serie C y diferentes restaurantes étnicos de nula calidad en los que encima no van a pagar mucho menos de lo que lo harían aquí. Supongo que valorarán más llenar la barriga sin tener muy en cuenta la calidad.
De todas formas siempre hay clientes que valoran el buen hacer por lo que Sollun puede seguir después de cinco años con una cocina muy diferente de la del entorno.

Indudablemente si se pasa cerca de Nerja una visita a Sollun es imprescindible para un aficionado a la buena gastronomía. Quintanilla es un cocinero con muy buena técnica, ideas, inquietudes y que además maneja los productos y platos locales junto a platos de otras gastronomías con soltura. No puedo más que recomendarlo sin duda alguna y desearle lo mejor.

Y como dije en mi crónica del Aponiente de El Puerto de Santa María: lástima que nos quede un poco lejos.


Nota general: 8

Emoción: 9


Sollun

Almirante Ferrándiz, 53, Nerja (Málaga)
952 525 982 www.sollunrestaurante.com

toni

miércoles, septiembre 21, 2011

Casa Luque (Nerja, Málaga), por Toni


Casa Luque es probablemente uno de los restaurantes con más solera de Nerja. Situado en pleno centro al lado de la iglesia del Salvador, dispone de una terraza en la plaza que siempre está llena y en el interior aparentemente varios comedores aunque a nosotros siempre nos situaron en el que hay a la izquierda de la entrada.

La carta se divide en la parte de tapas y en la de platos más elaborados y milagrosamente los precios tienen el IVA incluído.


El comedor al que me refería antes no es precisamente cómodo. Las mesas no es que estén tan juntas como en los restaurantes extranjeros pero son bastante pequeñas y tienen un ¿mantel? directamente incómodo como se puede ver.






Antes de los entrantes nos pusieron unas ricas aceitunas aunque en cantidad escasa. No tuvimos que esperar mucho hasta que llegó el ajoblanco malagueño de almendras, 2,90€. Curiosamente he probado bastantes más ajoblancos en la versión de cocina moderna que esta tradicional. Nos gustó mucho, muy refrescante con un punzante sabor. Incluso mejor estuvo la porra antequerana
con jamón, huevo y bonito, 2,90€. La porra antequerana es parecida al salmorejo aunque con algunos variantes (tomates, pan sin corteza, aceite, sal, pimiento verde y ajos) y su nombre deriva del utensilio (la porra) con el que se le daba golpes para prepararla. Evidentemente es un entrante perfecto para tomar en las calurosas noches malagueñas.





Algo menos adecuados para ese calor fueron los platos principales de la primera noche. Excelentes las carrilleras de cerdo al agridulce de miel de caña de Frigiliana, 9,50€. Frigiliana es un bonito pueblo a 3km de Nerja, en el que es tipica la miel de caña que se elabora mediante la cocción del jugo de la caña de azúcar hasta la evaporación parcial del agua que éste contiene y su sabor es dulce, ligeramente similar al del regaliz con un pequeño regusto amargo. Las carrilleras bien de punto y perfectamente acompañadas por el dulzor de la miel de caña. Cocina casi de kilómetro cero.



Muy bueno también el rabo de ternera guisado al estilo tradicional, 14,50€, sin florituras, rotundo e intenso.







No había ya mucho espacio para los postres, pero no me pude resistir a probar la leche frita de gachas, anís, miel de caña y helado de vainilla. 4,80€. Un buen montón de calorías, tal vez algo pasada de dulzor, pero rica la leche frita. Posiblemente hubiera sido mejor rebajar la cantidad de miel de caña.







La segunda noche repetimos la porra antequerana como entrante y para los principales nos decidimos por pescado. Uno de ellos fue el bacalao confitado con alboronía y vinagreta de aceituna negra. 16,50€. La alboronía es un guisado de berenjenas, tomates, pimiento y calabazas todo ello mezclado con pimentón y que se servía los días de cuaresma. Encima estaba el bacalao de buena calidad coronado por la tapenade de aceitunas en una cantidad un poco excesiva, aunque estaba bien. Un buen plato de cocina de la tierra.


El borrón de nuestras visitas resultó el róbalo con salsa verde especiada de cilantro y jengibre. 16,50€. Por varias razones: era de piscifactoría, estaba excesivamente pasado y no encontramos rastro del jengibre y sí más tapenade de aceitunas negras que mataban el poco sabor de la lubina. Patinazo.




La carta de vinos nos habían dicho que era muy extensa y nos encontramos con dos páginas plastificadas con 7 u 8 espumosos, otros tantos blancos e igual en tintos. Tomamos la primera noche un Cortijo de Los Aguilares Pinot Noir 2009, 32€, y un Dido 2009, 21€ la segunda. Copas Riedel.
El personal de servicio discreto, y en algún caso directamente borde. No se puede decir a unos clientes que teníamos en la mesa de al lado y que solicitan si se puede bajar el aire acondicionado, "es lo que hay, no podemos estar subiendo y bajando el aire todo el tiempo". Se puede decir de otra manera más elegante.

En conjunto y excepto el plato del róbalo, resultó satisfactoria la experiencia en cuanto a la cocina. Buenas materias, ingredientes cercanos y platos con sabor local. Una oasis de tipicidad en el desierto de restaurantes de cocina autóctona de Nerja, cuyo panorama está dominado por locales de batalla, pizzerías clónicas y restaurantes étnicos sospechosos o directamente culpables como un mejicano en el que tuvimos la desgracia de caer. ¡Ojo!, me estoy refiriendo al centro urbano y zona turística, que evidentemente no conozco a fondo todo el término municipal.

A pesar de algunos de los pequeños fallos comentados sin duda merece la pena hacer una visita a Casa Luque.

Nota general: 6

Emoción: 7


Casa Luque

Plaza Cavana, 2 - 29780 Nerja (Málaga)
952 521 004 www.casaluque.com


toni

jueves, agosto 25, 2011

Calima



Antes de ir a Calima llevaba disfrutando unos días de los sabores de esta otra tierra mía que es la Axarquía malagueña, que van más allá del pescaíto frito y el gazpacho, y cuyo mapa completo debería incluir, al menos,: el chorizo fresco, abundante de pimienta negra ;la morcilla, también fresca, especiada con ajo, clavo y comino, tan diferentes de las del norte; la manteca colorá (grasa del cerdo con pimentón), indispensable en los molletes mañaneros; por la parte de la cuchara: el malcocinao, un cocido de garbanzos y chacinería ,de cerdo o de chivo, marcado sin duda por la morcilla y la abundante especia(comino, tomillo, laurel,…); el puchero con hueso añejo, al que no es raro añadir , en el momento de servirlo, un poquito de hierbabuena; el “ en blanco”, un caldo blanco de pescado, normalmente para purgar excesos, o el gazpachuelo, un caldo básico de patata engordado con mayonesa, que muchas veces es un “en blanco” un poco más golfo; el ajoblanco, a ser posible con almendra de secano de la tierra y, sobre todo, con la primera moscatel, que le da el perfecto contrapunto mozárabe, que Granada está más cerca que Marbella; influencia que se deja sentir también en las deliciosas tortitas de bacalao con miel de caña, e incluso en la “berza”, un cocido con calabaza, judías verdes y garbanzos, morcilla, y abundante clavo y comino, y también en la sopa cachorreña, una sopa de patata y huevo con un característica nota de la piel de naranja; las migas con harina de trigo o de maíz, contrapunteadas por unas coquinas y una ensalada ajoarriera ;por supuesto que los famosos espetos de sardinas (traídas de la rula a primera hora de la mañana, preferiblemente terciadas),las conchas finas, las coquinas, los jureles, fritos o asados según su tamaño,y los boquerones de La Caleta de lomo ancho, los mejores para hacerlos en vinagre (y abundante aceite de oliva virgen); también, por el lado de la carne , habría que incluir el guiso de chivo, o el cordero con miel de caña; y , en los postres las tortas veleñas (con anís y matalaúva), o , en navidad , los roscos de vino (con vino dulce de moscatel y matalaúva)…como veis, la influencia mozárabe es notable….

…bien, pues llevaba unos días felizmente sumergido en la recuperación de alguno de estos sabores (que es la forma fina de decir que llevaba unos cuantos días hinchándome a gazpacho, ajoblanco, sardinas y boquerones) cuando fui a Calima, sin mucha gana de encontrarme con las fruslerías de la cocina de vanguardia. Filosofías aparte, uno observa en lo que lee que el servicio en los grandes nombres de la gastronomía se convierte en un alarde de técnica enfocada, más que a la perfección en el tratamiento de la materia prima, en ponerse al servicio del espectáculo. En lugar de reverenciar al Dios producto, quemar sus altares y deleitar al público con el brillo de su fuego. Quizás sea lo peor de la herencia del Bulli, el quitarle a la alta cocina su carácter “sagrado”..…digresiones aparte, decía que iba preparado, lo que es decir cargado de prejuicios, para encontrarme con alardes de nitrógeno, paisajes, trampantojos, juegos de texturas, formas, temperaturas,…. esferificaciones,ósmosis, latitas, humor, concetos fusión, y demás quincallería bulliniana,…. y efectivamente la hubo.

Lo que no esperaba es que me gustase. Quizás resultase por el natural relajo de las vacaciones veraniegas, ayudado sin duda por el rumor del rompeolas que llegaba a la terraza. También pudo influir el excelente carro de panes , o el monumental amontillado viejo llamado “El Tresillo”, de las bodegas Emilio Hidalgo, que nos escogieron de aperitivo, o la extensa (aunque cara, como por otra parte era de esperar) carta de vinos, de la que escogí un muy buen Trevallon del 98 , y un mediocre Gigondas 2001 del que no recuerdo más. Quizás fuese por aquello de la verdad de las mentiras. Pero para que el engaño resulte necesita , primero, que las mentiras estén bien trabadas. Y efectivamente la puesta en escena fue perfecta, realmente espectacular, con una belleza estética innegable. Con sincronía y armonía en todos los factores que configuran el plato. Como los toros o el fútbol ,una cosa es verlo en los medios y otra en directo. Hablaba de la verdad de las mentiras, y es que para tragarse las mentiras viene bien un poco de verdad. Y esto es lo que me sorprendió encontrarme en Calima, que bajo ese espectáculo de vanguardia gastronómica, bullía la memoria gustativa malagueña. La mía propia . Por ejemplo, en el puchero de falsos garbanzos (“Crema de garbanzos”) , al que no le faltó la hierbabuena, o el sabor profundo del hueso añejo que posaba debajo del nido de golondrinas, (“Nido de golondrinas de Jabugo”), o en las conchas finas , encontradas en ceviche( “Ceviche de Conchas finas”). En los difíciles higaditos al jerez, suavizados por un perfecto parmentier(“Parmentier de higaditos encebollados al jerez”). O reencontrarme con el gazpachuelo en lo que era Ventresca de cazón y emulsión en adobo”. O con la versión rondeña de la berza axarqueña en el “Cocido rondeño y dumpling de toro”. O con el ajoblanco, primero en su versión trampantojo en el “Huevo sin huevo”, luego en el fantástico “Almendrado”, un bocado de ajoblanco heavy metal, con almendras crudas y brotes; o con el gazpacho, perfecto , con percebes (“Gazpacho cremoso de percebes”), plato que se disfrutaba tomado en conjunto y si no se acordaba de un percebe peñas. Tampoco es casual el uso del bacalao , primero en la crema de los canutillos con los que empezamos el menú, luego en brandada debajo del famoso tomate nitro (aquí Pipirrana). Fuera de la temática tradicional , disfruté como un enano con las sabrosas “Mollejas con taboulé”, y también con un plato fuera de menú como el simplemente delicioso” Caviar de Riofrío”, hecho sobre una crema del propio caviar y con trufa estivium rallada, (me acuerdo de los oricios con mellanosporum, con la misma raíz bulliniana),…Por no parecer en exceso apologético también señalaré que su caja de espetos lo fueron unos sequerones y “esaboríos” boquerones, con un ahumado demasiado agresivo, que el vino estuvo primero demasiado caliente (seguro que a no menos de 25º), y luego demasiado frío, o de que los postres, agradables, espectaculares sin duda, me parecieron un pequeño descenso de escalón, o el bombardeo del logo Dani García ,que solo faltó que lo de Dani García lo imprimiesen también en el papel higiénico ,….lo que no quitó una impresión general de genuino disfrute , aunque por debajo, uno piense también que uno se cree mejor las mentiras si lo cojen por sorpresa, y si no se las repiten mucho.






Restaurante Calima

Dirección: Avenida José Meliá, s/n. 29602 Málaga (En el hotel Gran Meliá Don Pepe)
Teléfono: 952 764 252


miércoles, noviembre 07, 2007

Sollun (Nerja, Málaga)


En este páramo culinario que es la zona oriental de la Costa del Sol, me he encontrado con una de esas pocas excepciones que confirman la regla: SOLLUN, un restaurante de cinco mesas que lleva Juan con su mujer y nadie más que una ayuda en la sala en las noches de más apuro. Juan Quintanilla fue durante dos años jefe de cocina en Las Rejas, y socio fundador del Skina marbellí. Después de alguna desavenencia con el otro socio decidió arriesgar y afrontar la utópica tarea de abrir un restaurante gastronómico en Nerja, que además de preciosa es la capital del turismo inglés en la zona. Un turismo digamos que poco dotado para los placeres de la buena mesa. Tampoco debían de conocer el carácter poco dado a fantasías culinarias de los naturales de la zona. Aún así sobreviven y alguna noche, como la que siguió a mi comida, incluso llenan.

Reconozco que fui recomendado por un amigo suyo que trabajó para él y que no pude menos que identificarme , así que no pude ejercer de crítico-bloguero anónimo.

Lo que pude comer fue lo siguiente:

De entrante un poco de aceite de oliva de Málaga: Cerro Castillo, que me enseñó que un arbequina sabroso sin dejar de ser bueno

Un ceviche de ostra, ligero, españolizado, muy agradable, con unos kikos que hacían de contraste al revés, aunque yo los hubiera quitado.

Un canelón de gambón con aguacate, pipirrana y un poquito de pil-pil, todo ligero, suave, bien conjuntado .

Un plato de temporada: Escabeche de setas (Cantharellus C) y perdiz , con queso de cabra, fresco, nada agresivo, y una mermelada de monastrell para el punto dulce del agridulce. Me gustó mucho el concepto del plato, aunque un poco menos el resultado, ya que la perdiz estaba un poco seca (aún siendo escabechada), al cantharellus le faltaba algo de sabor (lógico, por otra parte) , y el escabeche estaba recién hecho, por lo que estaba un poco agudo de vinagre y falto de conjunción. Aún así, estaba rico de tomar.

Una vieira con tallarines de calabacín y puré de coliflor,bien terminado y que funcionaba bien en su sencillez, aunque la vieira fuera de calidad estándar .

Un canelón de changurro con verduras. El canelón relleno de abundante de changurro desmigado, con verdura picada (calabacín, zanahoria), un toque de hierbabuena y abundante parmesano rallado. Sabrosote.

Un chicharro a la plancha, bien rustida la piel, con unas migas de aceitunas,y cangrejo, servido con una sopa de gazpachuelo (una sopa simple ligada con mahonesa típica de por aquí). Aquí se elevó el nivel: el fuerte tostado, la intensidad con cierta finura del chicharro, contrarrestada por la suavidad untuosa de la sopa, y unas migas con aceitunas que aportaban textura y un contrapunto acertado al sabor y a las raíces. Fantástico.(aunque el cangrejo creo que, sin desvirtuar nada, aportaba poco)

Unas mollejas de ternera del Esla, bien rustidas y tiernas por dentro, con un chopito a la plancha, puré de patata y espinacas. Un mar y montaña sabroso y bien ejecutado.

Y terminamos los principales con un solomillo de cerdo al que dejó la corteza, quedando como unos rizos fritos que le iban muy bien a la tradicional insipidez del solomillo,con un puré de batata reducido con miel (riquísimo),y trompetas de la muerte, que combinaban muy bien.

De postre vino un arroz con leche deconstruido que era un helado de canela con una crema de leche y krispies que, la verdad, no me provocó el entusiasmo que sí les produjo a mis compañeros de comedor, una pareja de sibaritas,todo educación y elegancia, que sabían mucho más que uno.Así que debo estar equivocado. No sé qué les hizo pensar (quizás la cámara y la libreta influyeron algo) que uno era un crítico con algo que enseñar, así que tuve la suerte de que se sentaran a mi mesa y poder disfrutar de su compañía. Por supuesto que aprendí mucho más de ellos que ellos de mi. Y además tuvieron la gentileza de abrir y pagar una botella de Llanos del Almendro 2004, así que aunque solo sea por eso no podré olvidarlos nunca. Que sepan que cuando vuelva por Málaga están invitados al Pepe Rico o al Pata Negra, donde ellos quieran, siempre que me inviten al placer de su compañía.

El precio del menú son 40 euros + iva , más 1,50 de cubierto, y
creo que me pusieron un plato de más del menú habitual.
Carta de vinos corta pero bien seleccionada y con precios muy razonables, sobre el 50% de precio entienda, incluso menos en algunas selecciones

La verdad es que todo vino mimado, sabroso,bonito, en punto. Una cocina, de verdad, de enorme mérito por producirse donde se produce y cómo se produce. Aunque repite varias de las muletillas de la nueva cocina, hay sentido común, un obligado punto conservador (tienen que abrir su abanico de público) y algún alarde para aplaudir. Y la RCP me parece estupenda. Ojalá que Juan pueda seguir evolucionando su cocina en la zona.